Revista Latina de Comunicación Social 63 enero – 2008

Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social
Depósito Legal: TF-135-98 / ISSN: 1138-5820
Año 11º – 2ª época - Director: Dr. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de Periodismo
Facultad de Ciencias de la Información: Pirámide del Campus de Guajara - Universidad de La Laguna 38200 La Laguna (Tenerife, Canarias; España)
Teléfonos: (34) 922 31 72 31 / 41 - Fax: (34) 922 31 72 54


Investigación
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DOI: 10.4185/RLCS-63-2008-773-348-367

El reportaje multimedia como género del periodismo digital actual. Acercamiento a sus rasgos formales y de contenido

The multimedia report as a genre of current digital journalism. An approach to its formal and content features

Lic. Liliam Marrero Santana © [C.V.] Profesora del Departamento de Periodismo - Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana, UH, Cuba - marrerosantana@yahoo.es - liliammarrero@gmail.com

Resumen La investigación se inserta en la corriente de estudios sobre el mensaje y se corresponde con las líneas de investigación de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, específicamente en el área de los géneros ciberperiodísticos ante el impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). Constituye una aproximación al reportaje multimedia como género del periodismo digital actual, a partir del análisis de los rasgos –formales y de contenido– del reportaje tradicional, y sus posibles modificaciones en función de los rasgos de la comunicación en red –hipertextualidad, multimedialidad e interactividad– que distinguen al periodismo para y con Internet. La investigación, de carácter comunicológico y empírico-descriptivo, se sustenta en un estudio de casos múltiple e inclusivo, con predominio de la perspectiva metodológica cualitativa. El análisis de contenido –técnica principal– se complementa con otras técnicas como las entrevistas a expertos, para indagar en las características del reportaje multimedia, los puntos de continuidad que presenta respecto al reportaje tradicional y aquellos elementos que configuran pautas de renovación.

Palabras clave: Periodismo tradicional, periodismo digital, ciberperiodismo, lenguaje periodístico, géneros periodísticos, cibergéneros, reportaje tradicional, reportaje multimedia, comunicación en red, hipertextualidad, hipertexto, multimedialidad, interactividad, cualitativo, estudio de casos, análisis de contenido.

Abstract: The research belongs to the studies about the message and it is linked to the researches carried out at the Faculty of Communication at the University of La Habana, especially those regarding the “cyberjournalistic” genres area faced with the impact of information and communication technologies. Moreover, it approaches the multimedia report as a genre of current digital journalism, based on the analysis of the formal and content features of the traditional report and its possible modifications to fit the features of the communication on the net, that  distinguish journalism for and by means of Internet, namely “hypertextuality”, “multimediality”, interactivity. This research has a communicological and empirical-descriptive character. It is supported by the study of multiple and inclusive cases especially from a qualitative methodological perspective. The content analysis, which is the main technique used, is complemented by other techniques, such as interviews with experts, in order to find out the main characteristics of the multimedia report, what is common between this one and the traditional report, as well as those factors that constitute renewing hints.

Key Words: Traditional journalism, digital journalism, cyberjournalism, journalistic language, journalistic genres, cybergenres, traditional report, multimedia report, communication on the net, hypertextuality, hypertext, multimediality, interactivity, qualitative, study of different cases, content analysis.

Sumario: 1. Introducción. 2 Método. 2.1.1. Estrategias metodológicas. 2.1.2. Selección de los casos. 2.1.3. Instrumentos de recogida de información. 2.1.4. Procedimiento. 3. Resultados. 4. Conclusiones. 5. Referencias Bibliográficas. 6. Notas.

Summary: 1. Introduction. 2. Method. 2.1.1. Methodological strategies. 2.1.2. Selection of the samples. 2.1.3. Tools for gathering information. 2.1.4. Procedure. 3. Results. 4. Conclusions. 5. References.  6. Notes.

Traducción supervisada por Patricia Álvarez León

1. Introducción

La incorporación del periodismo a la red desde la década de los años 90 hasta hoy configura un acelerado proceso evolutivo que ha estado acompañado de un amplio debate a propósito de las transformaciones que deberá enfrentar la práctica del periodismo para y con Internet. Los rasgos esenciales de la comunicación en red [1] –hipertextualidad, multimedialidad e interactividad suponen un periodismo otro, más abierto y flexible, inmediato, de estructuras complejas que combinen los códigos de los medios tradicionales, participativo. En estos elementos descansa, en opinión de muchos, la existencia del periodismo como forma de interpretación y construcción del acontecer en la era digital.

Los géneros periodísticos encuentran en este contexto un conjunto de recursos expresivos que pudieran modificarlos, enriquecerlos e incluso, transformarlos.

Los pasos iniciales en la experimentación con las cualidades de la comunicación en la red comienzan a mostrar sus primeros frutos. Las entrevistas online, los foros de discusión y las infografías interactivas, entre otros, han aparecido como novedades de la producción periodística en Internet, que incorporan intencionalmente y con niveles diferenciados la hipertextualidad, la interactividad y la multimedialidad.

El denominado reportaje multimedia constituye otra de las modalidades que aprovecha estos recursos comunicativos y se renueva a partir de su incorporación. El largo recorrido por los medios tradicionales, desde la letra impresa de los periódicos hasta la radio y luego, a la televisión, le han permitido al género maestro mantenerse como uno de los más queridos y respetados por periodistas, lectores, radioescuchas y televidentes. Ahora, en Internet, encuentra otra oportunidad para adaptarse a un medio de comunicación diferente y emprender infinitas rutas expresivas.

La presente investigación se conforma como un primer acercamiento a la temática de los géneros ciberperiodísticos y, específicamente, alreportaje multimedia en las prácticas actuales del periodismo digital, a partir del estudio de los rasgos formales y de contenido del reportaje en la prensa, la radio y la televisión y las posibles reconfiguraciones del género a raíz de la incorporación de la hipertextualidad, la multimedialidad y la interactividad distintivas de la red.

Problema de investigación
¿Cómo median los rasgos del reportaje tradicional y de la comunicación en red en el reportaje multimedia del periodismo digital actual?

Objetivo general

  • Analizar la mediación de los rasgos del reportaje tradicional y de la comunicación en red en el reportaje multimedia del periodismo digital actual.

Objetivos de la investigación

  • Analizar las reconfiguraciones que los rasgos de la comunicación en red introducen en el reportaje multimedia.

  • Determinar los puntos de continuidad y ruptura que plantea el reportaje multimedia en relación con el reportaje tradicional.

  • Contribuir con la teorización actual sobre el periodismo digital, específicamente en el ámbito de los géneros periodísticos.

  • Constituir un material de consulta para estudiantes y profesionales del periodismo digital.

Como premisa necesaria para emprender el trabajo investigativo apuntamos que los rasgos de la comunicación en red le confieren al reportaje multimedia cualidades expresivas que reconfiguran determinados elementos –formales y de contenido– del reportaje tradicional. La hipertextualidad supone una nueva narrativa basada en la multilinealidad de las estructuras de navegación y multiplica las posibilidades de documentación de los contenidos en el género. La interactividad permite el intercambio entre los actores de la comunicación y apunta a trascender la asimetría de los modelos comunicativos precedentes, haciendo del reportaje un producto generador del diálogo y la colaboración. La multimedialidad provoca la coexistencia de los códigos específicos de la prensa, la radio y la televisión en un mismo soporte y le otorga al reportaje una mayor complejidad formal y un renovado alcance expresivo.

El estudio de esta naciente modalidad genérica está sujeto a una serie de condicionamientos contextuales que dificultan la pesquisa y el análisis de los elementos cognitivos. De un lado, el corpus teórico que sustenta la teoría de los géneros periodísticos trae consigo la impronta de muchos años de convivencia entre reflexiones académicas y prácticas concretas de la profesión, teniendo estas últimas una fuerza protagónica indiscutible. Por tanto, los planteamientos en torno a los géneros son, más que una teoría consolidada, un conjunto de acercamientos y propuestas que si bien encuentran puntos de contacto e identificación, en ocasiones adoptan posturas encontradas. [2] La hibridez substancial de los géneros periodísticos, además, entorpece el ejercicio de distinción entre unos y otros.

Por otra parte, el nuevo escenario que inaugura Internet se encuentra en plena ebullición de cambios y búsqueda de modelos formales de la mano de los constantes vaivenes del periodismo digital. Las web periodísticas son aún muy jóvenes y el futuro siempre asoma como una posibilidad poco previsible de rápidas e insospechadas transformaciones.

Estas razones nos obligaron a enmarcar nuestro análisis en el periodismo digital de habla hispana, debido a las distinciones que existen entre la tradición anglosajona y la latina respecto a la concepción y tratamiento de los géneros periodísticos. El intento de desbordar los límites de la actualidad, además, sucumbe ante la velocidad experimental de Internet, que configura desde ahora resultados, hasta cierto punto, parciales; de ahí que nos centremos en el marco temporal contenido entre los años 2002 y 2007. El necesario completamiento de los resultados dependerá de próximas y sucesivas investigaciones que retomen el tema de los géneros periodísticos en la red.

Desde el ámbito académico se han producido reflexiones a propósito de los cambios en la redacción periodística para Internet. No obstante, aún son pocas las investigaciones y sistematizaciones teóricas que se aproximan a este escenario del periodismo digital. En este sentido, constituyen pautas referenciales de especial interés las aportaciones de los profesores Ramón Salaverría Aliaga, en Redacción Periodística en Internet (Salaverría, 2005); Javier Díaz Noci, en Los géneros ciberperiodísticos: una aproximación teórica a los cibertextos, sus elementos y su tipología (Díaz Noci, 2004) y Ainara Larrondo, en El reportaje se reinventa en la red. Estructura del reportaje hipertextual (Larrondo, 2004).

2. Método
2.1. Estrategias metodológicas
2.1.1. Construcción y definición de las categorías de análisis

El empirismo del escenario comunicativo digital propicia, como resultado de las prácticas periodísticas, la producción de mensajes que comienzan a mostrar rasgos distintivos respecto a los modos de expresión precedentes, aunque en la misma medida mantienen muchas de sus características habituales. Esta realidad no podía pasar por alto ante nuestros propósitos investigativos. Estudiar una tipología de mensaje periodístico concebido desde y para Internet, si bien requiere asumir las nuevas características del medio, no debe ignorar aquellos rasgos propios tradicionales que permanecen, máxime si esta modalidad denominada reportaje multimedia se encuentra en estado de gestación.

El objeto de estudio presenta, entonces, una dualidad trascendente: es, en cierta medida, una tipología joven de mensaje periodístico que intenta asimilar las características propias del medio digital y, a la vez, no renuncia, incluso desde su nomenclatura, a los rasgos identitarios del reportaje como género periodístico; género por demás privilegiado por su riqueza y complejidad formal y cognitiva.

La construcción categorial, por tanto, debía tener en cuenta la doble proyección del reportaje multimedia, de ahí la importancia que para la investigación adquirió el marco teórico-referencial, [3] pues, en función de la sistematización teórica y la construcción, fue posible establecer y definir las categorías de análisis.

Fue necesaria, primero, una aproximación al periodismo tradicional y a la noción de lenguaje periodístico en función de los sistemas de signo de cada uno de los medios, para luego indagar en la teoría de los géneros periodísticos y sistematizar el amplio diapasón teórico-conceptual relativo al reportaje escrito, radial y televisivo, desde sus raíces y antecedentes históricos hasta su definición y la apreciación de los rasgos formales y de contenido que lo tipifican hasta la actualidad como género de géneros en la profesión periodística. Este procedimiento analítico arrojó como resultado la concepción de la categoría Reportaje tradicional. [4]

  • Reportaje tradicional: contiene la esencia del reportaje como género, independientemente del formato que adopte, e integra además los códigos específicos de los medios precedentes –prensa, radio y televisión–, con los rasgos formales y de contenido propios de estos lenguajes: la utilización del texto y las imágenes fijas de la prensa; el sonido, que incluye música, efectos, locutores, sonido ambiente propios de la radio; y el sonido, las imágenes fijas y en movimiento de la televisión.

Esta categoría se establece a partir de la distinción entre los rasgos de contenido y los rasgos formales del reportaje como género periodístico. Incluyen, en el primer caso, indicadores como el tema del reportaje; la perspectiva más marcadamente informativa o interpretativa del mismo; el manejo explícito, implícito o nulo de una o varias tesis; la presencia de la visión subjetiva del autor y los recursos de apoyo a la interpretación, que integran a su vez el empleo de los datos contextuales, los antecedentes, el análisis de las causas y posibles consecuencias de los hechos abordados, la utilización y contraste de las fuentes.

Respecto a la concepción formal del reportaje se recurre a los ítems siguientes: la forma de presentación; la estructura clásica que tiene en cuenta la entrada, el cuerpo y el cierre como partes constitutivas fundamentales; la tipología y función de los títulos; el estilo; el uso y preeminencia de las formas discursivas; el empleo y la función de imágenes fijas tales como fotografías, gráficos, caricaturas, mapas; el sonido, que abarca la música, los efectos, el empleo de locución, el sonido ambiente; y el video, que tiene en cuenta indicadores propios del medio televisivo como los planos, las angulaciones de cámara, las transiciones y el sonido en función de las imágenes.

