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Revista Latina de Comunicaci�n Social 61 enero � diciembre de 2006 |
Edita: LAboratorio de Tecnolog�as de la
Informaci�n
y Nuevos An�lisis de Comunicaci�n Social |
FORMA
DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAF�AS, SEG�N LA
APA: [Revisor/ra: Este art�culo ofrece una visi�n de conjunto de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informaci�n (CMSI), auspiciada por la ONU, entre 2003 y 2005, y cuyas principales referencias fueron los encuentros de gobiernos, empresas privadas y representantes de la sociedad civil en Ginebra y T�nez. El autor compara el proceso de desarrollo de la CMSI con el que dio lugar al Informe MacBride, en 1980, para mostrar sus semejanzas y diferencias, que quedan bien resumidas en el t�tulo del art�culo �diagn�sticos plenos, compromisos vac�os�. Finalmente, el autor nos invita a centrar nuestra atenci�n en el debate pol�tico y te�rico que plantea la relaci�n entre las nuestras tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n (TIC) y el desarrollo, la lucha contra la pobreza, asimismo, en el nuevo protagonismo que ha adquirido la sociedad civil en este campo, antes exclusivo de los gobiernos, los organismos internacionales y las empresas trasnacionales de la comunicaci�n. Ambos temas, sin duda, deben estar en la agenda de la investigaci�n social de nuestra �poca.]
Desde MacBride hasta la CMSI. Diagn�sticos plenos, compromisos vac�os
Dra. Concepci�n
Travesedo
de Castilla � [C.
V.] Resumen:
Entre 2003 y 2005 se ha celebrado bajo el auspicio de la ONU la
Cumbre
Mundial sobre la Sociedad de la Informaci�n. Desde la
presentaci�n
en 1980 del Informe MacBride, �sta ha sido la mayor
iniciativa
emprendida a nivel internacional para afrontar el reto de los
desequilibrios
en el sistema global de la comunicaci�n. Tanto en una
ocasi�n
como en otra, los sectores que exigen cambios han obtenido su
principal
victoria en el campo de la diagnosis y la definici�n de
nuevos
paradigmas, y su principal fracaso en la negativa de los gobiernos
de
los pa�ses industrializados y del sector privado a asumir
ning�n
compromiso de acci�n. Este rechazo al concepto de
responsabilidad
compartida se ha visto por primera vez contrarrestado por el actor
internacional
que supone la sociedad civil organizada. Abstract: From 2003 to 2005 the World Summit for the Information Society has taken place under the auspices of the UN. Since the MacBride Report was submitted in 1980, this has been the most significant initiative undertaken at international level to confront the challenge of inequalities in the global communication system. So much in an occasion as in another, sectors requiring transformations have obtained a main victory in the area of diagnosis and definition of new paradigms, but their major failure in the refusal of the industrialized countries governments and the media private sector to assume any commitment. This rejection of the concept of Shared Responsibility has for the first time been counteracted by the international actor that supposes the organized civil society. Key Words: International information system � North-South inequalities � Challenges to global communication � Contrasting Macbride-CMSI � Absence of Shared Responsibility Sumario: 1. La CIC y la CMSI: Analog�as y contrastes de partida. 2. El �xito de la CMSI: Buenos diagn�sticos y nuevos paradigmas. 3. El fracaso de la CMSI: Ni acciones ni compromisos para una responsabilidad compartida. 4. Anexo: Recursos documentalesa. 5. Notas
1. La CIC y la CMSI: Analog�as y contrastes de partida La exploraci�n de las opiniones y an�lisis publicados con motivo de la celebraci�n de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informaci�n (CMSI) nos lleva a la primera conclusi�n de que ha hecho falta el paso de 25 a�os para que se valore en toda su dimensi�n y trascendencia aquel hito de la investigaci�n sobre la comunicaci�n y sus extensiones human�sticas que supuso el informe MacBride. Desde la publicaci�n de este informe en 1980 hasta la celebraci�n de la CMSI entre 2003 y 2005 los dilemas del sistema internacional de la informaci�n que de forma tan clarividente y, en casos, prof�tica fueron diagnosticados por la Comisi�n Internacional de Estudio de los Problemas de la Comunicaci�n (CIC), popularmente conocida como Comisi�n MacBride, no han hecho m�s