Revista
Latina de Comunicación Social 63 - 2008
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Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información
y Nuevos Análisis de Comunicación Social |
El nacimiento de la prensa del motor en España. Las primeras revistas del automóvil Dra. Carmen López de Aguileta Clemente [C.V.] Profesora del Área de Publicidad y Relaciones Públicas - Universidad de Vigo - caguileta@uvigo.es Resumen: La presente investigación tiene como objetivo realizar una aproximación histórica al nacimiento de las revistas del automóvil en España. Para ello, nos remontamos hasta los primeros años del siglo XX, momento en que surgieron las primeras publicaciones especializadas en el tema. La aparición del nuevo medio de locomoción y su rápido desarrollo, junto al creciente interés del público en general por los automóviles, favorecieron la aparición de un nuevo tipo de publicaciones y su consolidación en el mercado, fundamentalmente durante la década de los años veinte y en los años previos a la Guerra Civil. Para llevar a cabo la investigación, se ha realizado un vaciado hemerográfico de publicaciones que guardaban relación con el deporte en general y con el automóvil en particular. Su análisis posterior nos ha permitido conocer detalles concretos y específicos de cada una de ellas. Abstract: The objective of this article is to achieve a historic approximation of the the birth of car magazines in Spain. For this, the research goes back to the beginning of the 20th century when the first specialized publications in this topic arose. The appearance of a new means of locomotion and its rapid develpment as well as the increasing interest of the general public for cars favored the appearance of new types of publications and its consolidation in the market, fundamentally during the decades of the twenties and in the years before the Civil War. To carry out this research an intensive investigation was done in the newpaper library of publications regarding the sport, specifically in cars. Later analysis has allowed us to know specific and conrete details of each publication. Key Words: Birth cars magazines; specializing magazines the beginning of the 20th century; car magazines in Spain; sports in Spain; sports magazines; El Automovilismo Ilustrado; España Automóvil; Automovilismo-Electricidad-Maquinaria; Kinos; Auto-Moto; Stadium; La Velocidad; El Mundo en Auto; Hispano Suiza. Sumario: 1. Introducción. 2. Metodología de la investigación. 3. Resultados. 3.1. Los deportes en España a principios del siglo XX. 3.2. La prensa deportiva y las revistas especializadas. 3.3. El nacimiento de la prensa del automóvil en España. Las primeras revistas del motor. 4. Conclusiones. 5. Referencias Summary: 1. Introduction. 2. Methodology. 3. Results. 3.1. The sports in Spain at the beginning of the 20th century. 3.2. The sports press and the specializing magazines. 3.3. The birth of the car press in Spain. The first car´s magazines. 4. Conclusions. 5. References. 1. Introducción Las revistas deportivas y del motor conforman hoy en día un segmento muy importante del mercado español, ello es debido, fundamentalmente, por elevado número de títulos que lo componen más que por el volumen de ejemplares que se venden (OJD 2008). Sin embargo, esto no ha sido siempre así. Entre los años 1900 y 1936 el mercado del automóvil en España no había alcanzado la dimensión de otros países, ni desde el punto de vista de la producción, ni por supuesto tampoco por el número de automóviles matriculados, y se situaba por debajo del de otros países europeos como Francia, Inglaterra, Italia o Alemania. Sin embargo, estas circunstancias no supusieron un obstáculo para la aparición y consolidación de algunas publicaciones que dedicaban una gran parte de sus contenidos al tratamiento del tema automovilístico. A pesar de ello no es fácil encontrar referencias explícitas de estas publicaciones en los textos que abordan la historia de la prensa de forma general, aunque sí se hacen eco de otras muchas cabeceras de especialidades y temáticas muy diversas. En este contexto nos hemos planteado como objetivo fundamental realizar un acercamiento al nacimiento de las revistas del motor, y más concretamente a las revistas del automóvil. Las principales dificultades que encontramos en nuestra