Luego, trazamos un camino paralelo desde el universo de las redes para profundizar en tópicos medulares del periodismo digital, su definición y características; así como los elementos que destellan novedades en cuanto al lenguaje periodístico, principalmente, los rasgos de la comunicación en red: la hipertextualidad, la multimedialidad y la interactividad, su implicación para la práctica periodística, sus géneros y, muy puntualmente, para el reportaje. De forma consecuente diseñamos como otra categoría de análisis la Comunicación en red. [5]

  • Comunicación en red: el entorno de Internet confiere a la comunicación recursos expresivos que distinguen al periodismo que se realiza en este soporte del de los medios tradicionales y suponen la reconfiguración del lenguaje periodístico. Esta categoría se refiere específicamente a la hipertextualidad, la multimedialidad y la interactividad, rasgos específicos de la comunicación en la red.

Con relación a la hipertextualidad fue necesario tener en cuenta la doble implicación del hipertexto para las prácticas periodísticas en la red: en primer lugar, plantea una nueva narrativa basada en formas de estructuración multilineales y, además, amplía y diversifica las vías o recursos de documentación de los contenidos, toda vez que a partir de los enlaces, los usuarios pueden acceder a otros datos, entrevistas, galerías de fotos, infografías, archivos de audio; elementos que contribuyen a consolidar la capacidad interpretativa de los mensajes.

Por esta razón, proponemos la distinción entre enlaces organizativos –aquellos que conforman las secciones de determinado conjunto hipertextual y simulan el acto de hojear las páginas de un texto– pueden presentarse en forma de menús de navegación, índices temáticos, etc. (Recio, 2003) –y enlaces documentales– que permiten ampliar, profundizar, contrastar la información.

Ambas clasificaciones de los enlaces no son excluyentes. Los enlaces documentales son también enlaces organizativos; sin embargo, esta distinción facilita el análisis de la hipertextualidad sobre la base de las dos perspectivas.

Además de los hipervínculos o enlaces, son elementos constitutivos del hipertexto los nodos, también denominados lexias, textones y unidades o secuencias de lectura. La noción de nodo fue desplazada por la de núcleos provisorios de información [6] para el estudio de la estructura hipertextual del reportaje multimedia. La elección responde a una visión más exacta de las posibilidades que ofrece el hipertexto al usuario de recomponer los sentidos del texto a partir de sus propias rutas de lectura. Cuando un usuario enlaza cierta información, ese nodo conforma un centro desde el cual puede acceder a otras informaciones en cualquier formato; sin embargo, en cuanto acude a otro hipervínculo entonces el nodo activado se convierte en un nuevo centro –no permanente– de información. Los núcleos provisorios de información a su vez pueden constituir hipertextos organizativos –núcleos provisorios principales– o hipertextos documentales –núcleos provisorios complementarios–.

Aunque la hipertextualidad plantea la alteración de las nociones de orden y jerarquía de los productos periodísticos, no es posible obviar que los emisores preestablecen un orden ideal de lectura, de ahí que conforman índices, menús u otras herramientas que orientan el recorrido de los receptores. Por lo general, es posible distinguir entre el relato elaborado de los hechos (núcleos principales) y los recursos para la ampliación de las informaciones (núcleos complementarios).

La multimedialidad contiene dos dimensiones fundamentales. La primera incluye los elementos empleados, [7] a saber, los formatos disímiles de la información: texto escrito, sonido, imágenes fijas y en movimiento e infografías; la segunda refiere la forma de combinación que se establece entre estos elementos, que puede ser por yuxtaposición o por integración. [8]

En el caso de la interactividad se integra una serie de indicadores que abarca desde los niveles más elementales de intercambio hasta la intervención activa de los usuarios en el proceso, punto de estadio ideal en el que radica una de las mayores promesas del entorno comunicativo que genera Internet. Tiene en cuenta las posibilidades de interacción con los contenidos –navegación por los núcleos del reportaje, acceso a otros sitios, acceso a recursos multimediales, sistemas de búsqueda, archivos digitales, descarga e impresión–; también incluye la personalización; el contacto con los realizadores; el intercambio o contacto con las fuentes de información utilizadas; el acceso a foros de debate o charlas; la posibilidad de opinar a través de sondeos o encuestas relacionadas con la temática que aborda el reportaje multimedia; el voto para clasificar el contenido; la oportunidad de publicación de comentarios; la recomendación del producto a otra persona; y, en un nivel cimero proyectado más bien desde el deber ser, la transformación no prevista de los contenidos por parte de los usuarios y el intercambio con otros usuarios y/o emisores a partir de formas colaborativas de trabajo capaces de tributar nuevos valores al contenido.

Culminado este procedimiento de sistematización, análisis y establecimiento de los indicadores del Reportaje tradicional y de los rasgos de la Comunicación en red, fue posible, a través de un constante ejercicio de construcción, integrar los elementos formales y de contenido del reportaje con los recursos comunicativos hipertextuales, multimediales e interactivos para concebir una definición aproximada del objeto de estudio. Se trata de una propuesta preliminar proclive a ser complementada a raíz del análisis de los resultados. La categoría de análisis principal del estudio, Reportaje multimedia, queda definida de la siguiente manera:   

* Reportaje multimedia: tipología específica de mensaje periodístico, resultado de la práctica del periodismo para y con Internet, que incorpora los rasgos esenciales de la comunicación en red –hipertextualidad, multimedialidad e interactividad– de diferentes maneras y con niveles de desarrollo variables. Si bien el reportaje multimedia puede mantener rasgos formales y de contenido del reportaje tradicional, el nuevo lenguaje periodístico supone la reconfiguración de algunos de estos rasgos y la introducción de otros elementos de carácter novedoso en su tratamiento. Se trata de un género periodístico que se encuentra en pleno proceso de desarrollo y, como resultado del periodismo digital, su conceptualización también se sitúa en un espacio intermedio entre el deber ser del reportaje multimedia y sus manifestaciones en la práctica.

Este ejercicio de integración fue indispensable. Los indicadores de las categorías Reportaje tradicional y Comunicación en red por separado, no garantizaban la comprensión del objeto de estudio en toda su amplitud y profundidad.

Por ejemplo, el reportaje impreso, radial y televisivo se caracteriza generalmente por la linealidad estructural. De manera consecuente su modelo organizativo clásico comprende una entrada o presentación, el cuerpo o desarrollo y el cierre o desenlace. La hipertextualidad supone una ruptura substancial respecto a la disposición de las partes constitutivas del mensaje, a través de los hipertextos organizativos que disuelven, en cierta medida, los status de jerarquía, centralidad y secuencialidad informativas tradicionales.

El empleo de los enlaces documentales, que también altera las nociones ancestrales de la estructura en el género, aporta un instrumento relevante para la ampliación y contextualización de los contenidos que se añade a los recursos de apoyo a la interpretación típicos de la producción reporteril.

De la misma forma sucede con la incorporación de los recursos interactivos, muy limitados anteriormente, que encuentran en la red un espacio de oportunidades revolucionadoras e infinitas para encausar el intercambio. La interacción manifiesta en la actualidad, abarca fundamentalmente los niveles de intercambio con los contenidos y, en menor medida, con las instancias de la emisión. Sin embargo, una proyección medular de los recursos interactivos en el periodismo para y con Internet prevé la transgresión de las asimetrías universales de la comunicación masiva y la asimilación del desplazamiento hacia un proceso más equilibrado, no de trasmisión informativa sino de colaboración y aprendizaje mutuo entre emisores y usuarios en la construcción de los contenidos.

La multimedialidad permite la articulación de todos los códigos de la comunicación en los medios impreso, radial y televisivo. Un producto concebido desde y para el periodismo digital puede articular, como nunca antes, la utilización del texto, las funciones de la música, los efectos, el sonido-ambiente y las voces, con imágenes fijas y en movimiento, diversas en cuanto a los planos, movimientos, ángulos de cámara y transiciones.

Teniendo en cuenta estos criterios, la categoría principal de la investigación, reportaje multimedia, se dimensiona también a partir de sus rasgos formales y de contenido. Desde el punto de vista cognitivo se incluyen indicadores como el tema abordado por el reportaje; el planteamiento o no de una tesis sobre el mismo; la presencia de la subjetividad del autor y los recursos de apoyo a la interpretación. Estos ítems rescatan tópicos pertenecientes históricamente al reportaje como género periodístico. A partir de su incursión en el panorama comunicativo de Internet, además de la información contextual, los antecedentes, el análisis de las causas y posibles consecuencias de los hechos, y el empleo y contraste de las fuentes, los recursos interpretativos de esta modalidad de mensaje encuentran un recurso otro, ausente en los medios precedentes: el hipertexto documental, que redimensiona por su implicación estructural, pero sobre todo, por su inagotable capacidad para ampliar, comparar, expandir, diversificar los enfoques del producto periodístico.

En cuanto a los elementos formales se tienen en cuenta indicadores como la forma en que se anuncia el reportaje multimedia, que introduce formas de anuncio específicas de las web periodísticas; su ubicación en el sitio; los elementos identitarios del reportaje respecto al diseño general de la versión digital del medio al que pertenece; y la autoría, que constituye un factor de particular significación en el periodismo digital. La estructura, de carácter hipertextual, conforma otro de los indicadores e implementa una noción organizativa diferente a partir de los núcleos provisorios principales y complementarios del reportaje multimedia. Se incluyen, además, la utilización y funcionalidad de los sumarios, títulos y subtítulos; el estilo; el uso y preeminencia de las formas discursivas; así como el empleo, articulación y función de los recursos multimediales y los niveles de interactividad establecidos en el reportaje multimedia.

Una mirada escindida sobre el objeto de estudio conllevaría necesariamente al desentendimiento de una de las pautas primordiales en el estudio de la producción periodística digital actual: el proceso de incorporación a un novedoso escenario comunicativo que por el momento no implica terminantemente un divorcio radical de la profesión periodística en su esencia.

El ejercicio teórico de integrar los indicadores propios del ámbito tradicional relativos al reportaje con los recursos expresivos de la red, e incluso adelantarse desde una perspectiva ideal, desde la proyección y no únicamente desde la constatación previa en la práctica, constituyó un paso inevitable en el proceso investigativo. La sistematización y construcción teórica continuas configuraron una pauta imprescindible para la evolución del estudio, su concepción categorial, el engranaje del cuerpo metodológico, la construcción de los instrumentos y el análisis y contraste de los resultados, que en permanente evolución cíclica, establecieron un diálogo crítico y persistente con los presupuestos teóricos.

2.1.2. Diseño de la investigación

Este acercamiento al reportaje multimedia se inserta en la corriente de estudios del mensaje y se corresponde con las líneas de investigación de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, específicamente en el área de los géneros ciberperiodísticos ante el impacto de las TICs. Se trata de un estudio comunicológico, de carácter empírico-descriptivo, que se aproxima a las características de un fenómeno determinado e intenta "especificar sus propiedades, rasgos o tendencias" (Alonso y Saladrigas, 2002: 13), en este caso, una modalidad particular de mensaje periodístico, a través del análisis de los casos seleccionados y el contraste con datos resultantes de la aplicación de otras técnicas.

Teniendo en cuenta el momento de indefinición que enfrenta el objeto de estudio, así como los escasos acercamientos teórico-metodológicos al tema, optamos por una perspectiva metodológica predominantemente cualitativa. Esta perspectiva de investigación plantea un proceso de construcción del conocimiento de carácter flexible, abierto, interpretativo, subjetivo y, por tanto, proclive a transformarse y enriquecerse en la medida que avanza el proceso de investigación.

La concreción de las investigaciones de corte cualitativo se realiza, generalmente, en el estudio de caso como estrategia de diseño de la investigación, que se sustenta en un proceso indagatorio donde predomina la exhaustividad, la investigación detallada, sistemática y profunda del objeto.

La aproximación al reportaje multimedia se configura como un estudio de casos múltiple e inclusivo; pues se centra en un género periodístico específico, pero a través del estudio de varios casos o unidades de análisis a partir de la distinción entre los elementos formales y los elementos de contenido del reportaje multimedia.

El diseño de investigación a partir de casos múltiples se considera más convincente y robusto y se distingue por el hecho de basarse en la replicación, es decir, en el contraste de las respuestas halladas a partir de cada caso específico analizado, lo que permite obtener una visión más amplia y compleja del fenómeno estudiado (R. K. Yin, citado por Rodríguez, Gil y García, 1999: 96).

2.1.3. Selección de los casos

Para la selección de los casos fue preciso, primero, la documentación profunda de los elementos distintivos del reportaje como género periodístico y sus posibles reconfiguraciones a partir de la incorporación de los rasgos de la comunicación en red. Además, fue necesaria una observación preliminar de numerosos productos multimediales y, sobre la base de los conocimientos teóricos adquiridos, la determinación de aquellos que serían más útiles y afines según nuestros objetivos.

La elección de las unidades de análisis se convirtió en un complejo proceso debido a que en la bibliografía son poco precisas las referencias a esta modalidad de producto multimedial. Otro elemento que dificultó el procedimiento electivo fue el hecho de que aún en las web periodísticas no se identifican de forma notable los mensajes que recién incorporan los recursos multimediales, interactivos e hipertextuales. En la mayoría de los medios este tipo de productos se agrupa en grandes secciones denominadas Especiales, Multimedia, Extras, etc., que albergan mensajes más próximos a lo que hemos definido preliminarmente como reportaje multimedia, pero también dossieres documentales, gráficos interactivos, videos y audio sin que se planteen claramente pautas diferenciales entre los mismos.