que reafirmarse. Si bien actualmente despuntan perfiles in�ditos impuestos por tres radicales transformaciones sobrevenidas desde los a�os 90: el proceso de expansi�n experimentado por el sector de las comunicaciones, la incorporaci�n masiva de tecnolog�as, y la concentraci�n de la propiedad de los medios. Fen�menos que definen los cuatro principales rasgos de la realidad informativa y comunicativa internacional: la fuerte centralizaci�n de las capacidades de producir, hacer circular y consumir productos informativos; la disparidad de recursos y grados de desarrollo y acceso tecnol�gico que explican la unidireccionalidad de los flujos, la acelerada transnacionalizaci�n propia del proceso globalizador y, finalmente, la ausencia de democracia en los diversos �mbitos y niveles del sistema informativo. En resumidas cuentas, un conjunto de procesos de expansi�n, concentraci�n y exclusi�n social que prescinde de dos tercios de la humanidad para la construcci�n de la sociedad de la informaci�n. Estos desequilibrios ya fueron detectados y enfrentados desde la d�cada de los a�os 50. En el contexto propio de la Guerra Fr�a y la descolonizaci�n, el movimiento de Pa�ses No Alineados estimul� un debate internacional sobre la comunicaci�n que pretend�a frenar la hegemon�a informativa y cultural ejercida por las grandes potencias occidentales. Gran parte de esta movilizaci�n se desarroll� en el seno de la Unesco con el resultado entre 1978 y 1982 de la declaraci�n del Nuevo Orden Mundial de la Informaci�n y la Comunicaci�n (NOMIC), los trabajos de la Comisi�n MacBride, y la presentaci�n en 1980 del informe �Un solo mundo, voces m�ltiples�. Este documento supuso un punto de inflexi�n en el debate sobre la comunicaci�n global ya que implic� la afirmaci�n e intencionalidad de construir un nuevo orden informativo equitativo y acorde con las profundas transformaciones del mundo. Las recomendaciones de la Unesco en relaci�n con el nuevo sistema internacional de la informaci�n, que contradec�an la teor�a del libre flujo patrocinada por las potencias capitalistas y los grandes grupos de comunicaci�n, contribuyeron decisivamente a que Estados Unidos abandonara la Unesco en 1984, Gran Breta�a y Singapur lo hicieran un a�o despu�s, y la prensa occidental se rasgara las vestiduras ante lo que se tach� como un intento de censura y limitaci�n de la libertad de expresi�n. El debate se vio contaminado por los juegos de estrategia propios de la guerra fr�a y la posterior y progresiva crisis de la Unesco supuso un reflejo de la crisis general del sistema de las Naciones Unidas. El p�rrafo que transcribimos a continuaci�n, extra�do del Informe MacBride, podr�a haberse incluido literalmente en cualquier declaraci�n de la CMSI sin que �sta perdiera un �tomo de vigencia: "En resumen, la industria de la comunicaci�n est� dominada por un n�mero relativamente peque�o de empresas que engloban todos los aspectos de la producci�n y la distribuci�n, las cuales est�n situadas en los principales pa�ses desarrollados y cuyas actividades son transnacionales. La concentraci�n y la transnacionalizaci�n son consecuencias, quiz� inevitables, de la interdependencia de las diferentes tecnolog�as y de los diversos medios de comunicaci�n, del costo elevado de la labor de investigaci�n y desarrollo, y de la aptitud de las firmas m�s poderosas cuando tratan de introducirse en cualquier mercado� (MacBride et al. 1980: 197). A tan certero diagn�stico, documentado como vemos desde los lejanos a�os setenta, no le ha acompa�ado una consecuente implementaci�n de las propuestas de reforma que desde entonces han patrocinado foros como la Unesco. Los gobiernos y grupos de comunicaci�n de los pa�ses industrializados no han disimulado su falta de disposici�n para colaborar financiera o tecnol�gicamente con el proyecto de ruptura de la dependencia de los pa�ses que, hoy por hoy, carecen de los medios para generar su propia informaci�n y productos culturales. La �ltima iniciativa internacional abordada para enfrentar el desequilibrio del sistema informativo tuvo lugar en 2001 con la aprobaci�n por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas de la celebraci�n entre 2003 y 2005 de la CMSI. Una vez transcurrido un tiempo prudencial para analizar los resultados con cierta perspectiva, cabe matizar la muy generalizada conclusi�n de que �sta ha quedado lejos