doi.org/10.4185/RLCS-2020-1450
Artículo

Entre la censura y la propaganda: la cobertura de periódicos españoles y portugueses del viaje oficial de Marcelo Caetano a España en 1970
Between censorship and propaganda: how spanish and portuguese newspapers covered Marcelo Caetano oficial visit to Spain in 1970

Clara Sanz-Hernando1
Ana Cabrera2
Carla Baptista2

1Universidad de Extremadura. Spain.
2Universidad Nova de Lisboa. Portugal.

Resumen
Introducción: El artículo profundiza en la representación mediática que dos periódicos españoles (ABC y Pueblo) y dos portugueses (Diário Popular y Diário de Notícias) significativos hicieron del viaje de Estado de Marcelo Caetano a España en 1970. La cobertura del encuentro entre los líderes de los gobiernos ibéricos, Franco y Caetano, refleja los cambios políticos que definieron la fase final del franquismo en España y del Nuevo Estado en Portugal.
Metodología: Para medir la trascendencia otorgada a este acontecimiento, se emplea una metodología cuantitativa, a través del análisis de contenido, y la lectura crítica y contextual del discurso producido por los cuatro periódicos.
Resultados: Las singularidades de las cabeceras analizadas estuvieron marcadas por la propiedad, el modelo de diario al que representan y por los marcos legales: de autocensura, en el caso de España, y de censura previa en lo concerniente a Portugal.
Conclusiones: La investigación ha
permitido comprobar que la repercusión fue mayor en la prensa lusa y que mientras ABC y Pueblo se limitaron a ofrecer una información oficial, en el caso portugués se aprecian signos de autonomía periodística en Diário Popular, en contraste con la más convencional y laudatoria realizada por Diário de Notícias.

Palabras clave: Caetano, censura, España, Franco, Portugal, prensa.

Abstract
Introduction: The article analysis how two Spanish (ABC y Pueblo) and two Portuguese (Diário Popular y Diário de Notícias) important daily newspapers covered the State visit of Marcelo Caetano to Spain in 1970. The press coverage of the meeting between the two heads of the Iberian governments, Franco and Caetano, reflects the political changes defining the final phases of Francoism in Spain, and of the New State in Portugal.
Methodology: The framing and interpretation of the State visit event combine content analysis and critical and contextual press reading.
Results: The specificity of each daily newspaper was due to several factors, including the propriety regime, the editorial positioning and the legal framework: self-censorship in the case of Spain, and previous censorship in the case of Portugal.
Conclusions: The research shows that the visit had a greater impact on the Portuguese press. The Spanish newspapers ABC and Pueblo remained confined to the official reports. In the Portuguese case, we can see signs of journalistic autonomy arising in Diário Popular, contrasting with the more conventional and laudatory coverage made by Diário de Notícias.

Keywords: Caetano, censorship, Franco, Portugal, press, Spain.

Contenidos
1. Introducción. 1.1. Objetivos de la investigación. 2. La prensa en la fase final de las dictaduras. 2.1. Los diarios españoles. 2.2. Los diarios portugueses. 3. Metodología. 4. Resultados y discusiones. 4.1. Voceros de comunicados de prensa. 4.2. Un ejército propagandístico. 4.3. El control de las fuentes informativas. 4.4. Caetano abre portadas y protagoniza las fotografías. 5. Conclusiones. 6. Referencias bibliográficas. 7. Fuentes.

Traducción del resumen de Carla Baptista (Universidad Nova de Lisboa).

Correspondencia
Clara Sanz-Hernando. Universidad de Extremadura. España. clarasanz@unex.es
Ana Cabrera. Universidad Nova de Lisboa. Portugal. anacabrera@fcsh.unl.pt
Carla Baptista. Universidad Nova de Lisboa. Portugal. carlamariabaptista@gmail.com

Recibido: 22/10/2019.
Aceptado: 21/04/2020.
Publicado: 31/07/2020.

Financiación
Trabajo financiado a través de la Fundacão para a Ciência e a Tecnologia (FCT) en el ámbito del proyecto PTDC/COM-JOR/28144/2017. Para uma história do jornalismo em Portugal.
http://www.fct.pt/apoios/projectos/paginaIR

Fechas
Inicio de la investigación:
1 de octubre de 2018.
Término de la investigación: 30 de septiembre de 2021.

Cómo citar este artículo / Referencia normalizada
Sanz-Hernando, C., Cabrera, A. y Baptista, C. (2020). Entre la censura y la propaganda: la cobertura de periódicos españoles y portugueses del viaje oficial de Marcelo Caetano a España en 1970. Revista Latina de Comunicación Social, (77), 73-94. https://www.doi.org/10.4185/RLCS-2020-1450

1. Introducción

Desde los años sesenta el contexto político de España y Portugal había cambiado con relación al que se vivió tras la Segunda Guerra Mundial. Si entonces España quedó relegada internacionalmente por su apoyo a los países del Eje, Portugal comenzaría a sufrir en esta década la condena de las Naciones Unidas y una cascada de rupturas diplomáticas (Oliveira, 2004) como consecuencia de la guerra colonial que mantenía en África. En las vertiginosas décadas de los sesenta y setenta las dictaduras ibéricas, interpretadas por dos de los “hombres fuertes” fuera del ámbito peninsular (Lee, 2016, p. 2), hubieron de afrontar los “aires de cambio” que propició la ola democratizadora en la Europa de la posguerra.
La cuestión colonial era lo que diferenciaba profundamente la situación española de la portuguesa. Considerado “el nudo gordiano del régimen” (Sánchez, 2007; Rosas, 2004), el futuro de las colonias constituía un problema insuperable, de forma que fue la espina dorsal de la política exterior portuguesa, pues las ofensivas militares en los territorios africanos no lograron dominar a los guerrilleros (Oliveira, 2004, p. 308). A pesar de las diferencias obvias en la escala y alcance de los proyectos coloniales españoles y portugueses, Andreas Stucki (2019, p. 9) considera que sus últimos años imperiales podrían analizarse dentro de “un marco común”, ya que se emplearon en parecidos enredos institucionales, compartieron la retórica, y tanto sus prácticas coloniales como la cronología de la descolonización tardía es comparable.
El aislamiento de Portugal en los setenta explica la importancia del viaje diplomático a España que giró el presidente del Consejo de Ministros, Marcelo Caetano, para firmar el III Protocolo Adicional al Tratado de Amistad y No Agresión de 1939. Portugal pretendió suscribir un protocolo secreto en materia de colaboración anti subversiva, al que España no accedió (Tíscar, 2013). Fue precisamente el Pacto Ibérico el instrumento utilizado por el franquismo para apoyar la política africana del Estado Novo. La colaboración española se plasmó en la contención de las condenas a Portugal en la ONU; la representación de los intereses portugueses en aquellos países africanos que habían roto relaciones diplomáticas con el país vecino, y el envío de armamento al ejército portugués en África (Tíscar, 2007, pp. 212-213).
Sánchez (2002) destaca los cambios en las relaciones entre Portugal y España: se pasó de la actitud amistosa, pero desconfiada con Salazar, a una de mayor colaboración y confianza con Caetano, con quien se establecieron acuerdos culturales, económicos y científicos fomentados por su admiración a los tecnócratas desarrollistas, entre ellos López Rodó. Desde 1968 el programa llamado “Primavera Marcelista” parecía la versión portuguesa del desarrollismo y aperturismo que marcó la agenda española de finales del franquismo (Sardica, 2017, p. 127). El encuentro luso-español -otro anterior que reunió a los principales mandatarios se produjo en el viaje oficial de Franco al Portugal de Salazar en 1949 (Sanz-Hernando y Cabrera, 2018)- pretendió reforzar la cooperación económica y cultural entre los dos países, por lo que se firmaron varios convenios. Portugal, además, se apresuró a seguir a España en la firma de acuerdos con la Comunidad Económica Europea -España firmó en 1970 y Portugal en 1972 (Pinto, 2011)-.
Este es el escenario en el que se enmarca nuestro objeto de estudio: la cobertura mediática que dos diarios portugueses ­-Diário de Notícias (DN) y Diário Popular (DP)- y dos españoles -ABC y Pueblo (P)- realizaron de este encuentro bilateral celebrado entre el 20 y 23 de mayo de 1970.

