Revista Latina de Comunicación Social 57 de enero-junio de 2004

Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social
Depósito Legal: TF-135-98 / ISSN: 1138-5820
Año 7º – Director: Dr. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de Periodismo
Facultad de Ciencias de la Información: Pirámide del Campus de Guajara - Universidad de La Laguna 38200 La Laguna (Tenerife, Canarias; España)
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El País, dependencia y desinformación

Lic. Lara Prieto Alvela ©

El presente ensayo tiene como origen la lectura analítica del libro “El periodismo herido”, de J.M de Pablos. El autor hace un análisis exhaustivo de una serie de fenómenos que se vienen produciendo en el diario El País, y que lo alejan de lo que debería ser el periodismo ético y profesional.

Si bien el libro no ha modificado sustancialmente la opinión que me había forjado durante años de lectura crítica del propio diario, sí le ha dado una nueva orientación.

Lo novedoso para mí ha sido la toma de conciencia de la multitud de errores ortográficos, de repetición innecesaria u omisión de palabras, errores de forma, etc., que aparecen en las páginas del periódico objeto de estudio.

En el futuro, mis lecturas críticas de éste y otros diarios contarán con un nuevo aliciente: la búsqueda de errores de forma. Lamentablemente, el éxito en la búsqueda está garantizado.

Resulta escandaloso que un diario, contando con los medios de los que dispone El País, cometa este tipo de errores que llevan al descrédito ante sus lectores. Estas incorrecciones deberían ser ofensivas incluso para aquellos que se identifican plenamente con la línea editorial del diario.

El País defiende determinados intereses

Pensar en los intereses de El País me remite a la triste situación de monopolio que, de hecho, viven los medios de comunicación en España, bajo una falsa apariencia de pluralidad informativa.

El sostenimiento económico de un medio de comunicación está íntimamente ligado al vínculo de éste con un grupo político o empresarial fuerte. Así, El País pone sus páginas al servicio del PSOE y otros periódicos, como por ejemplo, El Mundo, pudieron ejercer una política de agresión al gobierno de Felipe González sólo porque contaban con el respaldo del que era en aquellos momentos el principal grupo de la oposición, el Partido Popular.

Llegamos a la conclusión de que un medio independiente no puede sobrevivir económicamente.

Pero, ¿qué intereses defiende El País? Como ha venido demostrando en los últimos años, el diario está al servicio de la globalización neoliberal. Sus páginas se han convertido en tribuna desde la cual golpear duramente toda aquella opción política que no se ajuste al “pensamiento único”.

Para ello han utilizado todas las armas: desde la mera omisión o desinformación, pasando por la manipulación y terminando en muchos casos en la descarada mentira.

El periodismo no debe ser una clase de poder

Este es el título del capítulo 7 de “El periodismo herido”. Se trata, esta afirmación, de una declaración de principios más que de la constatación de un hecho.

En España, como en la mayoría de los países, es más que evidente que el periodismo se utiliza como una forma de poder cuyo principal objetivo es crear opinión y orientar convenientemente las conciencias de los ciudadanos.

Este es el precio que debe pagar un medio de comunicación como El País para garantizar su supervivencia. De este modo, los directivos de este medio de comunicación (Ceberio, Estefanía, Cebrián y Polanco) son los vértices y ejecutores de las políticas de intoxicación al servicio de los grupos políticos y de los intereses económicos a los que representan.

Así se logran incrementar los beneficios del grupo empresarial que sustenta el diario, el imperio Prisa. En este grupo se incluyen Sogecable (Canal Plus) y la Cadena Ser, que han forjado su liderazgo y poder económico como portavoces militantes del partido en el poder.

El diario ha evolucionado políticamente

El País no siempre ha sido así. Ha sufrido una clara evolución política. Antes se le podía considerar un periódico que reflejaba la opinión de la burguesía progresista española y hoy se ha convertido en un periódico de derechas, la nueva derecha española que representa el PSOE.

El País ha evolucionado paralelamente al PSOE. Ha experimentado la misma decadencia y la misma ruptura con su propio ideario político. Ha adoptado modelos e ideas más propios de la derecha liberal que de un diario supuestamente progresista.

Rigor, objetividad, imparcialidad, la información al servicio de los ciudadanos, transparencia, veracidad. Son conceptos que no están dentro del ideario político de los medios de comunicación españoles.

Y El País no es una excepción. Ni mucho menos.

Golpe de estado en Venezuela: El País muestra su verdadera cara

A continuación se analizará un acontecimiento ocurrido en abril de 2002 en Venezuela: el golpe de estado contra el legítimo presidente, Hugo Rafael Chávez Frías. Establezcamos un análisis cronológico de algunos de los acontecimientos acaecidos y del seguimiento que de ellos hizo El País:

- Viernes 12 de abril de 2002: En la página 6 aparece una noticia con el siguiente titular: “La gallina de los huevos de oro”. Con la publicación de este titular se vulneran las propias normas de estilo de El País. El hecho de poner como titular de una noticia expresiones populares, refranes, títulos de películas, etc. denota la falta de recursos del redactor y del propio diario, en definitiva.

