Revista Latina de Comunicación Social 58 de
julio-diciembre de 2004
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Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información y
Nuevos Análisis de Comunicación Social |
Mgter. Dafne García Lucero © Docente de las Universidades de Córdoba y Villa María (Argentina) – Lic.. en Comunicación Social – Mgter. en Relaciones Internacionales – Doctoranda en Ciencias de la Información en la Universidad de La Laguna (Canarias) Resumen: La investigación se centra en el estudio de la relación bilateral entre Argentina y Estados Unidos a través de un caso que por su relevancia resulta paradigmático: la visita del presidente Clinton a la Argentina en el año 1997. Así, el estudio pretende vincular dos esferas del conocimiento científico: la comunicación social en su versión massmediática y la política exterior. En tal sentido, el trabajo se centra en la caracterización, el conocimiento del sentido de las opiniones vertidas y las argumentaciones esgrimidas en torno a la política exterior argentina durante los años ´90. La política exterior constituye en la actualidad un campo de investigación ineludible, dado el nuevo orden mundial en el cual las relaciones internacionales suponen apreciaciones imprescindibles y se vinculan – a su vez- con la información periodística que las representan y constituyen. Lo publicado en los medios de difusión es el resultado de una selección y de un recorte justificado tanto en los aspectos técnicos como en los ideológicos. Por lo que se concluye que los medios dan a conocer o esconden aspectos de la realidad. De ésta manera intervienen en la lucha por la imposición de la visión legítima. Si los diferentes agentes ocupan lugares específicos en el espacio social, existirán “puntos de vista diferentes o aún antagónicos (...) puesto que la visión que cada agente tiene del espacio depende de su posición en él”. (Bourdieu, 1988:133) Desde esta perspectiva, este trabajo tiene como propósito fundamental intentar indagar sobre la relación entre los lineamientos de la política exterior y lo publicado por los medios de comunicación masiva en Argentina. La propuesta de relacionar ambas esferas se justifica por la importancia que cobran los medios de comunicación para las relaciones internacionales ya que constituyen uno de los nuevos actores de la política internacional. En tal sentido, Joseph S. Nye Jr., asegura: “El poder se volvió menos coercitivo y tangible, es una especie de poder light adaptado para el fin de este milenio y el comienzo del siglo XXI. Ya no se necesita andar amenazando con armas, el poder llega a través de Internet o de la televisión al living de las familias de todo el mundo.” (NYE citado por SIERRA en revista ´Tres Puntos´ Nº15. 16 de octubre de 1997.pag. 36) Asimismo, Alvin y Heidi Toffler coinciden con las ideas anteriores, al afirmar que: “Con el aumento de la influencia de los medios de comunicación, la antigua contienda bilateral por el poder se ha convertido en una lucha a tres bandas en la que participan, constituyendo combinaciones inestables, parlamentarios, burócratas y directores de medios de comunicación.” (TOFFLER citado por ESTEVE;1995:27 ) Ahora bien, el estudio se centra en la relación bilateral entre Argentina y Estados Unidos a través de un caso que por su relevancia resulta paradigmático: la visita del Presidente Clinton a la Argentina entre el 15 y el 18 de octubre de 1997 en la Argentina en el marco de su primera gira por el Cono Sur de América, la cual además, incluyó Venezuela y Brasil. Para ello, se seleccionó un corpus constituido por lo publicado por los diarios ´La Nación´ y ´Página/12´ durante los días que a raíz de la visita presidencial, la relación bilateral entre Argentina y Estados Unidos (EEUU) constituyó la agenda del medio. Dichas publicaciones fueron abordadas con la técnica de análisis de contenido. En opinión de Anabella Busso, dicha visita[1] aparece como una síntesis acabada de las relaciones bilaterales de Argentina con Estados Unidos y por lo tanto, posibilita la caracterización de los lazos entre ambos países. Sobre ese particular afirma que: “El perfil de la visita fue fundamentalmente político y mostró un vínculo bilateral estructurado sobre los grandes ejes (democracia, libre mercado, defensa de la paz y seguridad internacionales y no proliferación de armas de destrucción masiva) consolidados a partir del primer gobierno de Menem. (...) Sin lugar a dudas, el gesto político más importante por parte de Clinton fue el envío al Congreso, antes de iniciar su viaje, de la solicitud para que se reconociera a la Argentina el status de aliado extra Otan (Organización del tratado del Atlántico Norte). Por su parte, Menem le solicitó a Clinton una posición más enfática de su país en Naciones Unidas a favor de las resoluciones que instan a la Argentina y a Gran Bretaña a reanudar las negociaciones por Malvinas, sin que esto involucre una solicitud de mediación. Además, pidió una mayor apertura comercial de los Estados Unidos, a la vez que buscó interesarlos en la privatización de aeropuertos y telecomunicaciones” (Busso;1997:41-43) Esto adquiere mayor relevancia en el marco de la política de alineamiento con EEUU que caracteriza a la administración del Presidente Menem y que forma parte del proceso de redemocratización de la Argentina. A su vez, significa un vuelco en la política exterior estructurado sobre dos ejes centrales: la redefinición de las alianzas externas y la decisión de articular las políticas domésticas con los asuntos