1.1. Objetivos de la investigación

Este trabajo se marca el objetivo de profundizar, desde el análisis periodístico, en la relación entre la prensa y el poder político, en el contexto de las dos dictaduras ibéricas que tocaban su fin. Con la muerte de Francisco Franco en 1975 se inicia la transición a la democracia. En Portugal, el golpe militar revolucionario del 25 de abril de 1974 marca el término de la dictadura y el exilio de Marcelo Caetano. Interesa, además, abordar este objetivo desde una dimensión comparativa. Lo haremos desde una doble perspectiva: entre países, identificando las formas e intensidades del control de la prensa por parte del aparato político; y entre periódicos, explorando las diferencias en las culturas periodísticas.
Indagaremos en la representación que de este acontecimiento hicieron los rotativos para dar respuesta a cuál fue su repercusión en cuanto al número y persistencia de informaciones publicadas; los géneros periodísticos empleados; la autoría y las fuentes de información sobresalientes; los recursos de diseño por los que optaron para subrayar estas informaciones; las temáticas en las que incidieron -también las que silenciaron-, y quiénes fueron sus protagonistas.
Esta investigación parte de una hipótesis de origen historiográfico, fruto precisamente de la selección bibliográfica realizada. Tal y como afirma Mucchielli (1996, p. 248), estas hipótesis retoman las conclusiones de estudios análogos y, empleando otras fuentes o colocándose en un terreno diferente, las verifican, matizan o confirman. Teniendo en cuenta que, según la bibliografía existente, la prensa de ambos países seguía sometida a vigilancia en la época que nos ocupa, partimos de que en el tratamiento de esta visita de Estado prevalecerán la censura y la propaganda oficial. No obstante, y a tenor de la apertura informativa que se advierte en los setenta por la necesidad de ambas dictaduras de mejorar su imagen en el exterior, será posible advertir diferencias en el tratamiento realizado por cada uno de los periódicos.

2. La prensa en la fase final de las dictaduras

La prensa española y portuguesa experimentarán un desarrollo parejo en la década de los sesenta, cuando se produce la liberalización informativa que dará lugar a una prensa más diversificada. En España, la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 (LPI) tomó el relevo a la totalitaria Ley de Prensa de 1938 (Barrera, 1995a; Chuliá, 2001) -redactada por José Antonio Giménez Arnau siendo ministro Ramón Serrano Suñer­-, que establecía la censura previa, las consignas y la uniformidad de las fuentes informativas. Como consecuencia de este control, todos los diarios contaban lo mismo y de igual manera (Pizarroso, 1994). Esta homogeneidad no fue tan acusada en Portugal, donde sí era posible apreciar diferencias en el tratamiento informativo, pese a que Salazar reforzó la censura previa en 1933, a través del Decreto Ley 22.469 de 11 de abril.
La LPI, conocida como Ley Fraga, proclamó la libertad de expresión, la eliminación de la censura previa y la libertad de empresa. Expertos como Dueñas (1969), Fernández Areal (1973) o Riquer (2010) consideran que su entrada en vigor obedeció a la necesidad del régimen de legitimarse en el exterior y adaptarse a los intensos cambios económicos y sociales que vivía el país. Los derechos que reconocía quedaban limitados después por otros artículos que incorporaba la propia norma, que atribuía al Gobierno importantes competencias para aplicar sanciones. De la censura se pasó a la autocensura, y los periodistas tuvieron que escribir entre líneas para sortear el aparato sancionador. No obstante, es cierto que la “primavera de Fraga” (Cisquella, Erviti y Sorolla, 2002, p. 27), como se denominó a esta apertura, abrió el camino hacia la liberalización (Chuliá, 2001; Martín de la Guardia, 2008; Seoane y Saiz, 2007; Terrón, 1981) y los diarios, pero sobre todo las revistas, aprovecharon esa “libertad a medias” (Barrera, 1995b, p. 450) para forzar los límites establecidos.
Cuando Marcelo Caetano llega al poder tras la renuncia de Salazar por motivos de salud y se proclama vencedor de las elecciones legislativas de 1969, que transcurrieron en el habitual ambiente de censura, sin libertad y sin competencia, se mostró partidario de elaborar una nueva Ley de Prensa. El debate sobre el marco legal se produjo entre 1970 y su aprobación, el 5 de noviembre de 1971. La clase periodística alimentó la expectativa de que se pondría fin al régimen de censura, pero los cambios fueron tímidos (Cabrera, 2006). El presidente del Consejo esgrimió el argumento de la guerra colonial, iniciada en 1961 y que se extendió a tres frentes de combate (Angola, Mozambique y Guinea-Bissau), para mantener el “examen previo” de la prensa y el control de la actividad editorial y cultural. Consciente de la importancia de los medios de comunicación, colaboró con artículos de opinión en varios periódicos, lideró en 1957 la fundación de la Radio Televisión Portuguesa (RTP) y fue pionero en comunicar a través de este medio. Si, por un lado, defendía que a un político le convenía mantener informado al público sobre los asuntos generales, por otro, respaldaba la censura y los límites a la libertad de expresión (Martinho, 2019).
El gobernante portugués fue un experto en la gestión de su imagen utilizando los medios para lograr visibilidad y popularidad. Al contrario que Salazar, probablemente el último político occidental en preferir “una sociedad sin medios de comunicación, a una sociedad sumergida en los medios de comunicación” (Garcia, Alves e Yves, 2017, p. 5), Caetano desarrolló una política de información en la que reconoció la importancia de los medios en la configuración de la opinión pública. Encaraba la actividad política como un deber cívico, casi religioso, “destinado a valorar lo que la humanidad tiene de bueno y reprimir sus manifestaciones de maldad” (SEIT, 1970, p. 60). El régimen marcelista estuvo marcado por la opción conservadora de “continuidad sin revolución”, manteniendo el aspecto de una dictadura de tipo autoritario (Lee, 2016).

