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Revista Latina de Comunicaci�n Social 63 de
2008
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Edita: LAboratorio de Tecnolog�as de la Informaci�n y
Nuevos An�lisis de Comunicaci�n Social |
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAF�AS:
[Revisor: Este art�culo aborda un estudio muy interesante sobre el estado de los estudios sobre Protocolo, que ayuda a contextualizar su situaci�n acad�mica y profesional en Espa�a. El protocolo forma parte del campo de las relaciones p�blicas, es decir, una comunicaci�n de fuentes interesadas dirigida a la comprensi�n mutua y que, seg�n Lucien Matrat, se basar�a en la estrategia de la aceptaci�n a diferencia de la publicidad, que explota la estrategia del deseo, y de la propaganda, que utiliza la estrategia del condicionamiento. El protocolo ha sido abordado desde diferentes perspectivas entre las que s�lo recientemente figura la comunicacional, una dimensi�n a la que este art�culo aporta sustanciales consideraciones, entre las que destacan tanto el volumen de publicaciones que forma el cuerpo de la investigaci�n sobre protocolo como los elementos analizados. De estos �ltimos se ofrece un estudio particular del l�xico, unidad fundacional de una disciplina y una taxonom�a de actos y de escuelas, siempre a trav�s de los autores que han contribuido al conocimiento del protocolo, una disciplina emergente dentro del �mbito de la comunicaci�n, y que como �sta se encuentra en un per�odo que podemos considerar como de crisis fundacional como ciencia.� Dr. Jos� Pestano � Universidad de La Laguna.+ segundo informe.] Nociones de protocolo desde la bibliograf�a de sus autoridades
Dra. Mar�a Luz �lvarez Rodr�guez � [C.V.]
Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicaci�n -
Universidad de Vigo, UV, Pontevedra (Galicia), Espa�a protocolocomunicacion@yahoo.es, http://www.protocoloycomunicacion.com
Resumen: El protocolo es una materia que ha sufrido grandes cambios en los �ltimos a�os en Espa�a. Su presencia en la formaci�n universitaria ha pasado de ser una mera an�cdota a una materia m�s a impartir en cursos de postgrados avalados por una gran demanda social y profesional. Con la finalidad de dar a conocer la materia del protocolo al �mbito acad�mico espa�ol, el presente art�culo realiza un estudio de la situaci�n te�rica de esta materia y profesi�n en Espa�a. Esta investigaci�n se plantea conocer el car�cter cient�fico del protocolo, al mismo tiempo que intenta fundar el lado profesional tan presente en la actual oferta de cursos y de formaci�n. Por este motivo, la investigaci�n puede resultar de inter�s en el �mbito acad�mico espa�ol para ayudar a explicar la realidad del protocolo en Espa�a y para impulsar su desarrollo te�rico en nuestro pa�s. Abstract: The Protocol is a subject that has suffered big changes in the last years in Spain. His presence in the university formation has happened of being a mere anecdote to one more subject to teach in courses of postgraduate courses endorsed by a big social and professional demand. With the purpose of announcing the Protocol subject to the spanish academic field, the present article realizes a study of the theoretical situation of this subject and profession in Spain. This investigation considers to know the scientific character of the Protocol, at the same time that it tries to found such professional side in the current offer of courses and of formation. For this reason, the investigation could be interesting for the spanish academic field to help to explain the reality of the Protocol in Spain and to impel his theoretical development in our country. Key Words: Communication, Communication theories, Protocol, Ceremonial, Spain, Communicology, Organizational communication, Public image, Events, Public Relations. Sumario: 1. Introducci�n. 2. Objetivos y metodolog�a. 3. Desarrollo. 3.1. Perspectivas cient�ficas de estudio del protocolo. 3.2. El corpus documental del protocolo. 3.3. Las autoridades del protocolo. 3.4. El l�xico del protocolo. 3.5. Las tipolog�as del protocolo y de los actos. 3.6. Las escuelas del protocolo. 3.7. El cuerpo te�rico del protocolo. 4. Conclusiones. 5. Referencias bibliogr�ficas. Summary: 1. Introduction. 2. Objectives and methodology. 3. Development. 3.1. Scientific perspectives of Protocol study. 3.2. The Protocol documentary corpus. 3.3. The Protocol authorities. 3.4. The Protocol lexicon. 3.5. The Protocol and acts typologies. 3.6. The Protocol schools. 3.7. The Protocol theory structure. 4. Conclusions. 5. References. 