Revista Latina de Comunicación Social 63 - 2008

Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social
Depósito Legal: TF-135-98 / ISSN: 1138-5820
Año 11º – 2ª época - Director: Dr. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de Periodismo
Facultad de Ciencias de la Información: Pirámide del Campus de Guajara - Universidad de La Laguna 38200 La Laguna (Tenerife, Canarias; España)
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DOI: 10.4185/RLCS-63-2008-796-463-472

Algunos usos de las formulaciones en la entrevista en las noticias

Some uses of formulations in the news interview

Dr. Carles Roca Cuberes [C.V.] Profesor del Departamento de Comunicación - Universitat Pompeu Fabra, UPF
carles.roca@upf.edu

Resumen: Este artículo se centra en el estudio del discurso en el medio televisivo.  Para llevar a cabo tal estudio, éste se ha centrado en el análisis de la interacción que se produce en un programa televisivo concreto: las noticias.  Este tipo de programa suele incluir con relativa frecuencia entrevistas, que constituyen el objeto fundamental del análisis.  En este estudio se descubren aspectos pragmáticos, interaccionales y audiovisuales, específicos del ámbito del discurso mediático. Los mecanismos discursivos que se analizan son dos: por un lado las secuencias recurrentes pregunta-respuesta, y por otro el uso de un determinado tipo de ‘par adyacente’: las formulaciones.  Los resultados del análisis de un fragmento de una entrevista en las noticias muestran, por un lado, que la implementación de secuencias pregunta-respuesta sirven para conceder al entrevistador el control de la agenda temática de la entrevista; por otro lado, se verifica que las formulaciones permiten al entrevistador alcanzar ciertos objetivos: clarificar, transformar y proponer alternativas a las afirmaciones del entrevistado, o desafiarlas.  De esta manera, las formulaciones son útiles para lograr un estilo periodístico más penetrante, flexible, dinámico y vivo, que permite conectar mejor con la audiencia.  La metodología cualitativa utilizada en este estudio es el análisis de la conversación.

Palabras clave: Análisis de la conversación;  Discurso mediático; Entrevista en las noticias; Formulaciones; Interacción institucional; Metodología cualitativa; Pares adyacentes; Secuencias pregunta-respuesta; Sistemas de intercambio discursivo; Televisión.

Abstract: This article focuses on the study of discourse in television.  To carry out this study, I analyse the interaction that takes place in a particular program: the news.  This type of program often includes interviews, which have become the main object of analysis.  This study reveals certain aspects – pragmatic, interactional and audiovisual – that are specific of media discourse.  I analyse two different types of discourse devices: the recurring question-answer sequences and a particular type of ‘adjacency pair’: formulations.  The results of the analysis of a news interview fragment show, on the one hand, that the implementation of question-answer sequences may confer the interviewer the control of the thematic agenda; on the other hand, formulations are shown to allow the interviewer the achievement of certain goals: clarify, transform and propose alternatives to the interviewee’s statements, or challenge them.  Hence, formulations are useful to accomplish a journalistic style which is more penetrating, flexible, dynamic and lively, that is better designed to engage the audience.   The qualitative methodology employed in this study is conversation analysis.

Key Words: Conversation analysis; Media discourse; The news interview; Formulations; Institutional interaction; Qualitative methodology; Adjacency pairs; Question-answer sequences; Speech exchange systems; Television.

Sumario: 1. Introducción. 2. La entrevista como género periodístico, informativo y comunicativo. 3. Metodología. 4. La unidad básica de la interacción: los pares adyacentes. 5. El AC y el entorno institucional: entornos formales y no formales. 6. Las ‘formulaciones’. 7. Resultados. 8. Conclusiones. 9. Apéndice: símbolos de la transcripción. 10. Bibliografía. 11. Notas.

Summary: 1. Introduction. 2. The interview as a journalistic, informative and communicative, genre. 3. Methodology. 4. The basic unit of interaction: adjacency pairs. 5. CA and institutional settings: formal and non-formal settings. 6. Formulations. 7. Results. 8. Conclusions. 9. Appendix: transcription symbols. 10. Bibliography. 11. Notes.

1. Introducción

Este estudio tiene dos objetivos fundamentales.  Por un lado, difundir y consolidar el uso del análisis de la conversación (AC) como metodología de estudio aplicable al análisis de fenómenos mediáticos.  A pesar de que la cantidad de investigadores y estudios que utilizan el AC en las ciencias sociales tanto en España como en Latinoamérica se ha ido incrementando, su arraigo en las disciplinas que estudian la comunicación social es todavía muy limitado por estos lares. [1]  Por otro lado, llevo a cabo un análisis de un fragmento de una entrevista en las noticias, con el que proveo algunos datos empíricos sobre su organización que transcienden su mera conceptualización teórica.  De esta manera, espero seguir un camino que pueda contribuir a llenar el vacío no cubierto por estudios existentes sobre la entrevista como género periodístico.

A diferencia de lo que sucede en el mundo anglosajón, las cadenas de televisión españolas no suelen incluir con frecuencia una entrevista en sus espacios informativos.  A no ser que se trate de una figura pública (generalmente política) de gran relevancia, y a partir de algún suceso o momento crucial, las cadenas privadas no suelen recurrir a las entrevistas en el estudio.  Solamente las cadenas públicas (tanto la estatal como las autonómicas) suelen usar este tipo de entrevistas, aunque estas se vean relegadas a espacios con audiencia limitada.  Tal y como señalo más adelante, las características propias de la entrevista (proximidad, vivacidad, espontaneidad, etc.) pueden contribuir a una mejor transmisión de la información y conexión con el público.  Así, por tanto, es de esperar que su estudio pueda asistir en un más amplio afianzamiento de la entrevista en los programas informativos.

El análisis de la entrevista, como fenómeno mediático e interaccional, pone en cuestión algunas asunciones pródigamente extendidas en los estudios sobre medios.  Así, puede ayudar a rebatir las clásicas dicotomías entre comunicación masiva e interpersonal, entre el contenido de las noticias y sus procesos de producción, y entre las esferas pública y privada de la vida social (Clayman y Heritage, 2002: 12).  La entrevista en las noticias se genera para llegar a una audiencia masiva pero está basada en la interacción entre entrevistador y entrevistado.  Es una pieza que requiere de un proceso de producción pero su contenido final es imprevisible.  En última instancia, aunque su objetivo es el de alcanzar la esfera pública, no podría llevarse a cabo sin las prácticas habituales propias de la esfera privada.