2.1. Los diarios españoles

Coincidiendo con el cambio de modelo económico que experimentó España como consecuencia del Plan de Estabilización de 1959, la década de los sesenta se cerraría con “un clima de inusitada agitación política y social” (Fuentes y Fernández, 1997, pp. 305-306). En 1968 se producía el primer atentado mortal de ETA, y un año después nuevas algaradas estudiantiles -continuas ya desde 1965- llevaron al Gobierno a declarar el estado de excepción durante dos meses. En este contexto marcado por la conflictividad social y con una prensa que comenzaba a forzar los límites a la libertad de expresión, cuando se produce el viaje de Marcelo Caetano a España ocupaba el Ministerio de Información y Turismo Alfredo Sánchez Bella. Manuel Fraga había sido apartado del Ministerio en octubre de 1969 por el caso Matesa. El vicepresidente del Gobierno, Carrero Blanco, se mostró partidario de sustituirle por alguien que pudiera controlar mejor los medios de comunicación, pues juzgaba que la prensa estaba “totalmente desmandada” y era la responsable del “deterioro moral, religioso y político” (Chuliá, 2001, p. 174).
Una de las consecuencias de la aplicación de la LPI fue la diferenciación de tres grupos empresariales: las cabeceras del Movimiento, que defendían las esencias del régimen y entre las que se encontraban Arriba  y Pueblo; las opuestas a estas, en una condición de prensa de oposición y en las que militaban muy pocos diarios -Madrid- y bastantes revistas -Triunfo, Destino, Cambio 16 o Cuadernos para el Diálogo-; y las que estaban entre los dos grupos, más prudentes para no enconar al Gobierno. El paradigma fue ABC, pero también La Vanguardia o el Ya (Chuliá, 2001, pp. 169-200).
ABC, dirigido por Torcuato Luca de Tena Brunet desde 1962, era el periódico de mayor difusión e influencia de los editados en Madrid, con una tirada superior a los 200.000 ejemplares. Fundado en 1903 por la familia Luca de Tena, y convertido en diario en 1905, se caracterizó por su fidelidad a la monarquía (Guillamet, 2018) y, desde la Guerra Civil, al régimen de Franco (Rodríguez-Martínez, Tulloch y Guillamet, 2017; Olmos, 2002). En todas sus épocas prestó atención a la lengua española, la cultura clásica de las letras, las artes plásticas, la historia y el mundo académico a través de sus figuras y de sus obras (Armañanzas, 2016). Sus páginas acogían la colaboración de intelectuales, sobre todo la tres, dedicada a artículos de carácter político y cultural.
El diario de Prensa Española, al igual que Pueblo, no sufrió nunca sanciones por infracciones contra la Ley de Prensa (Terrón, 1981, p. 210), si bien ABC registró el secuestro de su ejemplar de 21 de julio de 1966 por el artículo publicado por Luis María Ansón “La Monarquía de todos”, en el que propugnaba la subida al trono del conde de Barcelona.
Los orígenes del vespertino y gubernamental Pueblo se remontan al final de la Guerra Civil, cuando en 1940 la Delegación Nacional de Sindicatos tomó posesión de los talleres y la maquinaria de la antigua publicación socialista Claridad, propiedad de Luis Arasquistán (Guzmán, 1982; Naseiro, 2013). Integrado administrativamente en la Prensa del Movimiento, fue portavoz de los temas propios del llamado sindicato vertical (Alférez, 1986: 115). Emilio Romero fue nombrado director en 1952. Gracias a los cambios que introdujo, dotando a la información de una gran dosis de populismo y con un cambio radical del diseño, mucho más atractivo y ágil, logró convertirse en el tercer diario más leído en 1970, por detrás de La Vanguardia y ABC (Davara, 2005).
La impronta del nuevo director hizo que Pueblo mezclara en sus contenidos cierto aire progresista con una crítica implacable a la oposición que mostraban al régimen o a algunos de sus aspectos otros diarios como ABC o Madrid (Sánchez y Barrera, 1992, p. 470). Romero abandonó la dirección en 1975, año en el que fue nombrado delegado nacional de Prensa y Radio del Movimiento. Durante la transición, Pueblo pasó a depender de los Medios de Comunicación Social del Estado. Su cierre, en 1984, está ligado a la llegada de la democracia, a la pérdida de lectores y a la desaparición de la ayuda económica de la cuota sindical (Davara, 2005).