de satisfacer las expectativas iniciales, as� como valorar con la debida distancia los logros obtenidos y las decepciones generadas. Parte de la decepci�n se explica, creemos, en el propio punto de partida de quienes pretend�an reeditar en la CMSI el esp�ritu de aquel informe MacBride, por cierto, tan vilipendiado en su d�a. Los contextos hist�ricos y organizativos que han enmarcado cada c�nclave presentan m�s contrastes que coincidencias, exigiendo el sistema pol�tico e informativo internacional actual distintos enfoques y actitudes pragm�ticas y realistas. Es igualmente importante incidir en el significativo dato de que la CIC trabaj� en el seno de la Unesco, mientras que en 2001 la ONU opt� por encargar la organizaci�n de la CMSI a la Uni�n Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Esto explica en parte el muy extendido reproche a que se haya relegado el tradicional enfoque humanista a la hora de analizar los grandes problemas de la comunicaci�n en beneficio de un prisma fundamentalmente tecnol�gico. Sin negar las connotaciones que implica convertir el estudio del sistema internacional de la informaci�n en una prerrogativa de la organizaci�n internacional del sistema de las Naciones Unidas en la que gobiernos y sector privado coordinan los servicios y redes mundiales de telecomunicaciones, tampoco ser�a justo ignorar el contexto en el que se toma esta decisi�n. El nuevo marco internacional de telecomunicaciones promovido por la Organizaci�n Mundial del Comercio (OMC) y respaldado por los pa�ses desarrollados y las principales instituciones financieras internacionales ha estado marginando progresivamente a la UIT. Ello no es de extra�ar teniendo en cuenta que �sta ha reflejado en sus pol�ticas desde los a�os 90 una visi�n de las comunicaciones internacionales que atiende a los intereses de los pa�ses en desarrollo. Los gobiernos del bloque industrializado pretend�an utilizar la CMSI para promover la expansi�n de sus empresas de telecomunicaciones en los pa�ses empobrecidos. La OMC ya hab�a abierto esta posibilidad en 1996 con el acuerdo sobre telecomunicaciones que impulsaba la liberalizaci�n de los mercados de las comunicaciones a expensas de las empresas nacionales, con frecuencia monopolios estatales, que regulaban el sector hasta entonces. El encargo efectuado en 2001 por la ONU a la UIT para que organizara la CMSI le concedi� as� una oportunidad para recuperar su papel central en medio de la legi�n de organismos multilaterales. Es conocido que la pr�ctica extensi�n a nivel global del capitalismo y el liberalismo durante la �ltima d�cada ha hecho resurgir un proceso de asociacionismo entre los pa�ses empobrecidos, les ha devuelto un papel central, y ha alimentado un alto grado de participaci�n de la sociedad civil organizada. As�, no es de extra�ar que la primera fase de la CMSI se contagiara del trasfondo de cambios pol�ticos en procesos de negociaciones multilaterales en el que se encuadr�. Recordemos que en 2003, coincidiendo con la tercera reuni�n preparatoria de la CMSI y con uno de los momentos m�s dif�ciles en las negociaciones intergubernamentales, las tensiones entre alianzas de pa�ses del Sur y del Norte llevaron al colapso de la Conferencia Ministerial de la OMC celebrada en Canc�n. En este contexto, cualquier expectativa sublimada que pudiera haberse forjado en torno a los potenciales logros de la Cumbre se sustent� sobre una plataforma m�s que endeble. Y por esta raz�n adquiere mayor m�rito el hecho de que finalmente los documentos oficiales de la CMSI, si bien han quedado lejos del enfoque humanista que impregn� todo el Informe MacBride, hayan apuntalado un cambio de concepci�n de la sociedad de la informaci�n que, hasta ahora, se ha circunscrito a sus aspectos tecnol�gicos y ha priorizado sus posibilidades comerciales sobre cualquier otra consideraci�n. 2. El �xito de la CMSI: Buenos diagn�sticos y nuevos paradigmas En vista de los textos adoptados y los compromisos asumidos por los jefes de Estado y de gobierno en Ginebra y T�nez, muchos se preguntan si realmente la CMSI ha tenido alguna utilidad. Para responder a esta cuesti�n se deber�a hacer una distinci�n entre dos niveles: el de los paradigmas y el de las acciones concretas. En cuanto al primero de ellos, precisamente la mayor virtud de la CMSI ha sido su acertada identificaci�n de problemas, su ejercicio