investigación parten, en una primera instancia, de la localización de ejemplares centrados en el tema de estudio, así como de las condiciones en que se encuentran éstos. Salvados estos obstáculos la sola revisión y análisis de la prensa finisecular ya permite percibir el interés y la curiosidad que la nueva forma de desplazarse despertó, desde sus mismos inicios, entre la población. Se trataba de un invento absolutamente novedoso y del cual se conocía muy poco. Esta circunstancia generó una creciente demanda de información, tanto técnica como mecánica, por parte de los lectores. El público quería conocer todos los entresijos que permitían el funcionamiento de los automóviles, así como sus detalles técnicos. En este contexto comenzaron a aparecer en diferentes publicaciones artículos que trataban el tema de forma muy minuciosa, haciéndose muy valiosa la colaboración de expertos y especialistas. En el año 1891 la revista La Ilustración Artística ya dedicaba un amplio artículo ilustrado, dentro de la sección científica, a explicar a sus lectores el proceso de funcionamiento de “Los coches movidos por el petróleo” (Tissandier G. 1891: 766). A medida que pasaban los años, el tema ya comenzó a ser abordado en todo tipo de publicaciones, pero fueron las de contenido deportivo y las de corte magazín, las que dedicaron un mayor espacio al tratamiento del mismo. El incesante crecimiento de automovilistas y de actividades relacionadas con el automóvil, que se llevaban a cabo, provocaron un incremento en el interés de los lectores por cuestiones más específicas y concretas relacionadas con la materia. Todo ello favoreció la aparición de revistas dedicadas, en su mayor parte, al tratamiento del tema automovilístico desde diferentes perspectivas. Los artículos que aparecían en estas publicaciones hacían referencia a nuevas aplicaciones, al desarrollo y resultados de pruebas automovilísticas, así como a todo tipo de eventos que se llevaban a cabo, y de forma más genérica al tratamiento de otros aspectos como el ocio, los viajes y los deportes, pero que daban cabida al automóvil. 2. Metodología de la investigación Para ahondar en el conocimiento de las primeras revistas del automóvil que aparecieron en España durante los años que transcurrieron en el primer tercio del siglo y, como consecuencia del vacío existente al respecto, ha sido necesario acudir a textos específicos que tratan la historia del automóvil y del automovilismo de forma detallada y pormenorizada, así como a la propia investigación empírica. Esta última nos ha obligado a consultar un importante fondo documental, el cual, posteriormente nos ha permitido entrar en contacto con muchas de las revistas existentes durante aquel período. Esta circunstancia nos ha facilitado el conocimiento de las cabeceras más importantes, así como profundizar en algunos detalles relativos a las mismas, como el nombre y el subtítulo, el año de aparición, la periodicidad, el precio, etc. Para presentar los datos obtenidos en la investigación, en primer lugar realizaremos una breve contextualización de la afición y de la práctica deportiva existente en España en los primeros años del siglo XX. Asimismo, realizaremos una aproximación a las principales cabeceras deportivas existentes en nuestro país, para concluir con un acercamiento y exposición al nacimiento y aparición de las cabeceras del motor y del automóvil más destacadas a nivel nacional en aquel periodo. 3. Resultados de la investigación 3.1. Los deportes en España a principios del siglo XX Durante el siglo XIX apenas se practicaba en España ningún deporte y, sólo en las últimas décadas del siglo y durante los primeros años del siguiente, el público comenzó a interesarse y a realizar algunos de ellos. La mayor parte de los “sports”, más populares hoy en día en nuestro país, comenzaron a practicarse como consecuencia de los nuevos aires llegados, en su mayor parte, de Europa. La práctica deportiva, al igual que ocurrió en otros muchos ámbitos de la vida española, se repartió de forma desigual entre las distintas edades y clases sociales. Los nobles, se entregaron a la caza, al tenis, a las carreras de caballos y al polo. Los jóvenes más audaces y pudientes a la vela, al automovilismo, al rugby y al foot-ball y las clases más populares al ciclismo y a las carreras pedestres.