El tiempo ha constituido otro factor limitante para la selección de los casos. No ha sido posible consultar todos los productos que se incluyen en las secciones referidas para emprender un procedimiento de decantación con el objetivo de elegir la muestra. La variedad de denominaciones que se utilizan para identificarlos, además, provoca que su recuperación mediante las herramientas de búsqueda tampoco resulte exacta y representativa de su posible presencia en las web periodísticas en idioma español.

Teniendo en cuenta este espinoso contexto, la elección de los casos responde a los presupuestos de selección sobre la base del criterio del investigador en correspondencia con el diseño cualitativo, por lo cual los criterios rectores para la selección de los reportajes multimedia no se plantean desde el plano de la representatividad.

Los reportajes seleccionados, independientemente de la denominación que presentan en sus respectivos medios, integran elementos –formales y de contenido– distintivos del reportaje como género periodístico e incorporan las características de la comunicación en red. En este sentido, resultaron importantes puntos de apoyo los criterios de varios expertos entrevistados, [9] quienes confirmaron mayoritariamente que el reportaje multimedia mantiene sus matrices tradicionales a la vez que aprovecha los recursos hipertextuales, multimedia e interactivos que ofrece la comunicación en la red. Este fue un criterio relevante en el proceso selectivo.

Otra razón de importancia estuvo dada por las referencias encontradas en la bibliografía a reportajes multimedia que de alguna manera constituyeron patrones en el momento de su publicación y fueron distinguidos por instancias relacionadas con el ámbito del periodismo digital. El criterio de premiación constituyó otro punto de apoyo fundamental para la determinación de las unidades de análisis.

Fue valorado también como criterio el equilibrio entre los casos (Rodríguez, Gil y García, 1999: 100), es decir, que las unidades de análisis se compensen entre sí, en cuanto a la presencia de los rasgos identitarios del reportaje como género y al aprovechamiento de los recursos expresivos de la comunicación en red. Esto se complementa con cierto criterio de evolución en la concepción del reportaje multimedia que consideramos útil, pues en la medida en que progresa el periodismo digital los mensajes incorporan más conscientemente la hipertextualidad, la interactividad y la multimedialidad, aspecto íntimamente vinculado al nivel de desarrollo de los medios digitales.

Todos los reportajes multimedia que integran la muestra pertenecen a versiones digitales de diarios impresos de reconocida tradición en sus países o comunidades. Este hecho no es casual, responde precisamente a que han sido los periódicos los pioneros en incorporarse a la red y en experimentar con sus potencialidades expresivas.

Luego de un complicado proceso de observación, descubrimientos, inclusiones y discriminaciones, los casos seleccionados fueron: El oro de Canfranc, [10] La frontera más caliente, [11] El horror está enterrado en San Vicente [12] y Los amores.[13]

El oro de Canfranc fue publicado en el año 2002 en la versión digital del Heraldo de Aragón, España. Heraldo.es, nombre que recibe la versión digital, constituye el medio más importante de esa comunidad. El reportaje multimedia fue realizado por Ramón J. Campo y se basa en un reportaje de investigación presentado con anterioridad en la versión impresa del medio. Aborda el tema del paso del oro nazi por la frontera de Canfranc durante la Segunda Guerra Mundial, hacia España y Portugal, declarados oficialmente neutrales, que enviaban a Alemania el volframio necesario para la fabricación de armamentos. Se trata de un reportaje donde predomina el uso del texto escrito y se incorporan las imágenes fijas y la infografía animada como recursos multimediales, además del uso, aunque en menor medida, de las posibilidades documentales del hipertexto.

A pesar del predominio textual en detrimento del uso del sonido, este trabajo integra numerosos rasgos distintivos del reportaje como género periodístico. Se sustenta en una investigación detenida, donde se combina la búsqueda de datos de carácter histórico con la investigación relativa al hallazgo de los documentos históricos que revelan la información. Apela constantemente a las fuentes y descubre un hecho que permanecía oculto. Este trabajo obtuvo el premio José Manuel Porquet [14] de la segunda edición del Premio Nacional de Periodismo Digital y además obtuvo el Premio de la Society for News Design [15] (SND) en septiembre de 2002.

La frontera más caliente se publicó en septiembre de 2003 en Clarín.com, sitio web del diario argentino Clarín. Tanto el periódico impreso como la página web constituyen medios de gran influencia en el ámbito informativo, especialmente en el área Latinoamericana. Clarín.com pertenece al Grupo Económico Clarín S.A, importante empresa multimedia titular de numerosos canales televisivos y emisoras de radio en Argentina. Este reportaje multimedia fue realizado por el periodista Gustavo Sierra y un equipo de trabajo del área digital. Fue publicado primero en la versión impresa y aborda el tema de la emigración ilegal de argentinos hacia Estados Unidos por la ruta que lleva a cruzar el desierto de México.

En este reportaje multimedia se aprovechan un poco más el sonido, el uso de los hipertextos documentales y se avanza en cuanto a la integración de los recursos multimedia, pues incluye algunos fragmentos de video. Existe una mayor elaboración de los contenidos en este sentido y el texto comienza a perder protagonismo visual para cederlo a las imágenes animadas y a la exposición oral. Además, incorpora algunos recursos de interactividad. En enero de 2004 La frontera más caliente recibió el premio José Manuel Porquet perteneciente a la tercera edición del Premio Nacional de Periodismo Digital y también mereció el reconocimiento de la SND. El jurado del José Manuel Porquet subrayó el valor periodístico del tema abordado y el acertado empleo de los recursos multimediales. El jurado de la SND señaló, además de la relevancia del tema y la ambientación de las escenas, la correcta utilización del audio, las fotografías y los videos, acompañado de la facilidad de navegación que ofrece el reportaje de forma tal que otorga énfasis en los contenidos.

El horror está enterrado en San Vicente fue publicado en el año 2003, en el sitio web del diario cordobés La Voz del Interior, medio impreso de mayor circulación en el interior de Argentina, fundamentalmente Córdoba y regiones cercanas. La Voz del Interior cuenta con una larga tradición de más de un siglo de existencia y en los años más recientes ha atravesado un acelerado proceso de modernización. Este reportaje multimedia fue realizado por un amplio equipo de trabajo guiado por la dirección periodística de Carlos Jornet y también fue dado a conocer luego de la publicación de una serie de trabajos en la versión impresa. El tema del reportaje multimedia es la exhumación de numerosos cadáveres de desaparecidos encontrados en fosas comunes del cementerio de San Vicente, en la ciudad de Córdoba, enterrados en los años de la dictadura, y el proceso judicial que se llevó a cabo a partir de estos hallazgos.

En este reportaje sobresale el manejo de los recursos de interpretación característicos del reportaje: el uso de información de antecedentes, el contexto, las fuentes de información y, sobre todo, el aprovechamiento de los valores documentales de la hipertextualidad, rasgo que lo distingue del resto de los reportajes seleccionados. Utiliza varios recursos multimediales como el audio, el texto escrito, las infografías y las imágenes animadas. El horror está enterrado en San Vicente fue distinguido por la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) que preside el periodista y escritor Gabriel García Márquez. En la cuarta convocatoria del Premio del FNPI, en el año 2004, este trabajo se incluyó entre los finalistas nominados en la categoría Internet. El jurado valoró la incorporación en este producto de las herramientas propias de la red y su calidad narrativa. Asimismo, calificó de satisfactoria su factura visual y el uso de Flash, además de la calidad de las infografías.

Los amores también pertenece a Clarín.com y fue publicado el 21 de diciembre de 2006. La selección de dos trabajos de un mismo sitio no es impensada. Clarín.com se ha caracterizado desde su surgimiento por una constante innovación y con ella, la incorporación progresiva de los rasgos de la comunicación en red en sus mensajes periodísticos. Esta posibilidad está sustentada entre otros factores, en la fuerza económica del Grupo Clarín S.A, que le ha permitido rediseñar de manera regular el sitio digital en función del aprovechamiento de los recursos interactivos, hipertextuales y multimedia. Hemos podido observar cómo Clarín.com publica este tipo de productos con una alta frecuencia en comparación con otros medios. Además, el hecho de tomar en cuenta dos reportajes de un mismo medio nos permite reforzar el criterio de evolución que planteamos con relación a la selección de los casos.

La autoría pertenece al periodista Horacio Bilbao quien trabajó de conjunto con el equipo de realización multimedia del medio. Trata un tema de raigambre histórica y regional: la historia de la lucha de los pobladores de Los amores por ser dueños legítimos de sus tierras; un proceso largo que acumula décadas de resistencia, tiempo durante el cual, en más de una ocasión, el poblado estuvo a punto de ser rematado. El tratamiento de un tema local en este tipo de producto en un medio como Clarín.com también constituye una distinción respecto a la mayoría de los temas abordados en el sitio, donde predominan los grandes temas nacionales y de la agenda internacional para la realización de estos trabajos.

Los amores es el único reportaje de los seleccionados que no había sido distinguido o premiado en el momento de realización del estudio, sin embargo, estimamos oportuna su inclusión en la selección de los casos. La razón principal para tenerlo en cuenta descansa en su concepción narrativa a partir de una integración bastante lograda de los elementos textuales, sonoros y las imágenes fijas y en movimiento. La estructura narrativa de Los amores no recurre al predominio del texto escrito o la fuerza visual de las imágenes fijas animadas, sino que se sustenta en el video, por lo que la fuerza visual –y su interrelación con el sonido y la información textual (escrita)– es mucho más rica. Plantea un paso de avance hacia ese lenguaje multimedia que según varios académicos debe caracterizar el lenguaje periodístico en la red de redes. Otro elemento de peso en la selección de Los amores se apoya en la inclusión de un enlace a una weblog desde el propio reportaje; recurso de interactividad de utilización novedosa en este tipo de productos. La incorporación de la weblog es reflejo de la fuerza que ha tomado este formato en el ámbito del periodismo digital y, por tanto, fue esta otra de las razones que sustentaron la selección del reportaje.

2.1.4. Instrumentos de recogida de información

La investigación documental o bibliográfica, el análisis de contenido y las entrevistas estandarizadas y semiestandarizadas a expertos, fueron las técnicas utilizadas en el proceso investigativo.

La indagación bibliográfico-documental facilitó los primeros acercamientos al objeto de estudio, proporcionó la información y conocimientos necesarios para la elaboración del marco teórico-referencial y, con este, la construcción categorial.

El análisis de contenido constituyó el instrumento principal de recogida de información. Su carácter cualitativo está dado por el propio diseño investigativo y observa una muestra que, como se ha mencionado, no se rige por criterios de representatividad y, por tanto, no tiene valor para nuestros objetivos el registro estadístico riguroso de ítems preestablecidos. El contenido latente de los mensajes a analizar, por tanto, no constituye un elemento de especial interés. Un punto de distinción de nuestro análisis de contenido radica en el predominio del interés por los elementos formales por sobre los elementos de contenido.

El medio de comunicación al que nos enfrentamos es otro elemento distintivo en nuestro análisis. No se trata de los medios tradicionales, pero en él pueden convivir los códigos de la comunicación de la prensa, la radio y la televisión. Además de la multimedialidad, el periodismo digital se distingue por la hipertextualidad y la interactividad. En este sentido, hemos acudido a la combinación de indicadores propios de los medios tradicionales –y que también se expresan en la red– con los recursos expresivos del periodismo para y con Internet. Tomando como base los indicadores que conforman la categoría Reportaje multimedia, fue estructurada una guía de análisis de contenido que, en correspondencia con la perspectiva cualitativa adoptada, se caracteriza por su flexibilidad y el carácter no excluyente de sus indicadores. Durante el proceso de investigación la lista de indicadores se fue transformando continuamente.

La entrevista, por su parte, es una técnica que utilizamos de manera complementaria. En función de los objetivos, las entrevistas a expertos sirvieron para obtener una visión actualizada y ampliada de los aspectos relacionados con el tema de investigación. La información acopiada indicó rutas y orientaciones válidas en la concepción teórico-metodológica del estudio, y aportó disímiles y abarcadores enfoques para la contrastación como parte de los resultados.

2.1.5. Procedimiento

La investigación constituyó un arduo proceso de construcción con el objetivo de aproximarnos a una naciente tipología de mensaje periodístico concebido desde las claves expresivas de Internet.

En un primer momento fue elaborado el marco teórico-referencial, que desglosa, analiza y replantea en sus epígrafes los presupuestos teóricos necesarios que conllevaron a la definición de las categorías. Permitió un acercamiento inicial y necesario al ámbito comunicativo que atraviesa al objeto de estudio, lo cual posibilitó comprender la posible doble implicación del reportaje multimedia en este momento de gestación: como novedoso tipo de mensaje del periodismo digital y como heredero de los presupuestos del reportaje como género del periodismo tradicional.

Estos postulados determinaron el diseño metodológico empleado y formularon puntos de partida definitorios para la concepción de los instrumentos de recogida de información. Las entrevistas a expertos no sólo aportaron reflexiones teóricas, observaciones oportunas, enfoques heterogéneos sobre tópicos relativos al reportaje multimedia y sus rasgos distintivos, sino que orientaron también la mirada investigativa en función de la propia construcción teórica y del proceso de selección de las unidades de análisis.