externos para optimizar la inserción del país en la comunidad internacional. En síntesis, el eje de esta investigación gira en torno al interrogante sobre los lineamientos que definieron la relación bilateral con Estados Unidos desde el discurso massmediático. En los medios de comunicación masiva, la temática internacional se define como el conjunto de situaciones, relaciones o conflictos entre Estados foráneos, lejanos al país de origen del medio periodístico. La relación entre dicho país y otros, se enmarca dentro de política nacional. De esta manera, dicha temática incluye una gran cantidad y diversidad de aspectos, por lo cual difícilmente la política exterior aparezca contextualizada al conjunto de la situación internacional. Eso de ningún modo invalida la posibilidad de publicación y análisis de las cuestiones pertinentes a la política exterior. El análisis ofrecido por el medio dependerá de la capacitación y nivel de especialización con que el medio trate la información. Son múltiples los motivos que provocan una especialización cada vez mayor en la rutina periodística. Entre ellos, los diversos criterios de noticiabilidad a considerar hacia el interior de las redacciones. Por ejemplo: la competencia entre medios gráficos y de estos con los audiovisuales, la carrera contra el tiempo en la producción informativa, la estrategia comercial de brindar información específica para cada público a raíz de los estudios en igual sentido desde las agencias publicitarias, la decisión de competir en el mercado editorial a través del análisis y el comentario, entre otros. La especialización posee ventajas relacionadas con la actitud investigativa y analítica del periodista pues dentro de sus objetivos está transmitir información sectorizada y selectiva a través del lenguaje periodístico. Al comienzo de la especialización periodística se piensa que únicamente merecen ese tratamiento las noticias sobre desarrollos y avances científicos y técnicos. En la actualidad, la visión se amplía y son muchas las áreas ya especializadas. Algunas forman espacios tradicionales. Por caso: economía, policiales, deportes, espectáculos. Sin embargo, existen áreas temáticas que no logran todavía mayor especialización. Esto no significa que la aparición en los medios no esté sectorizada, tal el caso de la política. Pero, no siempre se acompaña con una especialización de los profesionales a cargo de tales secciones. Txema Ramírez de la Piscina (1999) afirma que a pesar de la evolución positiva de la especialización, las empresas periodísticas no están muy decididas a apoyar la especialización de sus profesionales, pues encarecería los costos de producción. Con respecto al posicionamiento de las empresas de medios, Esteve se expresa contrariamente a Ramírez sosteniendo que: “...la especialización periodística surge como una exigencia de la propia audiencia, cada vez más sectorizada, y por otra parte, como una necesidad de los propios medios por alcanzar una mayor calidad informativa y una mayor profundización investigadora (...) Para ello, el periodista debe ´traducir´ a un lenguaje periodístico y divulgativo los mensajes contenidos especializados salvando las dificultades semánticas que puedan existir en la transmisión del lenguaje” (Esteve;1995:25) En síntesis, el presente estudio además de conocer el modo en que se difunde la política exterior a través de los medios de comunicación masiva, también se interroga sobre los rasgos más relevantes de la política exterior argentina y sobre la recurrencia por parte de los medios a conceptos de teorías de las relaciones internacionales para argumentar sobre la política exterior argentina. Por último, se aclara que se consideran los siguientes supuestos de trabajo: La temática sobre política exterior requiere una especificidad tal en su tratamiento periodístico que hace necesario la aplicación de conceptos provenientes de las teorías de relaciones internacionales, lo que genera un área de especialización periodística como ocurre con las zonas blandas del periodismo. Por ejemplo: la salud, la arquitectura, el arte. El tratamiento diferenciado de la temática de política exterior se da a través de la política editorial que realiza el medio. Es decir que características tales como la frecuencia de publicación, la variedad de fuentes, el tratamiento genérico y visual, etc reflejan el aspecto editorializante del tratamiento periodístico del acontecimiento. La actividad periodística podría colaborar con el proceso de democratización pues estaría en condiciones de brindar información a la ciudadanía para que ésta tome sus decisiones políticas. De este modo, la información periodística es considerada un bien social. En tal sentido, la empresa periodística intenta superar el tratamiento casuístico. a) estableciendo relaciones con los aspectos de la política interna y/o con asuntos de la agenda temática de la política mundial b) jerarquizando el acontecimiento a través de su editorialización o la explicitación del posicionamiento político del medio. c) incentivando la especialización de los profesionales de los medios. Si por política exterior se entiende un equilibrio entre las cuestiones internas y externas que afectan la evolución de las relaciones exteriores del país y una desjerarquización, al menos una paridad, entre los aspectos geopolíticos, las cuestiones políticas y las económicas, entonces, el tratamiento periodístico de los hechos de política exterior establece vínculos con los contextos internos y externos y con las agendas temáticas de la