1. Introducci�n El protocolo es un saber y un hacer directamente referido a la comunicaci�n social que est� en proceso de discusi�n o constituci�n cient�fica, y se produce principalmente en las organizaciones de manera externa basada en unas normas que se establecen en pr�cticas p�blicas, en destacados actos de transmisi�n visual y verbal de mensajes sobre el poder de autoridades e instituciones. Como en la ciencia de la comunicaci�n o en la ciencia de la organizaci�n, y de modo similar a lo que ocurre en otras ciencias transversales o interdisciplinares, buena parte de los contenidos del protocolo proceden de d�cadas de experiencia organizacional y medi�tica. El protocolo es una materia que se ha abordado hasta el momento desde dos perspectivas principales, una profesional y otra acad�mica. Eso quiere decir que una parte, importante, de la literatura de la materia es pragm�tica, mostrando la pr�ctica diaria del protocolo, y la otra parte desea integrarse, desde el mundo editorial, en el di�logo cient�fico, relacionando el protocolo con alguna ciencia. Pero estas dos perspectivas cient�ficas han perdido parte de su valor tradicional al cuestionarse la historiograf�a como ejercicio narrativo, sujeto a reformulaciones pol�ticas y por efecto del pensamiento postmoderno en el car�cter y sentido actual de las instituciones p�blicas y de sus representantes. Ambas perspectivas han alcanzado techos explicativos directamente relacionados con los problemas antropol�gicos o sociol�gicos de las instituciones en las culturas contempor�neas. Esta perspectiva comunicol�gica est� basada en la acci�n comunicativa del protocolo, y estudia el protocolo como transmisor de la identidad para la creaci�n de la imagen de una organizaci�n. Mar�a Teresa Otero (2000: 15-16, 2002) y Francisco Mar�n Calahorro (1997: 14) son los autores m�s representativos de esta perspectiva que ya cuenta con varias tesis doctorales (Otero, 1999; Hern�ndez, 2006; Sierra, 2007). 3.2. El corpus documental del protocolo Toda disciplina acad�mica se sustenta en una doctrina propia y unos conocimientos cient�ficos que convierten �el hacer en saber� (Pi�uel y Gait�n, 1995: 17). El protocolo, al igual que otras materias, tiene sus propias autoridades que son referentes por sus ideas, conocimientos y opiniones. Para conocer al protocolo precisamos emplear textos de calidad, v�lidos y relevantes, redactados por autores de prestigio y cr�dito reconocido por su competencia en esta materia. En este tipo de obras es m�s f�cil leer alguna concepci�n general de la materia y sus teor�as respecto a las cuestiones que plantean, llegando algunos de ellos a considerarse cl�sicos en su campo cient�fico (Sierra Bravo, 2002: 252). En definitiva elaboramos una descripci�n y selecci�n autorial gracias a la suma de varios estudios realizados con un an�lisis documental de contenido (Bardin, 1986: 35), que investiga la cantidad en la producci�n bibliogr�fica de cada autor, el reconocimiento de cada autor por parte de otros y la reputaci�n de cada autor en la materia del protocolo en Espa�a. As� obtuvimos como autoridades del protocolo y el ceremonial en Espa�a a: Felio A. Vilarrubias Solanes (1976, 1980, 1991, 1994, 1997, 2000, 2003, 2004, 2005), Francisco L�pez-Nieto y Mallo (1985, 1995, 1997, 1998, 1999, 2000a, 2000b, 2003a, 2003b), Jos� Antonio de Urbina (1989, 1991, 1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2004), Carlos Fuente Lafuente (2004a, 2004b, 2004c, 2005), Francisco Mar�n Calahorro (1997, 2000, 2004) y Mar�a Teresa Otero Alvarado (1999, 2000, 2001). Y al mismo tiempo limitamos la muestra del estudio al corpus documental de dichas autoridades ya que estos libros son un medio masivo de comunicaci�n, compuesto por una serie de informaciones ling��sticas y paraling��sticas, que reflejan, entre otras cosas, parte del lenguaje y los conocimientos com�nmente aceptados por el grupo profesional del protocolo. Por lo tanto, para el an�lisis, la comprensi�n y la interpretaci�n del protocolo, emplearemos los textos fundantes de esta materia escritos por las que el an�lisis bibliom�trico nos devuelve como autoridades. 