Otro elemento a tener en cuenta respecto a la entrevista en las noticias es que ésta se produce, precisamente, para ser televisada.  Así, el objeto de la entrevista  no es (como podría presuponerse) el entrevistado (o el propio entrevistador), sino la audiencia. En consecuencia, la comunicación transmitida debe ajustarse a un determinado formato y, por lo tanto, a formas discursivas específicas que serán analizadas más adelante.  El medio, como profetizó McLuhan, es el mensaje.

En este estudio hago, en primer lugar, un repaso a la historia y características de la entrevista como género periodístico, informativo y comunicativo.  A continuación detallo la aproximación metodológica del AC, sus descubrimientos empíricos básicos (como los ‘pares adyacentes’, las ‘formulaciones’ o las secuencias pregunta-respuesta), la aplicación del AC al estudio de la entrevista como variante de interacción institucional, y finalmente llevo a cabo un análisis de un fragmento de una entrevista en las noticias.  Dicha entrevista fue retransmitida por la cadena Cuatro en su espacio informativo Noticias Cuatro el 14 de setiembre del 2006, y sus protagonistas son el periodista Iñaki Gabilondo y el líder de la oposición Mariano Rajoy.

2. La entrevista como género periodístico, informativo y comunicativo

Se podría afirmar sin demasiado riesgo a equivocarse que todos hemos leído, oído o visto una entrevista en alguna ocasión.  La entrevista, como género periodístico y cada vez más de entretenimiento, ha tenido y tiene una amplia difusión social debido a su constante uso y presencia en los medios de comunicación.

Tal y como la describen Heritage y Greatbatch (1991: 106), la entrevista es un tipo de discurso público, extensamente utilizado tanto en la prensa escrita como en radio y televisión, y que tiene como misión la difusión de información u opinión de determinadas figuras públicas o expertos en cierta materia para la audiencia.  Si nos centramos exclusivamente en la entrevista periodística (obviando, por tanto, su uso en programas de entretenimiento), las características esenciales que se pueden señalar de la entrevista televisiva son las siguientes (Moreno Espinosa, 1998: 7):

a) se emiten en directo;

b) los presentadores evitan la ambigüedad, y se expresan de forma directa, clara y breve para propiciar fluidez;

c) no se suele interrumpir al entrevistado;

d) se formulan pocas preguntas (seis o siete), procurando cubrir todos los temas previamente proyectados sin exceder el tiempo asignado.

La entrevista, como género periodístico, tiene un recorrido histórico relativamente extenso.  En general, se considera que su origen se remonta a la primera mitad del siglo XIX en los Estados Unidos, y su pionero fue James Gordon Bennett (Martínez Vallvey, 1995: 71-72; Balsebre et al., 1998: 267-8).  En efecto, Bennett entrevistó en 1836 a la ama de llaves de la célebremente asesinada Ellen Jewett, entrevista ulteriormente publicada en el New York Herald.  Esta primera entrevista ya contiene las características mencionadas anteriormente: los turnos de los participantes son marcados con ‘Q’ y ‘A’ (question y answer; pregunta y respuesta, respectivamente); tenía como objetivo la obtención de información, a partir de una fuente importante en un caso de asesinato; fue publicada en un periódico; Bennett usó citas directas en diversos pasajes de la entrevista (Balsebre et al., 1998: 268).  En cualquier caso, es importante tener en consideración que estas primeras entrevistas se hacían normalmente sin notas, y que su contenido acababa siendo glosado y resumido en artículos de periódico (Clayman y Heritage, 2002: 26).  A medida que la entrevista se fue institucionalizando, ésta pasó a contener citas directas y se intentó que hubiera una mayor correspondencia entre la interacción que la originaba y su reproducción escrita.  Esta institucionalización de la entrevista, tal y como Clayman y Heritage (ibid. 27) señalan, se debe en buena parte a la profesionalización del periodismo, cuyo resultado supuso un mayor acento en información factual en detrimento del comentario parcial.

La radio, a partir de su consolidación en los años 20, pronto descubrió el potencial de la entrevista como género comunicativo e informativo.  Los productores de radio se dieron cuenta de que los locutores podían hacer algo más que leer textos escritos y que, por tanto, el uso de estos últimos como entrevistadores podía tener utilidad para la transmisión de información, tanto para entrevistados como entrevistadores.  Además, supuso la introducción de elementos de informalidad y espontaneidad en la radiodifusión (ibid. 28), algo que tuvo amplia aceptación y popularidad entre las audiencias.  Estas variaciones fueron más tarde trasladadas a la televisión, lo cual convirtió a la entrevista en las noticias en un fenómeno consolidado.

La entrevista en las noticias ha pasado a ocupar un lugar destacado tanto en el periodismo audiovisual como en la comunicación política, convirtiéndose de este modo en uno de los pilares del funcionamiento de la democracia.  A través de la entrevista en las noticias, el ciudadano puede conocer de primera mano las políticas que se implementan o puedan llevarse a cabo en el futuro, las posiciones políticas de sus representantes, así como su veracidad y factibilidad.  De esta manera, la entrevista en las noticias puede servir para regular los parámetros del debate público.  Al mismo tiempo, la capacidad de las figuras públicas para lidiar con las preguntas de los periodistas se ha convertido en una particularidad esencial de la comunicación política.  Tanto es así que la habilidad de los políticos (y también, cada vez más, de los entrevistadores) para enfrentarse a las entrevistas (o conferencias de prensa) se considera desde hace tiempo un factor clave en el devenir de sus carreras (ibid. 2-3).

A diferencia de la noticia convencional, la entrevista en las noticias tiene un curso imprevisible.  Obviamente tanto el entrevistador como el entrevistado tienen unas ideas sobre lo que van discutir, pero su capacidad para hacerlas aflorar depende siempre de la conducta del otro.  Por lo tanto estamos hablando de un evento emergente cuyo resultado depende de cada movimiento durante su transcurso.  Ésta es, precisamente, una característica de la entrevista en las noticias que le confiere elementos de espontaneidad, vivacidad e incluso peligro, y que por tanto la convierte en un subgénero altamente atractivo (ibid. 6).

En definitiva, pues, la entrevista (y, en particular, la entrevista en las noticias) constituye un objeto que puede y debe ser sometido a estudio empírico detallado.  Su importancia como fenómeno informativo y comunicativo transciende el ámbito del periodismo para adentrarse tanto en la esfera política como la social.  En buena medida, la salud de la entrevista como género informativo puede ser un buen indicador de la salud de la democracia.  Para poder comprender la transcendencia mediática, política y social de la entrevista en las noticias, el estudio de ésta no debe limitarse a una simple conceptualización teórica, sino que se debe proceder a su estudio sistemático.  A continuación se especifica el procedimiento metodológico que puede permitir su análisis empírico pormenorizado.