2.2. Los diarios portugueses

Con el objetivo de controlar el aumento de los conflictos sociales, fruto de una mejor organización y diversificación de la oposición interna y externa al régimen, Marcelo Caetano intentó someter a la prensa impulsando su compra por parte de grupos económicos afines al Gobierno. Entre 1970 y 1973, una ola de adquisiciones agresivas emprendidas por la banca sacudió el mercado editorial portugués. El banco Borges & Irmão compró a la familia Balsemão el vespertino Diário Popular y el Jornal do Comércio; el Banco Espírito Santo e Comercial de Lisboa (BESCL) creó una sociedad para adquirir el vespertino A Capital y O Comércio do Porto a la familia Seara Cardoso. El Banco Internacional Português (BIP) consiguió el matutino O Século y las restantes publicaciones integradas en el mayor imperio editorial portugués; el BNU trató de fortalecer su participación financiera en el Diario de Lisboa, detentada mayoritariamente por la familia Ruella Ramos. El mayor accionista de Diário de Notícias y del Jornal de Notícias ya era un banco público, la Caixa Geral de Depósitos, a través de la Empresa Nacional de Publicidad, cuyo capital estaba participado por el Banco Pinto & Sotto Mayor y por la aseguradora A Mundial. Caetano confiaba en que los banqueros y capitalistas serían sus aliados en las reformas económicas, al tiempo que le ayudarían a neutralizar las exigencias de democratización del país.
A principios de los setenta los periódicos portugueses más innovadores, por regla general los vespertinos, tenían editoriales de Economía y publicaban regularmente artículos sobre finanzas, política exterior, sociedad, educación, etc. La comunidad periodística la integraban cerca de 700 personas, poco formadas, con salarios bajos y predominantemente hombres (Garcia, 2009, p. 64). El dinamismo de los nuevos empresarios de los medios permitió diversificar los perfiles profesionales -más jóvenes y más mujeres pasaron a integrar las redacciones-; introducir innovaciones tecnológicas que cautivaron a los lectores; aumentar las tiradas y la circulación de ejemplares y hacer proyectos más sostenibles. La censura política y la nueva censura económica, resultado de la progresiva integración de la gestión periodística en la lógica capitalista de los nuevos propietarios, seguían tocando la autonomía de los periodistas. No obstante, el rejuvenecimiento y la creciente politización de las redacciones, la aparición de diferentes proyectos y el nuevo enfoque que ofrecían otros géneros periodísticos, como los reportajes o las entrevistas, contribuirán a la renovación de los formatos y lenguajes periodísticos. Surgirá así una prensa editorialmente diversa, donde coexisten diarios afines con otros de oposición al régimen.
Diário de Notícias cumplía el papel de periódico “oficioso” del régimen. Fundado por Eduardo Coelho y Thomaz Quintino Antunes en 1864, mantuvo desde sus orígenes una gran estabilidad, tanto en materia económica como de sus cuadros dirigentes. Augusto de Castro, diplomático y escritor, que estaba al frente del diario desde 1919, seguía dirigiéndolo en el periodo que analizamos. Hasta el 25 de abril de 1975 fue el proyecto periodístico más rentable de la prensa portuguesa, con una tirada de 120.000 ejemplares. Líder en ventas y propiedad del mayor grupo editorial (Cabrera, 2006), ostentaba una gran influencia en la opinión pública. Fue también el periódico que más se resistió a la modernización. Mantuvo “anticuadas culturas editoriales, oficiales y jerárquicas, que incluso le llevaron a evitar nuevas contrataciones de periodistas” (Baptista, 2012, p. 222).
Por lo que concierne a Diário Popular, todavía era propiedad de la familia Balsemão. Fundado en 1942, en los setenta era un periódico pujante. La innovación en los métodos de gestión y planificación; su apuesta por una línea gráfica y discursiva más popular, así como la incorporación de numerosas y exitosas iniciativas comerciales -las Novias de San António, concursos y pasatiempos o la distinción a la mejor Marcha Popular- generaron ingresos y aumentaron la circulación.
El director ejecutivo era el joven heredero Francisco Pinto Balsemão, diputado del Ala Liberal -grupo de diputados elegidos en las elecciones de 1969 en las listas del partido único como independientes-, y uno de los rostros de la renovación periodística anterior al 25 de abril. Su influencia en el diario fue decisiva para reclutar nuevos periodistas, ampliar las secciones temáticas, promover géneros como el reportaje y la crónica y apostar por una cultura de resistencia y rechazo de la autocensura instalada tras décadas de “examen previo” y restricción de la autonomía periodística.

3. Metodología

El trabajo emplea una metodología cuantitativa, que incluye la técnica de investigación del análisis de contenido. Se contrastan las diferencias y semejanzas que presentaron los rotativos en función de su ámbito geográfico y del modelo de diario al que pertenecen: prensa de referencia (ABC y Diário de Notícias) o prensa popular (Pueblo y Diário Popular).
Mientras que los de mayor tirada y matutinos, ABC y Diário de Notícias, reúnen las características de la prensa informativa o de calidad, los vespertinos Diário Popular y Pueblo representan al modelo de prensa popular. Distinción marcada por la selección de contenidos, su tratamiento y el diseño de sus páginas. Los diarios de referencia exhiben una disposición formal sobria, donde se establece una relación entre la importancia que el diario concede a un hecho noticioso y el lugar que ocupa en la página. Por el contrario, la prensa popular tiene como objetivo atraer la atención del lector, y para ello se vale de un diseño llamativo, caracterizado por el uso de grandes titulares y fotografías (Armentia y Caminos, 2003; González, Puebla, Birkner y Pérez, 2015).
Para el desarrollo de este trabajo se ha llevado a cabo un vaciado de los cuatro diarios durante todo el mes de mayo de 1970. Las primeras publicaciones emergen el día 4 y las últimas datan del 26. El número total de registros asciende a 148, analizados mediante el establecimiento de diferentes campos y categorías, como la fecha de publicación; el número de noticias emitidas; géneros periodísticos empleados: Información, Crónica, Artículo (editoriales y columnas de opinión) y Otros (reportaje y entrevista); autoría: Agencia, Redactor, Colaborador, Enviado especial y “No dice” -informaciones sin firma-; disposición de los textos: Portada, Cabecera o acompañados de Imágenes, y finalmente los campos Protagonista y Descripción de la noticia.
Al estudio de estos datos se añade una lectura crítica y contextual para indagar en el discurso producido por las cuatro cabeceras, su posicionamiento editorial y su alineación con los objetivos que, de cara a este encuentro bilateral, definieron los gobiernos franquista y marcelista. Comprobaremos así los diferentes grados de autonomía y resistencia que adoptaron frente a las estrategias políticas de control a la prensa, en un momento en que las dos dictaduras más longevas de Europa occidental ya experimentaban cierto desgaste.
A las fuentes hemerográficas y bibliográficas consultadas se han incorporado las del Archivo General de la Administración (Madrid) y las del Archivo Histórico Diplomático do Ministério dos Negócios Estrangeiros (Lisboa).

4. Resultados y discusiones

De los cuatro diarios analizados, Diário de Notícias registra el mayor número de informaciones sobre este acontecimiento. Contabiliza 59 (39,5%), seguido de ABC, 35 (23,6%), Diário Popular, 31 (20,9%), y Pueblo, con 23 (15,5%). Las jornadas que lideran la mayor cobertura informativa son aquellas en las que se produce la visita en sí -por este orden, el 22, 23, 21 y 20 de mayo­-. Los días previo y posterior al viaje (19 y 24) ocupan también un lugar destacado (Gráfico 1).

Fuente: elaboración propia.


Gráfico 1. Fechas y noticias publicadas.

Los vespertinos son los más madrugadores en adelantar la información, y el periódico dirigido por Augusto de Castro será quien mantenga, durante más tiempo y de forma ininterrumpida, el interés por la visita. Los diarios portugueses la otorgaron más importancia que los españoles. Las cifras así lo demuestran: 90 (60,8%) piezas frente a 58 (39,2%). Si atendemos al número de textos en función de si aparecieron en los diarios de referencia o en el modelo de prensa popular, comprobamos que la balanza se inclina a favor de los primeros: 94 (63,5%) registros frente a 54 (36,5%).