política nacional y de la política mundial. En el mismo sentido, el tratamiento periodístico de la relación bilateral de Argentina con Estados Unidos establece prioridades en la política editorial en torno a la agenda política de cada uno de esos países. La política exterior durante el menemismo Para Roberto Russell la política menemista se estructura en torno a cuatro ejes: el abandono de las posiciones de confrontación política con los países desarrollados, el bajo perfil político en las cuestiones que ocasionan conflictos con los países centrales lo cual no implica resignar el espacio de la pelea, el reconocimiento de la debilidad relativa de Argentina impide el protagonismo internacional, la concentración de la acción externa en pocas áreas, de entre las cuales se destaca EEUU y por último, el apoyo al funcionamiento efectivo del sistema de seguridad internacional a través de la Onu. El primer eje aparece en directa alusión al comportamiento radical, ya que desde el menemismo sigue una política exterior realista y pragmática. En segundo lugar, la idea que la política de no confrontación, no significa resignación. Según opina Carlos Escudé, sostener este tipo de actitud posibilita una mejor defensa de los intereses económicos, pues despeja el espacio de confrontación. Es decir, que la idea es la selección del conflicto, analizar detenidamente en qué y cómo es probable obtener resultados favorables. Este razonamiento se justifica en función de la escasa importancia relativa del país en la escena mundial. Justamente por eso, tampoco puede realizar vínculos de manera indiscriminada. Debe establecer un conjunto de relaciones preferenciales. En ese sentido, aparecen los rasgos más pragmáticos de la política, al decidir otorgar preferencia a la relación bilateral con EEUU, como lo define el tercer eje estructurante planteado por Russell. Dicha prioridad marca un cambio esencial para con los demás países del continente. Por último, Russell menciona el apoyo a la ONU como materialización de la adhesión menemista al sistema de seguridad internacional. Sostiene que el gobierno propone avanzar hacia una seguridad cooperativa “cuyo rasgo principal es el énfasis en la prevención de conflictos a través de medidas que inhiben la capacidad y el potencial de agresión de cada Estado” (RUSSELL 1994.18) En declaraciones del Presidente, la preferencia por la baja política se refleja como criterio de selección de los ministros, pues al asumir Domingo Cavallo a cargo de la cartera de economía da cuenta del carácter determinante de la lógica de mercado, desplazando a un segundo plano lo estrictamente diplomático y geopolítico. En palabras de Menem: “Sólo el crecimiento económico y el mayor bienestar de la población nos va a dar más presencia en el mundo. Se trata de crear un clima de libre comercio para el movimiento de capitales (...) pretendo que la política exterior se constituya en un apoyo fundamental para la solución de los problemas económicos y sociales de nuestro país” (MENEM; 1990 citado por BOLOGNA 1991: 56) Tulchin considera que la lectura que realiza el Gobierno argentino es errónea en algunos puntos. En primer lugar, al creer que la relación con EEUU puede ser igualitaria y recíproca. Esto subraya los límites de la supuesta transformación política, llevándola de nuevo al plano de lo tradicional. También le parece preocupante la falta de precisión en la relación con sus vecinos. Argentina no acepta ser segundo en el MERCOSUR. Las expresiones de Guido Di Tella justifican las criticas que realiza Tulchin: “Nosotros queremos pertenecer al Club de Occidente. Yo quiero tener una relación cordial con los Estados Unidos y no queremos un amor platónico. Nosotros queremos un amor carnal con EEUU, nos interesa porque podemos sacar un beneficio.” (LEJTMAN, Ramón; 1990 citado por BOLOGNA 1991; 58) Esto refleja cierta falta de ubicuidad de la clase dirigente argentina que olvida el lugar real de Argentina en el mundo, hasta pareciera que faltan definiciones en sentido positivo, pero lo que debe estar claro es que Argentina no es un país central ni estratégico para los centros de poder mundial. El nivel del desarrollo científico –tecnológico, la fragilidad financiera, la ausencia de un Estado de Derecho consolidado, la brecha social extendida entre sus habitantes, la inequidad distributiva, la escasa o nula importancia estratégica mundial deberían ser signos suficientes para reconocer el lugar y las posibilidades de la política argentina en relación al mundo. En oposición a estas realidades, Erman González, Ministro de Defensa a través de sus declaraciones (“somos el aliado del país del norte en el Cono Sur”[2] ) refleja la importancia otorgada a EEUU y también la idea de reciprocidad que critica Tulchin. Mientras el Presidente se niega a hablar de Tercer Mundo, argumentando que hay uno sólo y que la Argentina se encuentra en él, Di Tella informa que es probable que Argentina se retire del Movimiento de los No Alineados, pues en el mundo actual ya no se entiende esa expresión, pues los principales contendientes se han puesto de acuerdo. Entonces, no tomar partido por ninguno de ambos lados, es un sinsentido. En el año ´91 la firma del acuerdo sobre el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) [3] junto con Paraguay, Uruguay y Brasil marca la relevancia otorgada por el gobierno al proceso de integración. Los países miembros - en especial Brasil- remarcan el conflicto entre este proyecto y el del Ãrea de Libre Comercio de las Américas, Alca. Diversos políticos, periodistas