Investigación
FORMA
DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS, SEGÚN LA APA:
Torres
Romay,
Emma, 2006: El
tratamiento de la imagen en los atentados del 11-M. Terrorismo y violencia
en la prensa.
Revista Latina de Comunicación Social, 61. La Laguna (Tenerife).
Recuperado el x de xxxx de 200x, de http://www.ull.es/publicaciones/latina/200603torres.htm
[Revisor/ra:
El artículo aborda no solo un contenido que se inscribe dentro
del ámbito de la revista, sino que la investigación está
bien realizada. La metodología se explica perfectamente y la selección
de la muestra (los periódicos) para realizar el tratamiento de
la imagen en los atentados del 11-M es muy acertada. Al elegir diarios
de tirada nacional española, junto a diarios regionales y locales,
y, a la vez, realizar una comparativa con diarios internacionales, el
autor o autora ha conseguido dar una imagen de cómo funciona el
periodismo en el caso de una noticia de alcance mundial, al tiempo que
intuimos cuáles son las diferencias en la jerarquización
y enfpoque de noticias y, sobre todo, de imágenes, entre unos y
otros. La selección del objeto de investigación es muy interesante,
poque ofrece una gran cantidad de matices que el autor o autora aborda:
desde planteamientos éticos hasta niveles más procedimentales
dentro de la profesión, como la maquetación. La bibliografía
también es adecuada. Se trata de una aportación científica
relevante en el campo de la Comunicación.
El
tratamiento de la imagen en los atentados del 11-M. Terrorismo y violencia
en la prensa
The
Treatment of Images in 11-M Terrorist Attacks. Terrorism and Violence
in the Press
Artículo recibido el 8
de noviembre de 2005
Sometido a pre-revisión (Comité de Redacción) el
9
de noviembre de 2005
Aceptado el 11
de enero de 2006
Publicado el 19 de enero de 2006
Dra.
Emma Torres Romay
© [C.V.]
Profesora Ayudante Doctora
Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación
Universidad de Vigo
emmatr@uvigo.es
Resumen:
En este artículo pretendemos realizar un análisis del tratamiento
que la prensa española e internacional le dio a las imágenes
de la tragedia del 11 de marzo en Madrid. De esta forma aportaremos ideas
sobre cuales son los límites de la libertad de expresión
desde el punto de vista del respeto a la propia imagen y, en este caso,
el respeto al dolor. Además incidiremos en la importancia de la
fotografía para la prensa y el poder comunicativo de esta. Tomaremos
como fuentes fundamentales la prensa nacional de los días 11 y
12 de marzo y las ediciones digitales, también de esas fechas,
de las cabeceras españolas y de los principales periódicos
de mundo. Esta comunicación se realiza a partir de un modelo de
análisis de la imagen de prensa que se ha desarrollado para la
tesis doctoral que esta realizando la autora.
Palabras clave: medios de
comunicación – prensa – libertad de expresión
– imagen y violencia – límites – ética –
terrorismo – atentados – 11 M – Madrid – fotografía
de prensa – periodismo – sensacionalismo – periodismo enlínea
Abstract:
In this paper we want to analyze the pictures publishing in the Spanish
and international newspapers before the Madrid terrorist attack, March,
11. With this research we get some ideas about freedom speech limits:
the respect of the privacy and, in special, the respect of the pain. At
the same time, we´ll remark the importance of the photography in
the press and their communication power. For this research we used the
March, 11 and 12 newspapers of most important Spanish editors and the
digital edition of international press.
Key
Words: mass
media – press – freedom of speech – pictures and violence
– limits – ethics – attacks – 11 M – terrorist
– Madrid – press photograph – journalism – tabloid
– online newspapers
Sumario:
1. Introducción. 2. Metodología y objeto de estudio. 3.
Hipótesis planteadas. 4. La presencia del terrorismo en los medios.
5. La imagen en los medios de comunicación impresos. 6. La imagen
en los atentados terroristas del 11-M. 7. Consideraciones éticas
sobre la difusión de imágenes de las víctimas del
terrorismo. 8. Conclusiones. 9. Bibliografía. 10. Notas.
Summary:
1.Introduction. 2.Methodology and study object. 3. Inicial hypothesis.
4.Media treatment of terrorist. 5.Pictures in newspapers. 6.Pictures in
11-M terrorist attacks. 7. Ethics view about terrorist victims pictures.
8.Conclusion. 9. Notes
1.
Introducción
Los atentados de Madrid el 11 de marzo de 2004 supusieron un desgraciado
hito en la historia de España. Además de enfrentar a la
sociedad a un nuevo tipo de terrorismo, que era diferente al conocido
hasta entonces, los acontecimientos posteriores consiguieron una movilización
social sin precedentes y con consecuencias políticas de difícil
medición.
Tras 25 años de libertad de expresión, los medios se enfrentaban
a un nuevo reto comunicativo. En este contexto su papel fue fundamental
ya que fueron el principal elemento de transmisión de los acontecimientos
a la sociedad. La mayor parte de los medios se posicionó de forma
clara, al lado de las víctimas, contra los terroristas y alerta
ante el papel del Gobierno. No entraremos aquí en el debate sobre
las repercusiones electorales de los atentados y mucho menos en complejo
proceso de información-desinformación en el que se vio implicado
el Gobierno. Sin embargo, no podemos pasar por alto que el papel de los
medios de comunicación pudo haber determinado la evolución
de los acontecimientos tras el atentado y que, sin duda, fueron cruciales
para conseguir la movilización de la opinión pública.
En este contexto, pretendemos realizar un análisis de las fotografías
de prensa empleadas en la cobertura de este atentado. Una noticia ocurrida
en España pero que, debido a su gravedad, tuvo un alcance internacional.
Nos centramos en lo visual de la prensa por ser este un elemento que tradicionalmente
se obvia en los análisis de contenido y que, sin embargo, en muchas
situaciones (como esta) puede ser considerado incluso más importante
que la propia información escrita, debido a su poder de evocación
y de impacto.
De esta forma, el estudio que proponemos permitirá básicamente
tres cosas: determinar si existió una línea informativa
concreta, establecer si existió algún problema de tipo ético
a la hora de informar sobre el dolor y la tragedia y, por último
poder realizar un análisis comparativo para establecer similitudes
y diferencias entre la imágenes publicadas en la prensa extranjera
y en la nacional.
El atentado del 11-M tuvo un balance final de 199 muertos y 1.463 heridos
de diversa gravedad. "Con el sonido de la onda expansiva apenas disipado,
con las retinas repletas de un horror inconcebible, con la actividad desenfrenada
de cientos de brazos y corazones solidarios que rápidamente llegaron
(...) a los escenarios de la masacre, se abría una semana de dolor
desgarrador para cientos de familias afectadas por la tragedia" (Rodríguez,
2004:10) El tratamiento de este dolor es quizá el tema más
problemático desde el punto de vista de la ética de la información.
Se trata, por lo tanto de plantearnos una primera cuestión: ¿Cómo
fue representada la tragedia humana en los medios de comunicación?.
En este contexto, en el análisis de las imágenes de la prensa
nacional e internacional incidiremos en aquellos aspectos que guardan
relación con la representación de violencia en los medios
de comunicación y así pondremos sobre la mesa una segunda
pregunta ¿Donde están los límites en la reproducción
de la imagen de una víctima del terrorismo en los medios de comunicación?
Por último, no podemos obviar que el análisis comparado
de la cobertura informativa de un acontecimiento de magnitud internacional,
en los diferentes sistemas mediáticos, permite trazar líneas
de convergencia o divergencia tanto de las rutinas profesionales periodísticas
como sobre la creación de un espacio supranacional de debate a
través de los medios de comunicación. De esta forma, como
señala Teixeira (1999: 117) "el análisis comparado
no es sólo una estrategia metodológica adecuada sino una
forma de asignar un valor relativo a distintos escenarios, de aprender
de quienes marcan la tendencia". Por esa razón la última
cuestión que nos plantemos es: ¿Utilizó la prensa
internacional los mismos referentes gráficos que la española
en sus informaciones? [1].
2.
Metodología
y objeto de estudio
Para la realización del trabajo propuesto vamos a emplear un sistema
de análisis de contenido en este caso, fotográfico. En el
mismo tomamos como referencia cuatro parámetros básicos:
dos de contenido y dos de forma. En cuanto al contenido se hace referencia
a quién es el protagonista de la imagen y dónde está
ubicado, es decir, el escenario en el que se desarrolla la acción
retratada. En cuanto a la forma, nos referimos al tamaño y ubicación
de la imagen en la página del periódico y, en segundo lugar,
al empleo o no del color.
Este modelo, aparentemente simple, sería la compilación
de una serie de ideas sobre el análisis cualitativo de la fotografía
de prensa, que irían desde las más sencillas, como las aportadas
por Valle (1999): la aplicación del paradigma de Laswell al análisis
de lo denotado de la imagen; a ideas mucho más complejas en su
desarrollo. Ideas que resume con mucha precisión Carlos Abreu (2004)
en un artículo sobre este asunto.