4.1. Voceros de comunicados de prensa

La noticia es el género más utilizado, seguido de la crónica y el artículo, que presentan porcentajes muy similares (Gráfico 2). El empleo de Otros géneros, como reportaje y entrevista, es insignificante. Por la información opta especialmente Diário Popular (80,6%) y por la crónica ABC (17,1%). Pueblo es quien menos recurre a la información y apuesta por el artículo (30,4%). La aparición de entrevistas y reportajes es escasa, siendo Diário de Notícias quien más uso hace, pero en exigua proporción (5,1%).
Los diarios lisboetas prefieren publicar textos informativos (76,7%), mientras que los madrileños se decantan por los interpretativos y editorializantes. El artículo destaca en la prensa española (24,1% frente a 5,6%), así como la crónica, género donde se impone también (15,5% frente al 13,3%). Tanto las cabeceras de referencia (69,1%) como las populares (70,4%) utilizan en porcentajes muy similares la información, el género dominante en los dos modelos. El empleo de la crónica es parecido, aunque los diarios de referencia (14,9%) lo manejan en mayor proporción que los populares (13%). No ocurre lo mismo con el artículo, más del gusto de los rotativos populares (14,8% frente al 11,7%).

Fuente: elaboración propia.


Gráfico 2. Géneros periodísticos.

El quién, dónde y cuándo centran las noticias, menos preocupadas en responder al qué y por qué. Prácticamente no existen diferencias entre las piezas previas que avanzan la agenda y las que se ofrecen al día siguiente. Las noticias sobre la reunión celebrada entre Franco y Caetano ( )[1] ejemplifican bien esto que decimos. Únicamente trascendió que duró cerca de una hora y que no se autorizó la presencia de periodistas en El Pardo, donde solo pudieron acceder los gráficos ( )[2].
El tema que probablemente se trató fue la conveniencia de ratificar un acuerdo secreto que permitiera la extradición “de los delincuentes que habiendo intentado subvertir por la violencia el orden establecido en uno de los dos países, se refugian en el otro” ( )[3]. El borrador de este protocolo secreto fue redactado por el embajador de España en Lisboa, José Antonio Giménez Arnáu, autor también del III Protocolo Adicional al Pacto Ibérico ( )[4]. Recibió instrucciones de Franco a primeros de marzo de 1970 sobre los pormenores organizativos de la visita de Caetano, confirmada ya en diciembre de 1969 ( )[5]. El caudillo era partidario de “una puesta al día” del Pacto Ibérico al entender que estaba justificado por “la conspiración comunista”, y consideraba que el nuevo texto debía establecer “una reciprocidad en la represión de los delincuentes comunistas de ambos países, así como la obligación de informarse puntualmente de modo análogo a como se hace en el histórico pacto anti-Komintern” ( )[6].
Según el embajador, el ministro de Negocios Extranjeros, Rui Patrício, tenía sus reservas a que se firmara el protocolo secreto y era partidario de que “el tema” se resolviera en Madrid “por los dos interlocutores principales” ( )[7]. De hecho, dos días antes del viaje oficial, altos responsables de varios ministerios fueron citados de urgencia por el Ministerio de Asuntos Exteriores para que se pronunciaran sobre el particular, si bien ya se les advirtió de que “posiblemente dicho protocolo no sería firmado” ( )[8]. Los allí reunidos manifestaron que lo mejor sería “no llegar a ningún compromiso escrito”. La prensa no publicó nada sobre este asunto. Solo el corresponsal de ABC en Lisboa, José Salas y Guirior, apuntaba en una previa que “bajo especie de rumor se habla de posibles conversaciones sobre protección de menores, extradición, etc.” ( )[9].
Los diarios contaron que la visita pretendía la puesta al día del Pacto Ibérico, una mayor aproximación de los dos países y explorar fórmulas conjuntas de desarrollo y establecimiento de una fuerza común ( )[10]. Atribuyeron un papel destacado al ministro y comisario del Plan de Desarrollo, Laureano López Rodó, antiguo amigo de Universidad y prologuista del libro de Caetano “Escritos políticos”, a quien tildaba de “hombre fiel a sus convicciones”, que se presenta con “ánimo de renovación” ( )[11].
Reproducirán textualmente los discursos pronunciados por Carrero Blanco y Marcelo Caetano. Mientras que el vicepresidente centraba su intervención en la amistad peninsular, Caetano introducía uno de los leit motiv de su visita: la defensa de su política colonialista en ultramar para proteger “las diversas razas que componen la nación portuguesa y que en ella quieren permanecer” ( )[12]. Con ocasión de la entrega que le hizo el alcalde de Madrid, Arias Salgado, de la llave de oro de la ciudad, incidirá en otra temática recurrente: la promoción turística de los “espacios africanos”, donde no había “discriminación racial, a donde se vive en paz y se trabaja con ahínco” ( )[13].
Diário de Notícias interpreta la inauguración de la Casa de Portugal en la Gran Vía madrileña como “uno de los momentos más emocionantes de la visita”. Bajo el titular “Emoción hasta las lágrimas”, aparece la fotografía de Caetano besando a un niño ( )[14]. Diário Popular prefirió destacar el “embotellamiento monstruoso” ( )[15] que se produjo en el céntrico lugar, que quedó literalmente colapsado por la asistencia de 700 personas.
Cuando se anuncia el fin de la visita, el diario de Augusto de Castro exclamará: “misión cumplida” ( )[16], y se referirá al Pacto Peninsular como el instrumento “insustituible” para la colaboración y proyección internacional de los dos países. Los rotativos reproducirán el comunicado oficial conjunto que se distribuyó a la prensa ( )[17], así como el texto íntegro del III Protocolo Adicional del Pacto Ibérico, que se prorrogó por otros diez años y que incorporó a última hora, a sugerencia de Portugal, un párrafo en el que se expresaba “el común deseo de intensificar las relaciones económicas de los dos países” ( )[18].
El agregado de Negocios de la Embajada española en Lisboa informaba a Exteriores de la gran repercusión mediática de la visita en los medios portugueses. “La prensa -afirmaba- mantenía la tónica y disposición extraordinaria de los últimos días, con planas enteras, grandes titulares y fotografías dedicadas a Caetano”. La radio y televisión ofrecieron “su especialísima atención” con “amplios reportajes” y comentarios “muy favorables” ( )[19]. En sus resúmenes figuraba la alineación ideológica de cada uno de los periódicos que citaba. Así, por ejemplo, a Diário Popular le tachaba de “no gubernamental”; Novidades, “católico”; O Século, “Independiente-Republicano”; A Capital, “pro-gubernamental”, y Diário da Manhã, “gubernamental”. No aplicaba tendencia ideológica al referirse a Diário de Notícias ( )[20].