y teóricos opinan que la constitución del Alca prácticamente implica la desaparición del Mercado Común del Sur, (Mercosur), ya que conduce a la eliminación de fronteras aduaneras entre todos lo países de las Américas y así, con la tarifa externa común, definitoria del acuerdo sudamericano. Helio Jaguaribe sostiene que el Alca no es únicamente un intento para atraer a los países latinoamericanos a formar parte de un acuerdo donde son los socios perdedores. EEUU basa su propuesta en la teoría neoliberal donde la apertura de los mercados es el escenario óptimo que permite la maximización de las ventajas. Este mismo autor argumenta que: “No es pertinente la tesis de que el Alca traería consigo grandes inversiones americanas hacia los demás países miembros. Antes lo contrario, la supresión de barreras aduaneras eliminaría los estímulos para las inversiones americanas. Paravender sus productos no necesitarían hacer grandes inversiones en ellos –reduciendo así la oferta de empleos en los Estados Unidos- sino simplemente pasarían a vender sus productos sin ningún costo aduanero. Lo que atrae a las inversiones es la existencia de un gran mercado protegido con tarifas aduaneras, donde la inversión tenga un tratamiento favorable o no discriminatorio.” (JAGUARIBE 1998:25) Simultáneamente a la firma del MERCOSUR, el Presidente plantea el proyecto de integración americana conformando un área de libre comercio desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Esta idea coincide con el anuncio de la Iniciativa para las Américas realizado por George Bush. Agenda temática con Estados Unidos Anabella Busso (1997) señala que EEUU a partir de la asunción de Clinton privilegia las cuestiones domésticas sobre las internacionales, motivo por el cual la política de ese país se concentra en la reducción de sus deficits fiscal y comercial, para lo cual debe reducir su ayuda económica externa. Otro rasgo destacable es la falta de un proyecto geopolítico definido. También destaca la revisión del nacional norteamericano. “Las principales líneas de debate se dan en torno a las propuestas de abandono del modelo del Estado de Bienestar iniciado por Roosevelt y su reemplazo por las propuestas neoconservadoras y aquellas que sostienen la necesidad de ajustar el Estado de Bienestar sin abandonarlo.” (BUSSO 1997:13) La investigadora agrega como cuarto elemento: “la reaparición de una voluntad política unilateralista, puesta de manifiesto con la Ley Helms –Burton, que afecta los avances sobre la aparición de una comunidad de valores a nivel hemisférico y reinstala la discusión sobre los medios adecuados para defender la democracia” (BUSSO 1997:13) Estos rasgos marcan una política más atenta a sus propias necesidades y en cierto sentido una distancia del rol decisorio asignado tradicionalmente a EEUU sobre los aspectos mundiales. Enmarcada en este contexto, la gestión menemista ahonda los lazos con EEUU a partir de una serie de coincidencias. Es así, que se instala en la discusión, el tema de la integración regional.[4] Incluso, algunos problemas que exceden lo estratégico- militar, tal como son los tópicos de la agenda mundial de los ´90: corrupción, narcotráfico, terrorismo, medio ambiente. Dentro de los principios compartidos, la democracia y los derechos humanos son considerados desde su valor intrínseco y no sólo como estrategias instrumentales en pos de la seguridad nacional y continental. Busso recalca el conjunto de valores compartidos entre ambos países. “La defensa de la paz y seguridad internacionales que involucra acuerdos sobre la seguridad global y el recurso a las Operaciones para el Mantenimiento de la Paz (OMP), la seguridad regional y las cuestiones de seguridad propias de la relación bilateral; la no proliferación de armas de destrucción masiva y sus vehículos lanzadores (...); la apertura de Argentina a las inversiones extranjeras y el comercio y la reforma de la economía doméstica” (BUSSO 1997:20) A través del marco de consenso se canaliza la discusión hacia nuevas áreas de cooperación que Busso destaca a través de estas expresiones: “Malvinas, el uso pacífico de la energía nuclear, los desarrollos espaciales, los Cascos Blancos, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, los vínculos entre las Fuerzas Armadas y la defensa del medio ambiente”(BUSSO 1997:22) A pesar de la búsqueda de consenso, continúan conflictos sin resolverse. Ejemplos de esto son: el esclarecimiento del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), las importaciones agrícolas, la ley de propiedad intelectual. En materia económica, las inversiones extranjeras son especialmente significativas, aunque el proyecto de privatización del correo marca un punto de conflicto, pues según la mirada estadounidense favorece la creación de monopolios de empresas locales; la informatización del Banco Nación Argentina empaña la relación bilateral por corrupción.