3.4. El l�xico del protocolo El l�xico son las piezas de representaci�n ling��stica en las que debe apoyarse cualquier campo de conocimiento cient�fico para poder adquirir, generar y transferir el conocimiento espec�fico de cualquier dominio (Cabr�, 1999: 70). Eso quiere decir que en cualquier campo cient�fico la terminolog�a desempe�a un papel fundamental como proveedora de t�rminos portadores de conocimiento que median en la comunicaci�n, como identificador de reglas subyacentes en la generaci�n y relaci�n de los t�rminos, y como m�todo y habilidad de trabajo. Esta parte del estudio persigui� indicar el l�xico clave del protocolo establecido hasta el momento por los libros de sus autoridades, como medio para conocer mejor la materia a trav�s de su terminolog�a espec�fica, ya que el l�xico conforma y transmite ciencia. Adem�s, y como sucede en otros campos, se trata de uno de los factores que dificulta o ralentiza la elaboraci�n de un cuerpo doctrinal homog�neo sobre protocolo. La diversidad conceptual del protocolo, no s�lo a la hora de considerarlo instrumentalmente, sino para ofrecer una definici�n que sirva de marco de referencia y que aporte el conocimiento necesario al receptor, constituye uno de los mayores obst�culos para el desarrollo de un cuerpo te�rico s�lido de la materia. Por todo ello, efectuamos un an�lisis de t�rminos clave del protocolo en sus autoridades. Y en concreto, a trav�s del an�lisis de contenido (Krippendorff, 1991: 40-44, Berganza y Ruiz, 2005: 217 y Berelson, 1952, 1959: 1-6). El objetivo de este an�lisis es estudiar los conceptos b�sicos del protocolo contenidos en el corpus documental seleccionado en la investigaci�n, y s�lo en obras de autoridades resultantes de los an�lisis anteriores. Para investigar el contenido realizamos dos trabajos sobre el campo documental: primero un an�lisis de contenido cuantitativo, tanto comparativo como descriptivo de las definiciones creadas por las autoridades de protocolo; y despu�s un an�lisis de contenido m�s cualitativo de las definiciones de los t�rminos seleccionados para la propuesta de un glosario b�sico de protocolo (Romero, 1991). El resultado del an�lisis de contenido es un conjunto de 134 palabras definidas y 335 definiciones originales, lo que nos obliga a delimitar cuantitativamente los t�rminos claves del protocolo espa�ol definidos por sus propias autoridades. No obstante en un futuro, para obtener las definiciones b�sicas del protocolo, quiz� se pueda realizar un an�lisis del discurso protocolario, investigando, en lugar de una amplia selecci�n de documentaci�n bibliogr�fica, un conjunto de discursos narrativos creados por los actos protocolarios, donde la representaci�n simb�lica y la participaci�n activa de los p�blicos puedan ser m�s determinantes en la definici�n y evaluaci�n de resultados.
Tabla 1. Palabras m�s definidas detalladas por autoridad. Elaboraci�n propia. Nuestra primera aproximaci�n al glosario de potocolo desvela dificultades para definir de modo un�voco determinados conceptos, al contar con palabras que presentan m�ltiples definiciones con grandes diferencias conceptuales entre s�. Como ejemplo podemos mencionar el t�rmino protocolo que posee 51 definiciones distintas aportadas entre las seis autoridades, lo que tambi�n implica la imposibilidad de citarlas en este art�culo debido a su volumen. La gran dificultad de realizar el an�lisis conceptual a todos los t�rminos claves del protocolo a trav�s de un an�lisis de contenido, por causa de la variedad, la diferencia, la complejidad y la extensi�n de las definiciones de las autoridades, motiva la incorporaci�n de otras t�cnicas a la investigaci�n relacionadas con el an�lisis del discurso (Teun van Dijk: 2000a, 2000b) para as� interpretar en una aproximaci�n m�s hermen�utica las propuestas de definici�n del l�xico del protocolo obtenidas de los textos autoriales. Finalmente y contando con mapas conceptuales, que nos permite representar gr�ficamente la sem�ntica de cada t�rmino, elaboramos un glosario de protocolo en el que identificamos las palabras y definiciones nucleares de la materia, adem�s de observar diferentes perspectivas te�ricas entre las autoridades. El glosario de protocolo resultante de los an�lisis indicados se compone por un total de trece palabras que representan a la materia en la bibliograf�a documental de las autoridades se�aladas: protocolo, precedencia, ceremonial, presidencia, etiqueta, peinado (de listas e invitados), cortes�a, anfitri�n, condecoraciones, cronograma, tratamiento, acto y derecho premial. Elaborar este glosario confirma las dificultades anteriormente se�aladas y revela la falta de acuerdo com�n entre las autoridades con respecto a las palabras claves del protocolo por lo que no debe extra�ar que ese �caos conceptual� se refleje en la sociedad donde se desconoce a�n m�s esta especialidad. Por ello consideramos la posibilidad de aportar nuevas definiciones basadas en las ideas capitales aportadas por las autoridades, configurando as� una propuesta l�xica de nuevos conceptos para la materia:
Este glosario de protocolo se culmina por tanto en unas definiciones �intermedias� que concebimos como propuestas para ser rebatidas o apoyadas por parte de otros ya que este un tema de esta materia que debe estudiarse m�s en el �mbito acad�mico.