En el mismo, Abreu menciona los planteamientos de Manuel Alonso y Luis
Matilla, de Luis Núñez Ladeveze y de Terry Barret. Este
último utiliza el método de desglosar la fotografía
en varios niveles que van desde el descriptivo hasta el interpretativo,
pasando por lo explicativo y la conceptualización teórica
acerca de las fotos. Igualmente, considera el contexto que las rodea.
De esta forma, encontramos que el análisis del significado de las
fotografías a través de lo denotado, lo que se muestra en
ella, también debe ser evaluada por lo connotado, lo que sugiere,
según el criterio de Roland Barthes (Barret, 1990) e incluso se
incide en la necesidad de aplicar un criterio analítico distinto
en función de cual se la foto a examinar y, sobre todo, las intenciones
de quien realice el análisis.
En cualquier caso consideramos necesaria la existencia de un doble nivel
de análisis: el referido al contexto interno, lo evidente de la
foto, y un contexto externo, o situación en la cual una fotografía
es exhibida. Nuestro planteamiento para este caso se centra en el contexto
interno, como ya hemos señalado, pero no obviamos el contexto externo
sino que lo fijamos en nuestro objeto de estudio, donde delimitamos donde
ha sido exhibida la foto.
En este caso pretendemos centrarnos en la prensa nacional e internacional
pero, evidentemente, la necesaria acotación del campo de trabajo
nos lleva a elegir las primeras páginas de las cabeceras seleccionas,
debido a su representatividad e importancia "mediática"
(debemos recordar que las portadas de los periódicos es lo que
los informativos televisivos toman como referencia para evaluar cuales
serán los temas de "actualidad" del día siguiente),
entre otros muchos factores. Sin embargo, no podemos obviar que, desde
la perspectiva española, la importancia que pudieron tener los
medios de comunicación internacionales durante esta tragedia, guarda
más relación con las posibilidades de acceso a los mismos
a través de Internet. Ante esta evidencia, se decidió realizar
un doble análisis: las portadas de las ediciones impresas de la
prensa nacional y de algunos periódicos internacionales y las páginas
principales de las ediciones digitales de la prensa internacional y de
algunas cabeceras nacionales.
Debemos aclarar además que, en concreto, se tomaron como referencia
las primeras de la prensa nacional e internacional del 11 y 12 de marzo.
En el caso de España son fundamentales tres cabeceras, de carácter
nacional: El País, El Mundo y Abc aunque no se pasarán
por alto otros periódicos. Además se le presta especial
atención a los numerosos medios regionales y locales existentes
en nuestro país. En el ámbito internacional, las principales
referencias son las de la prensa europea (Francia, Italia y Gran Bretaña
sobre todo) y estadounidense, sin pasar por alto algunos ejemplos de la
prensa latinoamericana.
3.
Hipótesis planteadas
A partir de este análisis intentaremos aportar conclusiones sobre
el tratamiento de los atentados terroristas en los medios de comunicación,
incidiendo en el respeto a las víctimas y las limitaciones a la
reproducción de imágenes cruentas. Trataremos también
de determinar cuáles son los criterios empleados para la selección
este tipo de imágenes en los periódicos.
La presencia de fotografías sobre los atentados en los medios de
comunicación parece incuestionable ya que se trata de un acontecimiento
que es una "noticia excepcional e imprevisible" que se impone
a la "compleja burocracia informativa" y que, por lo tanto,
condicionará, a partir de ese momento, la agenda informativa (Rodrigo
Alsina, 1993: 108). La cuestión es, qué contenidos pueden
difundir esas imágenes y, en el caso de que existan límites
para los mismos, cuáles no.
Otra de las hipótesis que planteamos guarda relación con
lo afirmado por Azurmendi: "en cuanto a la función de los
medios de comunicación en las situaciones de violencia terrorista
(...) es innegable su papel de doble altavoz de dos discursos contrapuestos,
elaborados a partir de claves diferentes: por un lado, hacen llegar a
la ciudadanía los diversos planteamientos políticos que
exigen el fin de la violencia; por otros, amplifican los efectos de las
estrategias terroristas, al ser sus protagonistas involuntarios"
(Azurmendi, 2004)
Se trata de un viejo debate que, en el caso de España, se aplicaba
a los actos terroristas de ETA, y que se relaciona con el hecho de que
los medios de comunicación podrían estar haciendo "publicidad"
del terrorismo, consiguiendo que este tenga una gran presencia en la sociedad,
incrementando la sensación de miedo e inseguridad en la ciudadana,
algo que, sin duda, se encuentra entre los objetivos de las organizaciones
terroristas de todo el mundo.
Además de estas cuestiones planteamos otras posibilidades, siempre
relacionadas con las anteriores. Como señalamos al comienzo, la
principal preocupación que suscitó la cobertura informativa
realizada por la prensa durante el 11-M guardaba relación con el
respeto a la víctimas y sus familiares. Por lo tanto planteamos
la posibilidad de que la difusión de ciertos contenidos de violencia
pueden beneficiar a los terroristas y lesionar los derechos al honor y
la intimidad de los afectados. En cualquier caso, lo que pretendemos es
analizar contenidos, por lo que no entraremos en cuestiones relacionadas
con representaciones icónicas ni estilísticas.
4. La presencia del terrorismo en los
medios
4.1. La relación entre el terrorismo y los medios de comunicación
Quizá la primera cuestión que debemos plantearnos es la
determinar exactamente qué es el terrorismo para los medios de
comunicación. Llegar a un acuerdo sobre lo que se entiende por
terrorismo es muy difícil y consideramos que no es el objetivo
de este trabajo, por lo que confiamos al imaginario colectivo la determinación
del significado de esta expresión. Lo que si está claro
es que, en la definición social del terrorismo, los mass media
son los principales condicionantes.
Pero la relación entre los medios de comunicación y el terrorismo
es una relación muy compleja y, además, las teorías
clásicas de la comunicación advierten de la existencia de
una relación muy estrecha entre ambos. Son muchos los autores que,
a la hora de analizarla, han puesto el acento en el elemento propagandístico
que conlleva. Básicamente lo que se plantean todos los estudiosos
del tema es si los medios de comunicación condicionan los acontecimientos
terroristas o si son los terroristas los que llegan a condicionar la información.
En el primer supuesto se plantea que la difusión de las acciones
terroristas por parte de los medios de comunicación es una suerte
de propaganda que beneficia a los grupos terroristas al darle cabida a
sus mensajes (aunque estos sean en forma de acto violento) en los media.
En el segundo supuesto se plantea que los grupos terroristas suelen ejercer
una especial presión sobre los medios, tanto de forma directa,
amenazando e incluso asesinando a periodistas, como indirecta, condicionando
su agenda de información.
El problema está, por lo tanto, en cómo se representa periodísticamente
este tipo de violencia denominada terrorismo.
"El tema del terrorismo en general, y el papel de los medios de comunicación
ante el mismo es difícil no sólo por la complejidad teórica,
sino también por las implicaciones emotivas que suelen desencadenar"
(Rodrigo, 1991: 11)
La realidad actual de los medios nos hace pensar en un sobredimensionamiento
informativo del hecho terrorista. Pero, sobre esto, debemos señalar
que la naturaleza perversa del terrorismo se presta con demasiada facilidad
a un nerviosismo emocional que empuja a los periodistas a actuar de manera
dubitativa en algunas ocasiones o excesivamente condicionada en otras,
convirtiendo la información sobre acontecimientos terroristas en
algo muy complejo.
Por lo que se refiere a nuestro país, el terrorismo no es, sin
embargo, un tema nuevo en los medios de comunicación y, por lo
tanto, existe una cierta "experiencia" en el manejo de este
tipo de tragedias por parte de los periodistas, que conocen perfectamente
cómo reaccionaran sus públicos ante una línea u otra
del tratamiento de la información.
Aunque el terrorismo de ETA y el de grupos islamistas éticamente
puedan ser comparables, desde el punto de vista de sus actuaciones (Jordán,
2002: 39) y, sobre todo, de su atención mediática, no son
iguales. A pesar de esta afirmación, consideramos interesante realizar
una comparación entre ambos desde el punto de vista de la cobertura
que los medios realizan de ellos.
4.2. Evolución de la información
sobre terrorismo en España
Efectivamente, la historia reciente de España está muy condicionada
por la existencia del terrorismo de ETA y la prensa ha tenido una especial
relación con este tipo de acontecimientos. Como bien señala
Ángel Arnedo, director de El Correo, tras la muerte de Franco los
atentados terroristas sufrían un "semiocultamiento" en
los medios de comunicación; sí se informaba sobre ellos
pero se hacía de forma escueta y sobre todo sin tener en cuenta
a los familiares de los fallecidos. Esta situación se alargó
en el tiempo hasta los años noventa. Pero el 18 de octubre de 1991
sucedió algo que marco un cambio en este tratamiento, ese día
un equipo de televisión tomó imágenes terribles de
la niña Irene Villa con las piernas destrozadas, víctima
de una bomba.