A finales de la década de los años veinte la práctica deportiva ya llegaba a todos los rincones de la geografía española. Este rápido crecimiento de la afición deportiva no pasó desapercibida para nadie, y en este sentido fue recogida y reflejada por muchos cronistas de la época, y puesta de manifiesto en diversos artículos del momento. “En las grandes ciudades como en las poblaciones de relativa importancia, por doquiera que se extienda la mirada, surge a la contemplación del espectador un campo deportivo. Se han puesto de moda las carreras pedestres y ciclistas, y ya, a cada paso se ven por los paseos a adolescentes que corren entrenándose para esas pruebas. El pugilato, conceptuado como deporte es brutal, ha adquirido a grandes pasos numerosos adeptos, el automovilismo, la aviación y el motociclismo, es decir los deportes motoristas van propagándose con pasos firmes, la afición al alpinismo, así como a los deportes de nieve, progresa de una manera ostensible; y se puede decir lo mismo de otras innumerables manifestaciones como el “hockey”, atletismo en sus diversas variedades, patinación [sic], golf, lucha, “basket-ball”, polo, “rugby”, natación, “lawntennis”, aerostación, etc.” (Acisclo Karag. Catálogo Oficial de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla 1929: 223). 3. 2. La consolidación de la prensa depertiva y de las revistas especializadas La coyuntura industrial existente en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX apuntaló cada vez más el capitalismo burgués, “contexto que, junto con la ampliación de la democracia política y el acceso a la educación, favorece tanto la formación de un nuevo proletariado como el ascenso de una capa media. Estos elementos hacen de ellos un nuevo público ávido de noticias, información y distracción” (Alonso, B. 2007). La demanda de información y distracción a las que se refiere Alonso, junto al éxito alcanzado por algunos “sports” y, sobre todo, el logrado por los deportes espectáculo dieron lugar a la aparición de una gran afición entre la población. Una cosa llevó a la otra y, el interés por informarse acerca de la materia favoreció su tratamiento en distintas publicaciones. De este modo el deporte fue tratado en publicaciones que hasta entonces no habían prestado atención a las noticias e informaciones que generaban la practica de ellos. En este sentido se expresaba Joaquín Marín al afirmar que “el deporte fue introducido en los diarios al darse cuenta los propietarios de los periódicos del interés que dicha actividad despertaba en los ciudadanos" (en de la Cruz, Juan Francisco 2002). Pero la información deportiva no sólo encontró cabida en los diarios, sino que también ganó su espacio en algunas de las revistas ilustradas más importantes de la época como Blanco y Negro, La Esfera, Mundo Gráfico, etc. No obstante, fueron las publicaciones que abordaban el tema deportivo de forma exclusiva, las que dieron una mayor cobertura informativa y dedicaron más espacio al mismo. Frente al tratamiento genérico que hacían de la materia las primeras, la profusión y profundización de la información caracterizaba a las segundas. A este respecto se referían Seoane y Saiz al expresar “Al mismo tiempo que se introducen, tímidamente, según hemos visto, secciones especiales en los diarios, las revistas de espectáculos y de sociedad les dedican un espacio en sus páginas y surgen incluso publicaciones exclusivamente deportivas” (1998: 179). La prensa deportiva encontró un terreno abonado en el que no le fue difícil su proliferación favoreciendo la aparición de muchas cabeceras de esta índole a lo largo de los años. Su característica fundamental radicaba entonces, al igual que ocurre en la actualidad, en incluir información exhaustiva acerca de varios deportes, o de todos aquellos a los que hacía referencia en la cabecera y subtítulo de la misma. De este modo cada deporte encontraba su espacio para dar información de forma completa y específica, y cada afición o público encontraba su publicación para informarse. En este contexto la proliferación de las publicaciones especializadas se produjo de forma rápida y como consecuencia de “una exigencia de la propia audiencia cada vez más sectorizada y como una necesidad de los propios medios por alcanzar una mayor calidad informativa y una mayor profundización en los contenidos. Se trata de lograr una prensa en profundidad" (Fernández del Moral, J. y Esteve, F. 1993: 53, en Fernández Obregón, Francisco Javier. 