Una vez identificados los conceptos fundamentales del protocolo en la bibliograf�a espa�ola, a la luz de la teor�a hermen�utica y t�cnicas de an�lisis del discurso como base, nos planteamos si existe alguna clasificaci�n, si se puede hacer alguna propuesta de tipolog�a que apunte una estructura nocional en la subdisciplina del protocolo. Por ello observamos primero la presencia o ausencia regular de unas ciertas caracter�sticas en los conceptos con el fin de desarrollar explicaciones del fen�meno y predecir la presencia o ausencia de otras caracter�sticas relacionadas. De tal modo, los conceptos reconocidos y definidos anteriormente, establecen relaciones y se�alan pautas de evoluci�n. Intentamos conocer con mayor profundidad la materia buscando sus propias clasificaciones internas. A partir de la categorizaci�n temporal y relativa de las nociones del protocolo y ceremonial en Espa�a, podemos proponer un agrupamiento de clases, seg�n el orden establecido. Pero como la funci�n b�sica del protocolo es la creaci�n del acto, la tipolog�a de actos tambi�n es fundamental para poder conocer el protocolo. Es m�s, alg�n autor llega a decir que el acto es el que determina el protocolo, de manera que la tipolog�a de actos deba ser quien establezca la tipolog�a de protocolo (L�pez-Nieto, 2000a, II: 18-20). Proseguimos el estudio con un an�lisis del discurso de las obras de las autoridades de protocolo para as� hacer una interpretaci�n, tanto hermen�utica como cr�tica, de las clasificaciones y tipolog�as del protocolo as� como del acto protocolario. Debido a las diferencias conceptuales entre los seis autores, dichas clasificaciones y tipolog�as de protocolo y actos resultan muy variadas y muestran diferentes formas de concebir la materia. Ninguna autoridad defiende la misma tipolog�a de protocolo, aunque se aprecian similitudes entre algunas autoridades. En lo que respecta a la tipolog�a de actos, la �nica clasificaci�n com�n a todas ellas es la establecida por el Estado en el R.D. 2099/83 sobre los actos oficiales. Las dem�s clasificaciones de actos vuelven a ser de lo m�s diversas.
Tabla 2. Tipolog�a de protocolo de las autoridades. Elaboraci�n propia.