3. Metodología

La metodología empleada en esta investigación es la desarrollada por el análisis de la conversación.  En primer lugar, cabe aclarar qué no es el AC.  El AC no es una teoría sobre la interacción social o un método (en el sentido de receta  o guía analítica) para estudiarla. En realidad, tal y como Schenkein propone en su descripción de la ‘mentalidad analítica’ del AC, es un "ámbito de investigación para escudriñar los detalles de la conversación natural" (Schenkein, 1978:6). La mentalidad analítica del AC implica, entre otras consideraciones, varios compromisos y orientaciones tales como: el estudio de interacciones naturales; la práctica de usar transcripciones obtenidas a partir de grabaciones en audio y/o video de conversaciones naturales; fundamentar "los intereses de análisis en observaciones detalladas" (ibid.6); "producir descripciones no basadas en la mera intuición sobre la organización de la interacción conversacional, entendiendo por esta última un logro de los interlocutores" (ibid.5); el análisis de la organización secuencial de actividades interaccionales y su posterior descripción formal.

Desarrollado por Harvey Sacks, el AC es una disciplina asociada a la etnomotodología que adopta las conversaciones reales como su objeto de estudio prioritario. Se parte de la premisa que la conversación constituye una de las actividades centrales de la vida social, articulándola y dándole forma. Aunque AC sigue siendo el nombre usado para esta disciplina, el término más amplio de ‘habla en interacción’ (‘talk-in-interaction’) se prefiere en la actualidad, puesto que también incluye otras actividades interaccionales (por ejemplo, el lenguaje no verbal). Además, el término ‘conversación’ tiende a asociarse irremediablemente a la noción de charla ocasional, a la cual el AC no se restringe exclusivamente. El AC se ha convertido en una disciplina que pretende ocuparse de todo tipo de ‘sistemas discursivos’. El AC se propone registrar patrones de habla para detectar las reglas subyacentes que permiten una  comunicación ordenada y pautada. Se presta especial atención a la organización secuencial de actividades interaccionales, y se emplean preferiblemente técnicas de grabación en audio o vídeo para preservar los atributos naturales de la interacción.

Según lo propuesto anteriormente, el primer paso para hacer un estudio mediante el uso  del AC será registrar algún evento interaccional. Los estudios se deben basar en el uso de audio o, en la medida de lo posible, grabaciones en vídeo. En comparación con otras disciplinas de las ciencias sociales, el uso de los datos siguientes no es aceptable: (1) entrevistas que expresan las opiniones y las actitudes de individuos; (2) notas de campo o procedimientos de codificación; (3) ejemplos inventados basados en la experiencia o en la intuición; (4) datos experimentales o cuantitativos. Para el investigador, la memoria no constituye un registro adecuado de lo que pudo haber sucedido en una interacción, y las grabaciones facilitan un acceso permanente a los detalles de su ocurrencia. Otra virtud de los datos obtenidos según las prescripciones del CA es que puede permitir repeticiones y re-visionados de las interacciones registradas.  En otras palabras, los datos son siempre ‘recuperables’. Esas repeticiones pueden ser de gran ayuda para discriminar características previamente inadvertidas de una interacción o un fragmento suyo.

Una vez hecha la grabación, el analista de la conversación procede a  producir una transcripción de los fenómenos interaccionales que ha registrado. Éste es un proceso muy largo que no se debe delegar a un no iniciado en el AC, puesto que se requiere de una cierta familiaridad para poder representar los eventos interaccionales según los sofisticados símbolos de transcripción ideados por el AC. [2] Puesto que el foco de atención principal del AC es la organización secuencial de la interacción, el sistema de transcripción de AC se ha desarrollado para ocuparse de eventos interaccionales tales como el habla solapada o los pares adyacentes.  También se pueden representar otras características del habla tales como silencios, pausas, o entonación. En la misma línea, se han desarrollado también otros símbolos que permiten capturar la conducta no verbal (como por ejemplo, la mirada).  El principio general se basa en preparar las transcripciones de tal manera que éstas reflejen los aspectos más relevantes de la interacción.

Una de las obvias ventajas de transcribir es que cualquier analista puede ofrecer interpretaciones alternativas a los análisis. Otra ventaja de este proceso es que ayuda en la práctica de identificar detalles interaccionales que podrían pasar inadvertidos.  A través de simplemente re-escuchar o re-visionar las grabaciones se podrían pasar por alto aspectos relevantes de la interacción.

De lo expuesto hasta ahora, se puede deducir que los miembros de la sociedad disponen de una compleja maquinaria comunicativa.  En este respecto, la tarea del analista de la conversación debe ser la de proporcionar una descripción formal de esa maquinaria.  Uno de los objetivos principales de la investigación en AC es el de detectar la organización secuencial de la interacción en forma de patrones, que pueden constituir un fenómeno potencial.  Por ejemplo, la utilización en la interacción de los saludos, las aberturas conversacionales u otros dispositivos interaccionales. Una vez se ha identificado ese potencial fenómeno y se ha analizado un caso, el analista debe proceder a construir una colección de casos del fenómeno (o fenómenos) bajo estudio para comprobar si forman un patrón interaccional recurrente. Si ese patrón interaccional se halla repetidamente, podemos pasar entonces a describir sus características generales y formales. Así, a través de colecciones de casos del fenómeno, se pueden describir las características generales del patrón; es decir, ese tipo de características que no dependen de las identidades particulares de los interlocutores, de sus relaciones, del asunto particular de la charla, etc.  El procedimiento, por tanto, es puramente inductivo y cualitativo. De la misma forma, se puede afirmar que el objetivo no es producir generalizaciones abstractas, sino "generar descripciones formales de las acciones sociales que preserven y exhiban las características de la maquinaria que las produjo" (Benson y Hughes, 1991:131).

Otra forma de proceder a la hora de llevar a cabo una investigación utilizando el AC es el estudio de un caso (como por ejemplo en este trabajo) que, en general, debe servir para añadir evidencia empírica a hallazgos precedentes (ibid. 130-131).  De esta manera, el AC se ha convertido en una disciplina (y no sólo una metodología) capaz de generar un corpus empírico acumulativo.  

4. La unidad básica de la interacción: los pares adyacentes

Uno de los primeros descubrimientos del AC consiste en la observación que las interacciones se producen turno a turno, es decir, están organizadas secuencialmente.  Una implicación de esta observación consiste en que cada turno en el habla se entiende como una acción determinada por la previa elocución o elocuciones y por lo que el actual interlocutor hace en su turno.  La atención primaria sobre los pares adyacentes probó que las interacciones eran posibles gracias a la existencia de un ‘sistema de toma de turnos’ (‘turn-taking system’).  Considérese el ejemplo siguiente:

A: ¿Juan?
B: ¿Qué?