1998). En este sentido, la especialización de contenidos junto a la segmentación de la audiencia han sido, desde los primeros años de la existencia de las revistas, las principales características que las definieron, “esta virtualidad para alcanzar segmentos concretos del mercado, según Jugenheimer, es su más genuino atributo” (Cabello, F. 1999: 22). Una de las primeras publicaciones deportivas españolas que apareció fue la revista El Cazador en el año 1856 en la ciudad de Barcelona. Posteriormente hubo que esperar más de dos décadas para ver surgir otra nueva revista en la materia, y en 1878 lo hacía en Madrid La Ilustración Venatoria. Periódico de caza y pesca, de sport y recreo campestre, de aclimatación y cría de animales domésticos y de cuanto tenga relación con la agricultura y con los deleites de la vida del campo. A partir de ese momento comenzaron a aparecer, de forma más habitual, nuevas publicaciones. En 1885 surgió la revista Crónica del Sport, ilustración quincenal deportiva, con información de carreras de caballos, regatas, tiro de pichón, velocipedismo y noticias de sociedad. En 1887 lo hacía El Sport Español, que contenía mucha información acerca del ciclismo y de la hípica. Y en el año 1897 inició su andadura la revista Los Deportes, revista española ilustrada de automovilismo, ciclismo, aviación y demás deportes. Esta última ya incluía en su subtítulo el tratamiento de deportes relacionados con el motor, como el automovilismo y la aviación. Posteriormente, en la década de los noventa les llegó el turno al semanario Veloz Sport y El Cardo, esta última alternaba el deporte con el arte y la política, y se publicó ente los años 1894 y 1905. Siguiendo el camino iniciado por las más veteranas publicaciones deportivas, con la llegada del nuevo siglo surgieron otras muchas. En 1900 vio la luz en Madrid La Revista Ilustrada de Sports que comenzó como semanario político y literario. En 1903 le tocó el turno a Gran Vida, revista ilustrada de Sport, que con el pasar de los años evolucionó, sobre todo en sus contenidos, para dar cabida a otro tipo de información, y en la década de los veinte transformó su subtítulo por el de Revista ilustrada, turismo, deporte, fotografía. A medida que la primera década del siglo XX avanzaba nuevos deportes fueron adquiriendo importancia, de tal modo que estos eran tratados junto a otros en las publicaciones existentes. En esos años también surgió el primer diario deportivo español. El 1 de febrero de 1906, nacía en la ciudad de Barcelona El Mundo Deportivo. Automobilismo [sic], Ciclismo, esgrima, atletismo, náutica, football, tiro, pelota vasca, hípica, gimnasia, law-tennis, turismo, aerostatación, con una periodicidad semanal, “para transformarse en diario en 1929” (Díaz-Noci, Javier: 2000). En 1910, el mismo año en que concluía la década, también surgió el periódico semanal El Sport, que se publicaba todos los lunes. La segunda década continuó con la inercia de años previos, y en mayo de 1911 surgió la revista quincenal Sports. En 1913 le llegó el turno a España Sportiva en Madrid, y ese mismo año aparecía en Sevilla la revista Sport Sevillano. Dos años más tarde en 1915, lo hizo el Heraldo Deportivo que con los años alcanzó un gran prestigio y, un año después, en 1916 apareció la revista Madrid-Sport, de nuevo en Madrid. Posteriormente, los años veinte fueron testigos de la aparición de nuevos soportes de carácter deportivo, entre los cuáles se encontraban La Jornada Deportiva. Periódico Ilustrado de crítica e información deportiva, cuyo primer número apareció el 10 de octubre de 1921. Dos años después en 1923 surgió Aire Libre, revista semanal deportiva. Y en 1924 le toco el turno a un nuevo diario deportivo, en Bilbao, Excelsior con periodicidad diaria desde su primer número. En 1926 El Diario Deportivo, tras dos décadas de existencia, cambió su periodicidad pasando de semanal a diaria. Los años