[5] La relación comercial entre ambos países se incrementa en los ´90 aunque continúa siendo deficitaria para Argentina, debido a la diferencia desfavorable entre las exportaciones y la importaciones en términos de tamaño y de competitividad entre las economías. Esto denota que la economía argentina -aún con todas sus debilidades- es más abierta que la estadounidense. Se percibe una actitud de protección de EEUU para con su economía a través de la falta de predisposición para efectivizar los acuerdos comerciales del Acuerdo de Tarifas y Comercio (Gatt) Junto con esto, se manifiesta una presión sobre Argentina para que modifique la ley de propiedad intelectual relacionando permanentemente esto con los acuerdos del Gatt. Los puntos de consenso giran en torno a las medidas implementadas sobre la reforma económica: la desregulación, el Plan de Convertibilidad. Tan es así que frente a la crisis mexicana de 1995, no preocupa tanto a EEUU la evolución económica de la región y de Argentina en particular, sino que llama particularmente la atención la actitud política frente a la crisis. “Argentina está decidida a mantener el estrecho vínculo de su peso con el dólar norteamericano... El programa anunciado la semana pasada sorprendería a un legislador norteamericano, ya que aumenta los impuestos y reduce los gastos públicos para crear superavit. Entre otras cosas, rebaja las jubilaciones”(BUSSO 1997:46 citando al diario ´La Nación´ del 22 de marzo de 1995) Con respecto a la política nuclear –tema conflictivo durante varias gestiones presidenciales argentinas-es claro el compromiso de uso pacífico que se plasma por ejemplo, en la ratificación del Acuerdo de Tlatelolco el 18 de enero de 1994. Igualmente significativo fue el desmantelamiento del misil Cóndor. Otro tema que Busso valora es el apoyo que recibe la iniciativa de Cascos Blancos presentada por Carlos Menem. Con la misma intención de conseguir mayor presencia en la escena internacional, el gobierno argentino solicita la posibilidad de que Argentina sea un aliado extra Otan.[6] El beneficio para el país estriba en la posibilidad de adquirir armamentos y participar en intercambios de apoyo logístico.[7] En octubre de 1997 (días antes del arribo de Clinton a Argentina en su visita oficial) el Capitolio aprueba el status de aliado extra OTAN para Argentina con el argumento del respaldo argentino en la Guerra del Golfo y la invasión a Haití. Todo lo indicado, corrobora el vuelco que tiene la relación argentina con EEUU durante la gestión menemista, definido por una clara política de alineamiento, lo cual no significa que no continúen los conflictos, tal como se expone tanto en la relación bilateral como en críticas locales. Busso señala con agudeza que muchos de los logros conseguidos, se desdibujan por falta de una equilibrada explicación sobre las necesidades del cambio. En parte, se lo atribuye a una suerte de resistencia cultural que refuerza “ el rechazo de la opinión pública y la prensa local frente a las nuevas modalidades de relación con Estados Unidos” (BUSSO 1997:90) De esto se desprende el interrogante sobre la relación entre el periodismo y el gobierno en torno a la difusión de sus políticas, ya que lo que para Busso son “errores de estilo” (1997:50) desde los medios de difusión se presentan como errores o aciertos políticos. Comentarios sobre lo publicado por Página/12 Y La Nación Luego de la interpretación de los datos en base al análisis de contenido es posible concluir que Página/12´ prioriza en su tratamiento aspectos conflictivos del comercio exterior de Argentina, lo cual es considerado por ese medio como el tema central en la relación bilateral con Estados Unidos. También, se confirma el carácter crítico del medio a través de recursos como el humor o el fotomontaje. La crítica no es realizada directamente por el medio, sino a través de los protagonistas de la información que en este caso coinciden con aquellos actores políticos que participaron de los encuentros con el Presidente Clinton. Son marcadas las referencias a la política interna, principalmente, críticas al sistema judicial y a la corrupción. Por su parte, ´La Nación´ no realiza críticas a la política interna en el mismo sentido que ´Página/12.´ Por ejemplo, sobre el tema de la corrupción expresa como hecho noticioso su ausencia en la agenda temática entre los mandatarios, pero no expone fallas en el sistema judicial, cito por caso la falta de resolución de juicios sobre la desaparición de personas durante la dictadura. Con respecto al empleo de géneros y estilo, ´La Nación´ recurre a artículos de fondo y editorial, frente a empleo de portadas editorializantes por parte de ´Página/12´. A medida que se analiza más detenidamente el tratamiento periodístico se encuentran coincidencias entre ambos diarios. Una de ellas se relaciona con la autoría de las noticias. Más allá de los porcentajes, se puede afirmar que ambos medios se mueven entre dos polos: el anonimato y la referencia explícita sobre el autor. En ´Página/12´, en ningún tema, el número de noticias sin firma de autor supera a la mitad de las dedicadas a cada temática, lo que refuerza la idea de ruptura con el concepto tradicional de objetividad en pos de la responsabilidad. Mientras que en ´La Nación´ hay más noticias sin firma y también con referencia de categoría laboral, pero el porcentaje de noticias sin identificar es muy similar, lo que permite sostener que los medios se ubican en una polaridad con respecto a la presencia/ ausencia del periodista, dependiendo esto de la política editorial con respecto a la objetividad y el tratamiento periodístico que de ella deriva. A la vez, esto es reflejo de la permanente tensión entre la condición mercantil y la esencia de bien social que reúne la información. En este punto vale recordar a Bourdieu quien expresa: “...el pintor del quattrocento tuvo que luchar contra los apoderados para que su obra dejara de ser tratada como un simple producto y evaluado en función de la superficie pintada y de los colores empleados; debió pelear para obtener el derecho de firmar, es decir el derecho de ser tratado como un autor...” (BOURDIEU, 2002:96) En la medida que