Éste es un ejemplo de un par adyacente.  En concreto, se trata de un par adyacente del tipo llamada-respuesta. Aunque estas elocuciones son producidas por dos interlocutores diferentes, se puede decir que forman una unidad; es decir, parece poseer una cierta estructura por qué: (1) está configurado por dos turnos; (2) se produce un cambio de interlocutor después de la producción de cada turno; (3) lo que se dice en el primer turno es relevante para el productor del segundo turno; (4) lo que se dice en el segundo turno está relacionado con lo que se dice en el primero. Su constante presencia en la conversación parece también indicar que la producción de la primera parte del par por un interlocutor, normativamente requiere la producción yuxtapuesta de una segunda acción por otro interlocutor.  Este hecho tiene varias consecuencias.  En primer lugar, implica una base metódica sobre la cual los participantes en una conversación podrían comprobar si las acciones siguientes están específicamente ausentes. En segundo lugar, puede también proveer a los interlocutores de una herramienta para discriminar si las acciones subsecuentes no están adecuadamente alineadas con las elocuciones precedentes.  En tercer lugar, delimita la responsabilidad normativa de aquellos interlocutores que producen turnos ‘deficientes’.  En último lugar, el descubrimiento de acciones yuxtapuestas en la interacción ha demostrado ser importante por qué: (a) sugiere la presencia de una estructura más amplia disponible para los interlocutores; (b) demuestra cómo éstos pueden exhibir, en acciones consecutivas, una comprensión del habla precedente; (c) nos enseña cómo se crean y se sostienen los significados compartidos. En general, pues, proporciona a los interlocutores un aparato sistemático a partir del cual pueden exhibir y actualizar su entendimiento público de sus respectivas elocuciones. También nos permite considerar a los pares adyacentes como los cimientos de aquello que denominamos ‘intersubjetividad’ (Heritage, 1984a: 259).

La importancia de la estructura del par adyacente para el análisis de la conversación no proviene de su presencia masiva en la interacción, sino por que el tipo de análisis dirigido a estas elocuciones pareadas se aplica a secuencias de habla más intricadas y extensas.  En efecto, ya hemos visto a través del análisis de pares adyacentes como el segundo interlocutor puede mostrar su comprensión de la elocución del primer interlocutor.  Aún y así, uno se podría preguntar: ¿cómo puede el segundo interlocutor mostrar que su comprensión de lo que ha dicho el primer interlocutor es la ‘correcta’? La respuesta parece bastante evidente: el segundo interlocutor puede comprobar la adecuación de su elocución en el siguiente turno del primer interlocutor.  De forma crucial, este tercer turno proporciona una ocasión al primer interlocutor para ‘corregir’ o ‘reparar’ cualquier mala interpretación surgida en la elocución del segundo interlocutor. [3]  En los siguientes turnos los interlocutores tienen la posibilidad de actualizar y, eventualmente, reparar su comprensión de los turnos precedentes.  Así, las acciones siguientes ofrecen a los hablantes la oportunidad de actualizar el sentido del transcurso de la conversación.  Dicho de otra forma, las acciones siguientes sirven para fundamentar aquello que podría ser denominado como la arquitectura de la intersubjetividad.

Otros dos comentarios parecen pertinentes. En primer lugar, las segundas acciones no se relacionan solamente con el turno inmediatamente precedente; se producen de tal manera que reflejan una comprensión de la conversación hasta ‘ahora’.  En otras palabras, las elocuciones deben exhibir, por ejemplo, coherencia temática. Es de esta manera que los interlocutores confieren sentido a su conversación. En segundo lugar, las segundas acciones no son simples reacciones a las primeras acciones.  Por el contrario, el análisis que el segundo hablante efectúa sobre el turno del primero se presenta indirectamente y debe así ser inferido.

Lo que se ha intentado demostrar en los párrafos precedentes es una visión de la interacción en que los interlocutores disponen de unas herramientas que se implementan turno a turno.  Parece obvio que si deseamos estudiar con eficacia esas herramientas necesitaremos producir un cierto tipo de análisis que preste atención a esta particular organización.  Este tipo de análisis no se podrá beneficiar de una preestipulación o del establecimiento de un sistema clasificatorio de elocuciones o de cadenas de elocuciones puesto que, como hemos visto, el sentido de una conversación se entiende en la producción de acciones consecutivas.

5. El AC y el entorno institucional: entornos formales y no formales

La forma en que los individuos se comunican no es homogénea.  Dependiendo del entorno en el que nos encontremos, nos comunicaremos de una forma u otra.  Así, nuestra conducta discursiva debe modificarse dependiendo de si interaccionamos en una clase, con el médico o si estamos en un juicio.  Cada uno de estos tipos de interacción forman lo que Sacks et al. Denominan un ‘sistema de intercambio discursivo’ (speech-exchange system) (Sacks et al., 1978).  La existencia de diferentes sistemas de intercambio discursivo permite a los analistas de la conversación efectuar análisis comparativos.  La observación de la que se parte es la siguiente:

Los sistemas de intercambio discursivo (entre los cuáles podemos encontrar la conversación ordinaria) se pueden entender como una formación lineal en función de la asignación de turnos a los interlocutores.  En un extremo de esta formación encontramos un tipo de asignación de ‘un hablante cada vez’ (por ejemplo, en la conversación ordinaria); el otro extremo implica una preasignación de todos los turnos (por ejemplo, en los debates o en las interacciones en juicios).  Finalmente, en tipos intermedios encontramos también un cierto nivel de preasignación, aunque esta se produce más ‘ad hoc’ (por ejemplo, en las reuniones) (ibid. 46).