treinta también fueron testigos de nuevas apariciones y el 7 de junio de 1932 nació el diario deportivo As, como semanario (Esteve, F. y Fernández del Moral, J. 1999: 276- 278). El interés que despertaba cualquier acontecimiento que se celebraba, por los diferentes puntos de la geografía, relacionado con los automóviles provocó que fuera habitual encontrar noticias y artículos referidos al tema, no sólo en las publicaciones deportivas sino también, incluso, en algunas publicaciones de información general, así como en las más veteranas revistas de sociedad de la época, -no debemos olvidar que, sobretodo, durante los primeros años el automóvil era un artículo de lujo y por lo tanto estrechamente relacionado con el status social-. Revistas como Gran Vida, La España Sportiva, Heraldo Deportivo, Campeón, Sports, Aire Libre, El veloz, El Cardo, La Jornada Deportiva, etc., se hacían eco de todo tipo de noticias relacionadas con los automóviles y los automovilistas y, era habitual encontrar entre sus contenidos información relacionada con estos. 3.3. Las primeras revistas del motor en España. Entre El Automovilismo Ilustrado y La Hispano Suiza Las primeras revistas del motor surgieron con gran fuerza en Francia durante la última década del XIX, proliferando de forma imparable a partir de ese momento. El crecimiento de este tipo de publicaciones fue tan grande que antes de iniciar el nuevo siglo, ya existían, en el país vecino, casi una veintena de ellas. En España, por su parte, cada año se incrementaba el número de automóviles y de automovilistas. Además cada día que pasaba se sumaban a sus filas nuevos aficionados, los cuáles demandaban información concreta y específica relativa a diferentes aspectos relacionados con estos. Surgían nuevos modelos de vehículos, se producían importantes avances mecánicos y técnicos, se celebraban exposiciones y salones, se organizaban muchas pruebas en distintas ciudades y puntos de la geografía española, se batían nuevos récords, etc. En este contexto, una parte del público deseaba conocer la máxima información posible de todas las novedades y acontecimientos relacionados con la materia, así como otras cuestiones relacionadas con el estado de las carreteras, las nuevas leyes y ordenanzas que se promulgaban, etc. Todo ello favoreció la aparición de un tipo de publicaciones nuevas, dedicadas exclusivamente o casi en exclusivo al tratamiento del tema automovilístico. Antes de pasar a la descripción de las distintas publicaciones es importante que tengamos en cuenta que todas y cada una de ellas están definidas por unas características particulares y específicas, especialmente referidas a la duración en el tiempo de las mismas, a su periodicidad y a sus contenidos. Frente a publicaciones con una breve vida y por lo tanto con muy pocos números publicados, encontramos otras que se extendieron más de tres décadas, y en consecuencia cuentan con un importante fondo de ejemplares editados. Respecto a la periodicidad, cabe señalar que unas eran semanales, otras quincenales, mensuales, o incluso trimestrales. Y respecto a los contenidos, indicar que si bien algunas dedicaban sus contenidos, casi en exclusiva al tema automovilístico, otras compartían espacio con otros deportes, temas y ámbitos. El 10 de noviembre de 1899 de la mano de Domingo Tamaro y Roigy, colaborador directo de Emilio de la Cuadra, vio la luz, en Barcelona, la primera revista especializada del automóvil con el nombre El Automovilismo Ilustrado, la cual tenía una periodicidad quincenal. Dos años más tarde, el 30 de julio de 1901, aparecía en el mercado la Revista del Automovilismo, promovida por Gabriel de Casas, pero en su sexto número transformó su nombre por el de Revista de Automovilismo y Electricidad. Sin embargo, no fue este su último cambio, ya que en 1905 daba comienzo una nueva etapa que se iniciaba con otra modificación de su nombre, el cual fue una evolución de los dos anteriores, probablemente en un intento de dar cabida y abordar otros aspectos y temáticas relacionadas con el tema, así el nuevo nombre adoptado por la publicación fue el de Automovilismo-Electricidad-Maquinaria. Revista Quincenal de Invenciones Prácticas (f.1).