[1] P, 21/05/1970, p. 9; ABC, 22/05/1970, p. 19; DN, 22/05/1970, p. 1.

[2] DN, 21/05/1970, p. 8.

[3] Protocolo secreto adicional al Tratado de Amistad y No Agresión. 8/04/1970. Ministerio de Cultura y Deporte (M.C.D.), Archivo General de la Administración (A.G.A.) (10) Leg. 11532, exp. 1.

[4] Carta del embajador de España en Lisboa al ministro de Asuntos Exteriores. Lisboa, 31/03/1970. Ibídem.

[5] Carta de Marcelo Caetano al ministro de Asuntos Exteriores aceptando la invitación a visitar España. Lisboa, 15/12/1969. M.C.D., A.G.A. (10) Leg. 11531, exp. 40.

[6] Carta del embajador de España en Lisboa al ministro de Asuntos Exteriores. Nota personal y reservada nº 221. Lisboa, 10/03/1970. M.C.D., A.G.A. (10) 82/23975.

[7] Carta del embajador de España en Lisboa al ministro de Asuntos Exteriores. Nota confidencial nº 33. Lisboa, 24/04/1970. M.C.D., A.G.A. (10) leg. 11532, exp. 1.

[8] Nota informativa secreta de la reunión mantenida en la Dirección General de Política Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores sobre el contenido de los protocolos adicionales al Pacto Ibérico. Madrid, 18/05/1970. Ibídem, exp. 40.

[9] ABC, 5/05/1970, p. 19.

[10] Ibídem.

[11] DN, 16/05/1970, p. 1, 5.

[12] DP, 21/05/1970, p. 11.

[13] DN, 23/05/1970, p. 1.

[14] Ibídem, p. 8.

[15] DP, 23/05/1970, p. 7.

[16] Ibídem, p. 1.

[17] Comunicado conjunto hispano-portugués distribuido a la prensa. M.C.D., A.G.A. (10) Leg. 11531, exp. 40.

[18] III Protocolo Adicional al Tratado de Amistad y No Agresión entre los Gobiernos de España y Portugal. Ibídem.

[19] Informe del agregado de España en Lisboa, Fernando Benito, al Ministerio de Asuntos Exteriores. Lisboa, 24/05/1970. Ibídem, exp. 39.

[20] Ibídem.

4.2. Un ejército propagandístico

Los periódicos españoles, aunque por poco margen, son los que más utilizan la crónica, a pesar de que el acontecimiento se produce en Madrid. Las de José Salas y Guirior descuellan con el encabezamiento “ABC en Lisboa” y van en cursiva. Para Pueblo informa, desde Lisboa, Conchita Guerrero, y desde París, Pilar Narvión. Las dos únicas mujeres a quienes vemos firmando. Diário de Notícias destaca tipográficamente los textos de su enviado especial, Fialho de Oliveira, reproducidos en cursiva bajo el rótulo “Diário de Notícias en Madrid”. El experimentado periodista era uno de los pocos autorizados a rubricar sus crónicas parlamentarias y con acceso a los comentarios en la televisión portuguesa, RTP. Mantenía contactos con la prensa oficial franquista, tanto con Arriba como con Pueblo. Diário Popular incluyó las piezas de Eduardo Corregedor da Fonseca bajo el epígrafe “La visita de Marcelo Caetano a España”. El enviado especial era uno de esos jóvenes recién contratados, especialista en Economía, y que conocía de cerca la situación en España. Colaboraba esporádicamente con Informaciones.
Caetano llegó a España acompañado de un “ejército de información” ( )[21] compuesto por 59 periodistas  ( )[22] de Portugal, de las colonias y de Brasil( )[23]. Desarrollaron su trabajo en el Club Internacional de Prensa y se organizaron encuentros con representantes de la prensa española. Augusto de Castro y Emilio Romero asistieron a “la noche de fraternidad entre colegas hispano-lusos […] Emilio Romero lideró la noche con cantes y bailes flamencos” ( [)24].
La rueda de prensa que convocó Caetano el último día de su visita fue el acto mediático más concurrido. El redactor de Pueblo, J. M. Salgado, destacó que el presidente portugués respondió a las preguntas de los periodistas siguiendo un sistema “efectivo y racional”: “Se le hacen, se escriben, las lee, las agrupa y contesta”. Pese a que el ministro de Información y Turismo, Sánchez Bella, limitó los temas al Pacto Ibérico, “Caetano estuvo dispuesto a contestar cualquier pregunta” ( [)25]. Además, “14 periodistas” pudieron interrogarle directamente, por lo que recibió “una prolongada ovación de más de 200 periodistas de numerosos países” ( )[26]. Este proceder suponía una novedad para la prensa española, cuyo papel se limitaba a publicar los comunicados distribuidos por las autoridades.
Las relaciones comerciales entre España y Portugal asomaban reiteradamente en las crónicas, que argumentaban que habían evolucionado “vueltas de espalda una a otra" en una época marcada por la internacionalización. Se requería ya, a juicio de Pueblo, “una acción auténtica, sin trampa ni cartón, ni engañifas ni ringorrangos retóricos y oportunistas”  ( )[27]. Diário Popular fue el primero en dar la primicia del acuerdo que se había ultimado entre un banco comercial portugués y bancos y empresas españolas para invertir 15 millones de escudos en la construcción de autopistas en Portugal ( )[28], exclusiva que fue luego recogida por las otras cabeceras.
Pilar Narvión informaba que desde Francia se seguía con atención este acontecimiento del que se esperaban “resultados prácticos” ( )[29]. Justamente, en este deseo de que la visita conllevara medidas concretas hizo especial hincapié Caetano en todas sus alocuciones. José Salas y Guirior le parafraseaba para indicar que “lo importante era llevar a efecto todo lo convenido”. Diário de Notícias invitaba a poner en práctica los acuerdos de cooperación alcanzados ( )[30] y clamaba por la desaparición de los “don quijotes improvisados”, en referencia a la inactividad de los empresarios portugueses. El balance que hacía el corresponsal de la visita lo resumía así: “humanamente imposible abrir más caminos” ( )[31].
En géneros como la entrevista, se destacó la concedida por Marcelo Caetano al director de Efe, Alejandro Armesto. Reiteraba su intención de no reconocer la independencia de las colonias, pese a la condena internacional: “No podemos dejar abandonados a la anarquía y a la envidia extranjeras los hombres y valores que traducen la presencia de Portugal en Ultramar”. Preguntado sobre la nueva Ley de Prensa que ya se debatía en Portugal, respondía que habían de medirse bien los pasos a dar entre “el sistema de censura previa y la libertad total” ( )[32].