El análisis de contenido, técnica fundamental de la investigación, debía incluir, además de los elementos que desde lo tradicional identifican al reportaje como género, los rasgos de los recursos expresivos de la comunicación en red, y ello esbozaba un requerimiento adicional para la proyección metodológica. Fue necesario diseñar y construir un instrumento que lograra integrar los indicadores desde lo tradicional con las aportaciones formales y de contenido de la hipertextualidad, la multimedialidad y la interactividad pensadas desde y para una tipología puntual de mensaje periodístico en el medio digital. La guía de indicadores establecida es el resultado de un procedimiento extenso y flexible que tuvo como punto de partida los replanteos teóricos y se fue reformulando en la medida que avanzó la indagación empírica.

El estudio de los casos respetó el orden cronológico según la fecha de publicación de cada uno, con el objetivo de visualizar la evolución temporal del reportaje multimedia. Terminada la recolección de información en cada una de las unidades, comenzó el proceso de análisis que cruzó los datos arrojados por cada caso, para alcanzar resultados enriquecidos y disímiles en la medida de lo posible. Este procedimiento se mantuvo en constante diálogo con la teoría y contrastó las informaciones resultantes del análisis con las apreciaciones y contribuciones de los expertos.

3. Resultados
3.1. El reportaje multimedia como heredero del reportaje tradicional

Existe en los momentos actuales de desarrollo del periodismo digital una visible indefinición entre los productos periodísticos que se ofrecen en la red que integran los recursos de la comunicación propios de este medio. Distinguir al reportaje multimedia de otros productos multimediales, hipertextuales y, hasta cierto punto, interactivos, resulta un ejercicio arriesgado.

Algunos enfoques han valorado a los llamados dossier, documentales multimedia o especiales como tipologías específicas del llamado reportaje multimedia. La investigadora Ainara Larrondo considera que "…no existe una terminología bien definida para distinguir claramente este tipo de productos y se sigue trabajando para unificar criterios. Tal vez sea porque tampoco en los medios existe acuerdo terminológico, ya que en no pocos casos se denomina indistintamente a este tipo de productos con el nombre de reportajes, o especiales o documentos en función del medio." (Entrevista a Ainara Larrondo).

El proceso de creciente experimentación va de la mano de la evolución de los modelos o etapas de desarrollo del periodismo digital; de ahí que pudiera afirmarse que ha acaecido un proceso de incorporación paulatino de los rasgos de la comunicación en red a los géneros periodísticos, especialmente en el caso del reportaje.

Por esta razón es posible encontrar hoy en la red reportajes tradicionales que incluyen sólo texto y algunas imágenes, típicos de la prensa impresa y reportajes que en mayor o menor medida incluyen recursos hipertextuales, interactivos, multimediales, hasta reportajes multimedia que comienzan a distinguirse por su aprovechamiento de las cualidades expresivas de la comunicación en Internet y que se diferencian de los modos de expresión periodísticos tradicionales. No obstante, todavía son muy débiles las fronteras y el ritmo de ensayo no ofrece un amplio margen de tiempo para comprender los procesos crecientes de renovación.

Otras perspectivas defienden la escisión entre el reportaje multimedia y otros productos concebidos desde y para Internet, y se apoyan en las diferencias intergenéricas ancestrales, cuya determinación no está exenta de apuntes diversos y controversiales. Legitiman el objetivo, la profundización, las técnicas de producción y el ritmo de lectura característicos del reportaje como género también en el universo digital (Entrevistas a María José Cantalapiedra, José María Caminos Marcet, José Pereira Fariña).

Este debate a propósito de la distinción entre una y otra modalidad de productos periodísticos plantea una interrogante de peculiar interés y es si lo multimedia e, incluso, lo hipertextual e interactivo que pueda ser un mensaje por sí mismo va determinar que un producto se identifique como reportaje, o si, por el contrario, la denominación de reportaje multimedia va a rescatar y renovar muchos de los elementos distintivos del género a partir del tratamiento multimedia, interactivo, hipertextual de los contenidos; con lo cual no es suficiente con que una información determinada presente enlaces a otros documentos, posibilidades de interacción y variedad de formatos para que se identifique como un reportaje.

Por el momento, la balanza se inclina más hacia la clara herencia que presenta el reportaje multimedia del reportaje tradicional escrito, radiofónico o televisivo. El periodista y profesor Amaury E. del Valle toma como punto de partida el cuestionamiento de la clasificación y existencia de los géneros en la red:

"El reportaje es una forma dentro de los géneros interpretativos, la forma más utilizada (…) desde mi punto de vista, y si es una forma de hacer, de llevar un mensaje, habría que cuestionarse primero si es que los géneros interpretativos van a variar por utilizar hipertextualidad y multimedialidad o se van a enriquecer o no. (…) Yo creo que sí, que hay que hablar de un reportaje multimedia. Pero es que también tuvo que hablarse de un reportaje televisivo, de un reportaje radial, de un reportaje escrito. Fíjate en un detalle curioso: todo el mundo le cambia el apellido; nadie le ha cambiado el nombre." (Entrevista a Amaury E. del Valle)

El doctor Alejandro Rost opina que el reportaje multimedia no es un nuevo género periodístico, sino "la adaptación de un género al nuevo medio: el periódico digital. Las características de profundidad informativa, cuidado retórico y enfoque temático son las que dan origen al reportaje como género en los medios impresos, audiovisuales y, ahora también, digitales" (Entrevista a Alejandro Rost). La doctora María José Cantalapiedra observa en el reportaje multimedia la concreción del paso del género tradicional a un nuevo medio, lo cual denomina como transposición (Entrevista a María José Cantalapiedra).

Las experiencias prácticas de los realizadores y periodistas así como la reflexión académica al respecto, coinciden en que el reportaje multimedia, más que concebirse como un nuevo género, encarna muchos valores –formales y de contenido– propios de la práctica tradicional, cambia o reconfigura ciertos elementos e incorpora otros novedosos a raíz de los recursos expresivos de la comunicación en Internet.

3.2. Rasgos del reportaje tradicional en el reportaje multimedia

Numerosos ítems del reportaje tradicional median la concepción y presentación del reportaje multimedia. Esta modalidad cumple las mismas funciones informativas e interpretativas tradicionales del género y rescata sus características esenciales, fundamentalmente en relación con los contenidos, aunque también retoma sus rasgos identitarios desde el punto de vista formal.

El reportaje para la prensa, la radio o la televisión se distingue por un amplio espectro en cuanto a las temáticas que aborda, que cubren desde grandes tópicos de actualidad nacional e internacional, hasta acontecimientos o procesos de carácter histórico, local, etc. El género toma como punto de partida el seguimiento noticioso de uno o varios hechos o fenómenos que por su trascendencia requieren de una investigación detenida, cuyos resultados favorezcan una mayor comprensión. Este es uno de los rasgos de contenido que el reportaje multimedia hereda de sus antecesores en otros medios: la diversidad de temas y problemáticas de la realidad que aborda.

El oro de Canfranc, de Heraldo.es parte del hallazgo de una serie de documentos en la estación de trenes de Canfranc, [16] reveladores del paso de significativas cantidades de mercancías expoliadas a los judíos provenientes de la Alemania nazi hacia España y Portugal a cambio del volframio que estos países enviaban a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y que tuvieron gran peso en la prolongación de la contienda, específicamente entre 1942 y 1945. Desde este gran tema se tejen varios subtemas que reflejan otros elementos de relevancia descubiertos, como la funcionalidad de esta zona fronteriza para la huida de judíos y alemanes, y la actividad de espionaje que se generó también a través de la región.

La emigración de argentinos hacia los Estados Unidos a través del paso ilegal por el desierto de México es el tema de La frontera más caliente, de Clarín.com. Se trata de un tópico de actualidad nacional que traspasa el ámbito argentino. La emigración y, en particular, el paso por la frontera mexicana, se ha convertido en uno de los principales puntos de las agendas mediáticas en la actualidad.

El horror está enterrado en San Vicente, reportaje multimedia de Lavoz.com.ar, aborda el proceso de exhumación de cuerpos de desaparecidos enterrados en el cementerio de San Vicente durante la dictadura en Argentina. Es un tema de actualidad por el descubrimiento de los cuerpos, pero de fuerte raigambre histórica en la nación sudamericana. Presenta un marcado matiz regional por el cementerio, que se encuentra en la ciudad de Córdoba, escenario en el que La Voz del Interior, el periódico impreso, constituye el medio fundamental.

En el caso de Los amores, el punto de mira fue la lucha de los habitantes de una región de igual nombre, ubicada al norte de Santa Fe, por la recuperación definitiva de sus tierras, ante la posibilidad de que el pueblo fuera llevado a remate. Resulta peculiar que Clarín.com aborde un asunto de perspectiva local. No obstante, su realizador Horacio Bilbao opina que "la historia de este pueblito se repite en muchos rincones de la Argentina y el diario, al contar semejante atropello, logró dar vuelta a la situación. Ahí hay una muestra del periodismo bien usado. Después, claro, nuestros temas suelen ser siempre urbanos porque en nuestros países tercermundistas Internet es un fenómeno que hasta hace poco solo estaba asociado a la alta sociedad. El desafío era llegar a un pueblo en el que Internet no existe (…) y contar esta historia desde la emoción" (Entrevista a Horacio Bilbao).

Las temáticas del reportaje multimedia pueden ser tan variadas como la vida misma. Los medios digitales se interesan tanto por asuntos principales de sus agendas, como por temas de importancia nacional e internacional. En los casos analizados los reportajes multimedia surgieron luego de un período evolutivo de los sucesos, seguidos asiduamente en las versiones impresas y digitales de los medios. Una y otra versión se complementan en el trabajo; el diario informa, sigue paso a paso los hechos, participa en ellos, los denuncia y explica; de igual manera lo hace la versión digital gracias a sus posibilidades de actualización continua. Una vez resuelto o acumulada una notable cantidad de información, se realiza el reportaje multimedia que engloba el devenir de los hechos y su análisis.

La interpretación es otro de los rasgos del reportaje tradicional que se incorpora al género en Internet. El reportaje multimedia puede moverse en una línea más marcadamente interpretativa o más centrada en la información, por lo que retoma aquella distinción que para no pocos autores determina dos tipologías fundamentales de reportaje según sus funciones informativa o interpretativa. López Hidalgo enumera, como ingredientes necesarios del reportaje multimedia, "una amplia labor de campo, un contraste de fuentes, factor humano, anécdotas" (Entrevista a Antonio López Hidalgo). El profesor Salaverría, además, asegura que la perspectiva interpretativa del género reportaje "es inmutable, con independencia del medio a través del que se comunique" (Entrevista a Ramón Salaverría).

El oro de Canfranc recupera claramente la perspectiva interpretativa que hace del reportaje el género por excelencia para la explicación. Se apoya en los datos revelados y los contrasta con fuentes técnicas, institucionales y personales, entre las que se encuentran varios testigos de la época. Recurre al contexto y a los antecedentes para situar los acontecimientos en su momento histórico; y enuncia las causas y las consecuencias que tuvieron para la guerra estos intercambios entre Alemania, España y Portugal. Ambas naciones ibéricas no cumplieron su rol como países neutrales en el conflicto y enviaron a Alemania los cargamentos de volframio a cambio del oro nazi. Esta es la tesis principal que plantea el reportaje desde el inicio y se va demostrando en cada una de sus partes.

La perspectiva interpretativa en La frontera más caliente se observa en la diversidad de las historias presentadas, aunque se reflejan de forma muy sintética. La mayor cantidad de elementos interpretativos se encuentran en los hipertextos documentales, que amplían las historias en voz de sus protagonistas y enlazan otras informaciones relacionadas con el tema. En este reportaje se defiende una idea general en torno a la causa del aumento de la emigración ilegal de argentinos hacia EE.UU.: esta causa radica, principalmente, en la crisis económica que atravesó Argentina y en las medidas contra la emigración impuestas por el gobierno norteamericano. La tesis, por tanto, se encuentra implícita en toda la extensión del trabajo.

Los realizadores de El horror está enterrado en San Vicente,para plantear la tesis de manera explícita, acudieron a la cita de fuentes y, en especial, a las fuentes técnicas, lo que refuerza el carácter interpretativo del reportaje. De esta forma queda establecida la tesis del reportaje que defiende la existencia de un plan sistemático de exterminación de personas y persecución de la oposición política durante la dictadura. El producto de Lavoz.com.ar se apoya en una sólida investigación que cubre numerosas aristas relacionadas con el descubrimiento de los cuerpos y su exhumación, según lo establecido por los tribunales. En los datos que reúne, la variedad de las fuentes citadas y los antecedentes, descansa su enfoque interpretativo. Posee una amplia información complementaria a partir de los hipervínculos documentales, que permiten acceder a documentos oficiales, notas de prensa, infografías animadas, imágenes, entre otros recursos.