El habla institucional se puede analizar en diversos contextos (Watson, 2000).  Las interacciones en lo que se denomina ‘contextos formales’ parecen exhibir unas características específicas.  En particular, la organización secuencial en contextos formales tiende a diferenciarse sustancialmente de la que hallamos en la conversación ordinaria.  Por el contrario, las interacciones en ‘contextos no formales’ tienden a asemejarse a las que ocurren en la conversación ordinaria. Se ha observado que los participantes en interacciones formales tales como juicios, clases, entrevistas en las noticias, etc., tienden a organizar metódicamente su conducta para exhibir y producir la ‘institucionalidad’ de su encuentro (Drew y Heritage, 1992:26). Además, su conducta está constreñida por una disminución en la variedad de opciones y posibilidades para la acción que encontramos generalmente en la conversación ordinaria. Estas variaciones respecto a la conversación ordinaria pueden proveer al analista (y, en primer lugar, a los participantes) la base sobre la cual identificar cada forma de charla institucional.  En otras palabras, estas variaciones pueden contribuir a distinguir una huella única para cada sistema de intercambio discursivo (ibid. 26). Sin embargo, como se ha propuesto en las líneas precedentes, cada forma de habla institucional no tiene un carácter esencial o distintivo.  Las variaciones encontradas en cada tipo de charla institucional, con respecto a la conversación ordinaria, son convencionales y procesales: pueden implicar diferencias interculturales, tener vínculos legales, o evolucionar con los cambios sociales (ibid. 26). Otra característica que caracteriza a los sistemas de intercambio discursivo de algunos contextos formales es que implican determinados procedimientos que deben seguirse. La adherencia a estos procedimientos puede exigir la evitación normativa (o incluso legal) de determinadas sanciones (ibid. 27). 

Otros contextos (como entornos médicos o psiquiátricos, servicios sociales, etc.) parecen implicar una configuración interaccional menos homogénea que la encontrada en contextos formales. Aunque se puedan encontrar asimetrías interaccionales (como en contextos formales), éstas parecen no ser consecuencia de sanciones normativamente instituidas (ibid. 28). Por lo tanto, el carácter no formal de las interacciones que ocurren en estos contextos se aprecia en: (a) ocurren en contextos privados y no tanto en públicos; (b) el curso de la interacción es negociable; (c) sus sistemas de intercambio discursivo son similares a la conversación ordinaria. En este sentido, parece producirse una paradoja: si son tan similares a la conversación ordinaria, ¿cómo podemos distinguirlos como sistemas de intercambio discursivo específicos? Todo apunta a que en la interacción no formal es bastante improbable encontrar secuencias específicas que indiquen su carácter institucional.  Por tanto, su ‘institucionalidad’ deberá localizarse en un complejo sistema de prácticas no recurrentes que pueden variar en su forma y frecuencia; también en determinados aspectos sistemáticos de la organización de secuencias relacionados con cuestiones tales como el inicio y el final de encuentros, las formas en que se solicita, entrega y recibe información, etc. (ibid. 28).

La entrevista en las noticias, como se ha indicado anteriormente, se considera como un tipo de interacción institucional de tipo formal y en consecuencia claramente distinguible de la conversación cotidiana.  Esta distinción se puede observar en tres aspectos:

  1. En la conversación cotidiana, los roles de informante e informado varía entre los hablantes de forma local, mientras que en la interacción en la entrevista en las noticias estos roles están preasignados.
  2. Para dar una imagen de neutralidad, los entrevistadores evitan el uso de partículas discursivas (‘oh’, ‘ah’, etc.) (Heritage, 1984b; Jefferson, 2002) habituales en la conversación cotidiana y que puedan dar sensación de empatía.
  3. Esta neutralidad no parece ser sólo un requerimiento de buena práctica periodística; la evitación de estas partículas discursivas tiene también otra misión: la de convertir al público, y no al periodista/entrevistador, como principal recipiente del discurso del entrevistado.  De esta forma, el entrevistador declina adoptar el rol de recipiente directo del discurso del entrevistado, pero manteniendo el rol de promotor de ese discurso.

6. Las ‘formulaciones’

Sacks fue el pionero en la introducción del concepto de formulaciones, y en su publicación conjunta con Garfinkel, describieron las formulaciones de esta forma:

Un interlocutor puede tratar una determinada parte de una conversación como una ocasión para describir esa conversación para su explicación, caracterización, traducción, o mencionar la esencia de ésta, u observar su adherencia o desviación de las reglas.  Es decir, un interlocutor puede utilizar una parte de la conversación como una ocasión para formular la conversación (Garfinkel y Sacks, 1970:350-1).

Considérese este ejemplo de una formulación:

A: El otro día Antonio y yo nos volvimos a enfadar
B: Eso significa que ya os vais a separar?

Como podemos apreciar en esta descripción y en el ejemplo de una formulación, estas son utilizadas por los hablantes como un mecanismo que les permite exhibir mutuamente su comprensión del sentido de lo que han hablado hasta el ‘momento’. Así, las formulaciones generan un examen de los materiales conversacionales (temas, problemas, etc.) que han sido parte de la conversación hasta ‘ahora’ (Heritage y Watson, 1979:128). En este sentido, funcionan para exhibir comprensión. Otros dispositivos conversacionales, como repeticiones (que inician secuencias de ‘reparación’), también están diseñadas para alcanzar comprensión. Sin embargo, las formulaciones no exhiben la típica ambigüedad asociada a las repeticiones. Eso es así porque las formulaciones implican una cierta transformación o paráfrasis de alguna elocución anterior, y por lo tanto "preservan las características relevantes de una elocución o elocuciones anteriores, al mismo tiempo que las modifican. Manifiestan así tres características centrales: preservación, supresión y transformación " (ibid. 129). Las formulaciones también sirven interaccionalmente para negociar, afirmar, o revisar, el sentido y la significación de la conversación como un evento que se explica por sí mismo. Así, los interlocutores pueden realinear metódicamente su sentido de la conversación hasta ‘ahora’, y lo pueden hacer desde la conversación en curso y como parte intrínseca de ella.

De los comentarios antedichos podemos entender que las formulaciones tienen, en general, el propósito de llegar una lectura común de la interacción (o partes de ella) hasta ‘ahora’. Sin embargo, puesto que una conversación (o partes de ella) son susceptibles de múltiples interpretaciones, se puede presentar un amplio abanico de lecturas. En este sentido, cualquier formulación, siendo solamente una posible lectura, puede requerir de reparación.

En conjunto, los interlocutores pueden formular el sentido o la esencia (es decir, un resumen) de lo que se ha dicho (ibid. 130), o formular una consecuencia (es decir, una implicación o versión deducida) de la conversación (ibid. 134).  Así, en el ejemplo propuesto anteriormente, se puede observar que lo que B formula es una consecuencia de la elocución de A, y A a continuación debe confirmar o rechazar esa versión deducida de lo que había dicho.

Las formulaciones se caracterizan por operar en tres niveles estructurales diferentes: elocución a elocución, organización temática de la conversación, y organización conjunta de la conversación.