Según narra Arnedo, "el impacto de aquellas imágenes
emitidas en el telediario de primera hora de la tarde fue horrible porque
nunca hasta entonces se había dado nada así. Quienes tomaron
la decisión de autorizar aquellas escenas lo hicieron, según
comentaron más tarde, para mentalizar a los espectadores de la
brutalidad intrínseca de los terroristas, para remover sus conciencias"
(VV.AA., 2003: 26)
Desde aquel día en otras cadenas de televisión y en la prensa
comenzó a seguirse la misma pauta de comportamiento y, mientras
se ampliaban los tiempos y los espacios dedicados a los hechos terroristas,
se profundizaba en otra actitud tan nociva con las víctimas y sus
familiares como la anterior. Si antes se las ignoraba, o casi, más
tarde se pasaba por encima de otras consideraciones éticas, porque
si bien es cierto que aquellas imágenes removían conciencias,
"también es cierto que no respetaban el dolor ni el decoro
de los de los afectados: cuerpos mutilados, cadáveres en mitad
de un charco de sangre, heridos desfigurados, víctimas en posturas
poco dignas, eran fotografiados, filmados, exhibidos, lo que no hacía
sino aumentar su sufrimiento" (VV.AA., 2003: 27)
La tercera fase fue la de la invasión de la intimidad de los familiares.
Otros profesionales colocan como un hito en este periodo el secuestro
y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco por ETA en el año
1997. La novia, la hermana y los padres de Blanco aparecieron en todos
los medios de comunicación. Durante este periodo hemos conocido
a docenas, puede que a centenares de familiares de víctimas del
terrorismo, las mismas que antes no tenían cabida en los medios.
Pero el tratamiento dado a las víctimas y a las familias en los
últimos años, guarda un difícil equilibrio entre
evitar el ocultamiento de su dolor y el respeto por ese dolor. Aunque
el reconocimiento social de las víctimas ha sido una conquista
relativamente reciente de gran importancia, ha ido paralelo a la existencia
de otro debate relacionado precisamente con la difusión de imágenes
de esas mismas víctimas. ¿Sirven estas imágenes para
concienciar y dejar patente la perversidad del terrorismo?, ¿Compensa
este hecho el dolor y sufrimiento que pueda causar?
No podemos negar que la larga lista de atentados registrados en España
durante demasiados años obligó a los medios de comunicación
a facilitar una información constante del fenómeno. Esto
suponía el riesgo de que se produjera una "normalización"
del terrorismo al considerarlo como algo que se va repitiendo y poco a
poco "cansa" a los lectores y que el dolor y sufrimiento de
las víctimas no tuviera el grado de consideración adecuado.
Es evidente que la cobertura mediática de los atentados terroristas
de ETA en España tenía ciertas particularidades que los
hace muy diferentes a los actos cometidos por el terrorismo internacional
en Nueva York, Madrid y Londres. En un amplio dossier realizado en la
Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación (dentro de la
materia Documentación Informativa) sobre ETA, centrado en los atentados
y las víctimas en el periodo entre 1995 y 1997, se apreció
como la información de carácter político estaba muy
presente en estas noticias. Pero, sin duda, el dato principal que extraemos
del dossier, guarda relación con aspectos visuales de esa cobertura
informativa. En ningún caso encontramos imágenes de las
víctimas y la crueldad de los atentados semejantes a las que se
publicaron en el caso del 11-M, tan sólo se deja notar en los desperfectos
materiales y nunca encontramos fotografías de heridos o cadáveres.
No sucede lo mismo con los familiares de las víctimas que están
especialmente presente, sobre todo a partir del asesinato de Miguel Ángel
Blanco.
5. La imagen en los medios de comunicación
impresos
5.1. El poder de la imagen
"La autocomprensión que hoy el hombre tiene de si mismo no
proviene de historiadores, sociólogos, o filósofos, sino
principalmente de los agentes de comunicación audiovisual. A lo
largo de la historia los mensajes que han moldeado la mentalidad de los
hombres de cada época provenían de la propia experiencia
visual inmediata, de la tradición oral y de la tradición
escrita [en la actualidad] las imágenes que se difunden por la
televisión y el cine impactan muy por encima de nuestro entorno
que visualizamos diariamente. Lo que creemos, pensamos y afirmamos de
la realidad y de nosotros mismos está condicionado por aquello
que se oye, se escribe y se ve a través de los medios de comunicación"
(Bonete, 2000: 16-17)
Podemos hablar de la "galaxia visual" en la que la mayor parte
de la información tiene forma de imagen, sea estática o
en movimiento. En el caso que nos ocupa estamos hablando de imagen fotográfica
que, efectivamente, a diferencia de las imágenes de televisión,
es estática; sin embargo, lejos de convertirse en un impedimento,
la posibilidad de congelar y fijar una imagen facilita que quede grabada
en la memoria, con lo que la efectividad a largo plazo es mayor. De hecho,
una de las funciones que se atribuye a la fotografía es, precisamente,
la de servir de recuerdo o memoria histórica.
La fotografía permite captar y detener un instante concreto, una
expresión o un gesto de dolor determinados; y permite, asimismo,
seleccionar y ampliar detalles que de otro modo incluso podrían
pasar desapercibidos para el receptor. El poder comunicador de la imagen
fotográfica es incuestionable y la capacidad de lectura de esas
imágenes por parte de la opinión pública va más
allá que otros sistemas de comunicación, ya que nos habla
de una amplia capacidad de interpretación subjetiva. Como señala
Baeza (2001: 158)
"Es sabido que la imagen en general y la fotografía en particular
no es un tipo de mensaje objetivo, ni universal y ni siquiera evidente
en su apreciación. Ya se ha dicho que, en mayor o menor grado,
la fotografía es polisémica, es decir, que puede adoptar
diferentes sentidos y que éstos dependen, hay que repetirlo, de
la finalidad a la que la fotografía se destina y del contexto que
tiene, así como del que la rodea".
Cuando vemos una imagen no percibimos solamente su estructura visual sino
que también la interpretamos como si se tratara de un texto no
escrito. Con la diferencia de que esa interpretación es mucho más
abierta. Este hecho, junto a la mencionada capacidad de recuerdo que provoca
la imagen, nos lleva a plantearnos ¿Puede controlarse el impacto
que puede provocar en el público receptor una imagen?
6.2. La importancia actual de la fotografía
de prensa
La anterior quizá sea una de las dudas que se plantean los periódicos
a la hora de seleccionar sus imágenes. En la prensa se utilizan
las fotografías para ilustrar historias, como artículos
de interés en si mismas y también por su valor en diseño
(Keene, 1995:195). La fotografía de prensa es fundamental como
elemento transmisor de información por muchas razones. La primera
de ellas es la capacidad comunicativa de la imagen. El receptor puede
captar el contenido de una imagen con mayor rapidez que si tiene que leer
o escuchar una noticia. Y además la imagen fotográfica puede
ser entendida con facilidad por todos los receptores, en el sentido de
que se puede reconocer lo que se está viendo; otra cosa es que
se entienda, que se conozca o no su significado, lo que dependerá,
entre otras cosas, del contexto que reciba, del mensaje escrito que lo
acompañe y del nivel educativo del receptor. (López, 1998:
159).
De esta forma, lo transmitido por el texto puede ser fácilmente
resumido en una imagen.
En segundo lugar, debemos apuntar la capacidad de la fotografía
para captar la atención del lector. Las fotografías, como
los titulares, los gráficos, las áreas de texto tipo bold
y la publicidad atraen la atención de los lectores (Keene, 1995:
195).
Podemos apuntar una tercera y polémica razón para determinar
la importancia de la fotografía en la prensa, su capacidad para
transmitir objetividad. Vilches (1993: 19) señalab:
"La foto de prensa en mayor grado que el texto escrito aparece con
una tremenda fuerza de objetividad. Si una información escrita
puede omitir o deformar la verdad de un hecho, la foto aparece como el
testimonio fidedigno y transparente del acontecimiento o del gesto de
un personaje público. Demostraremos que esto no es así por
múltiples razones".
Entre estas razones están la multiplicidad de interpretaciones
que permite la imagen, aunque es innegable que la fotografía produce
una "impresión de realidad" que, en el contexto de la
prensa, se traduce en una "impresión de verdad".
Nos encontramos, por lo tanto, en un punto en el que la prensa intenta
valerse de la capacidad comunicativa de la imagen para intentar captar
la atención de lector, buscando transmitirle un mensaje teóricamente
veraz. Pero, la implicación de la audiencia con el contenido de
las imágenes informativas es indistinta del tipo de noticia. De
tal manera que la implicación puede ser igualmente alta con noticias
duras que con noticias blandas (Arroyo, 2000: 103)
"Las informaciones truculentas ilustradas con imágenes impresionantes,
se cotizan muy bien de cara al público. (...) Al parecer las audiencias
de los medios encuentran un atractivo especial en el suceso sangriento
(...) Ese tremendismo gráfico ha dado lugar en ocasiones a fotografías
absolutamente inolvidables que han dado vuelta al mundo". (Soria,
1997: 216)
Podemos poner ejemplos. Esta claro que la mayor parte de los españoles
recuerdan el cuerpo destrozado de Irene Villa, el militar de Salamanca
que, con el cuerpo desgarrado, decía a los que querían auxiliarle
que atendieran antes a los demás; y tampoco olvidamos a aquel guardia
civil que llevaba en brazos el cadáver de su hija muerta por el
coche bomba contra la casa cuartel de Vic.
