Revista Latina de Comunicación Social 53 – Enero - febrero de 2003
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Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social |
Una perspectiva comunicacional y psicológica de la acción social constructivista Lic. Ronald Pitti © Para que ocurra acción social debe aparecer en escena un elemento indispensable: el ser humano involucrado, interesado en resolver situaciones y problemas que afectan su condición de tal para un alcance significativo de sus realizaciones personales y sociales. Al tomar la psicología como objeto de estudio individuos concretos [1], se encuentra ante sujetos con una visión del mundo básicamente individual y que para involucrarse en el contexto de acción social, deben agruparse, organizarse y relacionarse en diversos estratos sociales jugando diversos papeles que pueden ser activos, conscientes y creativos, o al menos parecen serlo. Esta interacción involucra procesos de conciencia, sentimientos y acción comunicativa. En el devenir histórico de la sociología, la comunicación y la psicología existen algunos elementos epistemológicos precursores que nos llevan a concebir el desarrollo humano como el resultado de los cambios sociales y comunicacionales entre los diversos elementos culturales como los ritos y tradiciones. Con la invasión tecnológica, la masificación de los medios de comunicación y el bombardeo informativo, esa concepción del ser humano en el mundo se "tambalea" y entonces la psicología trata de encontrar nuevamente su objeto de estudio; para lograrlo debe volver atrás, al igual que todas las ciencias sociales, debe, como dice Husserl "volver a las cosas mismas" [2], hacer epojé de la teoría y de la tradición: excluir todo lo que sabemos, hacer epojé de la existencia y ver todo lo dado. Esta fenomenología psicológica nos acerca al constructivismo, ya no es la sociedad la que motiva a la acción si no soy yo mismo quien construye esa acción, pero para llamarla social debe organizarse en conjunto con otras individualidades, lo que Rodrigo Flores Guerrero llama una "construcción científica de lo social" [3]. Esta regresión histórica rescata ideas que fueron opacadas en su momento y que después de la modernidad resaltan con la misma simplicidad del discurso pero con una profundidad psicológica que trasciende barreras: "El hombre es la medida de todas las cosas" [4] frase del sofista Protágoras, que es una de las bases filosóficas del constructivismo, se refiere a la tesis de que cada individuo construye su propio mundo, o como dice Amado Nervo "es arquitecto de su propio destino"; y puede con toda propiedad reclamar respeto por su forma de pensar y actuar, sus concepciones son válidas sin refutación alguna.Para el psicólogo y el comunicador esta posición resulta ser el extremo a alcanzar en el proceso terapéutico, claro está si deja de lado ciertas concepciones mecanicistas y deterministas, que están adheridas a los métodos científicos tradicionales. El fin último será que la persona se dé cuenta de sus posibilidades de desarrollo, pueda expresarse abiertamente y haga uso de todo su potencial. De esta forma, tendremos ante nosotros una nueva historia, un nuevo proyecto de vida y a una persona que será a su vez el autor y el actor de ese proyecto de vida. En la acción social constructivista, la realidad puede ser enfocada desde infinitos puntos de vista y todos tendrán una validez inequívoca. Es aquí donde podría complicarse dicha acción, pues la construcción de la experiencia y el conocimiento se realizan a nivel cerebral individual y remiten a procesos independientes, de hecho nadie puede construir mi experiencia, ni ordenar mis conocimientos, a menos de que mi estructura se encuentre debilitada por percepciones bio-psico-sociales que me impiden un desarrollo pleno. El individuo azorado e inseguro que menciona Erich Fromm es aquel insatisfecho, que no construye, que se encuentra aferrado a sus creencias, que tiene miedo a la libertad y cuyo yo está respaldado en propiedades, prestigio y poder. Sometido intelectualmente por propagandas dirigidas a sus aspectos emocionales pero nunca a su razón [5]. En estas condiciones de evasión y conformidad automática el constructivismo encuentra fuertes oposiciones. La acción social constructivista es una alternativa de desarrollo psicológico social, siempre y cuando logren integrarse eclécticamente los puntos de vista individuales en grupos organizados tendientes a mejorar el desarrollo comunicativo y social de sus integrantes. Esta es la pluralidad y característica radical del constructivismo: las posiciones pueden ser múltiples, diferentes y todas válidas y por lo tanto se considera lo que