el periodismo se consolide desde valores alternativos a la objetividad crece la posibilidad de establecerse en base a modalidades estilísticas que requieran singularidad autoral, en desmedro de fórmulas de redacción preestablecidas. Es lógico entender que este proceso va en contra de los móviles comerciales, pues requiere más tiempo de elaboración y porque otorga relevancia a cada autor. Así, corre el riesgo que la marca del diario quede relegada a un segundo plano, junto con su política editorial. Esta, si bien es necesaria como un conjunto de premisas técnicas y estéticas que orienten el tratamiento periodístico de la información, desde la propia selección de los hechos, también e indudablemente encierra puntos de vista ideológicos con los cuales el periodista redactor debe coincidir para asegurar su pertenencia al medio. Entonces, la presencia del redactor a través de la firma posibilitaría la ruptura del discurso único de la empresa periodística, lo que se ve en otros productos culturales como las revistas donde el staff es – muchas veces- casi tan relevante como el nombre del medio. Por otro lado, la lógica comercial lleva a que la información sea desglosada y tratada por múltiples redactores, lo cual impide la continuidad del tratamiento. Además, es en contadas ocasiones que se permite a un periodista seguir las diferentes facetas de un hecho, tal como ocurre en ´Página/12´ y en ´La Nación´ . A modo de síntesis, se afirma que la división del trabajo periodístico es un obstáculo para la especialización de los profesionales. Otro aspecto esencial es el manejo de la fuentes que realizan cada uno de los diarios, lo cual sirve para caracterizar la difusión de la política exterior argentina. Tanto ´Página/12´ como ´La Nación´ recurren de manera preponderante a fuentes oficiales, lo cual es lógico ya que los protagonistas del caso analizado y de la política exterior en general, se ubican en una esfera bastante restringida. Además, esto reproduce el carácter elitista que para algunos teóricos guarda la política exterior. No obstante, este proceder va en desmedro de la investigación del hecho a través de fuentes no oficiales que puedan dar cuenta de otra versión de los sucesos. A pesar del cuantioso número de fuentes oficiales, ´La Nación´ –a diferencia de ´Página/12´- consulta una diversidad mayor de fuentes. Además, se aprecia un trabajo más marcado en materia documental. Lo mismo ocurre respecto a la aparición de especialistas políticos en calidad de redactores, no sólo como fuentes noticiosas. Con respecto a los elementos ilustrativos, se observa un tratamiento similar entre los dos medios analizados. La mayor parte de las ilustraciones son generadas por los propios diarios. Esto muestra la relevancia otorgada a los elementos visuales. Ambos periódicos se dedican a obtener imágenes propias, lo que expresa claramente la preocupación del medio por mostrar actualidad demostrar simultaneidad entre el hecho y su publicación. Aunque como contrapartida, esto significa escasa actividad de búsqueda documental. También, se percibe que cada uno de los periódicos tiene un modo particular de trabajar las imágenes. Sin embargo, coinciden en el protagonismo que otorgan a la fotografía. El análisis sobre la ubicación de la información arroja diferencias entre ambos medios. ´La Nación´ ordena los acontecimientos según el criterio de secciones; mientras que ´Página/12´ se maneja con tres criterios que se yuxtaponen. Por un lado, en ´Página/12´ se observa un criterio tradicional al igual que ´La Nación´. A este se suman secciones creadas para la ocasión que sólo se emplean los días que el tema permanece en la agenda mediática. Este criterio responde a la estructura de relato, lo cual colabora en la representación de lo real como una crónica y es el tiempo en el que suceden los hechos lo que permite su ordenamiento y comprensión por parte de los lectores. Asimismo, se agrega un criterio temático con referencias a la política interna (por ejemplo: El País, Elecciones ´97) Este da a entender que ´Página/12´ explícitamente relaciona la política exterior con los sucesos de la política interna. Vale por caso la conexión que se establece a nivel de secciones y de distribución de la información entre el viaje de Clinton y las elecciones legislativas. Esto no significa que ´La Nación´ no relacione ambos temas, pero lo hace a nivel temático no en lo referente a la distribución en el espacio de la información. Allí, los hechos son de política nacional o internacional. Con respecto al borramiento de la separación entre lo interior y lo exterior, es interesante recordar ideas planteadas por Michel Hardt y Antonio Negri en ´Imperio´: “...la configuración espacial misma de lo interior y lo exterior nos parece, sin embargo, una característica general y fundamental del pensamiento moderno (...) Esta transformación es particularmente evidente cuando se la considera desde el punto de vista de la noción de soberanía. La soberanía moderna fue concebida generalmente como un territorio (real o imaginario) y la relación de ese territorio con el exterior.” (HARDT Y NEGRI, 2002: 170) El razonamiento en términos de lo interior / lo exterior es propio de la Modernidad, tiempo de consolidación del Espacio como figura organizadora de la vida política. También coincide en Argentina, con el momento en que surgen los diarios más tradicionales, por ejemplo, ´La Nación´. Es más, el motivo de su origen es contribuir con la conformación del Estado argentino. Es comprensible, entonces que ´La Nación´ intente