de conceptualizaci�n, diagn�stico e intercambio de experiencias y visiones, habiendo logrado su mayor �xito en el registro de los principales temas de inter�s en el marco de la sociedad de la informaci�n desde dos visiones: la tecnol�gica y la de desarrollo. De hecho, para muchos gobiernos de pa�ses no industrializados la Cumbre ha supuesto un proceso educativo y capacitador sobre el binomio sociedad de la informaci�n/desarrollo. El objetivo declarado de la Asamblea General de la ONU era proveer un medio eficaz para ayudar a la UIT a alcanzar las metas fijadas en la Cumbre del Milenio que desde 2000 pretende afrontar los principales desaf�os internacionales en materia de desarrollo, creando un marco mundial para analizar los principales retos planteados por la sociedad de la informaci�n. Uno de los hitos que m�s despuntan en esta �rea es la nueva expresi�n de hist�ricas desigualdades estructurales entre ricos y pobres que se conoce como �brecha digital�, y no cabe duda de que la CMSI ha conseguido volver a situar este y otros desajustes de la informaci�n y la comunicaci�n en el centro de los debates internacionales, resucitando las expectativas de hacer frente a la necesaria reforma de la gobernanza de la comunicaci�n en el siglo XXI. En definitiva, los debates han quitado el velo a dos realidades imprescindibles a la hora de reflexionar sobre la brecha digital: que la informaci�n y la comunicaci�n son instrumentos clave para una mayor transparencia y democracia, para el empoderamiento de la ciudadan�a y la lucha contra la pobreza; y que se necesitan inversiones y pol�ticas p�blicas para alcanzar esta meta. A estos logros en el campo de los paradigmas cabe sumar como principales saldos positivos de la CMSI el reconocimiento de la importancia de la participaci�n de la sociedad civil en �mbitos globales de discusi�n, y la apertura del debate sobre la gobernanza de Internet a m�ltiples actores. Tradicionalmente las estrategias nacionales adoptadas por pa�ses empobrecidos para la sociedad de la informaci�n se han basado en el desarrollo de una industria de bienes y servicios ligada a las TIC (hardware, software, teletrabajo, etc�tera), la exportaci�n y la creaci�n de empleo. Por medio de la puesta en pr�ctica de iniciativas impulsoras dise�adas ad hoc, varios pa�ses como Costa Rica, Singapur o China han buscado el liderazgo en el mercado de las TIC present�ndolo como la clave de todo crecimiento econ�mico futuro. En esas estrategias nacionales para estimular el crecimiento de una sociedad de la informaci�n se ha atendido escasamente a la cuesti�n de los contenidos, las desigualdades en los accesos a las TIC y, menos a�n, a su potencial en la lucha por la reducci�n de la pobreza [1]. Gracias al papel desempe�ado por el tercer sector y al activismo diplom�tico de pa�ses en desarrollo (sobre todo Argentina, Bangladesh, Botswana, Brasil, El Salvador, Ghana, India, Senegal y Sud�frica), en los textos finales de la CMSI se han incluido dos matices que han contrarrestado el paradigma neoliberal que caracteriz� la primera fase de negociaciones: el reconocimiento del rol de las pol�ticas p�blicas y la necesidad de introducir una dimensi�n social en las estrategias nacionales. Respecto al primer matiz, se ha aceptado que para reducir la brecha digital es necesario combinar fondos p�blicos y privados: �Reconocemos que la financiaci�n p�blica desempe�a un papel esencial en el suministro de acceso a las TIC y la prestaci�n de servicios conexos a las zonas rurales y las poblaciones desfavorecidas, especialmente en los peque�os estados insulares en desarrollo y en pa�ses sin litoral en desarrollo� [2]. Esta afirmaci�n constituye un reconocimiento de las limitaciones del mercado y postula la necesidad de inversiones y pol�ticas p�blicas, ya que hasta ahora el mercado ha sido considerado el �nico vector de desarrollo de la sociedad de la informaci�n, incluso un vector capaz de responder a todas las necesidades. En cuanto a la dimensi�n social, por primera vez en la historia se ha establecido a nivel pol�tico el v�nculo entre las TIC y la reducci�n de la pobreza. Los textos de T�nez introducen el siguiente p�rrafo que confirma la necesidad de integrar una dimensi�n de desarrollo en las estrategias nacionales para la sociedad de la informaci�n: �Coincidimos en que la financiaci�n de las TIC para el desarrollo debe