Tabla 3. Tipolog�a de actos seg�n las autoridades. Elaboraci�n propia. Toda esta variedad de clasificaciones, en lugar de enriquecer la materia, la oscurece debido a su falta de acuerdo en las cuestiones b�sicas de la delimitaci�n del campo, y el objeto del saber y de la pr�ctica del protocolo, lo que traslada m�s confusi�n y equ�vocos a la concepci�n social de la materia. 3.6. Las escuelas del protocolo El protocolo y el ceremonial han conseguido a lo largo de los a�os un fondo bibliogr�fico importante donde re�nen sus conceptos, t�cnicas, tipolog�as, aplicaciones, historia� tal y como hemos constatado en el estudio del corpus documental de la materia. Muchos autores han contribuido durante siglos a lograr unas ideas comunes sobre protocolo y ceremonial, aplicables a pesar del paso del tiempo. Pero no es hasta finales del S. XX cuando comenzamos a ver en Espa�a claras diferencias entre los diversos autores de libros de protocolo y de ceremonial, aunque conservando concordancias. Al igual que otras disciplinas, el protocolo comienza a ordenar el conocimiento en cuerpos doctrinales, de mayor o menor contenido te�rico que podemos denominar escuelas. Pero el hecho de que las escuelas aparezcan sucesivamente en el tiempo no significa que las �ltimas hayan sustituido plenamente a las primeras. En consecuencia, puede afirmarse la vigencia simult�nea o la coexistencia de varias escuelas (Bueno, 1996: 50-51). Los autores aglutinan seguidores en torno suyo, en mayor o menor n�mero. Lo que muestra la formaci�n de verdaderas escuelas o corrientes dentro de la profesi�n, y tambi�n, dentro de la ense�anza del protocolo en los postgrados espa�oles, llegando varias veces a trabarse en peque�as pol�micas. Los textos del corpus documental han sido estudiados con an�lisis del discurso para interpretar, en una aproximaci�n m�s hermen�utica, los temas que abordan los autores de protocolo y marcar las diversas orientaciones doctrinales de la materia. De este modo consideramos al igual que Otero (2000: 216), y a pesar del paso de los a�os y del aumento de autores de la materia, que existen varias escuelas de protocolo y ceremonial en Espa�a: la escuela tradicional diplom�tica (Urbina), la escuela jur�dica (L�pez-Nieto), la escuela hist�rica (Vilarrubias) y la escuela comunicol�gica, (Fuente, Mar�n Calahorro y Otero), siendo esta �ltima la m�s destacada en este comienzo del S. XXI y la que presenta una mayor proyecci�n de futuro atendiendo a sus trabajos y publicaciones.
No obstante ninguno de estos pre-paradigmas o escuelas resuelven todas las cuestiones relativas a la actividad, ni tampoco para la ense�anza del protocolo. Cada uno, con su visi�n parcial y particular, ayuda a comprender y explicar parte de la acci�n del protocolo y a solucionar algunos de sus problemas. No obstante todos, sin excepci�n, aisladamente parecen insuficientes para una soluci�n global de la pr�ctica y la ense�anza de la actividad (Porto, 1993: 29-75). 3.7. El cuerpo te�rico del protocolo Una vez analizado el corpus documental del protocolo mediante varias t�cnicas investigadoras observamos que el protocolo y el ceremonial no tienen todav�a teor�as propias de car�cter cient�fico, aunque s� posee varias de car�cter profesional funcionalista. Todos los autores de protocolo analizados en la investigaci�n los podemos clasificar como funcionalistas ya que presentan las caracter�sticas de la tradici�n funcional de la comunicaci�n basada en este caso en la gesti�n de p�blicos en un escenario medi�tico para la creaci�n de eventos. Por ello, si recurrimos a teor�as pertenecientes a disciplinas de las Ciencias Sociales para plantear el contexto cient�fico posible, en concreto, a la ciencia de la comunicaci�n, s� se aprecian teor�as que pueden aplicarse al protocolo, pero no �nicamente funcionalistas sino tambi�n interpretativas y cr�ticas. Debido a la inexistencia de teor�as cient�ficas en la materia, hasta el momento tampoco observamos paradigmas, ni m�todos, ni t�cnicas investigadoras propias; aunque una vez m�s, s� multitud de t�cnicas pr�cticas de aplicaci�n basadas en el funcionalismo (Fuente, 2004c, 2005). De modo similar tambi�n podr�amos proponer m�todos y otras t�cnicas pertenecientes a la ciencia de la comunicaci�n que pueden aplicarse al protocolo. Observando las deficiencias y tareas pendientes no podemos afirmar que el protocolo est� en una peor situaci�n que la teor�a de la comunicaci�n en general, ya que este campo espec�fico de las ciencias