Fuera de España, la publicación de la foto del cadáver
del líder de Democracia Cristiana Italiana, Aldo Moro, metido en
el maletero de un coche tras cincuenta y cinco días de secuestro
en manos de los terroristas de las Brigadas Rojas dio a los ciudadanos
de aquel país la verdadera dimensión del desafío
al que se enfrentaban. En Sarajevo, las imágenes de muertos y heridos
mientras hacían cola para comprar alimentos fueron el detonante
para que la comunidad internacional, que hasta entonces había ignorado
el conflicto bosnio, se implicara en la búsqueda de una solución.
La imagen fotográfica es uno de los lenguajes de comunicación
más apto para reflejar la expresividad y comunicabilidad del sufrimiento
y del dolor y los medios de comunicación lo saben. Pero este tipo
de imágenes, ¿son sensacionalismo gráfico o son más
bien, puro y duro periodismo, pura y dura información?. La publicación
o no de imágenes de violencia o de dolor intenso, o dramatismo
extremo, plantea problemas éticos, a veces muy graves, que afectan
a los fotógrafos y a sus directores. (Soria, 1997: 216).
En el caso de catástrofes como la del 11-M la importancia de la
imagen es indiscutible. Rodríguez Cárcela destaca, en su
análisis sobre la cobertura informativa del 11-S en Nueva York,
que el primer elemento de consideración en las informaciones sobre
este atentado es el visual, la fotografía y la imagen en general.
Las fotografías de grandes dimensiones que abrieron las portadas
de ese día funcionaban como noticias y testimonios para ver o mirar
la magnitud del hecho y comprobar la veracidad de los mismos (Rodríguez
Cárcela, 2002). La importancia de estos elementos queda también
demostrada en el trabajo que McMeel que analizó más de 150
portadas de periódicos de todo el mundo.
Además de todo lo anterior, y como venimos comentando, la polémica
sobre la adecuación o no de publicar ciertas imágenes violentas
o duras surge enseguida. En el caso del 11 de septiembre en Nueva York,
la mayoría de los diarios estadounidenses evitaron, al menos en
las portadas, las escenas más duras como las de las personas lanzándose
por las ventanas, en cuanto a los atentados de Londres, tales imágenes
no sólo no fueron difundidas sino que no fueron realizadas.
De cualquier forma, en todos los contextos, la polémica en torno
a la publicación de fotografías de contenido violento es
tan antigua como el fotoperiodismo: "ya en la primera guerra fotografiada,
la de Crimea, las imágenes tomadas por Fenton fueron censuradas
para no asustar a las familias de los soldados, aunque fue en este mismo
conflicto bélico en el que otro fotógrafo, James Robertson,
fotografió por primera vez muertos en combate" (Sousa, 2003:
44-45)
Dada la importancia pues, de la fotografía, analizaremos, en primer
lugar los contenidos de las imágenes publicadas por la prensa el
11 y el 12 de marzo, para después realizar las correspondientes
consideraciones éticas sobre el asunto. Lo principal que debemos
tener en cuenta es que las ediciones especiales de los diarios españoles
del 11 de marzo mostraron claramente el protagonismo de la fotografía,
con la publicación de más y mayores fotos de lo que es habitual
en el diseño de los periódicos españoles.
6. La imagen en los atentados terroristas
del 11-M
6.1. La prensa nacional
a) Las primeras del 11 y el 12-M
El especial de El Mundo en Internet sobre los atentados incluía
un resumen de los diarios señalando que "Las palabras que
utilizan los periódicos para definir los atentados terroristas
que ayer sembraron el caos en Madrid dan idea de la magnitud de la tragedia.
Pero nada como las fotografías de las portadas. Cuerpos de jóvenes
destrozados entre los restos de los vagones y personal de emergencias
atendiendo a los heridos en las vías del tren ilustran las primeras
páginas de la prensa española y europea en uno de los días
más tristes de nuestra historia".
Nos encontramos por lo tanto en un escenario real de extrema crudeza.
Los atentados del 11-M en Madrid fueron unos atentados muy directos, a
diferencia de lo que sucediera en el 11-S en Nueva York en Madrid los
cuerpos salieron despedidos del tren y llegaron a la calle, al lado de
la gente. Los bomberos no recogieron cenizas, recogieron restos humanos.
Ante esta realidad los medios de comunicación debieron plantearse
cómo comunicarla.
Prácticamente todos los periódicos de tirada nacional pusieron
en los quioscos una edición especial en el mediodía del
11 de marzo. Estas ediciones coincidieron en colocar en sus primeras las
imágenes del amasijo de hierros en que quedaron convertidos los
trenes. En el caso de Abc la imagen se acerca a los bomberos que
estaban trabajando en sacar a las víctimas del interior de los
trenes sin que podamos ver de forma directa ningún cuerpo aunque
la existencia de este se sugiera en la manta que están colocando
en la esquina izquierda de la imagen.
El Mundo también elige una imagen semejante en la primera
de su edición especial aunque en este caso es un plano más
general en el que se pueden ver esparcidos por el suelo algunos rastros
de sangre. Y todavía más general es el plano desde el que
se toma la imagen de El País publicada en 11 de marzo, y
aquí si pueden verse lo que se supone que son cuerpos tapados con
mantas.
En los tres casos anteriores estamos hablando de imágenes en color
a cinco columnas en la parte superior de la página, dejando un
pequeño espacio de texto bajo la misma. No es así en el
caso de La Razón que llevó a su primera en la edición
especial una imagen a toda página de un joven con la cara ensangrentada
sentado en el suelo en una fotografía firmada por José Huesca,
que sería muy repetida en las distintas cabeceras.
Pero estas primeras imágenes seleccionadas pudieron ser fruto de
la premura de publicar una segunda edición del periódico
que salió a la calle en un tiempo record. Debemos suponer que la
selección de las imágenes fue más reflexiva en la
edición del día 12. Sin embargo, nos encontramos con que
El País, que el día anterior había escogido
una imagen general del tren, cuando las fuerzas de seguridad ya estaban
trabajando y los cuerpos se agachaban bajo mantas, eligió para
el día 12 una imagen de instantes después de la explosión
en la que podían verse un gran número de heridos sobre las
vías e incluso, en primer término algo que podía
ser identificado como restos humanos. El interior de este periódico
no era menos impactante. La imagen que abría la sección
de España enseñaba en tren destrozado pero con las víctimas
aún en su interior, en este caso la imagen se reproducía
en blanco y negro al igual que otras diez imágenes (una por página)
que ilustraban todas las informaciones. De entre todas ellas, en dos ocasiones
se pudieron ver restos humanos de forma directa, una de estas era del
interior de uno de los trenes, en otras muchas ofrecían primeros
planos de personas heridas y las restantes mostraban a los fallecidos
pero tapados por mantas o bolsas.
Abc eligió otra imagen que también sería muy repetida,
la del personal del SAMUR alineando los cadáveres metidos en bolsas
negras. Una imagen a cinco columnas que era mucho menos impactante que
la que llevó El Mundo a su primera, donde se podían
ver claramente los cadáveres destrozados de dos jóvenes.
Por su parte, La Razón realizó un foto-montaje con
las letras "11-M" colocando en el interior de las mismas imágenes
de heridos ensangrentados e incluso una mujer fallecida a la que, en este
caso borró los ojos para evitar su posible reconocimiento.
Pero podemos ir más allá de esta simple descripción
de imágenes y realizar una clasificación de los diarios
regionales y nacionales según el contenido de la fotografía
que eligieron para su portada del 12 de marzo. Así, nos encontramos
con cinco categorías básicas para clasificar las primeras
de los periódicos: a) cadáveres ocultos; b) heridos; c)
cadáveres; d) otros contenidos y e) sin fotografía (Cuadro
1)
Del cuadro deducimos que las imágenes que se transmitieron tuvieron
un protagonista fundamental, los fallecidos. Tanto de forma indirecta,
tapados bajo una sábana, como directa, con primeros planos de cadáveres.
Aunque los heridos parecen non tener tanta presencia, debemos matizar
que si eran mayoritarios en las páginas interiores, por lo menos
de los principales diarios.
CUADRO
1. CLASIFICACIÓN PRENSA NACIONAL SEGÚN LA IMAGEN DE LA PRIMERA
PÁGINA
a
|
Abc |
Diari
de Girona |
Diari
de Tarragona |
Diario de Burgos |
Diario
de Mallorca |
Diario
de Navarra |
Diario
de Noticias |
Diario
Montañés |
El
Norte de Castilla |
El
Progreso de Lugo |
El
Punt |
Heraldo
de Aragón |
La
Gaceta de Salamanca |
La
Opinión de A Coruña |
La
Opinión de Málaga |
La
Opinión de Tenerife |
La
Opinión de Zamora |
La
Rioja |
La
Vanguardia |
Levante
|
Última
Hora |
|
|
|
b
|
El
Comercio |
El
Correo |
El
País |
|
c
|
Avui
|
Diario
Vasco |
El
Correo de Andalucía |
El
Correo Gallego |
El
Mundo |
Faro
de Vigo |
Hoy
|
La
Nueva España |
La
Voz de Galicia |
|
|
|
d
|
Diario
de Sevilla |
El
Periódico |
Granada,
Hoy |
La
Razón |
e
|
El
Día |
Deia |
|
|
b)
Prensa nacional en Internet
En este punto debemos destacar los especiales que los medios de comunicación
colgaron en Internet. Todos ellos tenían como un elemento básico
de su contenido galerías de imágenes sobre la tragedia.