Los amores se acerca un poco más a la perspectiva informativa. La interpretación está presente en las voces que cuentan, en los relatos concebidos y expresados desde la subjetividad de los pobladores. La historia de la compañía inglesa que se instaló durante años en el lugar, constituye en sí misma el gran antecedente del reportaje, la causa de la compleja situación de los antiguos obrajeros de la zona. Los enlaces documentales a otros testimonios, así como las notas publicadas con anterioridad en Clarín.com completan los recursos documentales que refuerzan el carácter interpretativo del trabajo. No hay un planteamiento explícito de una tesis, pero queda caramente establecido que la situación de Los amores encarna la cruda herencia de los años de explotación de los bosques de quebracho [18] por la compañía La Forestal; situación que permanece en la actualidad en otras regiones periféricas de Argentina.

La presencia de la visión subjetiva del autor en el mensaje constituye otro de los puntos de continuidad en el reportaje multimedia. Predominan los relatos en tercera persona y se percibe la intención de mostrar los hechos de forma distanciada, esfuerzo que se identifica con las nociones más rigurosas para el ejercicio de la interpretación en el género. En reportajes como La frontera más caliente y El horror está enterrado en San Vicente la locución recurre a las herramientas de la narración en off de la radio y la televisión. Las modulaciones de la voz, las pausas y silencios prolongados con intencionalidad, logran transmitir emociones, pero mantienen un margen que no lacera irrespetuosamente la veracidad de los hechos narrados.

La visión subjetiva del autor, además, no se desprende de los factores de carácter formal. Más bien estos elementos están puestos en función no sólo de informar, denunciar, interpretar, sino de conmover, otro de los propósitos históricos de los buenos reportajes.

Horacio Bilbao, periodista principal de Los amores, reafirma que la emotividad fue un claro objetivo de su trabajo: "…ese era el desafío en mi caso, lograr transmitir la emoción que yo había sentido. Me emocionan algunos libros, algunas buenas películas, la radio a veces, incluso un buen artículo periodístico en el papel o en la tele, pero hasta ahora no me había pasado eso en Internet. No se si fue por la cercanía con la historia, por el vínculo que entablé con ellos, pero al menos logré volver a emocionarme, y esta vez era desde un monitor…" (Entrevista a Horacio Bilbao).

El reportaje multimedia también es heredero de los rasgos formales tradicionales. En los medios masivos las primeras planas y los titulares de las emisiones informativas se utilizan con frecuencia para anunciar este género. Ahora, en la red, desde el home de los sitios periodísticos se sitúan los hipervínculos a los trabajos, que por lo general se ubican en secciones específicas.

Los banners, [19] los destaques tipográficos, los destacados, son algunos de los recursos disponibles para anunciar el reportaje multimedia. La posibilidad de acceso a Los amores desde un blog [20] relacionado con el tema del reportaje, es un elemento novedoso, pues instituye más de una puerta de entrada al producto periodístico. Muestra, además, la fuerza creciente de la herramienta weblog en el periodismo para y con Internet.

La prioridad que se le otorga a este género se evidencia no solo por sus enlaces desde las portadas de los medios digitales, sino por su permanencia indefinida en las secciones destinadas para ello. El reportaje no muere con el tiempo y es proclive a ser retomado en otros trabajos. Esta posibilidad supera, de una vez por todas, el carácter efímero de algunos mensajes periodísticos, como los reportajes radiofónicos, televisivos y hasta los impresos.

Los aspectos relativos al diseño de los reportajes se independizan bastante del diseño general de los sitios. Los trabajos se conciben como unidades independientes y en ocasiones son mostrados en el cabezal los identificadores visuales de los sitios de procedencia.

Con relación a la autoría, es posible observar la evolución, hasta cierto punto, en cuanto a la cantidad de realizadores de los materiales y la comprensión de la necesidad de reflejar cada una de sus funciones. Se estila colocar un hipervínculo que expone un listado de los realizadores y sus esferas de trabajo.

El tratamiento de los créditos, aún así, no dista mucho de la forma en que se proyectan en los medios tradicionales, por lo que aún son mínimas las posibilidades de diálogo entre usuarios y emisores. En todos los casos sólo se ofrece la oportunidad general de contacto, sin que ello ofrezca pistas transparentes para propiciar el intercambio. En las ocasiones en que se emplean recursos tomados de otras instituciones, se respeta la autoría de los mismos.

Livia Reyes insiste en que el reportaje, al poseer un importante componente de interpretación, es un género en el cual cobra mucho significado el control de autoridad. Los usuarios, que pueden ser conocedores de la obra de los realizadores o todo lo contrario, sobre todo si se trata de usuarios no asiduos al medio, pueden tener la necesidad de saber quiénes son los autores de un trabajo determinado, cuáles son sus trayectorias, qué otros productos ha publicado (Entrevista a Livia Reyes). El ámbito digital proyecta de manera ideal esta posibilidad antes imposible en los medios tradicionales a causa de la reducción espacio-temporal. El control de autoridad utilizado con intencionalidad y pericia periodística, se convierte en una garantía para los lectores y constituye un elemento de validación indiscutible de los productos, más aún ante un panorama mediático marcado por la sobreabundancia informativa. Sin embargo, su valor aún es subestimado y prácticamente no se emplea en los productos analizados.

Otro elemento revelador vinculado a la autoría de los reportajes multimedia, está en las nuevas funciones que comienzan a emerger y los equipos de trabajo que se conforman para estas realizaciones. Roles como dirección, desarrollo y edición multimedia emergen de los ejercicios profesionales, además de las funciones habituales para este género como la edición, la investigación y la fotografía. En los medios tradicionales, aunque los trabajos enfrentan un proceso productivo en el que intervienen numerosos actores, la autoría pertenece, casi únicamente, a los periodistas. En los reportajes multimedia se observa el paso progresivo de un periodista-autor a un periodista gestor de información y documentalista (Gil, 1999), acorde con las exigencias de su entorno.

La titulación tradicional del reportaje es también heredada por el género en la red. Los títulos, subtítulos y sumarios predominan con respecto a otras tipologías y su clasificación varía según los reportajes. Algunos son claramente informativos; otros, recurren a la creatividad. Es posible constatar la persistencia de cierto interés por títulos más elaborados para esta modalidad genérica en la red.

El titulaje sigue cumpliendo sus funciones habituales –informativa, identificativa, apelativa–, pero estrena la función hipertextual (Salaverría, 2005: 79). Los títulos y subtítulos conforman los hipervínculos a los núcleos provisorios de los reportajes. No sólo se emplean para identificar y enlazar los núcleos principales, aquellos que contienen la exposición elaborada de los hechos, sino también para identificar y vincular los hipertextos documentales, que aportan informaciones adicionales. En el reportaje la función hipertextual que adquieren los títulos determina su corta extensión y su carácter informativo de manera que el usuario determine los tópicos abordados en cada núcleo a partir de los títulos-enlace.

Otro de los rasgos formales tradicionales que el reportaje multimedia hace suyo es el estilo. En todos los casos predomina el estilo cortado (Sexto, 2005: 22), es decir, la combinación de frases cortas y largas, la presencia mayoritaria de la estructura sujeto+forma verbal+complementos, y el uso del punto y coma.

En El oro de Canfranc la redacción es menos sintética que en el resto debido al predominio del texto escrito y, por ende, la necesidad de explicar y describir muchos aspectos ante la falta de imágenes y sonidos. Los amores presenta pocos fragmentos textuales, muy breves, a modo de tesis que resumen, apoyan, enfatizan o aportan otros datos a partir de lo expresado en las entrevistas.

De igual manera ocurre con la utilización de las formas discursivas. Narración, descripción, exposición y diálogo están presentes en el reportaje que se concibe desde y para la red. La utilización de una u otra forma discursiva está en correspondencia con el aprovechamiento de los recursos multimediales. En la medida en que se explota la fuerza expresiva de las imágenes y el audio, disminuye la necesidad de recurrir a las descripciones o exposiciones orales y/o escritas.

3.3. Renovaciones a partir de los rasgos de la comunicación en red
3.3.1. Hipertextualidad

Amén de los rasgos tradicionales que perviven en el reportaje multimedia, las cualidades de la comunicación en red median la concepción y presentación de esta naciente modalidad periodística.

La estructura del reportaje multimedia constituye uno de los rasgos que más se distingue con relación al reportaje tradicional. El paso a la Web supone la ruptura de la linealidad habitual de los textos periodísticos y la adopción de la multilinealidad propia de Internet. La estructuración hipertextual posibilita, respecto a otros soportes, una mayor libertad de los usuarios para trazar disímiles itinerarios de lectura a partir del acceso a los enlaces organizativos. El orden jerárquico de la información es más relativo, pues se encuentra a merced de los intereses de los receptores; de ahí que denominamos núcleos o centros provisorios a los nodos informativos seleccionados por estos.

La libertad de navegación, sin embargo, se establece sólo a partir de las posibilidades creadas por el emisor, que no podrá prever todos los caminos a seguir por sus usuarios, pero sí propone una guía de lectura ideal a través de menús temáticos e índices de información complementaria.

Xosé López, al referirse a la influencia de la hipertextualidad en la concepción del reportaje multimedia menciona "la posibilidad de dar muchas más derivaciones, muchos más enlaces para entender las múltiples perspectivas de un acontecimiento". Sin embargo –aclara– "en todo caso, es más teórico que real (en la práctica de los cibermedios)" (Entrevista a Xosé López).

El carácter troceado de la información periodística antecede a la praxis en el escenario digital. Históricamente, sobre todo en la prensa, se ha acudido a la segmentación según bloques temáticos y al despiece de determinados núcleos informativos que tributan datos y explicaciones al artículo principal. Lo nuevo del troceado en Internet, es la infinita cantidad de relaciones que se pueden establecer a partir de los núcleos provisorios de información. El troceado en la red orienta a los usuarios y puede resultar un recurso válido para sortear dificultades técnicas como la demora en los tiempos de descarga de las historias, los fragmentos de video, las imágenes, etc.
 
El análisis de la estructura de cada uno de los reportajes muestra la diversidad de formas en que puede concebirse la organización de los contenidos, teniendo en cuenta el tema del reportaje, la intencionalidad de los emisores y las posibilidades tecnológicas del medio en que se presente. En la mayoría de los casos, se establece un núcleo de partida o presentación –también denominado home por algunos realizadores– en el cual se colocan los enlaces a los núcleos provisorios principales y complementarios que conforman el producto en su totalidad.

Por lo general, se presenta un núcleo fundamental de contenidos elaborados, que integra el elemento humano con las informaciones y cuenta las historias de los protagonistas. Este núcleo principal se puede estructurar por capítulos o relatos ordenados desde la emisión que, al tratar aristas específicas de los temas generales, mantienen cierta independencia y a la vez contribuyen a la coherencia global del reportaje multimedia. La autonomía de estas partes se convierte en un factor de especial interés pues, aunque los emisores pueden sugerir el orden ideal para la lectura, son los usuarios quienes, en última instancia, lo determinan. Se confirma la concepción de núcleos provisorios principales, que contienen la información y explicación del fenómeno abordado, y núcleos complementarios, que contienen los enlaces documentales útiles para la ampliación de los contenidos; por lo que la estructura clásica de entrada, cuerpo y cierre del reportaje en alguna medida se transforma.

Aunque se apela a una introducción de los trabajos –es el caso de La frontera más caliente, El horror está enterrado en San Vicente y Los amores–, esta parte inicial podría no ser tomada en cuenta si los usuarios deciden pasarla por alto o, en un caso más extremo, entran al reportaje por otra vía a través de algún mecanismo de recuperación de información cuyo enlace no lleve directamente al núcleo de partida sino a cualquier otro núcleo provisorio.

Igualmente, el cuerpo del reportaje bajo estos criterios, no presenta una estructura estricta, puede variar en función del recorrido de cada usuario por los hipertextos organizativos y documentales, a la vez que combina texto escrito, sonido, imágenes, videos.

El cierre es la parte que más cambios podría enfrentar. La hipertextualidad potencia la disolución del desenlace como partición última del reportaje, pues su culminación se establece más por la determinación del usuario –que abandona el producto desde cualquiera de sus núcleos interconectados– que por la opción prevista por los emisores. La práctica actual, sin embargo, inmersa en medio de la tensión entre el deber ser y la praxis periodística en la red, muestra una evolución lenta en este sentido. Todavía la linealidad es una huella sólida en la estructuración de los contenidos. Se recurre generalmente a una entrada, denominada introducción o apertura, y persiste la noción de un cierre tradicional. Sólo en El oro de Canfranc, que logra una mayor independencia entre cada núcleo provisorio, no hay un final al estilo del reportaje tradicional.

La organización hipertextual ha evolucionado en la medida en que avanza la distinción del medio digital con relación a los medios masivos precedentes. Desde El oro de Canfranc, con un predominio casi absoluto del texto escrito, pocos hipertextos documentales y un uso de las imágenes muy próximo a la prensa, hasta Los amores, que integra todos los formatos a través del video y economiza sus enlaces documentales, se observa un recorrido de búsqueda y perfeccionamiento de los elementos estructurales en los reportajes multimedia.