sociales, muestra claramente la crisis existente de la que hablan todos los te�ricos que no dejan de advertir sobre las m�ltiples necesidades de esta materia. Miquel Rodrigo Alsina considera que la ciencia de la comunicaci�n se encuentra en una ��poca de pluralismo, cambio y transici�n� (2001: 123) o en palabras de otro de los te�ricos nacionales, Enric Saperas, �intenta adaptarse y dar respuesta a los nuevos interrogantes planteados por un sistema comunicativo cuya evoluci�n constituye uno de los principales factores de impulso del actual cambio social� (1998: 18). De ese modo, te�ricos, organizaciones y p�blicos pueden ser los transformadores de la teor�a de la comunicaci�n, pero de su agilidad y entendimiento depender� el resultado, as� como la delimitaci�n de perfiles y las especialidades de la disciplina comunicativa. En lo que respecta al protocolo, te�ricamente la ciencia de la comunicaci�n puede desarrollar una especialidad de esta materia, fundamentalmente desde la comunicaci�n institucional, aunque tambi�n en la comunicaci�n corporativa y en la comunicaci�n digital o directamente en las especialidades de relaciones con p�blicos concretos. La comunicaci�n institucional es por tradici�n la que m�s se apoya en el protocolo para transmitir mensajes a la ciudadan�a, siendo �sta la creadora del protocolo jur�dico. Pero la actual comunicaci�n institucional s�lo est� empleando al protocolo como gestor de actos e im�genes, desperdiciando otros usos que podr�a obtener de la materia como son el conocimiento de los patrones hist�ricos y legales de la comunicaci�n que vienen realizando las instituciones desde antiguo. La transmisi�n de la imagen del poder es algo inherente a la sociedad compuesta por sistemas organizados, y el protocolo lleva ayudando a las instituciones a hacerlo desde hace siglos. Pero actualmente las instituciones est�n viviendo un periodo de crisis que demanda grandes cambios. Cambios que exigen la transformaci�n de las instituciones lo que conlleva, al mismo tiempo, la actualizaci�n del protocolo que les representa y la reformulaci�n de su comunicaci�n. Esta crisis social se observa claramente en el rechazo del protocolo por una parte de la ciudadan�a, rechazo que lo estigmatiza cuando en realidad lo que se pretende expresar es una oposici�n a la instituci�n que aplica dicho protocolo. De este modo, si la comunicaci�n institucional desea adecuarse a la situaci�n deber� prestar atenci�n a la tradici�n cr�tica que le facilitar� en gran medida el proceso al mostrarle diferentes puntos de vista sobre la propia instituci�n y su comunicaci�n. La comunicaci�n corporativa es, en estos momentos, la que est� monopolizando el protocolo como herramienta de comunicaci�n con sus p�blicos para representar su imagen de poder y al mismo tiempo aumentarla a trav�s de multitud de eventos. Desde hace varios a�os las empresas han estado copiando el protocolo oficial de las instituciones y lo han ido adaptando a sus necesidades hasta convertirlo en una herramienta b�sica en su comunicaci�n, tanto interna como externa. Las empresas desean realizar los eventos m�s relevantes y notorios para la opini�n p�blica apartando del centro de atenci�n a las instituciones. Y el protocolo les est� ayudando a ganar esa batalla comunicacional. Pero todav�a no logra abarcar la esencia del protocolo por lo que la comunicaci�n corporativa es la que con m�s fuerza demanda el conocimiento de la materia para perfeccionar el evento, lo que implica a su vez el perfeccionamiento de la imagen organizacional de cara a sus p�blicos. La comunicaci�n digital es la que actualmente exige, no s�lo un protocolo espec�fico para ella sino tambi�n y principalmente, una comunicaci�n novedosa y exclusiva para aplicarse en Internet. Diariamente millones de personas se est�n manifestando y relacionando digitalmente a trav�s de redes, comunidades y grupos sin que exista una teor�a comunicativa que lo trate adecuadamente. Y esto, que para muchos todav�a es el futuro, ya es hoy una realidad que no se puede seguir ignorando. De ese modo la creaci�n o reforma de una teor�a para la comunicaci�n digital es m�s importante que la ausencia de un protocolo digital. Aunque precisamente esta situaci�n le otorga al protocolo un lugar privilegiado para ser uno de los agentes impulsores del origen de esta nueva teor�a de la comunicaci�n digital, lo que le permitir�a al mismo tiempo crear una forma in�dita de transmisi�n de imagen para el poder en Internet. As� el protocolo digital puede aportar a la construcci�n de la comunicaci�n digital algo que quiz�s cambie por completo la comunicaci�n convencional conocida con todo tipo elementos ins�litos, ya que la comunicaci�n digital no es simplemente en un nuevo soporte, sino que se muestra como una comunicaci�n diferente. Por lo tanto, en un futuro pr�ximo, teniendo en cuenta las distintas tipolog�as de comunicaci�n, observamos que la subdisciplina del protocolo puede ayudar a la ciencia de la comunicaci�n m�s de lo que en este momento se espera. 