En El Mundo [2] el link señalaba "Las
imágenes más impactantes" ofreciendo un amplio catálogo
clasificando las fotos en atentados, víctimas, caos en la capital,
España grita no, portadas, reacciones, el día después
y España en la calle. En las imágenes no se pueden ver fallecidos
(excepto en una ocasión) ya que están adecuadamente tapados,
pero si muchos heridos fácilmente reconocibles.
El especial 11-M de la versión digital de El País
(conjunto con la Cadena Ser y CNN+) [3] es un compendio
de distintas "Fotogalerías" que van acompañados
de algunos multimedias, vídeos, gráficos y grabaciones de
los testimonios que se recogieron en la Cadena SER. La galería
más amplia es la que lleva el título de "Atentado Terrorista
en Madrid" que clasifica las imágenes en los atentados, testimonios,
manifestaciones, impacto en el mundo (portadas de prensa) y vidas rotas.
Este último es muy destacable ya que se incluyen las fotografías
de los fallecidos en los atentados, incluyendo la anotación de
que 26 familiares no quisieron que la imagen de sus seres queridos se
publicaran, algo que no evita sin embargo que aparezcan sus nombres. En
el caso de El País se repite lo sucedido con El Mundo
no podemos ver a fallecidos pero si a numeroso heridos.
Estos especiales fueron elaborados días después, aunque
sirven para darnos una idea de la importancia que tenía la imagen
para estos periódicos. Sin embargo, durante el 11 y el 12 de marzo
la prensa on-line tuvo un papel primordial. Las ediciones digitales de
los periódicos redujeron sus portadas y aumentaron la capacidad
ante la avalancha de consultas. Los principales periódicos nacionales
se vieron obligados optar medidas excepción para poder mantener
los webs operativos en la Red ante el aumento de visitas de internautas
durante toda la mañana. El País.es tomó la
decisión de abrir el periódico a todos los navegantes, ya
que habitualmente es de acceso restringido. Además, redujo la portada
a la mitad, eliminando muchos contenidos sobre otros temas, quitándolo
peso. Mientras, técnicos de El Mundo.es señalaban
que habían tenido que quintuplicar el ancho de banda ante el incremento
del número de visitas y optimizaban sus recursos por si fuera necesario
seguir ampliarla. Al igual que El País.es disponían
de una portada corta, con contenidos exclusivamente dedicados al atentado.
En cuanto a la edición digital de Abc, tuvieron algún
problema debido a que el tráfico habitual se había multiplicado
por seis o siete veces. Por eso, a primeras horas de la mañana
se tomó la decisión de prescindir de la publicidad y de
algunas imágenes para aligerar la página.
Todo ello derivó en que se redujeran las fotografías incluidas,
pero en ningún caso se eliminaran ya que, desde los comienzos de
la prensa digital, la imagen es uno de los elementos fundamentales.
c) La repetición de imágenes
A pesar de tratarse de un suceso que aconteció en el centro de
Madrid, por lo que los medios de comunicación tuvieron relativamente
fácil acercarse al lugar de los hechos, podemos señalar
que no nos hemos encontrado con una ingente cantidad de material gráfico
en los periódicos. De hecho, llama especialmente la atención
el nivel de repetición de imágenes que se ha producido tanto
en medios nacionales como internacionales. Algunos periódicos incluso
coincidieron con su fotografía de portada, como recogemos en el
siguiente cuadro (Cuadro 2):
CUADRO
2: PRENSA AGRUPADA POR REPETICIÓN IMAGEN PRIMERA
1
|
Diari
de Tarragona, Diario de Noticias, La Opinión de Málaga,
Última Hora
|
2
|
Diario
de Mallorca, Diario de Burgos
|
3
|
Diario
Vasco, Faro de Vigo, El Correo de Andalucía, La Nueva España,
Hoy, La Voz de Galicia
|
4
|
El
Correo, El Comercio
|
5
|
Diario
de Sevilla, Granada Hoy
|
6
|
La
Opinión de A Coruña, La Opinión de Tenerife
|
7
|
La
Opinión de Zamora, El Progreso de Lugo
|
8
|
Diari de Girona, Levante
|
Siendo
las fotografías las siguientes
1) Bomberos, médicos, jueces y personal del Samur rodeando un cadáver
tapado con una manta que sostienen lo bomberos. Delante del tren destrozado.
2) Restos del tren desde un plano medio. Pueden verse escombros mezclados
con restos humanos.
3) Dos bomberos con sábanas van tapando los cadáveres, en
medio el cuerpo destrozado de una mujer.
4) Varios jóvenes heridos en el polideportivo donde estaban siendo
atendidos.
5) Primer plano de una mujer llorando.
6) Personal del SAMUR va alineando los cadáveres metidos en bolsas
negras.
7) Boquete del tren con mantas y sábanas que tapan su interior.
8) Plano general del tren con hospital de campaña y cadáveres
alineados.
En muchos casos esta repetición puede venir dada por el hecho de
lo varias cabeceras pertenezcan a un mismo grupo periodístico que,
por cuestiones de rentabilidad, publica las mismas imágenes (Diario
de Sevilla; Granada, Hoy). En otros las razones no están tan
claras y se puede hablar de coincidencia en los criterios de selección
de las imágenes.
El caso es que la repetición produce un efecto de fijación
de la imagen en la memoria del receptor. Si consideramos el factor de
que "en los puestos de periódicos, en los que están
compitiendo con otros, los potenciales compradores sólo pueden
ver la mitad superior del periódico" (Keene, 1995: 195) en
la que, en muchos casos, se encontrarían una imagen común.
Si tenemos en cuenta, además, que la mayoría de imágenes
en las que hay coincidencia pueden considerarse de "impacto",
ya que en todas ellas estaban presentes lo fallecidos, nos encontramos
ante el hecho de que la simple visión del quiosco transmite una
sensación clara de tragedia y desastre.
d) Imágenes paradigmáticas
"Todavía están muy recientes en el recuerdo de todos
nosotros, y aún lo estarán durante mucho tiempo, las terribles
imágenes del 11-M. Son realmente trágicas y brutales, algo
que nunca había pasado y de una magnitud inimaginable hasta el
momento en nuestro país. Es imposible no sentirse conmovido ante
la visión de algunas escenas realmente terribles" (Pacheco,
2004: 125)
Relacionado con lo anterior, podemos señalar una serie de imágenes
que han tenido una particular difusión en los medios de comunicación.
Fotografías que "dieron la vuelta al mundo" de la mano
de los periódicos que las repitieron en innumerables ocasiones
tanto en su primera como en páginas interiores y tanto en su edición
digital como en la empresa. Podemos poner dos ejemplos fundamentales,
una de un herido y otro de un fallecido.
En el primer caso debemos hablar de la fotografía de un joven vestido
con cazadora azul y sentado en el suelo con la cabeza ensangrentada y
un ojo amoratado, imagen que en muchas ocasiones aparece firmada por José
Huesca y en otras por Efe. Esta imagen incluso es portada de uno
de los muchos libros que se han publicado sobre el atentado (De Diego,
2003) pero previamente la encontramos en la portada de La Razón
y en la edición especial del 11 de marzo. Al día siguiente
era imagen de primera en Liberation (Francia) y estaba en las páginas
interiores de El País, el Faro de Vigo, La Voz de Galicia, El
Mundo... y en la portada de las ediciones digitales de El Universal
(México) y The Times (Gran Bretaña) además
de formar parte de las galerías de imágenes de El País
y El Mundo también en sus ediciones digitales. Incluso
yendo más allá, llama la atención que este mismo
joven sea el protagonista de una imagen distinta que también estaba
presente en más de un periódico, concretamente en dos medios
tan alejados como Los Angeles Times (USA) y Die Welt (Alemania).
La segunda de las imágenes "paradigmática" es
la de una mujer fallecida entre los escombros del interior del tren. Puede
verse su cara con toda claridad aunque esta esté desfigurada por
la explosión. Es una imagen muy impactante que sin embargo ocupó
numerosas primeras en España (Diario Vasco, Faro de Vigo, El
Correo de Andalucía, La Nueva España, Hoy, La Voz de Galicia)
y fuera de España (El Correo de Cuba, El Nuevo Herald) pero
que no está presente en Internet. En todos los casos fue reproducida
en color, incrementando así su impacto. Ambas imágenes son
perfectamente identificables a pesar de no incluir referencias directas
al tren o al lugar del atentado.
Podríamos mencionar otros muchos ejemplos de fotografías
que, sin duda, han pasado al imaginario colectivo, como la de los cadáveres
metidos en bolsas negras alineados junto al tren, o la del propio tren
en Atocha. Pero lo importante en este caso es determinar ¿Qué
es lo que provoca que una imagen consiga tanto nivel de reconocimiento?
Durante el 11-S la imagen de las torres gemelas fueron las elegidas por
los periódicos norteamericanos y de todo el mundo para abrir sus
ediciones, concretamente "aquellas en las que se evidenciaba de un
modo más claro la caída del icono capitalista por excelencia.