La coincidencia del viaje con las fiestas de San Isidro fue explotada por Diário Popular, que abrió a toda página con el titular “Toros de muerte, sí, pero despacio…” bajo el que incluía la opinión de varios portugueses sobre el espectáculo taurino español “donde se mata a los toros” ( )[33]. Los escasos reportajes que se publican se remontan a la firma del Tratado de Amistad y No Agresión, el 17 de marzo de 1939 ( )[34]. ABC, a través de un gran despliegue gráfico, mostró la modernidad del país vecino, el Portugal de “un futuro esperanzador” ( )[35].
Junto con las crónicas, la valoración se volcará en los editoriales -Diário Popular no los utiliza-. Diário de Notícias considera la reunión bilateral “un gran éxito personal” de Caetano ( )[36] y ve pertinente la prórroga del Pacto Ibérico como “garantía de paz” ( )[37]. Las referencias a Salazar son una constante en ABC, quien, entre líneas, aconsejaba a Caetano que no se limitara “a repetir la lección del maestro” ( )[38]. Se le presenta como “el hombre de la continuidad, pero para eso debe ser el hombre del cambio; como conservador sabe que es preciso evolucionar para consolidar"( )[39].
Pueblo elogiaba al mandatario portugués por haber demostrado “que la mejor continuidad es aquella que se hace desde la evolución y no desde el endurecimiento” y le atribuía un talante “liberalizador y aperturista”. Comparaba la situación económica de Portugal con la española de los años sesenta y abogaba por su entrada en la Comunidad Económica Europea -“hacer Europa”, decía- a pesar de que este objetivo debía “convivir con su problema de ultramar” ( )[40].

[21] DN, 19/05/1970, p. 1.

[22] P, 21/05/1970, p. 1.

[23] “Lista de representantes de los órganos de información que irán a Madrid como elementos de comitiva de este presidente del Consejo”. M.C.D., A.G.A., (10) Leg. 11531, exp. 40.

[24] DN, 24/05/1970, p. 8.

[25] P, 25/05/1970, p. 4.

[26] DN, 24/05/1970, p. 8.

[27] P, 21/05/1970, p. 10.

[28] DP, 21/05/1970, p. 1, 9.

[29] P, 19/05/1970, p. 6.

[30] DN, 20/05/1970, p. 9.

[31] DN, 24/05/1970, p. 8.

[32] DN, 17/05/1970, p. 1, 7.

[33] DP, 22/05/1970, p. 11. 

[34] DN, 20/05/1970, p. 7, 13, 16.

[35] ABC, 22/05/1970, p. 14-15.

[36] DN, 20/05/1970, p. 1.

[37] DN, 23/05/1970, p. 1.

[38] ABC, 22/05/1970, p. 18.

[39] ABC, 20/05/2019, p. 10.

[40] P, 22/05/1970, p. 2.

4.3. El control de las fuentes informativas

Buena parte de los textos publicados son anónimos o proceden de agencia informativa, las dos autorías sobresalientes, seguidas de las firmadas por enviados especiales o cronistas, y en menor medida por redactores o colaboradores (Gráfico 3). ABC encabeza el “No dice” (51,4%), lidera las piezas firmadas por los cronistas (17,1%) y es el que contabiliza el mayor número de colaboradores (11,4%). El rotativo donde predominan los despachos de agencia es Diário Popular (61,3%). Pueblo ocupa la primera posición en la identificación de sus redactores (17,4%).

Fuente: elaboración propia.


Gráfico 3. Autoría.

Mientras que en la prensa española el “No dice” es la autoría preponderante (44,8% frente al 38,9%), en la lusa este protagonismo se deja a las agencias, presentes en el 44,4% de sus informaciones, porcentaje muy superior al de los diarios españoles, donde las informaciones de agencia representan el 17,2%. El dato parece lógico si tenemos en cuenta que los diarios madrileños cubren el hecho noticioso con personal de Redacción, en tanto que los portugueses lo hacen con enviados especiales. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que la prensa lusa sacó poco partido a sus periodistas destacados en Madrid, pues primó la información de agencia. Las cabeceras de referencia poseen más anonimato que las populares (48,9% frente a 17,8%). Estas últimas se decantan por la autoría de las agencias informativas, que representa un 46,3%, mientras que en la prensa de referencia este porcentaje se reduce al 26,6%.
Los periódicos españoles publicarán sobre todo despachos de Efe y su filial Cifra. Son predominantes en ABC, mientras que Pueblo recurrirá también a la agencia Pyresa, que suministraba a la cadena de Prensa del Movimiento. La Ley Fraga reservó a la agencia Efe, creada en 1939, la distribución en exclusiva de la información internacional en España, por lo que las noticias del extranjero continuaban “controladas y monopolizadas” (Barrera, 2002, p. 415).
Los portugueses optarán por la Agência Nacional de Informações, ANI, bajo cuya firma se encontraban Artur Pedro Gil y José Manuel Pintassilgo ( )[41]. Es dominante su presencia en Diário de Notícias, no tanto en Diário Popular, que añadirá otras como France Press o Reuter. A los periodistas de Diário Popular se les estimulaba a buscar noticias relevantes y a no perder el tiempo con la propaganda oficial. “Para eso está la ANI”, solía decirles Balsemão (Baptista y Correia, 2007).
Las informaciones de las agencias serán de todo orden. Desde las previsiones informativas al desarrollo mismo de los acontecimientos, hasta las revistas de prensa. También la distribución de columnas de opinión, como la que ANI publicitó de Manuel Aznar en La Vanguardia dirigida a Augusto de Castro. La figura de Marcelo Caetano -opinaba- representaba una esperanza en los “hombres nuevos”, aquellos que “sin contradecir los dogmas deben abolir interpretaciones hoy sin sentido” ( )[42]. 
En la nómina de colaboradores que publicaron en ABC aparecía el marqués de Quintanar, que evocaba los lazos de amistad de los dos países ( )[43]; Pedro Rocamora, que apostaba por unas relaciones “con auténtico espíritu europeo y bajo el signo de la libertad” ( )[44], o el propio Marcelo Caetano, quien, en mensaje dirigido “a la nación española”, aseguraba que el Pacto Peninsular encarnaba “la fraternal amistad y comprensión hispano lusitana” ( )[45]. 
El plantel de firmas en Diário Popular ( )[46] se alejará de perfiles políticos y optará por profesionales y expertos en diferentes materias. Entre ellos, el propio Corregedor da Fonseca, quien sugería la apertura política del régimen portugués y acabar con los exilados políticos. Recordaba que poco antes de la llegada de Caetano, “representantes de la oposición democrática española fueron vistos en Madrid, y con conocimiento de las autoridades, con el ministro alemán de Exteriores, a quien expusieron sus puntos de vista”. Consideraba que “este tipo de cuestiones” debían estar presentes en la adaptación del Pacto Ibérico. Francisco Cabral incidía en el “absurdo y obsoleto divorcio económico” que mantenían ambos países en “una época de acelerada integración económica internacional”, y Alberto Machado Da Rosa, profesor portugués, pero de nacionalidad norteamericana, a quien desde la Embajada en Lisboa se le atribuía ser un “audaz polemista” por sus “originales” ( )[47] puntos de vista, propugnaba un congreso de escritores y editores luso-españoles y la incorporación de los estudios de español en las facultades de letras portuguesas, y viceversa. A las claves para mejorar el turismo se refería Mário Henriques, quien explicaba que desde la llegada de Fraga al Ministerio de Información y Turismo se fue creando “una frustración”, pues si bien se promovieron intercambios de ideas y proyectos “con abundancia de palabras”, la realidad posterior no confirmó “el entusiasmo inicial”. Con Sánchez Bella llegaron de nuevo “las grandes afirmaciones del principio y largas dosis de optimismo”, apuntaba Henriques, quien recomendaba abrir fronteras y cuidar “con más atención” el “pobre” estado de las carreteras españolas que conducían a Portugal. Desde la Embajada en Lisboa entendían que estos artículos respondían a “un espíritu de colaboración peninsular”, si bien dentro de “la orientación no gubernamental” de Diário Popular ( )[48].
En el repaso de redactores, figuran en ABC José Baro Quesada, que firma en “La semana política”, o Miguel Torres. En Pueblo, la información la cubre J. M. Salgado, mientras que los breves de opinión los rubrica Martínez Reverte dentro de “La criba” o “La semana política”. En Diário de Notícias solo encontramos a “R.” y en Diário Popular no se registra esta autoría.