Pero todavía la estructuración hipertextual de los reportajes no trasciende el ejercicio de fragmentación. Sigue siendo una práctica frecuente la clara distinción entre un relato (historia) central –que puede estar subdividido en capítulos– y los hipervínculos que permiten complementar la información principal. Queda relegado aún el aprovechamiento de la hipertextualidad en toda su profundidad como sustento de una nueva forma de narrar. Prácticamente no se utilizan enlaces insertados al interior de los textos, relatos o capítulos de los reportajes. La hipertextualidad, vista no sólo como instrumento de partición de contenidos, ofrece mayores posibilidades de entrelazar informaciones o recursos multimediales y, con ello, una capacidad multiplicada para los usuarios de hacer lecturas cruzadas, multilineales.

"El descentramiento o transitoriedad continua del centro y la reconstitución de las nociones principio/fin, interior/exterior del texto", [21] planteados por la profesora Milena Recio (Recio, 2003), siguen siendo cualidades del hipertexto que aún no se explotan al máximo.

El reportaje multimedia todavía se encuentra a la espera de ese gran salto del texto al hipertexto periodístico, una transformación que plantea no sólo la reconfiguración de las nociones de principio/fin o interior/exterior de los textos, sino la verdadera oportunidad de que los usuarios se conviertan en agentes activos del proceso de comunicación.

Además de su aportación desde la perspectiva estructural, el hipertexto tiene otra implicación no menos importante para la concepción del reportaje multimedia: su capacidad de multiplicar infinitamente los recursos de la interpretación inherentes a este género periodístico.

La documentación de las informaciones pasa a ser, más que un valor distintivo de los mensajes periodísticos, "un requisito para una redacción ciberperiodística avanzada" (Salaverría, 2005: 69). "Esta posibilidad documental que aprovecha los mejores recursos existentes en la Web sobre la temática abordada –analiza el profesor Alejandro Rost– es muy auspiciosa y le aporta un grado importante de profundidad" al género (Entrevista a Alejandro Rost).

La hipertextualidad ofrece al reportaje multimedia la posibilidad infinita de aportar contextualización, antecedentes y el contacto con diversas fuentes. A ellos se suman las imágenes de las circunstancias de los hechos, de sus protagonistas, los gráficos, mapas, videos, grabaciones de audio adicionales, infografías animadas, interactivas, que se convierten también en recursos interpretativos de mucho valor junto a la oportunidad de seguir cómo fue el curso de los acontecimientos mediante el acceso a las ediciones anteriores de los medios, tanto las versiones web, como las páginas impresas llevadas al formato digital.

Los antecedentes, el contexto, el enunciado de las causas y consecuencias de los fenómenos, así como la cita y contraste de fuentes, pasan al reportaje multimedia como herencia incuestionable del reportaje escrito, radial, televisivo. Todos los reportajes estudiados se apoyan en los recursos interpretativos. En algunos están presentes con fuerza en los núcleos provisorios principales, mientras los hipertextos documentales, en la mayoría de los casos, se convierten en los portadores fundamentales de otras informaciones o intervenciones de fuentes que amplían el contenido y abundan en su contextualización.

En la muestra estudiada se utilizan mayoritariamente los enlaces a informaciones relacionadas con el tema, notas publicadas por el propio medio de comunicación al cual pertenece el reportaje multimedia. Los enlaces a las fuentes incluyen fuentes documentales y no documentales: informes oficiales, cartas de presentación de instituciones, fragmentos escritos y audiovisuales de las declaraciones y testimonios. Por lo general, el contraste se sustenta a partir de fuentes favorables y técnicas (Rodríguez, [s/f]: 39), por lo que no se acude a las desfavorables, aspecto directamente relacionado con la intencionalidad del mensaje.

Los enlaces a sitios o páginas web de instituciones, medios de comunicación o personas no están presentes en la mayoría de los reportajes. Los enlaces externos tampoco se utilizan y permanece entonces el predominio de los enlaces internos, lo que podría estar vinculado a la intención de los realizadores de mantener la atención de los usuarios en el reportaje y no proponer otras opciones proclives a desviar su recorrido. Los reportajes se apoyan en los hipervínculos a imágenes fijas, videos e infografías. Predominan los enlaces a galerías de fotos, infografías y, en menor medida, a fragmentos de audio y video. Quedan relegados los enlaces a definiciones –presentes sólo en La frontera más caliente– de particular importancia en aquellos trabajos que indagan sobre temáticas específicas o regionales, como Los amores.

El reportaje multimedia El horror está enterrado en San Vicente constituye un ejemplo del alcance ilimitado del uso del hipertexto para la documentación y en especial, su conveniencia como recurso para la cita de fuentes. No sólo acude a numerosas declaraciones en varios formatos, sino que muestra las cartas de presentación de las instituciones implicadas, de forma tal que las legitima, sobre todo, para el público extranjero que desconoce la trayectoria y desempeño de las mismas. A pesar de la abundancia de información adicional, esta no constituye una razón para agobiar a los receptores y perderlos en una madeja indescifrable de opciones. El criterio de enlazar desde cada núcleo principal los recursos de documentación adicional afines con la temática específica de las unidades del relato facilita a los usuarios una especie de guía valiosa para la orientación.

Los hipertextos documentales, ciertamente, elevan de forma exponencial la amplitud de contenidos y formatos relacionables con otras informaciones presentadas, pero –y esto constituye un elemento de particular interés– su empleo no determina directamente el carácter interpretativo del producto. "Los reportajes, tanto en formato papel como en formato digital, pueden ser más o menos informativos o (…) interpretativos, y esto depende exclusivamente de las pretensiones del autor y de la temática que quiera abordar" (Entrevista a José María Caminos Marcet).

La hipertextualidad sólo ofrece la posibilidad de hipervincular todos los contenidos disponibles. El carácter informativo, analítico y explicativo del reportaje descansa en la intencionalidad de los realizadores, en el tema del y la manera en que se enfrente su tratamiento; descansa, a fin de cuentas, en la funcionalidad de estos enlaces documentales en correspondencia con los objetivos y tesis defendidas en el trabajo periodístico.

3.3.2. Multimedialidad

Una de las mayores promesas de cambio en las concepciones de los géneros en la red está relacionada con la combinación de todos los sistemas de signos de los lenguajes periodísticos precedentes en un solo soporte. Internet ofrece la posibilidad de coexistencia entre el texto escrito, el sonido, las imágenes fijas y en movimiento y las infografías, incluso, en un mismo mensaje.

El texto escrito, el sonido, la fotografía y los infográficos son los elementos más empleados en los reportajes multimedia analizados. En no pocas ocasiones, la animación de las imágenes fijas contribuye a incrementar su alcance expresivo. El uso de imágenes en movimiento, es decir, de los fragmentos de video, queda en desventaja respecto a los demás componentes debido a la dificultad para su transmisión y descarga y a la fuerza tecnológico-económica de los medios.

El aprovechamiento de los recursos multimediales se ha incrementado en la misma medida en que ha evolucionado el periodismo digital. En los momentos iniciales el texto escrito y las imágenes fijas pasaron a la red sin drásticas transformaciones. En la actualidad, el video, la animación de imágenes e infografías y el sonido se integran con fuerza en los mensajes y, de forma especial, en los reportajes multimedia. Desde El oro de Canfranc hasta Los amores este progreso es evidente.

Mayoritariamente, el texto –oral y escrito– persiste como recurso base para la transmisión de los contenidos en los reportajes multimedia estudiados. Se apela también a la narración o exposición en off, la musicalización y el empleo, en menor medida, de los efectos sonoros y del sonido ambiente, cuyas funciones tradicionales en los medios radiofónico y televisivo permanecen.

En el caso de las imágenes, esencialmente las fotos, resulta considerable su empleo de forma animada, mediante el empleo de la herramienta Flash en La frontera más caliente y El horror está enterrado en San Vicente. La variedad de planos, ángulos y transiciones propicia una sucesión articulada de fotografías que tejen, en una línea de sentidos lógicos complementados con el audio y el texto escrito, el relato de los hechos, las declaraciones de fuentes, el análisis de las causas y consecuencias, los datos resultantes del proceso investigativo.

La fotografía es, sin lugar a dudas, la tipología de imagen más recurrida en los casos analizados, aunque comienzan a incluirse gradualmente los mapas y los gráficos; mientras las caricaturas quedan relegadas, por el momento, en esta modalidad de mensaje periodístico. Además de la presencia de las imágenes fijas en los núcleos provisorios principales que contienen el relato elaborado de los acontecimientos, resulta común la creación de galerías de fotos que expanden notablemente los testimonios gráficos tanto de los hechos como del proceso investigativo acerca de los mismos. Las galerías se incorporan al conjunto de enlaces de carácter documental que integran los núcleos provisorios complementarios del reportaje multimedia.

Las infografías animadas e interactivas son empleadas en todos los casos analizados, aunque en cantidades y grados de complejidad disímiles. Constituyen un recurso multimedial de peculiar validez para el reportaje multimedia por su capacidad para dilucidar procesos complejos, disposiciones espacio-temporales, procedimientos científicos difíciles de transmitir a través de descripciones o imágenes. Este recurso, valorado como género específico del periodismo digital, configura un instrumento conveniente y eficaz al interior del reportaje multimedia, que tributa senderos interpretativos a propósito de los fenómenos o hechos abordados y sus contextos.

El video es el formato menos explotado, pero de forma creciente ha comenzado a cobrar espacios cimeros en la realización periodística multimedial. En los casos estudiados su presencia es mínima y aparece sólo en pequeños fragmentos como núcleos provisorios complementarios, es decir, enlaces documentales que permiten diversificar la información tales como segmentos de entrevistas, grabaciones en vivo, entre otros.

Únicamente en Los amores se introduce el video como formato base de la concepción estructural del reportaje, en lugar del texto y el audio, de manera que marca un patrón hacia la integración al interior de los núcleos provisorios principales en relación con los demás reportajes. Es apreciable la pluralidad en cuanto al uso de los ángulos, movimientos de cámara y planos, así como la diversidad e intencionalidad en el empleo de las transiciones. La información textual, que no desaparece, funciona como instrumento para presentar a los entrevistados, ofrecer cifras y datos específicos, o para destacar ideas substanciales expresadas por las fuentes. La musicalización y el empleo de efectos sonoros son cuantitativa y cualitativamente superiores. Este paso positivo hacia la articulación de disímiles formatos en los núcleos principales de Los amores no es definitorio, mas se acerca un tanto al punto de máxima complejidad expresiva que desde una proyección ideal se plantea como multimedialidad por integración.

Es coincidente el criterio académico acerca de la escasa existencia de productos que realmente armonicen los elementos de la multimedialidad. La yuxtaposición protagoniza el panorama del periodismo digital y este hecho no es ajeno al reportaje multimedia:

"Estoy totalmente de acuerdo en que todavía estamos en la etapa de multimedialidad por yuxtaposición. Una multimedialidad por integración debería dotar al lector de distintas vías de afrontar la información. Si hay citas, las puedo leer o debería poder acceder al corte de voz correspondiente. Si se me describe un lugar, debería poder acceder a las imágenes del mismo. El problema es el tiempo que esté dispuesto a pasar un lector delante de una pantalla para percibir todos estos elementos. Por ello, el resumen textual seguirá teniendo plena vigencia, a pesar de la incorporación del multimedia" (Entrevista a Ignacio Armentia).

Según Ramón Salaverría, un reportaje integrado multimedialmente consistiría en un producto "cuyo hilo discursivo estuviera compuesto por una composición coordinada de elementos textuales y audiovisuales. Es decir, un reportaje en que los diferentes textos, imágenes, sonidos y vídeos se habrían de consumir de forma simultánea o, cuando menos, amalgamada" (Entrevista a Ramón Salaverría).

El alcance de la multimedialidad por integración se encuentra muy vinculado al grado de complejidad que presenten las estructuras hipertextuales. En los reportajes analizados se enlazan fotografías fundamentalmente y es posible acceder a las intervenciones en audio, transcritas e, incluso, en video de las fuentes de información. Sin embargo, casi siempre estas opciones no se enlazan desde los núcleos provisorios principales, sino desde los menús de información complementaria. La noción de un eje central de información, al margen de otros conjuntos informativos anexos, restringe la oportunidad de edificar mensajes más enriquecidos en su estructura. La prioridad del carácter documental de los hipertextos en detrimento de su esencia narrativa limita la integración óptima de los componentes multimediales.

Sólo en Los amores podemos percibir una integración más completa de los elementos multimediales al interior de cada uno de los videos desde los cuales, sin embargo, no es posible establecer ningún tipo de hipervínculo. Es decir, en la misma medida que útiles y necesarias unidades independientes, se conforman como núcleos cognitivos desconectados estructuralmente que, por tanto, establecen internamente una lectura más cercana a la linealidad tradicional.

La multimedialidad por integración integra al video como otro de los elementos constitutivos de una estructura de interconexiones armónica y de proyección simultánea, de ahí que no basta con insertar el video como formato –continente de imágenes, sonido y texto escrito– como plataforma básica en el montaje de los núcleos provisorios principales. Sería necesaria su hipervinculación, desde dentro, con otros recursos, en una concepción formal más cercana a la complejidad de una red y que intente, por qué no, combinar estos disímiles formatos a la vez.

Al incorporarse al reportaje, la integración multimedial incrementa el patrimonio formal y cognoscitivo del género maestro. La mixtura conciente del texto, las imágenes fijas y en movimiento, las infografías y los sonidos consolida y ensancha su naturaleza interpretativa. Aunque en algunos reportajes, la mera yuxtaposición de los recursos multimediales es trascendida, todavía los niveles de integración entre estos recursos son primarios y comúnmente no hacen más que retomar formas de combinación ya experimentadas en medios como la televisión.