En el nivel más básico (elocución a elocución), se observa que las formulaciones aparecen adyacentemente pareadas. En este sentido, generan una corta secuencia que tiene como acciones relevantes inmediatas ‘decisiones’. En particular, estas decisiones pueden adoptar típicamente la forma de "confirmaciones" o de "rechazos" (ibid. 141).  Tal como Heritage y Watson observan acerca del uso de las formulaciones, se aprecia una preferencia intrínseca por la confirmación sobre el rechazo. Esta preferencia se basa en el hecho de que un rechazo directo podría cuestionar la capacidad del otro interlocutor en cuanto a su habilidad de atención o compresión del curso de la conversación; o, en otras palabras, su capacidad como interlocutor.  Por lo tanto, no es sorprendente encontrar rechazo de formulaciones combinada con elementos confirmativos (ibid. 144-6).

En el nivel de organización temática, dado que las formulaciones constituyen una glosa de lo que se ha dicho en la conversación hasta ahora, está claro que deben desempeñar un papel importante en la articulación temática de la conversación. En efecto, se pueden usar para alinear los hablantes sobre el mismo tema, controlar el curso de la conversación, o cooperativamente decidir la importancia o significación del tema o la conversación entera (ibid. 149-51).

Finalmente, en el nivel de organización conjunta de la conversación, las formulaciones pueden funcionar para cerrar la conversación. Puesto que las formulaciones pueden usarse para cerrar un determinado tema, si el tema cerrado es el último, pueden operar para finalizar el conjunto de la conversación. Así pues, las formulaciones también funcionan para establecer los elementos ‘preservables’ y ‘recordables’ de una conversación (ibid. 155-6).  Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, se puede sugerir que las formulaciones sirven a los hablantes para exhibir que la conversación ha sido un fenómeno comprensible, coherente y ordenado.

Una cuestión relevante en estudios del AC sobre la interacción institucional (como por ejemplo la entrevista en las noticias) consiste en descubrir si una práctica interaccional determinada se utiliza de forma diferencial respecto a la conversación cotidiana. En primer lugar, tal y como observa Drew, las formulaciones se encuentran raramente en la conversación cotidiana porque "no se necesita llegar a acuerdos después de largas negociaciones” en este tipo de interacción (Drew, 2003: 306); en contextos institucionales, su presencia es mucho más significativa (Vehviläinen, 2003; Peräkylä, 2004; Antaki, Barnes y Leudar, 2005; Barnes, 2007)  En segundo lugar, en la conversación cotidiana podemos ‘formular’ de vez en cuando, pero no de la manera tan rutinaria y habitual propia de contextos institucionales (Roca Cuberes, 2001: 228; 2008).

7. Resultados

Considérese el siguiente fragmento de la entrevista entre el periodista Iñaki Gabilondo y el líder de la oposición Mariano Rajoy.

[ER: entrevistador; ED: entrevistado; F: formulación; D: decisión] [4]

1
2

ER:

 

Si usted hubiera sido (0.5) estuviera ahora de presidente (1.09) mh (0.9) que estaría pasando con Eta y con Euskadi

3
4
5
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17

ED:

 

Pues que estaría en pleno vigor el pacto por las libertades y contra el terrorismo que firmamos en la anterior legislatura .hhh que era un pacto que le decía a Eta simplemente dos cosas .hh oiga aquí estamos el partido popular y el partido socialista que se supone son los únicos que podemos gobernar España al menos en los próximos años (0.5) y los dos conjuntamente le decimos .hh la única alternativa que tiene usted es dejar las armas y yo no voy a negociar políticamente nada con usted (0.6) y hasta que no deje las armas usted no se va a presentar a las elecciones (1.0) ehh yo le voy a perseguir (0.7) naturalmente utilizando los instrumentos del estado de derecho (0.6) y al mismo tiempo seguiré promoviendo ehhh un boicot (0.5) por ser usted un grupo terrorista en Europa (0.5) exactamente eso (0.6) y eso fue ese pacto por las libertades y contra el terrorismo (0.6) lo que MÁS debilitó a Eta en los últimos treinta años

18

ER:

F→

Es decir que no habría ahora una tregua de Eta

19

 

 

                                  (1.0)

20

ED:

D-→

Va eso no lo sabemos (0.9) eso no lo sabemos

21

ER:

F→

La tregua parece estar [más o menos conectada con el (0.6)=

22

ED:

D-→

                                     [No no no no eso no lo sabemos

23

ER:

 

=con la el desarrollo del proceso

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30
31

ED:

 

Yo creo que el factor determinante fue la DEBILIDAD de Eta consecuencia del pacto por las libertades y contra el terrorismo y sobre todo la ley de partidos (0.6) .hh lo que más daño le hizo a Eta fue decir usted no se presenta a las elecciones generales a las elecciones municipales ni a las elecciones autonómicas (0.6) eso FUE (0.5) el mayor daño que se le hizo a Eta en los últimos treinta años (0.5) por tanto no sé si habría una tregua o no (0.6) no sé lo que habría (0.6) pero eso no lo sabemos

32

 

 

                                   (2.1)

33

ER:

 

Merecería la pena?

34

 

 

                                   (1.1)

35

ED:

 

El qué

36
37

ER:

 

La tregua no no le parece a usted ehhh
[una importante (0.6) posibilidad

38

ED:

D+→

[Sí hombre sí hombre ehh [hombre como es evidente ehhh que=

39

ER:

 

                                           [sí?

40

ED:

 

=que Eta no mate [(                     )

41
42

ER:

 

                              [No digo merece la pena esa
[exploración digamos que (              )

43

ED:

D+→

[Sí sí no no merece la pena es OBLIGADA

Lo primero que cabe destacar de este fragmento de la entrevista (como la entrevista en su conjunto) es que está organizada como una secuencia o cadena de preguntas y respuestas (P, R, P, R,...).  Aunque es plenamente discernible, también se puede observar que la tarea de preguntar la lleva a cabo exclusivamente el entrevistador, y la de proporcionar respuestas el entrevistado.  Este tipo de organización, naturalmente, confiere el control interaccional al entrevistador.  Puesto que las preguntas son la primera acción de un par adyacente que exigen como segunda acción una respuesta, las acciones subsecuentes del entrevistado están de alguna forma determinadas por el entrevistador.  De esta forma, es el entrevistador quien decide cuáles son los temas relevantes en este encuentro, su longitud, y la pertinencia y momento de introducir nuevos temas.

La recurrencia de este tipo de secuencias basadas en una asignación diferenciada de tipos de turno (preguntas, en el caso del entrevistador; respuestas, en el caso del entrevistado) genera un determinado tipo de efectos interaccionales en los participantes.  En particular, este tipo de relaciones fijas entre interlocutor y el tipo de turno que utiliza describe un sistema de intercambio discursivo en el que un hablante permanentemente impone sobre otro un conjunto de obligaciones secuenciales, el efecto de las cuáles es la creación de un tipo de estructura de deferencia (Frankel, 1990: 242).