En cierto modo, para el lector norteamericano no era necesario contextualizar
el significado conceptual ni la ubicación geográfica de
las estructuras arquitectónicas y por eso no fue preciso ofrecer
grandes perspectivas fotográficas de la ciudad neoyorquina envuelta
bajo el manto gris del polvo y humareda" (Lens, 2005: 150). Una elección
que parecía incuestionable y que, además respondía
a una línea precisa de la prensa estadounidense. La selección
de las imágenes no era por lo tanto tan sencilla en el caso de
Madrid, donde el atentado se produjo en las vías.
6.2. Prensa internacional
La repercusión internacional de los atentados de Madrid recordó
al impacto que causó el 11 de septiembre. Muchos medios mantienen
en sus webs especiales sobre el ataque. La tarde del 11 de marzo todos
los periódicos y televisiones con Internet llevaron a sus portadas
las imágenes de lo sucedido en Atocha. Las primeras páginas
del día 12 reflejaron, en su mayoría, el pesar de la comunidad
internacional. Muchas de las imágenes empleadas por la prensa internacional
en sus ediciones digitales ya habían sido publicadas en España
aunque, por regla general, se escogieron aquellas que parecían
tener menor impacto, es decir, se evitaron los cuerpos mutilados que en
España si fueron publicados.
Podemos intentar hacer un repaso por las principales cabeceras del mundo,
con especial referencia a las europeas, para intentar describir cuales
fueron las fotografías que eligieron para ilustrar las informaciones
sobre el atentado. Aunque muchos de los periódicos, al igual que
en España actualizaron sus páginas web el propio día
11, vamos a centrarnos en el 12 puesto que fue el día en que todos
coincidieron en abrir con esa información.
o Clarín (Argentina) Dos policías inspeccionando
las vías con el tren explotado al fondo.
o El Correo de Cuba (Cuba) El cadáver de una mujer entre
los escombros.
o El Universal (México) Un joven con la cabeza ensangrentada
sentado en el suelo (imagen de José Huesca)
o Financial Times (Gran Bretaña) Bomberos sacan los cadáveres
del interior del tren mientras los servicios médicos colocan mantas
para taparlos.
o The Times (Gran Bretaña) Un joven con la cabeza ensangrentada
sentado en el suelo (imagen de José Huesca)
o Frankfurter Allgemaine Zeitung (Alemania) Plano general del tren.
o Il Corriere de la Sera (Italia) Un hombre con la cabeza ensangrentada
tapado con una manta.
o La Repubblica (Italia) Bomberos sacando un cadáver del
interior del tren.
o Le Figaro (Francia) Bomberos sacan los cadáveres del interior
del tren mientras los servicios médicos colocan mantas para taparlos.
o Le Monde (Francia) Plano general del tren con hospital de campaña.
o Liberation (Francia) Plano detalle del boquete abierto por la
bomba en el tren con varios cuerpos tapados con sábanas.
o The New York Times (USA) Servicios médicos trasladando
a un herido con la cabeza ensangrentada.
o USA Today (USA) Plano detalle del boquete abierto por la bomba
en el tren con varios cuerpos tapados con sábanas.
o El Nuevo Herald (USA) El cadáver de una mujer entre los
escombros.
También podemos acercarnos a alguna de las ediciones impresas.
Así nos encontramos con que The Washington Post abrió
edición con la misma fotografía que publicaba El País
a cuatro columnas, añadiendo una fotografía de menor tamaño
en la que se podía ver el traslado de un herido, imagen que era
la misma que tenía en la portada de su edición digital The
New York Times.
Este mismo esquema de dos imágenes fue el empleado por Los Angeles
Times que incluía en su primera una fotografía principal
a 3 columnas de los restos del tren con unos cadáveres tapados
por sábanas, similar a la que se encuentra en la portada de las
ediciones digitales de Liberation y La Repubblica y una
secundaria de menor tamaño en la que se puede ver a un joven herido
que, a pesar de no ser la misma imagen de José Huesca, es fácilmente
identificable como la misma persona. Esta misma imagen es la que emplea
el periódico alemán Die Welt en su edición digital.
La prensa internacional tuvo una repercusión muy especial en nuestro
país. Estamos hablando, por supuesto, da prensa a través
de Internet. La mañana del 11 de marzo se produjeron dos millones
de conexiones a la red para ampliar información sobre el atentado.
Según datos del Observatorio Español de Internet (OEI),
la búsqueda de información sobre el atentado multiplicó
por ocho el tráfico de Internet en Madrid. Probablemente este hecho
guarde más relación con la falta de información por
parte de las autoridades españolas y la confusión creada
respecto a la autoría del atentado que a cuestiones relacionadas
con la calidad y veracidad informaciones de la prensa nacional.
Pero lo más llamativo de todo esto es la diferencia existente entre
el tratamiento informativo otorgado al 11-M y el que se le dio posteriormente
al 7-J. En el caso de los atentados de Londres el 7 de julio, se volvió
a abrir el debate sobre la ética periodística en el tratamiento
de las víctimas. Sin embargo, se trato de un debate que aportó
nuevos elementos. El 7-J marca para mucho el día de la decadencia
del periodismo oficial y el inicio de la era del periodismo cívico
o espontáneo. Los atentados de Londres se caracterizaron por una
sobredosis de información en la cadena global permanente de medios,
dejando al público con la sensación clara de que algo grave
había pasado pero, al mismo tiempo, fue un acontecimiento sin a
penas imágenes, existiendo un vacío (planificado) de información
visual en una tendencia informativa que se bautizó "cobertura
blanca". La televisión británica, por ejemplo, manejó
con extremo cuidado el tratamiento visual de los hechos: no hubo planos
cercanos de heridos o muertos ni gestos descontrolados. Lo que también
sucedió en la prensa.
Según las informaciones de aquellos días, el periodismo
oficial británico, encabezado por la BBC, ya había pactado
con el gobierno (en la organización previa de un posible atentado)
no mostrar heridos, ni muertos, ni imágenes que perturbaran a la
opinión pública (VV.AA. 1984: 161). Ante esta situación
los testigos directos de la tragedia fueron los que se encargaron de aportar
imágenes del atentados a través de fotografías tomadas
con sus teléfonos móviles. Tal fue la denominada "revolución
del periodismo cívico" que la mayoría de las portadas
de los principales periódicos del mundo emplearon esa imágenes
captadas por ciudadanos.
Vemos, por lo tanto, que el debate suscitado en torno al 11-M por la utilización
de fotografías realizadas por profesionales que mostraban toda
la crudeza del atentado, no se repitió en el caso de Londres, donde
las críticas se plantearon por la ausencia de información
visual y textual sobre lo ocurrido. Sería dos formas de abordar
la información sobre una tragedia que serían totalmente
opuestas.
7. Consideraciones éticas sobre
la difusión de imágenes de las víctimas del terrorismo
"En virtud del principio de generalidad que rige los mensajes informativos,
no toda la realidad es difundible, ética y deontológicamente
hablando" (López, 1998: 32-32) e incluso podríamos
decir que técnicamente hablando tampoco, ya que la dinámica
de trabajo de los medios de comunicación y su limitación
en cuanto a espacios impide que todas las informaciones sean difundidas.
Por lo tanto, el periodista o informador debe efectuar un continuo proceso
de selección para determinar qué materias van a poner en
forma de mensaje y van a difundir, qué es lo que considera importante
y lo que considera prescindible. Los criterios éticos también
deberían ser empleados en este punto y si tenemos en cuenta que
esta selección se realiza tanto para los contenidos informativos
textuales como los fotográficos, debemos hablar de una ética
de la información gráfica.
Soria (1997: 213) señala que esta ética de la información
gráfica se enfrenta a tres principales ámbitos de conflicto:
a) La falsificación de fotografías; b) Imágenes duras
y c) Los ataques al honor o a la intimidad. En el caso que nos ocupa el
problema sen plantea sobre todo con la crudeza de las imágenes.
Probablemente la fotografía sea el medio que más discusiones
éticas ha causado acerca del tratamiento informativo del sufrimiento
y del dolor, tanto entre los profesionales de la información en
general, como por las respuestas de los receptores ante la publicación
de determinadas imágenes. Las reacciones han sido en algunos casos
incluso más frecuentes y airadas que cuando la misma imagen se
había difundido en televisión. Esta polémica está
muy abierta ya que se pueden encontrar opiniones contrapuestas.
Pilar Cernuda, señala que "ciertas imágenes no pueden
recibir el mismo tratamiento que los delitos que prescriben después
de esa fecha según la ley. Hay que aplicar otras normas, otros
planteamientos, dejarse llevar por el corazón por una vez y dejar
que la cabeza pierda protagonismo ante una situación que supera
y rebasa los límites de lo que se pueda aguantar" (VV.AA.,
2003: 80)
Sin embargo existen opiniones contrarias que señala que "La
fotografía periodística carece de valor si no produce impacto.
El periodismo no se hace para dejar igual al lector a la hora del desayuno.