La multimedialidad por integración plantea una perspectiva futura para el presente entorno comunicativo de la red, ávido de prácticas periodísticas experimentales que acudan a formas coherentes de acoplamiento, no sólo de algunos de los elementos de la multimedialidad, sino de todos al mismo tiempo, sobre la base de una estructura hipertextual múltiple.

3.3.3. Interactividad

Los medios tradicionales han implementado ciertos mecanismos de interacción que en la mayoría de las ocasiones se convierten en instrumentos para la retroalimentación de los emisores. Las cartas de los lectores y las llamadas telefónicas abren un espacio, aunque mínimo, desde el cual los lectores, radioyentes y espectadores pueden comunicarse con directores y periodistas. Un buen reportaje puede mover la opinión de los receptores y provocar un clima de intercambio que favorezca la continuidad de los hechos; pero difícilmente desde un reportaje escrito, radiofónico o televisivo se puedan concretar opciones de intercambio directo entre el público y los realizadores. La interactividad generalmente no se concibe desde un mensaje específico, sino desde el medio en su totalidad.

Una de las transformaciones que plantea la interactividad como rasgo de la comunicación en red en el periodismo digital, es la posibilidad real de que se instaure una comunicación mucho más directa entre los productores de la información y los usuarios que la consumen. Los recursos interactivos en Internet no sólo multiplican las posibilidades de comunicación entre usuarios y emisores, sino que impulsan los intercambios entre los propios usuarios y lo hacen en tiempo real. Emitir comentarios sobre los temas tratados, leer y discrepar con otros lectores, constituyen oportunidades novedosas para expresar criterios y puntos de vista diversos. El punto máximo de estas oportunidades se encuentra en los foros de discusión y los chats a los que acuden numerosas personas con el objeto de compartir ideas, preguntar, responder o disentir.

Todas estas opciones no se crean, únicamente, de forma general para la totalidad del sitio web, como en los medios tradicionales. Los recursos interactivos pueden implementarse desde los mensajes que se emiten, de ahí que cada uno de ellos se convierte en un foco generador de intercambios. La interactividad en el reportaje multimedia, no sólo como posibilidad de navegación por lo núcleos provisorios, sino como vía de intercambio entre usuarios y emisores o entre los propios usuarios, plantea un nuevo momento para el desarrollo del género de géneros, superior a lo que podría experimentarse desde el reportaje tradicional.

"El reportaje posee, cuando menos, dos posibilidades principales de interacción –afirma Salaverría–. La primera atañe a la capacidad de determinar el itinerario hipertextual de lectura: el usuario decide cómo leer el reportaje. La segunda es una interacción de respuesta, en la medida en que, en aquellos cibermedios que tienen habilitada esta opción, el usuario puede comentar las informaciones incluidas en el reportaje" (Entrevista a Ramón Salaverría). Otras posibilidades que podría abrir esta modalidad de mensaje en la red son: los "foros, encuestas, correo electrónico con los periodistas, correo electrónico con ciertas fuentes citadas (con permiso de éstas), entrevistas en línea" (Entrevista a Alejandro Rost).

El análisis de los reportajes multimedia permite apreciar cómo se han ido incrementando las opciones de los usuarios, desde niveles casi nulos de interactividad, hasta la inclusión de diversas propuestas de intercambio con los contenidos, los emisores y hasta con otros usuarios. Aunque se incluyen opciones interactivas entre las que se destaca el foro, todavía las posibilidades de los receptores sólo se implantan a partir de un mensaje cerrado. Los usuarios interactúan con los contenidos mediante la estructura hipertextual, con los emisores por correo electrónico y con otros usuarios a través de la recomendación del reportaje o la participación en los foros de debate. Interactúan, mas no participan.

La verdadera revolución que plantea la interactividad apunta a traspasar el carácter cerrado de los mensajes periodísticos y convertirlos en productos abiertos, proclives a ser modificados por los usuarios. Por el momento, esta ruptura con los modelos comunicativos tradicionales no ha tenido lugar, aunque Internet constituye un medio ideal para conseguirlo. Por esta causa, las posibilidades de transformación del reportaje multimedia a partir de la interactividad, pueden analizarse más desde las expectativas, que desde lo que en la práctica actual es posible constatar.

En este sentido, Los amores muestra un paso de avance. Además de los contactos con los realizadores y la oportunidad de recomendar el reportaje, dispone de un enlace hacia una weblog [22] cuyos temas principales giran en torno al reportaje. La historia contada en Los amores garantiza su continuidad a partir de esta herramienta, pues los hechos analizados no se aíslan de su contexto político, económico y social y aparecen nuevas historias y problemas que solucionar. De un hecho particular tomado y presentado por el medio de prensa, se ha configurado un espacio donde los usuarios han propuesto, incluso, abarcar aristas y enfoques no previstos desde la emisión acerca del propio tema del reportaje y de otros tópicos afines.

"Internet es pura interactividad –asegura Horacio Bilbao–. No hay usuarios cautivos (…). El mail, el mensajero, el bookmark, [23] las encuestas son todas fuentes de interactividad pero como te decía, todo eso debe tender a crear artículos y noticias abiertos a la corrección, a la diversidad de opiniones (…). Claro que siempre es necesaria la moderación, la guía editorial…" (Entrevista a Horacio Bilbao).

La participación real de los receptores en el proceso comunicativo sigue siendo una cuenta pendiente. "La clave está en esta frase: dejar que el lector transforme la información y la adapte a sus necesidades o gustos", insiste el profesor Alberto Cairo, quien valora la interactividad como una posibilidad transgresora de la mera navegación hipertextual (Entrevista a Alberto Cairo).

La participación –argumenta el profesor Amaury E. del Valle– debe partir desde antes de publicar el mensaje periodístico, desde la propia elección de los temas que puede tratar un reportaje multimedia: "El que tengas un correo electrónico o un foro no quiere decir que tú estés participando. De hecho, está sesgado lo básico de la participación. Tú no estás definiendo el tema. Estás dentro de un tema definido por la agenda". (Entrevista a Amaury E. del Valle)

Permitir que los usuarios transformen el contenido, el diseño y aporten nuevos datos y puntos de vista al reportaje, podría convertir al mensaje en un producto de la actividad colectiva y los usuarios se convertirían en coautores reales de la información, dinamitando de manera radical la asimetría del proceso comunicativo, sin que ello conlleve a un estado de anarquía sobre el producto que lejos de enriquecerlo, lacere sus contenidos y capacidad expresiva.

Asumir la actividad periodística como una conversación entre iguales constituye un punto de partida esencial para encontrar una forma efectiva de propiciar la participación de los usuarios. Compartir la autoría de los mensajes periodísticos no significa, únicamente, permitir que el usuario opine, envíe nuevas historias y transforme el diseño y los contenidos de algo publicado previamente; incluso va más allá, consiste en que los usuarios puedan integrarse y colaborar en el proceso de producción de los mensajes.

No obstante, incorporar estas nociones revolucionadoras en las prácticas del periodismo digital, pasa por un complejo contexto político-económico que rodea y determina la actividad periodística en los medios de comunicación. Existen imperativos culturales y sociales que históricamente han condicionado los modos y resultados de las prácticas comunicativas, cuyo arraigo demanda, primero, una mutación en lo social, para que se transformen y sea posible, entonces, fundar un periodismo realmente participativo, libertario (Recio, 2003).

La interactividad convierte al reportaje en un género más abierto, que posibilita el intercambio directo entre los lectores y entre estos y los emisores. La incorporación de los usuarios como entes activos está demandando que los periodistas aprendan a compartir los contenidos, de ahí que se han incrementado las opciones de interactividad. El reportaje multimedia, además de permitir la navegación por los núcleos provisorios e implementar ciertas opciones para el intercambio, podría inaugurar nuevos mecanismos que trasciendan las prácticas actuales y propicien la inserción real de los usuarios en el proceso. Por el momento, habrá que esperar, pues la participación todavía es más un sueño feliz que una experiencia palpable de la realidad.

La proyección futura del reportaje multimedia, amén de los rasgos que rescata del reportaje tradicional, apunta a una reconfiguración más profunda de sus elementos distintivos. La hipertextualidad, multimedialidad e interactividad todavía no se incorporan al género con la fuerza transformadora que se vislumbra desde la expectación y quedan por delante no pocos escollos que esta joven modalidad deberá sortear.

Aunque la mayoría de los especialistas consultados prevé un desarrollo ascendente para el género, en correspondencia con el aprovechamiento creciente de los recursos expresivos de la red, otras perspectivas, no menos válidas, apuestan por una evolución del reportaje multimedia hacia otros esquemas textuales novedosos. Comprenden el momento de desarrollo actual del periodismo para y con Internet como un escenario en el que este género representa la transición hacia fórmulas narrativas diferentes y propias del periodismo digital.

4. Conclusiones

El reportaje multimedia, más que un nuevo género periodístico, constituye la adaptación del reportaje a un nuevo medio de comunicación. De la misma manera que el género de géneros pasó de la prensa a la radio y luego a la televisión, ahora se incorpora a la red y aprovecha sus cualidades comunicativas en función de una intencionalidad determinada.

La hipertextualidad, la interactividad y la multimedialidad aportan elementos novedosos que enriquecen al género, lo renuevan, mas no lo transforman radicalmente, al menos en el momento actual de desarrollo del periodismo para y con Internet.

Desde el punto de vista hipertextual se avizoran formas de estructuración diferentes. La navegación por varios núcleos provisorios rompe en cierta medida con las nociones de entrada, cuerpo y cierre, aunque hoy aún se tienen en cuenta las partes clásicas del género.

Las estructuras hipertextuales responden a la distinción entre núcleos principales, que contienen la exposición elaborada de los hechos y análisis, y núcleos complementarios que posibilitan ampliar y diversificar las informaciones. En la medida en que la estructuración hipertextual se haga más compleja, los hipertextos documentales se inserten en los materiales periodísticos y formen parte de un conjunto menos jerarquizado de núcleos provisorios, las posibilidades de que los usuarios sigan itinerarios de lectura disímiles aumentarán; las partes del reportaje se harán más difusas y se subordinarán a los recorridos heterogéneos que determine cada usuario.

Otra de las renovaciones se encuentra en el incremento de los recursos de apoyo a la interpretación a partir de los hipertextos documentales. Los antecedentes, el contexto, el análisis de las causas y consecuencias de los hechos, la presencia y contraste de las fuentes de información pueden incluirse en la exposición elaborada de los acontecimientos de la misma forma que se hace en la prensa, la radio y la televisión; pero estas posibilidades se multiplican en la red. Los hipertextos documentales aportan más informaciones relacionadas con el tema del reportaje, otras declaraciones de las fuentes, enlazan documentos oficiales íntegramente, ofrecen otras imágenes de los lugares y personas implicadas, infografías y hasta las definiciones de palabras o frases de difícil comprensión. Todos estos recursos, empleados intencionalmente, se convierten en herramientas muy útiles para consolidar el carácter interpretativo del género.

La multimedialidad es señalada por varios expertos como una de las más significativas renovaciones del reportaje en Internet. La convivencia del texto escrito, los sonidos, las imágenes fijas y en movimiento en un mismo mensaje, apunta a elevar al máximo el alcance estructural del género. La combinación de estos elementos abre un amplio espectro de posibilidades para la experimentación de formas cada vez más integradas de los elementos multimediales.

Con el paso del tiempo y el avance del periodismo digital, la mera yuxtaposición es sustituida por ciertos intentos de integración. Influyen en este proceso las posibilidades económicas de cada medio en la red y la disposición de las empresas mediáticas para la realización de este tipo de productos.

El otro punto de renovación que encuentra el reportaje multimedia es la facultad de acoger en sí mismo recursos interactivos. Desde los niveles elementales de la navegación, la interacción con los contenidos, hasta los intercambios que se pueden producir entre usuarios y emisores, y entre los propios lectores, se observa el progreso hacia un aprovechamiento mayor de esta cualidad comunicativa.

Sin embargo, la gran transformación que plantea la interactividad permanece en esa apuesta por el futuro del reportaje multimedia que no depende, únicamente, de la voluntad de algunos. Median este proceso los mismos intereses económicos, políticos y sociales que han determinado la actividad de la prensa a lo largo de su desarrollo y que provocan una resistencia sostenida a abrir causes a la participación real de los usuarios.

El reportaje multimedia, como resultado de la práctica actual del periodismo digital, se encuentra en medio de una tensión entre lo que muestran los ejemplos concretos del ejercicio cotidiano y lo que se podría hacer en función del aprovechamiento de los rasgos de la comunicación en red. La mayoría de los expertos coincide en que vivimos un momento inaugural de experimentación con los contenidos en Internet y que el reportaje multimedia pudiera tener por delante muchos caminos de evolución y trasformaciones.