situarse en el contexto de la importancia creciente de la funci�n de las TIC, no s�lo como medio de comunicaci�n sino tambi�n como factor habilitador de desarrollo y como instrumento para conseguir los objetivos de desarrollo de la Declaraci�n del Milenio� [3]. Al afirmar que es necesario recurrir a las TIC para reducir la pobreza, los textos de la CMSI sobre financiaci�n ofrecen, te�ricamente, el impulso para equilibrar y redefinir esas pol�ticas y estrategias nacionales, estimulando una puesta en marcha de pol�ticas que sirvan para utilizar las TIC con el objetivo de promover una mayor igualdad, cohesi�n social y participaci�n. El actual y apasionado debate internacional sobre la gobernanza de Internet ha tenido asimismo un justo reflejo en la CMSI. Durante las negociaciones se han vislumbrado las dos principales posiciones enfrentadas: la que pretende mantener el statu quo, y la que propone buscar f�rmulas para transferir gradualmente las funciones de ICANN a la UIT u otro organismo dentro del sistema de la ONU [4]. En el Plan de Acci�n que emerge de la �ltima etapa de negociaci�n en T�nez no es posible identificar, a estas alturas, un ganador claro en la lucha por el gobierno de Internet. Si bien Estados Unidos mantendr� el control sobre ICANN, no se ha opuesto al reconocimiento de que todos los gobiernos deber�an tener el mismo papel y la misma responsabilidad sobre la Red. Tambi�n ha habido consenso en cuanto a que se precisan principios de pol�ticas p�blicas en relaci�n con la gobernanza de nombres de dominio mundiales, y que debe mejorar la cooperaci�n entre gobiernos en el �mbito de las pol�ticas p�blicas internacionales relacionadas con el control de Internet. Como resultado del proceso de la Cumbre, ICANN tambi�n ha asumido la necesidad de iniciar un proceso de reforma interna para convertirse en un foro m�s abierto y democr�tico. Pero lo m�s valorado por las organizaciones de la sociedad civil involucradas ha sido la creaci�n del Foro de Gobernanza de Internet, un logro importante porque, aunque el Foro no tiene un papel asesor ni funciones reales de decisi�n pol�tica o supervisi�n, ser� un escenario determinado en que gobiernos, sociedad civil y empresas privadas podr�n discutir en pie de igualdad pol�ticas mundiales de informaci�n y comunicaci�n, y donde todos podr�n formular propuestas y recomendaciones. Es de esperar que este espacio sea altamente influyente en el futuro desarrollo de Internet y su gobernanza desde una perspectiva que no se limite a negociar n�meros y nombres de dominio, sino tambi�n temas tales a la fijaci�n internacional de tarifas, el acceso a la informaci�n, la libertad de expresi�n, la diversidad cultural y ling��stica, la privacidad, la seguridad cibern�tica o el uso de software libre. Estos avances no significan a�n el establecimiento de un mecanismo mundial de gobernanza, pero s� constituyen un comienzo prometedor hacia ese objetivo. Por �ltimo, hay que reconocer que, tal y como ocurri� en 1980 con la CIC, la CMSI se ha caracterizado por una inexistencia de compromisos y acciones concretas que parece indicar que la puesta en marcha de una pol�tica de desarrollo en el sector de la informaci�n y la comunicaci�n est� lejos a�n de ser una prioridad en la agenda pol�tica internacional. O que choca contra intereses econ�micos demasiado poderosos. Es un hecho indiscutible que en el trasfondo de lo que supone una larga tradici�n de acertados diagn�sticos sobre los grandes problemas de la comunicaci�n internacional acompa�ados de ausencia de iniciativas de resoluci�n se encuentra la resistencia de dos gigantes a perder sus privilegios: los gobiernos, que conocen el potencial estrat�gico que tienen la informaci�n y la comunicaci�n como herramientas de control pol�tico y econ�mico a nivel nacional e internacional, y las grandes corporaciones multinacionales, que han crecido enormemente en los �ltimos a�os a costa de los peque�os medios y agencias locales. Las causas de la resistencia permanecen inalteradas, pero frente a ellas se ha revelado con fuerza un actor internacional muy en�rgico, inc�gnito en 1980, que utiliza sus propios canales de acci�n para lograr victorias nada desde�ables. La sociedad civil que ha participado de forma oficial en la CMSI junto a los gobiernos y el sector privado es la art�fice de que muchas de las carencias de los documentos nacidos