Se trata de conmover, conmocionar, hacer reflexionar. Producir indiferencia
es el gran pecado que puede cometer una publicación" (González,
1994: 82)
Dos justificaciones frecuentes que sostienen los medios para seleccionar
este tipo de fotografías son, por un lado, que tales noticias y
tales imágenes tienen valor informativo, que el sufrimiento y el
dolor forman parte de una información al igual que lo hacen otros
factores, y que no publicarlos o no incluirlos en una noticia sería
una omisión hacia el derecho del público a recibir información
de forma completa, además de que podría conllevar falta
de credibilidad hacia el medio; por otro lado, un segundo argumento, también
repetido con frecuencia, es que el conocimiento de las desgracias ajenas
puede contribuir tanto a advertir de la peligrosidad de ciertas actividades
y a evitar que se repitan sucesos similares, como a crear un sentimiento
de empatía con los dolientes que resultaría imposible de
conseguir si no se informara y no se mostrara el sufrimiento y el dolor
concretos.
Para que el receptor se interese en una información ésta
ha de tener relevancia en su persona o comunidad. De acuerdo con ello,
y también en términos globales, el dolor y el sufrimiento,
dado su carácter universal y por afectar a los fines de todo hombre,
son realidades que a priori y de forma genérica, gozan de interés
informativo. Pero, al mismo tiempo, el sufrimiento y dolor experimentados
en situaciones concretas son experiencias muy personales, a veces incluso
íntimas, y, por lo tanto, aunque el receptor pueda estar interesado
en ellas desde un punto de vista subjetivo y humano, su información
no siempre pertenece el ámbito público, por lo que los miembros
de la audiencia no siempre tienen derecho a exigirla. (López, 1998:
36-37)
El problema es que no siempre es fácil decidir en qué momento
se pasa de lo que se podría llamar legítimo impacto al sensacionalismo.
Se abre, como es natural, un abanico de soluciones. Puede ser perfectamente
ético no publicar esas imágenes, pero también lo
contrario: no ser ética la omisión. O puede ser perfectamente
ética su publicación. (Soria, 1997: 217) Cuando se trata
de atentados terroristas, este debate se complica.
Sin embargo, existe constancia que, en algunas de las imágenes
publicadas en la prensa española e internacional el 11-M, la seguridad
de que algunos elementos eran inadecuados o poco correctos para su publicación
les llevó a "retocar" las fotos antes de su publicación
(Varela, 2004).
La emisión de imágenes macabras puede llegar a ser condenable
desde el punto de vista moral, pero es una realidad. Cuando se produce
un atentado, normalmente todos sabemos que, más en televisión
que en prensa, lo que impacta son las imágenes de ese atentado.
Es evidente que éstas nunca son imágenes que puedan pasar
sin herir la sensibilidad de otros, entonces sí se plantea un debate,
porque las imágenes suelen ser de un dramatismo la mayoría
de veces innegable. Muchos profesionales coinciden en defender la transmisión
de la realidad, si el terrorismo provoca muerte, los medios de comunicación
transmitirán muerte.
La idea general es que, cuando se informa sobre actos terroristas, el
amarillismo y el sensacionalismo deben evitarse siempre. Ante la publicación
de algunas imágenes o declaraciones hay que analizar previamente
si responden al interés del público o no. Las imágenes
emitidas con exclusiva intención informativa pueden ser percibidas
de distinta forma por diferentes grupos o personas, por cercanía
al hecho, por ideología, por variadas razones. Esto hay que considerarlo,
pero las decisiones hay que tomarlas teniendo en cuenta el interés
general.
Y son precisamente los beneficiarios de ese interés general los
que deben ser más críticos con la información visual
que se difunde en la prensa, sin perder de vista la importancia de la
misma: "ejercer la crítica y el control sobre los contenidos
visuales no sólo es deseable, sino imprescindible. Pero condenar
la función testimonial y movilizadora de las imágenes en
la prensa supone ceder una parte importantísima del desarrollo
del lenguaje visual y sus aplicaciones espectaculares y/o persuasivas"
(Teixeira, 1999: 160).
8. Conclusiones
Después del análisis realizado podemos llegar a unas conclusiones
más concretas sobre el tratamiento que recibieron las imágenes
del 11-M en la prensa. Sobre este último punto, podemos incidir
en el hecho de que las fotografías que ilustraron las primeras
de casi toda la prensa nacional e internacional contaban con la presencia
de fallecidos, la mayor parte de las veces tapados pero, en muchas ocasiones,
perfectamente reconocibles.
Nos encontramos aquí ante la primera cuestión, ¿es
legítima esta representación de los fallecidos o es simplemente
sensacionalismo? Para contestar a esta pregunta debemos tener en cuenta
una serie de factores. El primero de ellos es que el periodismo debe encargarse
de transmitir la realidad y la realidad en este caso es que nos enfrentábamos
al atentado más sangriento de la historia de España. En
segundo lugar, el periodismo puede ejercer un papel de movilizador de
las conciencias, y la mejor forma para conseguirlo es mediante la representación
de la realidad más cruda. En el lado contrario, podemos alegar
que esta concienciación de la sociedad puede conseguirse sin llegar
a representar a los fallecidos de forma tan directa. Además, esta
representación chocaría con el respeto al dolor, no tanto
de las víctimas, sino de los familiares de las víctimas.
Podríamos plantear que el derecho a la propia imagen debe ser ejercido
por la persona incluso más allá de su propia muerte.
Lo que si está claro es que las fotografías de la prensa
se han fijado en la retina de todos los españoles. Algunas de ellas
debido, entre otras cosas, a su incesante repetición ya forman
parte del imaginario colectivo. No podemos establecer cuales son los factores
que hacen que una imagen consiga un alto nivel de reconocimiento ya que
esto depende de innumerables factores. De todas formas, hay algunos aspectos
de la fotografía que, usados en un sentido o en otro pueden contribuir
a ello. Fundamentalmente son la utilización o no del color, de
forma especial en escenas y cuerpos sangrientos; el ángulo empleado;
la distancia a la que se tome; el abundamiento o no en detalles; el tamaño
de la imagen (y en especial en referencia con el texto al que acompañe);
el lugar que ocupa en la publicación; y el propio contenido de
la fotografía y el del texto que la explique. (López, 1998:
161) En cualquier caso nos estamos moviendo en una delgada línea
entre lo que es información y lo que es sensacionalismo gráfico.
Así pues, en este tipo de informaciones, el periodista ha de ser
muy severo en el proceso de criba del material gráfico que se haya
recogido; para eso ha de tener muy claro qué es lo que pretende
con su mensaje, cuál es la finalidad de la información y
cuáles las partes que se pueden ver afectadas por su difusión.
Sabemos que es casi imposible predecir el impacto que va a provocar una
imagen, pero podemos aproximarnos.
La coincidencia en la publicación de imágenes entre diversas
cabeceras, nos hace pensar, sin tener en cuenta factores de carácter
económico o empresarial que también podrían haber
influido, en que existen una serie de rutinas periodísticas comunes
a diversos medios de comunicación tanto a nivel nacional como internacional
para la selección de las imágenes. Si vamos más allá
y consideramos el hecho de que las coincidencias se produjeron más
en las aquellas fotografías con un contenido más cruento,
podemos empezarnos a plantear si realmente se está aplicando la
máxima de "más sangre, más periódicos".
Está claro que la tirada de los periódicos aumentó
el 12 de marzo, pero no podemos creer que aumentara por el morbo de los
españoles en encontrar imágenes duras sobre el atentado
sino que existía una necesidad de información y análisis
sobre lo que había sucedido. Si la información ya era importante
¿por qué aumentar su gravedad con imágenes de tanta
crudeza?. Podemos también plantearnos ¿Si los bomberos no
hubieran cubierto los cuerpos, la imagen hubiera sido publicada de igual
modo?
También debemos tener en cuenta que por la inmediatez de su percepción
y por el impacto que son capaces de generar, en el caso de determinadas
imágenes excesivamente sobrecogedoras se puede dar el efecto inverso
al deseado, es decir, que el impacto que crea en el receptor la visión
de la fotografía sea tan violento o le resulte tan desagradable
y de mal gusto que, o bien abandone la información, o bien quede
psicológicamente bloqueado, de modo que ninguno de los dos supuestos
planteados le permita la reflexión. Por esta razón no se
puede justificar la difusión de este tipo de imágenes en
la búsqueda de una concienciación de la sociedad porque,
además de llegar a provocar un efecto inverso, produce otros efectos
igualmente nocivos, en este caso de insensibilización y trivialización
que se puede generar cuando las imágenes se exponen repetidamente.
Entramos así en un círculo en el que cada vez hay que difundir
imágenes de mayor dureza para poder llegar a la sensibilidad del
público.
Pero no podemos hacer este análisis sin tener en cuenta el contexto
en que nos estábamos moviendo, la televisión llevaba horas
informando en directo cuando los periódicos salieron a la calle.
Con la justificación del directo, en un primer momento no hubo
límites para las imágenes que llegaron al público.
¿La prensa se subió entonces al carro de la televisión
siguiendo su misma línea de contenidos? Parece muy probable que
así fuera.