Como ya se ha observado, después de formular una pregunta y obtener una respuesta, el entrevistador normalmente tiene la oportunidad de ofrecer algún tipo de acción a la respuesta del entrevistado.  Generalmente, la acción siguiente (en el contexto de una entrevista) es otra pregunta.  De particular interés es la pregunta que el entrevistador profiere en la línea 18, que ‘formula’ una implicación o versión deducida del anterior turno.  Después de haber iniciado un nuevo tema (línea 1) referido a una situación hipotética (qué haría el entrevistado si fuera presidente del gobierno en relación con Eta y Euskadi), y de la elaborada respuesta del entrevistado, el entrevistador ‘formula’ el contenido del anterior turno.  Las implicaciones de esta formulación se podrían explicitar de la siguiente manera:

  1. Esta formulación mantiene el contenido del turno anterior como objeto de una posterior y más amplia elaboración.  Por lo tanto preserva las características relevantes de esa elocución.  Así, se aprecia como se tematiza el turno anterior y no se inicia un nuevo tema.  De ahí, por tanto, su importancia en el nivel de organización temática.  Además, nos permite observar como esta formulación opera en el nivel más básico ‘elocución a elocución’ generando un par adyacente que proyecta una decisión por parte del recipiente.
  2. Selecciona un determinado elemento del turno anterior, que se ‘propone’ para que sea confirmado.  Obviamente, la selección de un sólo elemento implica la supresión de otros que no aparecen en la formulación sobre el turno anterior.  En efecto, el largo turno del entrevistado (líneas 3-17) contiene una variedad de elementos (la política llevada a cabo para limitar las actividades de Eta, la colaboración entre los dos principales partidos, la ausencia de negociación política con Eta, la efectividad del pacto, etc.) que no son incorporados en la formulación del entrevistador.  Esta formulación parece seleccionar uno de los elementos mencionados en el turno del entrevistado: la actuación de Eta en función de la política del Estado.
  3. Transforma  o modifica, en tanto que parafrasea (en este caso, una consecuencia o versión deducida), el contenido del turno anterior.  Así, en el fragmento analizado, podemos observar como “la única alternativa que tiene usted es dejar las armas y yo no voy a negociar políticamente nada con usted” (líneas 8-10) (es decir, un abandono de Eta de la lucha armada, acompañado de su propia disolución, como resultado de acoso policial y no de negociación política) es transformado en la formulación del entrevistador en la línea 18 en “es decir que no habría ahora una tregua de Eta” (entendiendo por tregua una ausencia temporal  de la actividad terrorista, sin abandono definitivo de la lucha armada, pero que podría propiciar una negociación política).  En este sentido, se puede interpretar que lo que sugiere el entrevistador sobre lo que ha dicho el entrevistado es lo siguiente: si el entrevistado fuera el actual presidente, como resultado de su hipotética política antiterrorista (basada exclusivamente en la actuación policial), no se daría el clima político y social adecuado para una tregua (qué, a su vez, pudiera favorecer la negociación política del conflicto).

Como se puede apreciar en la transcripción, la formulación del entrevistador es rechazada por el entrevistado (línea 20), pero se produce después de una pausa (de un segundo) atribuible al propio entrevistado.  La presencia de esta pausa es relevante.  Dado que existe una preferencia intrínseca en este tipo de secuencias por la confirmación sobre el rechazo, esta pausa mitiga los efectos que el impacto de un rechazo pleno y directo puede generar.  Aún y así, es un rechazo, y esto mueve al entrevistador a transformar su anterior formulación en las líneas 21-23, que es nuevamente rechazada (ahora ya de forma más contundente, en la línea 22, y después de bastante elaboración, en las líneas 30-31).

En general, el rechazo a formulaciones (aunque también otros tipos de actividades interaccionales) genera lo que en AC se denomina secuencias de desacuerdo (Pomerantz, 1984).  Los interlocutores, generalmente (es decir, normativamente), intentan evitar su aparición o, como mínimo, limitar su duración (Vehviläinen, 2001; Heritage y Raymond, 2005).  Esto es así por que generan situaciones de conflicto y, por tanto, de incomodidad.  Precisamente esto es lo que intenta el entrevistador en la línea 33: después de dos infructuosas formulaciones, ahora pasa a una pregunta directa en la que rebaja el alcance de esas formulaciones.  En efecto, ahora ya sólo pregunta si la tregua “merecería la pena” (entendiendo por tal los posibles beneficios de la ausencia de actividad terrorista), a lo cual el entrevistado ya no ofrece resistencia, sino contundencia en la confirmación (líneas 38, 40 y 43).  De esta manera se finaliza la secuencia de desacuerdo.  El acuerdo alcanzado, no obstante, ha implicado cesiones por ambas partes.  El entrevistador ha cedido ampliamente y ha reducido su formulación original a los obvios beneficios de una situación de tregua; el entrevistado ha admitido la hipotética posibilidad de explorar una tregua que, en el contexto político español, podría eventualmente conducir a negociación.

8. Conclusiones

Un significativo número de estudiosos de fenómenos mediáticos han utilizado profusamente diferentes variantes de metodología cuantitativa para estudiar el contenido de los mensajes en los medios.  En este trabajo se ha propuesto el uso de una técnica cualitativa (y por tanto, inductiva) para el análisis de mensajes que nos llegan a  través de interacción real en el ámbito de la producción audiovisual.  En efecto, la aplicación del AC al estudio de mensajes puede contribuir a contextualizar las particularidades de la generación de esos mensajes, más allá de la contabilización de su mera ocurrencia.  Además, como hemos visto, el tipo de análisis propuesto puede contribuir a desarmar algunas de las dicotomías tradicionales en la teorización de la comunicación social como la discontinuidad entre comunicación masiva e interpersonal, entre el contenido de las noticias y sus procesos de producción, y entre las esferas pública y privada de la vida social.

El objeto de estudio de este trabajo, la entrevista en las noticias, es de gran interés no sólo mediático, sino político y por ende, público.  Como se ha señalado, ésta se ha convertido progresivamente en un instrumento de enorme utilidad para la transmisión de información política tanto para productores, periodistas, políticos, y para su recepción en el público.  Su estudio sistemático, por tanto, nos puede ayudar a revelar los parámetros sobre los que se sustenta el debate público.