de la primera fase de Ginebra en 2003 fueran parcialmente subsanadas en 2005 en T�nez. De hecho, a ella se deben sendas declaraciones alternativas con propuestas y cr�ticas a los resultados oficiales de 2003 y 2005 que est�n siendo tan estudiadas, si no m�s, que los propios documentos institucionales. Lo cierto es que el at�pico formato de la Cumbre, con su organizaci�n en sendas fases separadas por dos a�os, tambi�n ha abonado el terreno para la movilizaci�n de la sociedad civil. En concreto, el desacuerdo entre gobiernos sobre la gobernanza de Internet ha ofrecido al tercer sector la oportunidad de involucrarse m�s activamente en el proceso, siendo su principal logro la puesta e marcha del Grupo de Trabajo sobre Gobernanza de Internet que est� actuando como un organismo con representaci�n de todas las partes interesadas donde empresa privada y sociedad civil trabajan al mismo nivel que los gobiernos. Se puede afirmar que sin la actividad del tercer sector en la CMSI no se habr�a producido la convocatoria por parte de la ONU, entre octubre y noviembre de este mismo a�o, del Foro de Gobernanza de Internet (IGF) que va a abordar en cuatro sesiones generales a celebrar en Grecia los temas de la apertura, la seguridad, la diversidad y el acceso a la Red. En definitiva, en la CMSI ha habido cierto reconocimiento de que la sociedad de la informaci�n involucra cuestiones pol�ticas en las que los estados s�lo son una de las partes interesadas junto a las compa��as y el tercer sector. Aunque las negociaciones han sido una prerrogativa de los gobiernos, la empresa privada y la sociedad civil han podido participar, asesorar e influir en reuniones plenarias de los gobiernos y mientras �stos negociaban el texto final de las cumbres de Ginebra y T�nez. De alguna forma, la CMSI ha funcionado como espoleta para una implicaci�n definitiva y definitoria de la sociedad civil en este fundamental debate que asume la conexi�n existente entre desarrollo y democratizaci�n del sistema internacional de la informaci�n. La focalizaci�n del tercer sector en torno al debate de la comunicaci�n como derecho humano y factor de desarrollo garantiza la existencia de un observatorio que vigile las futuras derivaciones de la Cumbre. 3. El fracaso de la CMSI: Ni acciones ni compromisos para una responsabilidad compartida El avance estimulado por la CMSI en el nivel de los paradigmas no ha tenido un correlato equiparable en el campo de las acciones concretas. La Declaraci�n Final de la Sociedad Civil sobre la CMSI pone el acento en las decepciones al explicar: �El mandato general de la CMSI era abordar los viejos temas del desarrollo econ�mico y social desde la nueva perspectiva de las oportunidades y riesgos planteados por la revoluci�n en las Tecnolog�as de la Informaci�n y la Comunicaci�n (TIC). Se esperaba que la Cumbre identificara y articulara nuevas posibilidades y paradigmas de desarrollo que la sociedad de la informaci�n est� volviendo posibles, y que formulara distintas opciones de pol�ticas p�blicas que posibilitaran y materializaran esas oportunidades�. La declaraci�n finaliza: �En t�rminos generales, resulta imposible evitar la conclusi�n de que la CMSI no cumpli� con esas expectativas� [5]. En relaci�n al tema de la financiaci�n de las TIC en el Sur, el principal objetivo de todo el proceso, los documentos finales de la CMSI expresan buenas intenciones y abren, quiz�s, un nuevo espacio de di�logo pol�tico, pero de ninguna manera proveen mecanismos concretos para corregir las disparidades en el acceso a la informaci�n y las comunicaciones entre pa�ses industrializados y empobrecidos. De esta forma, la CMSI ha postergado la toma de decisiones sobre tres asuntos clave: la democratizaci�n del sistema de gobierno de Internet, la financiaci�n del desarrollo de la informaci�n y las comunicaciones en el Sur, y la cuesti�n de la propiedad intelectual. En materia de cooperaci�n internacional el balance es muy pobre: Estados Unidos, Jap�n y la Uni�n Europea, con el apoyo del sector privado presente en la CMSI, se han negado a asumir ning�n compromiso concreto para financiar el acceso a la sociedad de la informaci�n. No ha habido ninguna discusi�n a fondo sobre la asistencia p�blica para el desarrollo y hasta la promesa de los pa�ses ricos de destinar 0,7 por ciento de su PIB para esta finalidad ha quedado diluida en formulaciones