- Sábado 13 de abril de 2002: Se detecta un error absurdo. En portada se afirma que los militares han entregado el poder al líder de los empresarios, Pedro Carmona, de 61 años. En la entradilla de la página 2 nos encontramos con un “rejuvenecido” Carmona, de 60 años.

En esta misma página, a cuatro columnas bajo una foto, hay una segunda noticia titulada “Un hombre tranquilo tras el “huracán” ¿Es ético este titular?:

¿Quién es el huracán?: el presidente de Venezuela, elegido democráticamente por aplastante mayoría, que ha sido depuesto temporalmente por la fuerza.

¿Quién es un hombre tranquilo?: el empresario golpista y fascista Pedro Carmona.

¿Es esto ética periodística? ¿Es a esto a lo que se le denomina rigor?

Aún hay más. Al final de la noticia, el redactor le otorga a Chávez el poco riguroso título de “incómodo inquilino de Miraflores”.

- Sábado 13 de abril, página 3: El enviado especial en Caracas expone cómo sucedieron los hechos ocurridos en el choque de manifestantes a favor y en contra de Chávez, donde murieron varias personas. Se afirma que los disparos los realizaron francotiradores pertenecientes a los Círculos Bolivarianos. Como fuente de esta información se cita al canal de la oposición, Venevisión.

Hoy no sólo sabemos que algunos de los muertos eran partidarios del presidente, sino que además se ha demostrado que dicho vídeo había sido manipulado.

Afirma también que Chávez habría intentado suicidarse dos veces. La fuente es vaga: lo afirmaron los periodistas que cubrían la información del palacio presidencial. ¿Presenciaron estos periodistas los supuestos intentos de suicidio de Chávez?

Al final de la noticia, el periodista adjunta opiniones personales y, por supuesto, discutibles. Afirmaciones del tipo de “fue necesario sacrificar varias vidas para que dejara el cargo, del cual sale con las manos manchadas de sangre”. Esto, ¿qué es? ¿Una noticia de un corresponsal que relata los acontecimientos acaecidos en el lugar al que le han enviado? ¿Es un artículo de opinión?

Hablaremos del editorial de ese mismo día. Lo que aquí dice ya no nos sorprende. En este caso se trata de un artículo de opinión que refleja la postura del diario. Hasta aquí estamos de acuerdo, aunque en absoluto se comparta la opinión manifestada.

Pero, ¿se puede mentir en la editorial? En ella se afirma que Chávez suministraba petróleo gratuito a La Habana. ¿Acaso el diario desconoce la existencia de un convenio (Convenio de San José) firmado entre Venezuela y diversos países caribeños (entre ellos, Cuba) por el cual Venezuela se comprometía a vender (que no es lo mismo que regalar) petróleo bajo unas condiciones de pago a largo plazo, más favorables?

Esta medida se aproxima a lo que debería ser un intercambio en condiciones más justas entre países. El País no entiende lo que esto significa dado que sus valores son otros, pero, ¿desconocía las verdaderas condiciones del convenio? O ¿ha mentido a sabiendas?

En cualquiera de los casos se constata el descrédito del diario.

- Domingo 14 de abril de 2002: Lo primero que llama la atención son las datas de las noticias de las páginas 2 y 3. Aunque las firma el mismo redactor (J.J. Aznárez), una de ellas está firmada desde Caracas y la otra desde México. Esto resulta, cuanto menos, sospechoso.

En la noticia firmada en México se afirma que Freddy Bernal, alcalde del municipio Libertador, había cruzado la frontera hacia Colombia y que estaba protegido por las FARC. Como fuente se cita a “sus perseguidores” y el propio redactor afirma que no tienen pruebas. Es decir, está incluyendo un rumor que carece de todo fundamento en una crónica que pretende ser seria y veraz. Posteriormente, se demostró que Freddy Bernal no llegó a salir del país.

Hasta aquí sólo una pequeña muestra.

Este tipo de violaciones de la ética periodística abundan en éste y otros diarios. Pensar que esto va a cambiar, que los diarios van a recuperar el rumbo y a subirse de nuevo en el carro del rigor y la imparcialidad sería pecar de ingenuidad.

Otros medios son más veraces

Afortunadamente, también existen otros medios que difunden informaciones más ajustadas a la realidad. Aún podemos desintoxicarnos de mentiras recurriendo a otras fuentes que son mucho más minoritarias y no cuentan con el respaldo de grandes grupos económicos, y que no están, por tanto, a su servicio.

Por último, quiero invitar a los medios de comunicación a ponerse al servicio de los verdaderos intereses de los pueblos y no de los minoritarios y elitistas grupos económicos de los poderosos.

* Lara Prieto Alvela (Ponferrada, 1978) es licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad de León y, actualmente, estudia Periodismo en la Universidad de La Laguna.


FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:
Prieto Alvela, Lara (2004): El País, dependencia y desinformación. Revista Latina de Comunicación Social, 57, La Laguna (Tenerife). Recuperado el x de xxxx de 200x de:
http://www.ull.es/publicaciones/latina/20040957lara.htm