En cuanto a los resultados empíricos de esta investigación se ha demostrado, en primer lugar, que la implementación de secuencias pregunta-respuesta (en las que recurrentemente un interlocutor pregunta y el otro responde) generan un efecto interaccional determinante: conceden al entrevistador el control de la agenda temática de la entrevista.  Esto permite al entrevistador determinar qué temas, y con qué profundidad, deben tratarse.  El resultado último de este procedimiento es la creación de un tipo de estructura de deferencia.

Una mera adherencia al estilo periodístico de imparcialidad y neutralidad implicaría, a nivel interaccional, una mera sucesión de preguntas. [5]  De alguna manera, el rol del entrevistador se limitaría al de simplemente proporcionar encabezamientos temáticos que los entrevistados podrían responder fácilmente.  Para evitar los efectos de entrevistas de este tipo (es decir, estatismo en la entrevista y el consecuente aburrimiento en la audiencia), no es de extrañar que los periodistas recurran al uso de mecanismos como las formulaciones, que en cierta manera constituyen comentarios a las respuestas de los entrevistados.  Su uso permite al entrevistador ciertos objetivos: clarificar, transformar y proponer alternativas a las afirmaciones del entrevistado, o desafiar sus afirmaciones.  En definitiva, son de utilidad para alcanzar un estilo periodístico más penetrante, flexible, dinámico y vivo que permita conectar mejor con el objeto final de la entrevista: la audiencia.

De todos es sabido la habilidad de los políticos para ‘no responder’ a preguntas.  Dadas las características secuenciales de las formulaciones, éstas parecen acometer otra finalidad práctica: como hemos visto en el fragmento transcrito, pueden permitir al entrevistador ‘fijar’ al entrevistado y evitar que se escabulla de determinadas cuestiones; este último debe confirmar o rechazar (pero en última instancia posicionarse sobre) aquello que se le ‘formula’.

En conclusión, como resultado de la utilización de secuencias pregunta-respuesta y formulaciones (y también de otros mecanismos interaccionales que no se analizan en este manuscrito), se califica a la entrevista en las noticias como un evento interaccional asimétrico.

9. Apéndice: símbolos de la transcripción

Los símbolos de transcripción que se detallan a continuación han sido desarrollados por Gail Jefferson (1978: xi-svi).

    a) Solapamiento en el habla:

Los corchetes indican el inicio y el final de habla solapada:

A: No sabía [que]
B:                 [es  ] verdad

    b) Elocuciones contiguas:

El signo ‘igual’ simboliza contigüidad entre las elocuciones producidas por dos hablantes distintos, o la continuación de la elocución de un mismo hablante que es interrumpido por otro:

A: Esperemos=
B: =Vale

    c) Intervalos de tiempo dentro de las elocuciones, y entre ellas:

Los números entre paréntesis cuantifican en décimas de segundo los silencios:

A: Él (0.5) subió montaña arriba
                 (1.3)
B: Sí? Hasta dónde

    d) Prolongación del habla:

Los dos puntos señalan la prolongación del sonido precedente.  El incremento en símbolos de dos puntos indica una prolongación más extensa:

A: Me fue: bien
B: Fantá:::stico

    e) Entonación:

El signo de interrogación y el de exclamación no se utilizan como símbolos gramáticos, sino como símbolos de entonación.  De esta manera, el signo de interrogación expresa una inflexión creciente, y no necesariamente una pregunta.  El signo de exclamación indica un tono animado, y no necesariamente una exclamación:

A: De verdad lo crees?
B: Pues sí!

    f) Énfasis:

Las mayúsculas indican distintas formas de énfasis, como un tono elevado:

A: Es que tiene TANTOS libros

    g) Sonidos aspirados:

Una ‘h’ marca sonidos de respiración audibles.  Cuantas más ‘h’, más prolongado es el sonido de respiración.  Cuando la ‘h’ es precedida de un punto indica una inspiración; sin punto indica una expiración:

A: .hhh hhh pues supongo que sí

    h) Palabras o elocuciones no audibles:

La colocación de palabras entre paréntesis señala que el transcriptor no está seguro que esas sean las palabras que se han pronunciado.  La no colocación de palabras entre paréntesis indica que esas palabras eran indescifrables:

A: (Es verdad?)
B: (          ) pero no estoy seguro

    i) Explicaciones contextuales:

Las palabras entre doble paréntesis son explicaciones de detalles que se producen durante la interacción:

A: Bien ((tos)) no lo sé
    ((sonido del micrófono))
B: ((balbucea)) Yo tampoco

10. Bibliografía

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11. Notas

[1] La disciplina ‘hermana’ del AC, el análisis del discurso, sí ha conseguido un elevado grado de difusión y aplicación en el estudio de la comunicación social en el ámbito hispanoamericano.  Véase, por ejemplo, el estudio de Mengo (2005).

[2] Véase el apéndice sobre símbolos de la transcripción.

[3] Véase Schegloff (2006) para una descripción y actualización del concepto de ‘reparación’ como mecanismo interaccional.

[4] Véase el apéndice sobre símbolos de la transcripción.

[5] Este es un ideal periodístico que, como indirectamente muestra este estudio, puede ser precisamente indicativo de todo lo contrario.

*****

El autor es profesor de Teorías de la Comunicación y Métodos de Investigación en Comunicación
Departamento de Comunicación - Facultad de Comunicación - Universidad Pompeu Fabra (España)
La Rambla, 30-32 - 08002 Barcelona - Teléfono (34) 93 5422277

Doctor en Sociología por la University of Manchester (Gran Bretaña), Máster en Métodos de Investigación social por la University of Manchester (Gran Bretaña) y licenciado en psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Ha dedicado buena parte de su trabajo en la investigación de la interacción en entornos institucionales, con especial atención al estudio del discurso mediático.  Este trabajo ha sido presentado en diversos congresos nacionales e internacionales. 

Ha publicado recientemente el artículo "Membership Categorization and Professional Insanity Ascription" en la revista Discourse Studies.  En la actualidad forma parte del equipo de investigadores de, entre otros, el proyecto de investigación dirigido por Teun A. Van Dijk y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación ‘Estrategias Epistémicas en el Discurso, la Interacción y la Comunicación’.


FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

Roca Cuberes, Carles (2008): "Algunos usos de las formulaciones en la entrevista en las noticias". Revista Latina de Comunicación Social, 63, páginas 463 a 472. La Laguna (Tenerife): Universidad de La Laguna, recuperado el ___ de ________ de 2_______, de
http://www.revistalatinacs.org/08/39_796_58_Pompeu/Carles_Roca_Cuberes.html
DOI: 10.4185/RLCS-63-2008-796-463-472