generales. En la CMSI, las innovaciones en materia de desarrollo (computadora a cien d�lares, Fondo de Solidaridad Digital, software libre, redes comunitarias, etc.) se han dado al margen y no en las negociaciones ni en la agenda oficial. La idea de crear una agenda de solidaridad digital formulada por el presidente de Senegal quer�a que se reconociera la noci�n de responsabilidad compartida entre los pa�ses ricos y los pobres para reducir la brecha digital. Pero esa idea de responsabilidad compartida es justamente la que los pa�ses industrializados han rechazado en la CMSI. En lugar de su �apoyo� a la creaci�n de un Fondo de Solidaridad Digital que financie proyectos ligados a la informaci�n y la comunicaci�n, los textos finales de la CMSI s�lo recogen el �saludo� de los estados ricos a dicha iniciativa. Tanto es as� que en un comunicado de prensa de la reuni�n de ministros de Econom�a y Finanzas de la Uni�n Europea del 17 de febrero de 2005 los ministros reiteran que la Uni�n Europea considera que �un nuevo Fondo de la ONU no ser�a un instrumento eficaz para resolver la brecha digital� y aclaran que el fondo creado en Ginebra no es de car�cter intergubernamental y que supone una innovadora forma para que grupos o colectividades que as� lo deseen luchen de forma voluntaria contra la brecha digital [6]. Un tercer asunto sin solucionar es de qu� manera los reg�menes actuales y futuros de propiedad intelectual aumentan el costo de la informaci�n y las comunicaciones para los consumidores, y a la vez obstaculizan el acceso del p�blico, en especial de los pobres, a la informaci�n y al uso de las TIC. Sectores de la sociedad civil denuncian que el r�gimen de propiedad intelectual aumenta el poder monop�lico de las empresas y socava los principios y medidas promovidos por la Cumbre sobre el acceso y la participaci�n universales en la sociedad de la informaci�n, porque incrementa el precio del software y en el futuro puede llevar a restricciones y al aumento del costo de la transmisi�n de datos por Internet. Las ONG observan que la vasta mayor�a de la humanidad carece de acceso al dominio p�blico del conocimiento global y, sin embargo, cada vez m�s se est� concentrando la informaci�n en manos privadas mediante, por poner un ejemplo, las patentes de los programas inform�ticos. La sociedad civil ha exhortado a la ONU a evaluar el impacto que tienen sobre la pobreza y los derechos humanos acuerdos vigentes que institucionalizan los monopolios del conocimiento y la informaci�n, incluso en la Organizaci�n Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) y la Organizaci�n Mundial del Comercio. El tercer sector promueve que se hagan esfuerzos para limitar los monopolios intelectuales, estimular la innovaci�n y recompensar la iniciativa en lugar de mantener el conocimiento en manos privadas. El p�rrafo 42 de la Declaraci�n de Principios de la Primera fase de Ginebra establece: �La protecci�n de la propiedad intelectual es importante para propiciar la innovaci�n y la creatividad en la sociedad de la informaci�n, como tambi�n lo son la amplia divulgaci�n, la difusi�n y el intercambio de conocimientos. Facilitar la participaci�n significativa de todos en todas las esferas de la propiedad intelectual, mediante la sensibilizaci�n y la creaci�n de capacidades, es parte irrenunciable de una sociedad de la informaci�n integradora�. Esto supone una postura equidistante entre la protecci�n de la propiedad intelectual y la necesidad de difundir y compartir el conocimiento, lo que equivale a eludir una cuesti�n fundamental que resurgir� con m�s fuerza cuando se haga patente la imposibilidad de compatibilizar los objetivos y planes de la Cumbre con los actuales reg�menes de propiedad intelectual. En definitiva, la sistem�tica oposici�n de los pa�ses industrializados ha impedido que la CMSI genere ning�n compromiso significativo de cooperaci�n internacional. T�nez iba a ser una cumbre de acci�n y soluciones, pero ha terminado desembocando en la presentaci�n de proyectos voluntarios y no obligatorios. La responsabilidad de reducir la brecha digital se ha remitido a los gobiernos de los pa�ses pobres y a las iniciativas voluntarias, enfoque que despolitiza peligrosamente el tratamiento de la brecha digital, se rinde a la presi�n de los grandes lobbies y una vez m�s confirma la primac�a del mercado y la econom�a.