mostrar los hechos bajo la forma de noticia desde el criterio binario de exterior- interior. Como contrapartida, ´Página/12´ no respeta esa forma dicotómica y elabora la información según otros parámetros. Estas diferencias -aparentemente pequeñas e irrelevantes- demuestran los distintos posicionamientos de los diarios con respecto a la posibilidad de mantener o desechar la idea de exterior/ interior a la que aludía Renato Ortiz. Este detalle periodístico define la manera de entender el territorio y desde allí a su vez, definir lo real. Una de las coincidencias más significativas entre los dos medios es el tratamiento genérico. La preponderancia de la información, sobre la interpretación y la opinión permite concluir sobre el marcado carácter narrativo que toma el hecho noticioso. Retomando a Bourdieu: “... la crónica de sucesos (...) el aspecto más anecdótico y ritualizado de la vida política (...) Los sucesos, ya lo he dicho, tienen el efecto de crear un vacío político, de despolitizar o de reducir la vida del mundo a la anécdota o al cotilleo.” (BOURDIEU, 1998: 74) Una de las formas que toma esta narración es el presente. Nada importa el pasado para la actividad periodística. Carece de interés publicar sobre el pasado. Eso es materia de la Historia. Poco puede decir el periodismo sobre el futuro. Así, ubicado en un permanente presente, preocupado sólo por la instantaneidad queda condenado a ser un producto fugaz donde la reflexión, el análisis cada vez tienen menos cabida. Esto hace entender las dificultades que trae aparejado cualquier intento de especialización. El profesional especializado posee no sólo la información puntual sino las capacidades, conocimientos y habilidades para llevar el suceso más allá de lo inmediato, generando una dimensión cualitativamente diferente para el desempeño profesional y el crecimiento del mensaje periodístico. Al inicio de este trabajo se conjetura que si la empresa periodística intenta superar el tratamiento casuístico es a través de la explicitación del posicionamiento político. Al comparar esto en los dos diarios, se observa que en ambos casos, el tratamiento casuístico y narrativo aparece por igual. También se supuso que la casuística se superaba a través de la especialización de los profesionales. En tal sentido, el escaso espacio otorgado a los periodistas para aparecer como autores y por otro la inexistencia de continuidad de un redactor en lo publicado por el medio hace descartar esa idea. Además, se supuso que dicha especialización se incentivaba con la aplicación de conceptos de teorías de las Relaciones Internacionales. Ya se ha podido observar en el análisis, que ni las publicaciones ni los periodistas redactores recurren a explicaciones conceptuales. En la mayoría de las noticias se limitan al relato, a la narrativización de un hecho que si bien recibe elementos contextuales, no ahonda en explicaciones. En pocos casos se recurre a un conjunto de conceptos; todos ellos son artículos de opinión redactados por académicos, políticos y muy pocos periodistas. Esto remarca el hiato entre el mundo de las ciencias y el mundo de los medios de difusión. Si bien ambos intentan decir sobre lo real y aportar a un mayor conocimiento, eso no sucede o se ve expuesto a múltiples dificultades. Tal vez, porque desde ambas perspectivas se requiere del lenguaje y como sostiene Bourdieu “hasta las palabras están preparadas de modo que no se pueda hablar del mundo tal como es” (BOURDIEU, 2002: 75) De este modo se muestra el poder simbólico que gira en torno a los medios de difusión: la realidad que se construye, hace ver y hace creer desde las palabras. Pero que no siempre son conceptos productos de desarrollos teóricos. Así como existe una distancia entre lo real y la difusión de esa realidad desde los medios, producto de la construcción periodística; también se observa una distancia entre la realidad política y el concepto de política exterior, lo que plantea la necesidad de una revisión. Del análisis sobre las publicaciones periodísticas se desprende que la política exterior no está alejada de la política interna. ´Página/12´ muestra casos de confluencia entre lo interno y lo externo. Por ejemplo: la relación entre los sucesos de AMIA y la preocupación mundial frente al terrorismo; o la posibilidad de incrementar el comercio y su relación con la discusión en el Congreso de EEUU sobre el fast track. No obstante, la interrelación entre lo interno y lo externo no está completamente consensuada en el plano teórico. Reaparecen aspectos más clásicos de la política exterior dentro del corpus analizado, pues entre los temas centrales del encuentro entre los Presidentes se cita la economía o el reclamo argentino sobre Malvinas. Esto ubica la política exterior en estrecha unión con la idea de soberanía en torno al territorio. Por otra parte, los diarios dan relevancia a los encuentros de Clinton con las diferentes organizaciones, grupos de la sociedad civil y política. De este modo, la política exterior concentra su atención en las relaciones con los actores no gubernamentales que si bien no deciden, participan en la relación bilateral entre los dos países considerados. Es indudable que aparecen políticos y legisladores como fuentes en ambos diarios, lo cual en primer lugar confirma la preponderancia del Estado en la política exterior. Pero la presencia de los legisladores es menor. Hecho que confirma la idea de Lasagna sobre el rol secundario del Congreso en política exterior. En definitiva, a través del tratamiento de la información