Desde un punto de vista más general, el 11-M se ha convertido en
un paradigma de la colisión que a veces se produce entre la libertad
de expresión y el derecho a la propia imagen y, este caso, al propio
dolor. La prensa tuvo un difícil papel como difusora de una realidad
muy dura que el público quería conocer, la única
pega que puede ponérsele está en si era esa la forma adecuada
de hacerlo. Lo que si está claro es que, en los últimos
años, y amparados por la libertad de prensa, los medios han entrado
en una dinámica de difusión de imágenes cargadas
de violencia y crudeza que están incurriendo en una cierta "insensibilización"
de los ciudadanos. No se trata de poner límites ni establecer censuras,
se trata de considerar la necesidad o no de caminar en este tipo de información.
En resumen, los ciudadanos tienen todo e derecho a ser informados y a
serlo con objetividad. Las víctimas del terrorismo tienen el derecho
a su intimidad. Y el nexo entre todo esto es que los medios tienen la
obligación de ser responsables.
9. Bibliografía
Abreu, C. 2004: "El análisis cualitativa de la foto de prensa",
en Revista Latina de Comunicación Social. número
57. enero-junio, 2004. La Laguna (Tenerife) En: http://www.ull.es/publicaciones/latina/20040757abreu.htm
(26-06-05)
Agejas, J.A. (Coordinador), 2002: Ética de la comunicación
y de la información. Barcelona: Ariel.
Alonso Erausquin, Manuel, 1995: Fotoperiodismo: forma y códigos.
Madrid: Síntesis.
Alonso, M. y Matilla, L., 1990: Imágenes en acción.
Madrid: Ediciones Akal.
Arroyo Almaraz, Isidoro, 2000: Ética de la imagen. Madrid:
Ediciones del Laberinto.
Azurmendi, Ana. 2004: "Sobre el 11-m: comunicado el terror y la solidaridad"
en Sala de Prensa. Nº 66, abril de 2004.
http://www.saladeprensa.org/art547.htm
(26-06-05)
Baeza, J. 2001: "Invocación y modelo. Las nuevas imágenes
de la prensa" en Análisis. número 27, 2001.
Páginas 159-171.
Baeza, J. 2001b: Por una función crítica de la fotografía
de prensa. Barcelona: Gustavo Gili.
Barret, T., 1990: Critizing Photographs. An introduction to understanding
image. Estados Unidos: The Ohio State University. Mayfield Publishing
Company.
Barthes, R. 1990: La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía.
Barcelona: Paidós.
Bonete, E. (editor), 2000: Ética de la comunicación audiovisual.
Madrid: Tecnos.
Cardeñosa, B. 2004: 11-M. Las claves de una conspiración.
Madrid: Espejo de Tinta.
Chomsky, Noam, 2001: 11/09/2001. Barcelona: RBA.
Cole, Benjamin, 2000: The new face of terrorism. Threats from weapons
of mass destruction. Nueva York: Tauris.
Cuesta, C. 2000: Contra el olvido. Testimonios de víctimas del
terrorismo. Madrid: Temas de Hoy.
De Diego, Enrique. 2004: Días de infamia, del 11-M al 14-M.
Madrid: Libroslibres.
De Pablos Coello, J. M. 1993: Fotoperiodismo actual. La Laguna:
Xerach.
Deidre, K. 2003: Europe in the Media: A comparaison of reporting, representation
and rethoric in national media systems in Europe. Londres: Lawrence
Erlabaum Associates.
Del Valle, F. 1993: "El análisis documental de la fotografía"
en Cuadernos de Documentación Multimedia. número
2. junio 1993.
Díaz Nosty, B. 2005: El deficit mediático. Barcelona:
Bosch Comunicación.
Dubois, Phillippe.1994: El acto fotográfico. De la representación
a la recepción. Barcelona: Paidós.
Edo, Concha, 2003: "Información e interpretación en
la cobertura periodística de los atentados del 11 de septiembre:
la televisión y la prensa" en Estudios sobre el Mensaje
Periodístico. número 8. Madrid. p. 85.
Freund, Giséle. 1993: La fotografía como documento social.
Barcelona: G. Gili.
González Basterra, F. 1994: "Fotografía y dolor. ¿Publicar
o no publicar?" en Nuestro Tiempo, octubre. Página
82
Gubern, Román. 1987: La mirada opulenta. Barcelona: G. Gili.
Gunaratna, Rohan, 2003: Al Qaeda. Viaje al interior del terrorismo
islamista. Barcelona: Servidoc.
Jenkins, Philip, 2003: Images of terror. What we can and can´t
know about terrorism. Nueva York: Aldine de Gruyter.
Jordán Enamorado, Javier. 2002: "El islam de Occidente y el
terrorismo de Al-Qaida" en Ciencia Policial. nº64, julio-agosto
2002. Páginas 38-57.
Keene, Martín. 1995: Práctica de la fotografía
de prensa. Barcelona: Paidós.
Lens Leiva, J. 2005: "Fotografía y 11 de septiembre: la (de)construcción
de una imagen a través de los medios impresos" en Comunicación
y guerra en la historia. Pontevedra: Tórculo ediciones. Páginas
149-158.
López, C. 1998: Información y dolor. Una perspectiva
ética. Navarra: EUNSA.
McMeel, A. 2001: Photographs from major newspapers around the world. San
Petersburgo (EE.UU.): The Poynter Institute.
Ottosen, Rune, 2004: U.S. and the others. Global media images on "The
War of Terror". Göteborg: Nordicom.
Pachecho López, Iñigo, 2004: 11-M. La respuesta.
Madrid. A.C.A.D.A.P.
Pérez del Toro, L. 1984: La prensa de prestigio en la Comunidad
Económica Europea. Barcelona: Editorial Mitre.
Reinares, Fernando y Elorza, Antonio (editores), 2004: El nuevo terrorismo
islamista. Del 11-S al 11-M. Madrid: Temas de hoy.
Rekalde, A. [et al.], 2004: 11-M. Tres días que engañaron
al mundo. Tafalla: Txalaparta.
Rodrigo Alsina, M. 1993: La construcción de la noticia.
Barcelona: Paidós.
Rodrigo, M., 1991: Los medios de comunicación ante el terrorismo.
Barcelona: Icaria.
Rodríguez Cárcela, R. "Periodismo de catástrofes:
el 11 de septiembre" en Ámbitos. Nº 9. Diciembre,
2002.
http://www.ull.es/publicaciones/latina/ambitos/9/art.30.htm
(26-06-05)
Rodríguez, Pepe, 2004: 11-M. Mentira de Estado. Barcelona: Ediciones
B.
Rosón, J.J., 1984: El caso de España, en Terrorismo y
medios de comunicación. Madrid: Ministerio del Interior.
Sontag, S. 1981: Ensayo sobre la fotografía. Rio de Janeiro:
Arbor.
Soria, Carlos. 1997: El laberinto informativo: una salida ética.
Navarra: EUNSA.
Sousa, J. P., 2003: Historia crítica del fotoperiodismo occidental.
Sevilla: Comunicación Social.
Teixeira Ribeiro, L. A. 1999: "Manipulación en el fotoperiodismo:
ética o estética" en Revista Latina de Comunicación
Social, número 22, octubre 1999, La Laguna (Tenerife).
http://www.ull.es/publicaciones/latina/a1999coc/30teixeira.htm
(26-06-05)
Teruel Rodríguez, L. 2005: "La cobertura del 11-M al 15-M
en la prensa noruega: una perspectiva mediática desde el norte
de Europa" en Revista Latina de Comunicación Social,
número 60, julio-diciembre 2005. La Laguna (Tenerife). On-line:
http://www.ull.es/publicaciones/latina/200521teruel.pdf
(26-06-05)
Teruel, L. 2004: "El 11-M en la prensa europea: análisis comparado
de la cobertura informativa", en
http://www.unav.es/fcom/cicom/pdf/g7.cobertura_teoria_radio_tv/laura%20teruel.pdf
(26-06-05)
Valle, F. del., 1999: Manual de documentación fotográfica.
Madrid: Síntesis.
Varela, J. 2004: "El dolor y la verdad de la imagen" en Sala
de Prensa. Vol. 3. abril, 2004, en: http://www.saladeprensa.org/art546.htm
(26-06-05)
Vilches, L. 1983: La lectura de la imagen. Buenos Aires: Paidós.
Vilches, L. 1993: Teoría de la imagen periodística.
Madrid: Cátedra.
VV.AA., 1984: Terrorismo y medios de comunicación social.
Madrid: Ministerio del Interior. Secretaria General Técnica.
VV.AA., 2003: Terrorismo, víctimas y medios de comunicación.
Madrid: Fundación de Víctimas de Terrorismo.
VV.AA., 2003: USA. ¿Antiterrorismo o imperialismo? Barcelona:
Temas Clave.
Zunzunegui, S. 1989: Pensar la imagen. Madrid: Cátedra.
10.
Notas
[1]
Es destacable el amplio trabajo comparativo realizado por el Grupo de
Estudios Avanzados de Comunicación (GEAC) de la Universidad Rey
Juan Carlos, que ha realizado diversos informes acerca de los discursos
de la prensa internacional de referencia sobre la participación
española en la guerra de Irak y los acontecimientos del 11-M.
[2]
http://www.el-mundo.es/elmundo/hemeroteca/2004/03/13/t/
(07-11-05)
[3] http://www.elpais.es/comunes/2004/11m/portada.html
(07-11-05)
|