Documentos oficiales de la CMSI: CMSI, 2004: Declaraci�n de Principios de Ginebra. Construir la sociedad de la informaci�n: Un desaf�o global para el nuevo milenio. Documento WSIS-03/GENEVA/4S. 12 de mayo de 2004. http://www.itu.int/wsis/documents/doc_multi.asp?lang=es&id=1161|0. CMSI, 2004: Plan de Acci�n de Ginebra. Documento WSIS-03/GENEVA/5-S. 12 de mayo de 2004. http://www.itu.int/wsis/documents/doc_multi.asp?lang=es&id=1160|0. CMSI, 2006: Compromiso de T�nez. Documento WSIS-05/TUNIS/DOC/7-S. 28 de junio de 2006. http://www.itu.int/wsis/documents/doc_multi.asp?lang=es&id=2266|0. CMSI, 2006: Agenda de T�nez para la Sociedad de la Informaci�n. Documento WSIS-05/TUNIS/DOC/6(Rev.1)-S. 28 de junio de 2006. http://www.itu.int/wsis/documents/doc_multi.asp?lang=es&id=2267|0. Declaraciones de la Sociedad Civil representada en la CMSI: WSIS � Civil Society, 2003: Construir sociedades de la informaci�n que atiendan a las necesidades humanas/Declaraci�n de la Sociedad Civil a la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informaci�n. Adoptada por unanimidad Plenaria por la Sociedad Civil de la CMSI el 8 de diciembre de 2003. http://www.worldsummit2005.de/download_en/WSIS-CS-Dec-25-Feb-04-es.pdf#search=%22%22Construir%20sociedades%20de%20la%20informaci%C3%B3n%20que%20atiendan%20a%22%22. WSIS � Civil Society, 2005: Much more could have been achieved / Civil Society Statement on the World Summit on the Information Society. 18 de diciembre de 2005. http://www.worldsummit2005.de/download_en/WSIS-CS-summit-statement-rev1-23-12-2005-en.pdf#search=%22much%20more%20could%20have%20been%20achieved%22. Otros informes y art�culos Accuosto, Pablo, 2006: �Cumbre de T�nez termina con sentimientos encontrados�, en Revista del Sur 163, enero/febrero 2006: http://www.redtercermundo.org.uy/revista_del_sur/texto_completo.php?id=2963. Acevedo Ruiz, Manuel, 2006: Integraci�n de las tecnolog�as de la informaci�n y comunicaci�n. Asignatura pendiente de la cooperaci�n. Espa�a: Coordinadora de ONGD para el Desarrollo. Afonso, Carlos A., 2006: �La gobernanza de internet y la Cumbre de T�nez�, en Revista del Sur 163, enero/febrero 2006: http://www.redtercermundo.org.uy/revista_del_sur/texto_completo.php?id=2965. Currie, Willie, 2006: �Creaci�n de espacios para la sociedad civil en la CMSI�, en Revista del Sur 163, enero/febrero 2006: http://www.redtercermundo.org.uy/revista_del_sur/texto_completo.php?id=2967. Khor, Martin, 2004: �Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informaci�n elude tres temas clave�, en Red del Tercer Mundo, Jueves 8 de enero de 2004: http://www.redtercermundo.org.uy/texto_completo.php?id=2375. MacBride, Sean et alter, 1980: Un solo mundo, voces m�ltiples / Comunicaci�n e Informaci�n en nuestro tiempo. M�xico: Fondo de Cultura Econ�mica. Peyer, Chantal, 2006: �La CMSI y la lucha contra la brecha digital�, en Revista del Sur 163, enero/febrero 2006: http://www.redtercermundo.org.uy/revista_del_sur/texto_completo.php?id=2964. VV.AA., 2005: �XXV aniversario del Informe MacBride. Comunicaci�n Internacional y Pol�ticas de Comunicaci�n�, en Quaderns del CAC 21, Barcelona, enero/abril. 5.
Notas [2] CMSI, 2005: Cap�tulo dos revisado de la parte operacional (mecanismos de financiaci�n). Documento WSIS-II/PC-2/DOC/11-S, (Anexo 1(Rev.1). 1 de marzo, p�rrafo 31: www.itu.int/wsis/docs2/pc2/off11ann1rev1-es.doc (consultado el 10 de octubre de 2006). [3] Op. cit., p�rrafo 23. Ver, en la misma l�nea, los p�rrafos 32 y 33. [4] ICANN es el acr�nimo en ingl�s de Internet Corporation for Assigned Names and Numbers o Corporaci�n de Internet para la Asignaci�n de Nombres y N�meros. Es una organizaci�n sin �nimo de lucro que gestiona algunos aspectos t�cnicos de la Red, fundamentalmente la asignaci�n de nombres de dominio de primer nivel y direcciones IP. Depende de forma indirecta del Departamento de Comercio de Estados Unidos, pero est� gobernada por una Junta Directiva de gran diversidad internacional encargada de supervisar el proceso de desarrollo de normas y pol�ticas. Lo cierto es que, aunque muchas de sus decisiones han sido controvertidas, no cuenta ni mucho menos con la capacidad de controlar la Red que muchos le asignan. [5] WSIS � Civil Society, 2005: Much more could have been achieved/Civil Society Statement on the World Summit on the Information Society. 18 de diciembre de 2005, p. 5. http://www.worldsummit2005.de/download_en/WSIS-CS-summit-statement-rev1-23-12-2005-en.pdf#search=%22much%20more%20could%20have%20been%20achieved%22 (consultado el 10 de octubre de 2006).
[6]
Consejo de la Uni�n Europea, asuntos econ�micos y
financieros,
2005: Comunicado de prensa del 17 de febrero de 2005:
http://ue.eu.int/ueDocs/newsWord/fr/
ecofin/83782.doc (consultado el 10 de octubre de
2006). |
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