se construye una realidad discursiva sobre la política exterior. Es fundamental el peso de los funcionarios en su rol de fuentes de la información. De esta manera, intervienen en la realidad no tanto por las acciones realizadas sino por sus declaraciones. Es ese el modo a través del cual ganan presencia en las páginas de los periódicos. No se muestran confrontaciones de Argentina hacia Estados Unidos, ya que los políticos y los analistas coinciden que el país debe tener el perfil más bajo posible. Esto se logra en ambos diarios, más allá de los comentarios de ´Página/12´ donde compara la actitud argentina con la de Brasil al recibir a Clinton. ´La Nación´ a través de su contextualización histórica da cuenta de cierta imprudencia en la relación bilateral. ´Página/12´, por el contrario expone la trayectoria intervencionista de EEUU. También, se destaca en ´Página/12´ el humor, la ironía y el tratamiento visual; en ´La Nación´ se escribe sobre lo decible y lo no decible, se marcan los temas necesarios en el debate, pero ausentes. Ambos medios priorizan la temática económica y comercial y coinciden en la caracterización de Argentina como país empobrecido y poco estratégico. Desde ese lugar, se exponen algunas disidencias a nivel regional y se hace hincapié en la falta de confrontación entre los dos países, lo cual refleja la apertura al diálogo para continuar las negociaciones sobre los temas más conflictivos a la vez que refuerza la idea de Argentina como un país que ha comprendido su escasa relevancia en la política mundial. Bibliografía consultada BOLOGNA, Alfredo B. En el mundo: las presidencias de Alfonsín y Menem. Serie informes sobre proyectos de investigación Nro. 2 CERIR. Rosario, diciembre 1991. BOURDIEU, PierreCosas Dichas. Gedisa. Barcelona, 1988. BOURDIEU, PierrePensamiento y acción. Libros del Zorzal. Buenos Aires. 2002 BOURDIEU, PierreSobre la televisión. Ed. Anagrama. Barcelona. 1998 BUSSO, Anabella. A 8 años del alineamiento: un análisis de la política exterior argentina hacia los Estados Unidos. Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario. Rosario, dic. 1997. ESTEVE, Francisco“La información especializada y el nuevo orden internacional de la comunicación” en revista Dia- Logos Nº 42. Lima, Perú. Editorial FELAFACS. Junio de 1995. HARDT, M y NEGRI, T. Imperio. Paidós. Buenos Aires. 2003. JAGUARIBE, Helio“El Mercosur y las alternativaspara el orden mundial”. En Revista de Ciencias Sociales Nº 9. Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires. Diciembre 1998. RAMIREZ DE LA PISCINA, Txema “Realidad y utopía de la especialización en el periodismo”.En revista ZER Nro. 6. Facultad de Cs. Sociales y de la Comunicación. Universidad del País Vasco. Bilbao, mayo de 1999. RUSSELL, Roberto “Los ejes estructurantes de la política exterior argentina” en América Latina/Internacional. Otoño-invierno de 1994 Vol 1 Nro 2. FLACSO. Miño y Dávila Editores.Buenos Aires. SIERRA, Gustavo“Radiografía de un imperio: Planeta USA”. En revista Tres Puntos Año 1, Nº 15. Buenos Aires, 16 de octubre de 1997 TULCHIN, Joseph. La Argentina y los Estados Unidos. Historia de una desconfianza. Ed. Planeta. Buenos Aires. 1990. Notas [1] Según datos recopilados por Anabella Busso, hasta ese momento, ambos presidentes se habían encontrado en seis ocasiones: 29 de junio de 1993: visita oficial de trabajo y reunión en la Casa Blanca. 24 de junio de 1994: visita fuera de agenda durante el desarrollo del Campeonato Mundial de Fútbol. 26 de setiembre de 1994: diálogo informal en el coctél ofrecido por Clinton durante la Asamblea de Organización de las Naciones Unidas (Onu). 25 de octubre de 1995: un encuentro fugaz durante la Asamblea General de la Onu. 19 de julio de 1996: en Chicago, en una entrevista privada antes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. (Busso, 1997: 96) [2] Esto es citado por Alfredo Bruno Bologna en “Dos modelos de inserción de argentina en el mundo: las presidencias de Alfonsín y de Menem” 1991. Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario (CERIR), Rosario en base a declaraciones ministeriales al diario La Nación, Buenos Aires, el día 2 de julio de 1991, p. 4. [3] El acuerdo plantea la posibilidad de incorporación de Bolivia y Chile. Tiempo después de la firma, el MERCOSUR aplica una política de acercamiento (4 más 1) con EEUU, Cominidad Económica Europea y Japón. [4] El 9, 10 y 11 de diciembre se reúnen 34 Jefes de Estado (hecho que no se produce desde 1967). Los ejes son: fortalecimiento de la democracia, integración económica y libre comercio, erradicación de la pobreza y la discriminación y desarrollo sustentable. Además, la aprobación de una estrategia hemisférica contra el lavado de dinero, la promoción de sistemas judiciales independientes y el estado de derecho a través de la Carta de la Organización de Tribunales Supremos de las Américas son ejemplos de este trabajo conjunto. [5] La investigación de lo que se conoce como el caso IBM-Banco Nación marca contradicciones entre el discurso anticorrupción y el proceder por parte de EEUU ya que ante la solicitud de la Justicia Argentina de información bancaria, los EEUU sólo brindan movimientos de cuentas, sin nombrar los titulares. (BUSSO,1997: 53) [6] Al igual que Israel, Egipto, Jordania, Japón, Australia y Nueva Zelanda. [7] Busso afirma que esta categoría para Argentina significa el acceso a municiones con uranio empobrecido, acceso al crédito para el desarrollo de tecnologías antiterroristas, etc. |
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