4. Conclusiones Este estudio demuestra los grandes cambios sufridos por el protocolo en los �ltimos a�os en Espa�a. A trav�s del corpus documental constatamos la existencia de varias perspectivas cient�ficas de estudio, justificando el uso de una perspectiva comunicacional. No encontramos limitaci�n razonable para excluir el protocolo de subdisciplinas relacionadas con el tronco cient�fico de la comunicaci�n. Si bien parece mejor encuadrada en la informaci�n, las Relaciones P�blicas y la comunicaci�n en organizaciones (instituciones, empresas, comunidades virtuales�), esta demarcaci�n no debe limitar su espectro en cuanto comunicaci�n p�blica de alcance medi�tico convencional, as� como a trav�s de las nuevas formas de comunicaci�n digital que instauran las tecnolog�as socializadas de comunicaci�n. Hemos comprobado que el protocolo es un objeto de estudio poco explorado e investigado que no ha alcanzado una fundamentaci�n suficiente, aunque tambi�n dentro de la comunicaci�n existen otros �mbitos como son los espacios digitales que demandan con mayor urgencia una teorizaci�n no muy distante de las relaciones y actos con p�blicos del protocolo. El protocolo debe buscar un cuerpo te�rico propio desarrollado bajo teor�as, estructuras, m�todos y terminolog�as que diferencien su �mbito sin perder la transversalidad e interdisciplinariedad propias de las ciencias de la comunicaci�n. Adem�s recomendamos considerar la existencia de varias teor�as o m�todos de la comunicaci�n que ofrecen marcos y n�cleos tem�ticos esenciales para una fundamentaci�n del protocolo como son: el estructuralismo, la semi�tica, la fenomenolog�a, el interaccionismo simb�lico, la Escuela de Palo Alto, la Escuela de Chicago, la etnometodolog�a, el constructivismo, el construccionismo, la hermen�utica, el recepcionismo, y, sin lugar a dudas, tambi�n el funcionalismo, incluyendo especialmente sus �ltimas etapas hist�ricas. Hasta el momento las fuentes principales han sido las teor�as de la comunicaci�n relativas a las organizaciones, quiz� no siempre de un modo consciente y con predominio del paradigma estructural-funcionalista. No obstante no debe olvidarse la teor�a cr�tica ya que puede enriquecer puntos de vista sobre el protocolo, as� como aquilatar la comunicaci�n y el reconocimiento social derivado del trabajo de los profesionales en esta materia. Si se prev� una extensi�n a redes digitales de la comunicaci�n o incluso la misma organizaci�n de actos protocolarios adem�s habr� que desarrollar teor�as contando con las tradiciones interpretativistas m�s centradas en la microcomunicaci�n, la comunicaci�n interpersonal y grupal con los nuevos matices de las identidades y de las relaciones virtuales. As� mismo, no basta con emplear las teor�as del pasado, sino que nos enfrentamos claramente ante exigencias de innovaci�n te�rica. En estos momentos existen varias escuelas de protocolo y se mantiene abierta su evoluci�n hist�rica. Sin embargo, resulta notorio que la llamada escuela comunicol�gica representa la producci�n m�s importante y una tendencia marcada a tener en cuenta en el reconocimiento acad�mico de �sta y otras nuevas especialidades comunicativas. Confiamos que la escuela comunicol�gica del protocolo sea capaz de enfrentarse a estos retos te�ricos, al mismo tiempo que el �mbito acad�mico espa�ol se interesa y amplia la oferta formativa de la materia. No tendr�a sentido que el desarrollo universitario del protocolo en Espa�a fuera exclusivamente conservacionista de sus restos tradicionales y sin intentar dar respuestas a la altura de la comunicaci�n, de los p�blicos y de los usos sociales actuales. 5. Referencias bibliogr�ficas Cabr�, Mar�a Teresa (1999). La terminolog�a. Representaci�n y comunicaci�n. Una teor�a de base comunicativa y otros art�culos. Barcelona, Iulaterm. L�pez-Nieto y Mallo , Francisco (1986): Honores y protocolo, Madrid, El Consultor.
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