En 1907 el Real Automóvil Club de España -RACE-, iniciaba la publicación de su revista España Automóvil. Revista Técnica del Automovilismo y sus Aplicaciones Industriales, con una periodicidad quincenal, se publicaba los días 15 y 30 de cada mes (f.2). Esta prolongó su vida durante casi tres décadas, a lo largo de las cuáles sufrió varias transformaciones. El primer cambio se produjo el 15 de junio de 1911, coincidiendo con la publicación del nº 11, se amplió el nombre con la palabra Aeronáutica, quedando como España Automóvil y Aeronáutica. La tipografía también evolucionó hacia formas más acordes con los nuevos tiempos, y lo mismo ocurrió con la cabecera (f.3). El siguiente cambio se llevó a cabo en la segunda quincena de 1928, pero en esta ocasión la transformación afectó al propio nombre de la publicación, el cuál fue sustituído por el de Kinos (f.4), con el que permaneció hasta su desaparición al llegar la Guerra Civil.
El 1 de mayo de 1911 apareció la revista Stadium. Revista selecta Ilustrada de Motor, Turismo y Deportes (f.5). Aunque en su subtítulo hacía referencia también al turismo y a los deportes, la mayor parte de sus contenidos estaban dedicados al tratamiento del tema automovilístico. Esta publicación se convirtió, durante muchos años, en una referencia importante tanto para los aficionados como para la industria automovilística que insertó en ella mucha publicidad. En enero de 1917 apareció en Madrid la revista El Motor, de periodicidad trimestral (f.6).
Un año más tarde, el 1 de septiembre de 1918 siguiendo los pasos de su homólogo madrileño, el Real Automóvil Club de Cataluña -RACC- junto al Real Moto Club -RMC- iniciaron, en Barcelona, la publicación de su revista Auto Moto. La publicación catalana también tuvo varias etapas diferentes. La primera época se extendió desde el año de su nacimiento en 1918 (f.7) hasta 1928, pero en ella hubo diferentes periodos marcados fundamentalmente por cambios estéticos en el diseño de la portada. En 1924 se llevó a cabo el primero de estos cambios, que afectó a la tipografía del nombre y a su presentación, que aportaron un carácter más moderno a la misma (f.8). En mayo de 1928 se llevó a cabo un nuevo cambio, que la propia revista de nomino como “vida nueva”, que surgía con un espíritu innovador y con el objetivo prioritario de ofrecer a sus lectores continuidad en su aparición, ya que las etapas anteriores se habían caracterizado por una irregular aparición de la misma. En esta ocasión la modificación no sólo afectó a la portada sino que también se extendió, de forma evidente a su logotipo, a pesar de que el nombre permaneció siendo el mismo (f.9). Posteriormente, en enero de 1932, se puso en marcha la segunda etapa de la revista, tal y como se reflejó en la portada de la misma, pero en esta ocasión el cambio afectó fundamentalmente al nombre, transformando el inicial por el de HP Auto-Moto. Revista mensual técnica y deportiva de automovilismo, motociclismo & Órgano del Automóvil Club y del Moto Club de Cataluña, (f.10) con el cual permaneció hasta su desaparición.
En la década de los años veinte, el automóvil vivió unos años dorados, el número de automóviles matriculados se incrementó de forma vertiginosa y ello se reflejó en toda la prensa dedicada al tema en aquellos años. No solamente en el número de publicaciones, que crecieron de forma considerable, sino también en la cantidad de publicidad que éstas contenían. Comenzó la década con la aparición de una nueva publicación, La Velocidad, Órgano de la Sociedad de Chauffeurs y Aspirantes. Un año después en 1921 surgió la revista Automóvil Comercio. Revista de la Industria y comercio del Automóvil en España. Y al año siguiente, en 1922, le tocó el turno a la publicación El Volante. Revista Ilustrada de divulgación técnica y profesional del automovilismo. Esta publicación, tal y como rezaba en su cabecera era el “Órgano oficial de la Federación de Alquiladores de Automóviles de Barcelona y su Mutua Regional de Seguros (f.11). En enero de 1924 apareció la revista El Mundo en Auto, de periodicidad mensual (f.12), y en julio de 1925 nació la revista Automóvil. Publicación Oficial del Montepío de San Cristóbal Chauffeurs de Barcelona también mensual (f.13).