sea útil, coherente, no excluyente y facilitador de cambio. Desde la psicología el paso inicial la re-construcción del sí mismo es lo más difícil, una persona autorrealizada es capaz de mirar más allá de sí mismo y de buscar alternativas en base a sus verdades y a la de los otros, interactuar, expresarse y crear posibilidades de cambio social, pues esto ya lo ha conseguido a nivel individual. También nos encontramos con dificultades socioculturales; lógicamente para algunos sistemas políticos y económicos, este paradigma significa una amenaza que debe ser opacada, el ser humano no puede ser la medida, lo más rentable es medirlo en base a sus perspectivas de consumo, al aprovechamiento de las nuevas tecnologías de comunicación para que su identidad se pierda en un mundo virtual aparentemente imposible de transformar. Es una transformación que depende de las ambiciones y expectativas de cada persona, en este caso la psicología debe buscar mirar hacia adelante, hacia lo que se puede conseguir, pero iniciando en el aquí y el ahora. "Expresado de manera muy sucinta, el constructivismo moderno, analiza aquellos procesos de percepción, de comportamiento y de comunicación, a través de los cuales los hombres forjamos propiamente, y no encontramos -como ingenuamente suponemos- nuestras realidades individuales, sociales, científicas e ideológicas" (Watzlawick, 1998. pág.23). Según este autor para hablar de acción social debe hacerse desde fuera de lo social, propone diferenciar entre una realidad de primer orden, en donde se aceptan interpretaciones e imágenes impuestas como objetivas y una realidad de segundo orden; en esta última no existen criterios objetivos y es el resultado de procesos de comunicación muy complejos. Los problemas sociales, que por tanto, provocan a acción social, como la locura, el alcoholismo y la prostitución no están en las propiedades individuales y comienzan a ser el resultado de realidades incompatibles de carácter subjetivo, es decir de segundo orden (Watzlawick, 1998. pág. 123) y en esa posición de observadores de segundo orden debemos colocarnos los psicólogos para comprender los procesos sociales actuales. En la acción social constructivista, se retoma la capacidad auténtica del yo, un yo activo y sin restricciones, con un potencial creador y auténtico, con respeto y libertad, que según las influencias teóricas tradicionales de Durkheim y Weber la sociedad es el resultado de las acciones de los individuos; pero según las ideas constructivistas de Niklas Luhman, lo importante no es la acción sino la comunicación: pensar de nuevo, cambiar el discurso y utilizar nuevos instrumentos. Cada comunidad puede crear una nueva realidad, darse sus leyes sin estar obligados por las tradiciones o por el temor a los dioses. BIBLIOGRAFÍA Arenas Alfaro Ingrid. Acerca del Constructivismo. http://campus.usal.es/petra/cursos/pcp2/modulo1.htm Aristegui Roberto. Exámen del Constructivismo en Psicoterapia. http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/07/frames07.htm Chadwich Clifton B. La Psicología de Aprendizaje del Enfoque constructivista. http://www.tochtli.fisica.uson.mx/educacion/la_psicologia_de_aprendizaje_del.htm Campos Santelices Armando. Introducción a la Psicología Social. Editorial UNED, San José, Costa Rica. 1995. Ceberio, Marcelo R. Watzlawick,, Paul. 1998. La construcción del universo. Conceptos introductorios y reflexiones sobre epistemología, constructivismo y pensamiento sistémico, Barcelona, Herder. Flores Guerrero Rodrigo. Alcances para una conceptualización Constructivista del Concepto de Acción Social. Cinta de Moebio No.2. Diciembre de 1997.Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile. http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/02/frames40.htm Fromm Erich. El Miedo a la Libertad. Editorial PAIDOS. Argentina 1974. Mora Rodríguez Arnoldo. Perspectivas Filosóficas del Hombre. Editorial UNED, San José, Costa Rica. 5ta. Reimpresión. 1998. Montero Hernández Alex. La Comprensión del Ser Humano en Occidente. Publicación Privada. San José, Costa Rica. Setiembre 1997. Oberts Ursula. La Psicología Adelriana en el Contexto de las teorías Constructivistas. http://www.infomed.es/constructivism/downsweb/adler.html Notas [1] Armando Campos. Introducción a Psicología Social. Pág. 51. [2] La comprensión del ser humano en Occidente. Alex Montero. Página 104 [3] Alcances para una conceptualización constructivista del concepto de acción social. Cinta de Moebio Nº 2. 1997. Página 2, párrafo 3. [4] Perspectivas filosóficas del hombre. Arnoldo Mora. Página 33. [5] El Miedo a la libertad. Erich Fromm. Páginas 145 y 296. |
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