La hipertextualidad, la interactividad y la multimedialidad renuevan el género y modifican, en cierta medida, algunos de sus rasgos tradicionales; pero es en la integración de estos tres atributos donde descansa el punto de mayor redimensionamiento del género. Un reportaje que logre aprovechar al máximo y combinar la estructuración hipertextual con los recursos multimediales e interactivos, pasa a ser un mensaje periodístico fértil, no sólo por sus posibilidades interpretativas o por el tratamiento narrativo complejo que puede incluir, sino por su contenido humano, por la fuerza que posee el género para conmover y movilizar la opinión de los receptores, para denunciar lo que permanece oculto, para instruir. Un reportaje verdaderamente hipermedial puede traspasar cualquier frontera y convertirse también, en obra de arte, siempre que respete el compromiso ético que atraviesa toda la profesión periodística.

No obstante, los rasgos de la comunicación en red, por sí solos, no garantizan la calidad del reportaje. Su concepciónideal no implica sólo que sea interactivo, hipertextual y multimedia, sino que esté mediado por una intencionalidad específica y encarne los valores substanciales e históricos del género.

Inmerso en este universo de redes, el reportaje ha comenzado a desandar un novedoso camino incierto y plagado de experimentos en busca de fórmulas más cercanas al medio digital. El reportaje multimedia rescata muchos de sus rasgos tradicionales, algunos los modifica y otros nuevos los va incorporando, pero mantiene su esencia como género para la interpretación, así como sus virtudes expresivas y su carácter híbrido. Apenas ha dado los primeros pasos y un asomo al futuro apunta a un producto cada vez más complejo en su estructura, integrado multimedialmente e interactivo. La velocidad con que se producen los cambios en el universo digital nos impulsan a seguir su evolución y a dejar puertas abiertas a nuevas interrogantes, lejos de cerrar su estudio con repuestas acabadas. El camino recién comienza y podrían ser múltiples y variados los senderos que siga el periodismo digital, y con él, los géneros periodísticos.

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6. Notas

[1] Para referir las tres claves comunicativas que distinguen al periodismo digital –hipertextualidad, multimedialidad e interactividad– el profesor Ramón Salaverría (Salaverría, 2005: 26) utiliza el concepto genérico características esenciales de la comunicación en red. En la investigación hemos retomado este concepto como rasgos esenciales de la comunicación en red, aunque también hemos recurrido a otros términos como cualidades o recursos de la comunicación en Internet.

[2] Los planteamientos teóricos a propósito de los géneros periodísticos han sido numerosos, pero la mayoría de ellos parten de un tronco común que establece una clara escisión entre información y opinión y, en algunos casos, entre información, interpretación y opinión. Este enfoque se sustentó históricamente en la necesidad de separar los hechos de las valoraciones subjetivas sobre los mismos, en pos de la cuestionada objetividad periodística. Cuando se ha pretendido establecer la distinción entre información y opinión de manera tajante y esquemática, han sobrevenido las críticas. La hibridación inherente a la construcción periodística, la variedad infinita de formas que pueden adquirir los mensajes, así como los intereses políticos, económicos, ideológicos –explícitos y ocultos– de los medios de comunicación masiva, han dejado en evidencia a las posturas más estrictas. Numerosos expertos abogan por una teoría de los géneros abierta que sin renunciar a los postulados éticos de la profesión, asuma a los géneros desde una perspectiva en constante desarrollo. Ver (Rodríguez, 2004).

[3] El informe de la investigación presenta un marco teórico-referencial compuesto por dos capítulos. El primero de ellos contiene un recorrido por la tradición de los estudios de los géneros. Se acerca, como punto de partida, al concepto de periodismo y a la noción de lenguaje periodístico en función de los sistemas de signo de cada uno de los medios de comunicación. A partir de estos criterios se define el reportaje como género periodístico y se sistematizan sus principales rasgos formales y de contenido. El segundo capítulo se adentra en el universo digital. Se repasan las características de Internet como medio de comunicación y los cambios que supone para las prácticas del periodismo digital. Se indaga sobre la situación actual de la teoría de los géneros periodísticos y los principales cuestionamientos que enfrenta a raíz de la incorporación del periodismo a la red y por último, se propone una definición preliminar del reportaje multimedia.

[4] Una extensa investigación bibliográfico-documental precede y sustenta el análisis crítico y la construcción categorial vinculada al periodismo tradicional, su lenguaje, la teoría de los géneros y el reportaje impreso, radial y televisivo. Los aportes de numerosos expertos constituyeron fuentes inmediatas y esenciales de información y enfoques diversos que cubren desde las perspectivas clásicas hasta la actualización y renovación del estudio sobre estas temáticas. Entre ellos podemos citar a María Jesús Casals Carro (Casals, 2001); Enrique de Aguinaga (De Aguinaga, 2001); Javier Díaz Noci (Díaz, 2000); Sonia Fernández Parrat (Fernández, 2001); José Luis Martínez Albertos (Martínez, 1991); Pastora Moreno Espinosa (Moreno, 1999; 2000).

[5] Para la indagación y el estudio del ámbito periodístico digital constituyeron una base primordial los acercamientos teóricos e investigativos de numerosos especialistas que desde las más disímiles perspectivas han abordado el universo de las redes y sus prácticas comunicativas continua y progresivamente. A partir de sus aportaciones emprendimos el camino hacia la conceptualización y operacionalización de los rasgos de la comunicación en red y la definición preliminar de reportaje multimedia. Algunos de estos autores son: María José Cantalapiedra (Cantalapiedra, 2004); Javier Díaz Noci (Díaz Noci, 2004); Concha Edo (Edo, 2001); Ainara Larrondo (Larrondo, 2004; 2005; 2006); José Luis Martínez Albertos (Martínez, 1999); Koldo Meso Ayerdi (Meso, 2005); José Luis Orihuela (Orihuela, 2003); Ramón Salaverría (Salaverría, 2005; 1999).

[6] En las estructuras hipertextuales "no existe un núcleo central sino centros provisores; a partir de cualquier enlace, es posible llegar a los otros eslabones por medio de conexiones múltiples. Al establecer su recorrido, cada lector configura un texto específico, provisional, de acuerdo con sus intereses. El hipertexto potencializa así la lectura multisecuencial y la construcción de sentidos. El recorrido no lineal faculta nuevas posibilidades de intervención por parte de los lectores. No existen más recursos únicos y definitivos para la lectura" (Rodríguez, 2005: 20-21).

[7] Para el desglose de esta subcategoría resultaron muy acertadas las propuestas del profesor Javier Díaz Noci en Los géneros ciberperiodísticos: una aproximación teórica a los cibertextos, sus elementos y su tipología. Ver (Díaz Noci, 2004).

[8] Esta noción de la forma en que se combinan los elementos multimediales es aportada por el profesor Ramón Salaverría Aliaga. La multimedialidad por yuxtaposición "presenta los elementos multimedia –textos, imágenes y/o sonidos– de manera disgregada. Los enlaces a esos elementos pueden aparecer reunidos en una misma página web, pero el consumo de cada uno de ellos, –es decir, su lectura, visionado o audición–, sólo se puede realizar de manera independiente y, si acaso, consecutiva", mientras la multimedialidad por integración "además de reunir contenidos en dos o más soportes, posee unidad comunicativa. Es decir, se trata de aquella multimedialidad que no se limita a yuxtaponer contenidos textuales, icónicos y/o sonoros, sino que los articula en un discurso único y coherente" (Salaverría, 2005: 58-59).

[9] Fueron contactados mediante correo electrónico los siguientes especialistas: José Ignacio Armentia Vizuete, Universidad del País Vasco (UPV), entrevista recibida el 28 de febrero de 2007; Alberto Cairo Touriño, graduado de Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela, recibida el 6 de marzo de 2007; José María Caminos Marcet, UPV, recibida el 4 de abril de 2007; María José Cantalapiedra, UPV, recibida el 28 de febrero de 2007; Osmaira González Consuegra, Universidad Central Martha Abreu de las Villas, Cuba, recibida el 4 de abril de 2007; Ainara Larrondo Ureta, UPV, recibida el 23 de marzo de 2007; Antonio López Hidalgo, Universidad de Sevilla, recibida el 23 de marzo de 2007; Xosé López, catedrático de Periodismo de la Universidad de Santiago de Compostela, recibida el 26 de febrero de 2007; Xosé Pereira Fariña, Universidad de Santiago de Compostela, recibida el 22 de marzo de 2007; Alejandro Rafael Rost, Máster por la Universidad Autónoma de Barcelona y Licenciado en Comunicación Social por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, en Argentina, recibida el 26 de marzo de 2007; Ramón Salaverría Aliaga, Universidad de Navarra; recibida el 22 de marzo de 2007. También fueron consultados por correo los realizadores y periodistas de Clarín.com Horacio Bilbao, recibida el 30 de abril de 2007 y Gustavo Sierra, recibida el 4 de mayo de 2007. De manera presencial fueron entrevistados los expertos cubanos: Amílkar Acosta, realizador y diseñador web, entrevista realizada el 8 de marzo de 2007; Amaury del Valle Montero, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (UH), realizada el 29 de marzo de 2007; Livia M. Reyes, Máster en Ciencias de la Información y profesora de la Facultad de Comunicación de la UH, realizada el 9 de marzo de 2007; Miriam Rodríguez Betancourt, Doctora en Ciencias de la Información, periodista y profesora de la Facultad de Comunicación de la UH, realizada el 5 de marzo de 2007.

[10] Disponible en: http://www.heraldo.es/canfranc/. Publicado en el sitio web del diario Heraldo de Aragón, España (http://www.heraldo.es).

[11] Disponible en: http://www.clarin.com/diario/especiales/especial_sierra_mexico/index.html. Publicado en el sitio web del diario Clarín, de Argentina (http://www.clarin.com).

[12] Disponible en: http://www.lavoz.com.ar/especiales/sanvicente/superior.swf?xx. Publicado en el sitio web del diario La Voz del Interior, de Córdoba, Argentina (http://www.lavoz.com.ar).

[13] Disponible en: http://www.clarin.com/diario/2006/12/21/conexiones/amores_home.html. También publicado en el sitio web del diario argentino Clarín.

[14] Este premio se entrega en las ediciones del Congreso Iberoamericano de Periodismo Digital y lo convoca la Asociación de Prensa de Aragón, España, bajo el auspicio del Gobierno de esta región.

[15] Organización internacional de diseño periodístico que reúne a numerosos profesionales entre los que se encuentran 2.500 periodistas de 40 países.

[16] La Estación Internacional de Canfranc pertenece al municipio de igual nombre ubicado en la provincia de Huesca, en la comunidad autónoma de Aragón, en el norte de España. Fue inaugurada el 18 de julio de 1928 por el rey Alfonso XIII con el objetivo de unir, mediante el ferrocarril, Francia y España. Desde 1970 permanece inactiva y ha sido declarada Monumento Histórico Artístico por el Gobierno aragonés.

[17] Término con el que identifica a los obreros que trabajaban en la tala de árboles y otras labores relacionadas con la producción de la compañía La Forestal en el norte de Santa Fe, Argentina.

[18] Árbol que pertenece a la familia de las Anacardiáceas, de madera muy dura, de los cuales se extrae el tanino, sustancia que se emplea para curtir pieles. Los bosques de quebracho del norte de Santa Fe, eran los más grandes del planeta y fueron exterminados por La Forestal. Hoy, los antiguos terrenos de los bosques están marcados por la desertificación.

[19] Se denomina banner a una imagen, gráfico, texto –fijos o animados–, utilizados con fines publicitarios. Por lo general, los banners constituyen enlaces hacia otras páginas o niveles que contienen más información.

[20] Disponible en: http://www.weblogs.clarin.com/los-amores/

[21] "El descentramiento o transitoriedad continua del centro y la reconstitución de las nociones principio/fin, interior/exterior del texto, constituyen otras dos grandes cualidades del hipertexto que debemos notar. Todas ellas tendrían una capacidad extraordinaria para hacer implosionar los modelos imperantes de la comunicación pública contemporánea basados en la unidireccionalidad, la linealidad y la asimetría entre los actores de la comunicación". (Recio, 2003)

[22] El formato blog es una herramienta que ha ganado terreno en la red y ha posibilitado que no pocos usuarios se conviertan también en emisores a través de iniciativas casi impensables desde el ámbito tradicional. Intercambian libremente opiniones de la realidad, experiencias, informaciones y hasta movilizan a la acción. La presencia cada vez más activa de los usuarios en la red está planteando formas de hacer periodismo, no desde la autoridad distanciada de los emisores habituales, sino desde la perspectiva de la colaboración y la participación en los procesos comunicativos. Los roles de emisor y receptor se suplantan constantemente sin recelos en el llamado periodismo ciudadano o periodismo 3.0.

[23] Literalmente significa marcalibros. En español se conoce como marcador o favorito. Se refiere a los enlaces a páginas web que los usuarios almacenan en sus navegadores y que permiten el acceso directo a las páginas sin necesidad de volver a colocar su dirección. Son enlaces que se guardan con el nombre de la página, más fácil de recordar que una dirección URL.

FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

Marrero Santana, Liliam (2008): "El reportaje multimedia como género del periodismo digital actual. Acercamiento a sus rasgos formales y de contenido", en Revista Latina de Comunicación Social, 63, páginas 348 a 367. La Laguna (Tenerife): Universidad de La Laguna, recuperado el ___ de ________ de 2_______, de
http://www.revistalatinacs.org/08/29_40_Cuba/Liliam_Marrero.html

DOI: 10.4185/RLCS-63-2008-773-348-367