A lo largo de toda la década y en los años previos a la Guerra Civil, el automóvil alcanzó en España una importancia significativa y el deporte automovilístico aún más. El circuito de Lasarte de San Sebastián se había convertido en un referente nacional e internacional de importantes pruebas automovilísticas. Desde 1923 hasta 1935, con la sola excepción de los años 1931 y 1932, en los que no se celebraron prueba alguna, se llevó a cabo en el circuito donostiarra la Gran Semana Automovilística. En él se celebraron los Grandes Premios de España de Automovilismo, así como el Gran Premio de Europa en el año 1926, situando la cita donostiarra en el gran protagonista español del automovilismo. La expectación y el interés que despertaba el automóvil, en aquellos años, entre el público en general contribuyó al desarrollo y consolidación de este tipo de publicaciones, respaldadas por una afición ávida de noticias. Un público que no se conformaba con información de nuevas marcas y modelos, sino que también quería recibir más información acerca de las más prestigiosas y punteras marcas del momento como Bugatti, Delage, Amílica, Peugeot, Salmson, Hisparco, o Hispano Suiza, entre otras. Por otro lado, los más famosos pilotos del momento se habían transformado en grandes ídolos, en ases del volante, Nuvolari, Enzo Ferrari, Benoist, Wagner, Bartolomeo Constantini, Jules Goux, Emilio Materassi, o los españoles, Joaquín Palacios, Óscar Leblanc, entre otros muchos, acaparaban en cada prueba los titulares de la prensa nacional e internacional. Toda la información, que se producía en torno al tema, traspasó el puro ámbito de la prensa especializada, alcanzando, incluso, una amplia repercusión mediática en la prensa de información general y por supuesto en toda la deportiva. Año tras año, continuaron apareciendo nuevas cabeceras. En 1925, la marca Hispano Suiza inició la publicación de su revista francesa La Hispano Suiza Revue et Bulletin Technique, de la que se hacía una versión española en Barcelona. Se publicó desde 1925 hasta 1935, con una periodicidad bianual. Posteriormente, durante algunos años se publicaron algunos números que se titulaban simplemente La Hispano Suiza y en 1938 salió un único número de la Revista Técnica de Orientación Profesional de Hispano Suiza, Industria Colectivizada. En 1927 le tocó el turno a la revista Motor Sport. Revista mensual del motorismo deportivo y a la revista Automóvil Industrial. Reseña quincenal del progreso de los transportes mecánicos defensa y estudio de ellos (f.14).Los escasos seis años transcurridos, en la década de los treinta, previos al estallido de la Guerra Civil española, también fueron testigos de la aparición de nuevas cabeceras. En 1930 lo hacía la revista mensual HP Revista Técnica Industrial de Automóviles Motorismo y Ciclismo (f.15). Y en 1932, siguiendo los pasos de Hispano Suiza, la marca Ford dio luz verde a la publicación de una revista específica de su marca, la revista Ford, de estilo magazín incluía contenidos concretos de la marca y de sus productos, pero también artículos relacionados con el ocio, el turismo, etc. (f.16). En 1934, el Automóvil Club de Valencia, puso en marcha su publicación mensual Rutas. En enero de 1935 se inició la publicación Autopistas desde Madrid. Y en abril de 1936, pocos meses antes del estallido de la Guerra Civil, se editó la revista Auto.
Por supuesto, junto a las revistas, hasta aquí reseñadas también se editaron, durante estos años, otras menos conocidas y de menor duración como Auto Nación, El Chauffeur Español, Autotécnica, etc., así como otras muchas repartidas por toda la geografía española, pero de difusión autonómica y local como la revista del Autoaeroclub de Galicia en 1930, o Auto-Gerunda. Órgano Oficial del Montepío S. Cristóbal, Chofers de Gerona y su provincia, en 1935, entre otras muchas. Tampoco debemos olvidar la existencia de otras publicaciones que eran traducciones de revistas extranjeras como El Automóvil Americano, pero todas ellas desaparecieron del panorama español con el estallido de la Guerra Civil. Además del importante grupo de revistas que conformaron las revistas del automóvil, de aquellos años, existieron otras publicaciones y documentos de carácter no periódico, como los programas de pruebas, las guías, los álbumes, los anuarios, etc., cuyos contenidos dedicados por completo y en exclusiva al tema automovilístico aportan a la historia del automóvil una información muy valiosa. 4. Conclusiones A pesar de que, durante el primer tercio del siglo XX, la industria automovilística no se desarrolló en España del mismo modo que lo hizo en otros países europeos, y en consecuencia tampoco alcanzó la dimensión de éstos, la gran afición que mostró el público español por todo lo relacionado con el tema deportivo en general y el automovilístico en particular, fue una constante desde el mismo momento de la aparición del nuevo medio de locomoción. Esta afición fue, precisamente, la que impulso el nacimiento, desarrollo y consolidación de la mayor parte de las publicaciones de automóviles durante muchos años. Las revistas ilustradas fueron las primeras que se hicieron eco de noticias e informaciones relacionadas con el automóvil. Desde los primeros años del siglo las más importantes revistas ilustradas de la época se hicieron eco en sus páginas de sociedad de los acontecimientos que se producían entorno al nuevo medio de locomoción, pues no debemos olvidar que los automóviles estuvieron ligados, en sus primeros momentos, a las elites sociales. Como hemos comprobado posteriormente comenzaron a aparecer las primeras revistas especializadas del automóvil, que evidentemente dedicaban la mayor parte de sus contenidos al tratamiento del tema. Pero a medida que el interés y la afición del público por los automóviles y las carreras automovilísticas fue en aumento otras publicaciones como los diarios también dedicaron espacio entre sus páginas al tratamiento del tema automovilístico. Las revistas del motor fueron apareciendo de forma paulatina y repartidas por todos los puntos de la geografía española a lo largo de los años. En pocos años estas publicaciones se convirtieron en soportes demandados por públicos muy concretos, ávidos de noticias relacionadas con el automóvil. La capacidad de estas revistas para alcanzar a personas muy concretas y en consecuencia segmentar a su público no pasó desapercibida ni por los editores ni por los fabricantes de automóviles y, en muy poco tiempo, estas publicaciones se convirtieron en las más utilizadas por los anunciantes del sector de la automoción para insertar su publicidad. En este sentido, estos soportes también se convirtieron en un valioso archivo visual publicitario de la época, y su sola consulta se convierte en un magnífico catálogo para conocer las diferentes marcas, modelos y propuestas del momento. Como hemos podido comprobar aunque la primera revista del automóvil vio la luz antes, incluso, que el nuevo siglo, fue la década de los años veinte la que contó con una mayor aparición y proliferación de estas publicaciones. Asimismo, también podemos afirmar que aunque la afición automovilista se extendió por toda la geografía española, fueron las ciudades de Barcelona y Madrid donde aparecieron un mayor número de revistas del automóvil. Esto se debió probablemente a que Barcelona fue la cuna del automovilismo y Madrid además de la capital de España, también contaba con la presencia del rey Alfonso XIII, que fue uno de los mayores aficionados y defensores del automóvil en España. En este sentido, ambas ciudades mantuvieron su pugna en este sector desde su mismo nacimiento. 5. Referencias Alonso, B. (2007). "Entre lo popular y lo masivo. Aproximaciones a la prensa moderna". Revista Latina de Comunicación Social, 62. Recuperado el 12 de enero de 2008 de: http://www.ull.es/publicaciones/latina/200707Alonso_B.htm. Cabello, Fernando (1999). El mercado de revistas en España. Barcelona: Ariel De la Cruz Moreno, Juan Francisco (2002). "Periodismo y ciclismo. Perspectivas del papel organizador de la prensa". Revista Latina de Comunicación Social, 50. Recuperado el 5 de octubre de 2007, en http://www.ull.es/publicaciones/latina/2002/latina50mayo/5012delacruz.htm Díaz Lorenzo. López Mondéjar, Publio (2001). Un siglo en la vida de España. Ocio y vida cotidiana en el siglo XX. Barcelona: Lunwerg. Díaz - Noci, Javier (2000). "Los nacionalistas van al fútbol. Deporte, ideología y periodismo en los años 20 y 30", en Revista Zer, nº 9, noviembre de 2000. 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