[41] “Lista de representantes de los órganos de información que irán a Madrid como elementos de comitiva de este presidente del Consejo”. M.C.D., A.G.A., (10) Leg. 11531, exp. 40.

[42] DN, 25/05/1970, p. 1, 7.

[43] ABC, 19/05/1970, p. 7.

[44] ABC, 22/05/1970, p. 3.

[45] ABC, 21/05/1970, p. 21, 23.

[46] DP, 19/05/1970, p. 7, 9.

[47] Informe del agregado de España en Lisboa, Fernando Benito, al Ministerio de Asuntos Exteriores. Lisboa, 20/05/1970. M.C.D., A.G.A. (10) Leg. 11531, exp. 39.

[48] Ibídem.

4.4. Caetano abre portadas y protagoniza las fotografías

Diário de Notícias es el más proclive a destacar el viaje oficial en sus portadas (Gráfico 4), de forma que lleva a la primera casi la mitad de sus noticias (44,1%). Si bien ABC es el diario que menos piezas ubica en este escaparate, lidera el ranking en Cabecera. A este lugar privilegiado de la página sube 8 de cada 10 noticias (80%). En el uso de Imágenes, ABC (40%) es el más visual seguido de cerca por Diário de Notícias (37,3%).

Fuente: elaboración propia.


Gráfico 4. Noticias en portada, cabecera y con imagen.

Tanto la prensa española como la portuguesa eligen la cabecera para resaltar sus noticias, si bien la primera en mayor proporción (77,6% frente al 50%). Los medios lusitanos enfatizaron el acontecimiento ubicándolo en portada (37,8%) o introduciendo material gráfico (36,7% frente a 32,8%).
Los dos modelos de diario sitúan la mayoría de sus noticias en cabecera, el 63% en el caso de la prensa popular, y el 59,6% por lo que concierne a la de referencia. Solo en esta categoría de Cabecera la popular se posiciona en primer lugar, pues tanto en Portada (30,9%) como en Imágenes (38,3%) la prensa de referencia lleva la delantera. 
El presidente portugués acapara el protagonismo de las instantáneas, tanto de las que abren portadas como las que acompañan informaciones en páginas interiores. En un segundo plano permanecerán Franco y Carrero Blanco, y en un tercero, el príncipe D. Juan Carlos. Las fotos de Diário Popular, cuya autoría corresponde al gráfico de la agencia UPI-Teleimprensa, Manuel Moura ( )[49], recoge la salida de Caetano de Lisboa acompañado de su hija, Ana Mª Alves, quien “vestía un traje amarillo dorado” y que, “a pesar de su aspecto siempre discreto y simple, atrajo las atenciones generales por la distinción de su traje” ( )[50]. Por lo que concierne a Pueblo, las imágenes son de E. Verdugo. La mayoría de carácter oficial, salvo alguna excepción, como la que acompaña al “Perfil humano de un gobernante”, que presenta a Caetano rodeado de sus nietos ( )[51].
El fotógrafo de la casa, Manuel Sanz Bermejo, y las agencias Cifra gráfica y Radial Press firman las fotografías del diario de Prensa Española. En términos generales, presentan un cariz protocolario, en sintonía con la información que se ofrece. En Diário de Notícias, Alberto Santos capta los principales momentos: Caetano con el jefe del Estado español, con el vicepresidente del Gobierno, con el príncipe heredero y otras personalidades. Algunas instantáneas son menos formales. Se retrata al primer ministro portugués en el Museo del Prado o en la plaza de toros, montera en mano ( )[52]. Plasma también la ceremonia de su nombramiento como honoris causa en la Academia de Derecho, la inauguración de la Casa de Portugal o el momento en el que los ministros de Exteriores y sus comitivas firman el III Protocolo del Pacto Ibérico ( )[53]. Acabada la visita y con Caetano recién llegado a Lisboa, se mostrarán las “cariñosas manifestaciones populares” con las que los portugueses le recibieron en el aeropuerto ( )[54].

[49] “Lista de representantes de los órganos de información que irán a Madrid como elementos de comitiva de este presidente del Consejo”. Ibídem, exp. 40.

[50] DP, 20/05/1970, p. 9.

[51] P, 19/05/1970, p. 6.

[52] DN, 22/05/1970, p. 8.

[53] DN, 23/05/1970, p. 8-9.

[54] DN, 24/05/1970, p. 1, 9.

5. Conclusiones

El panorama periodístico de la España franquista experimentó cambios significativos en los sesenta en paralelo a las profundas transformaciones que se producían en la economía y la sociedad. El régimen se debatía entre la apertura, animada por el optimismo económico y la necesidad de lavar su cara para una hipotética integración en la Comunidad Europea, y el miedo a verse sobrepasado por ese mismo desarrollo. La nueva Ley de Prensa e Imprenta de 1966 refleja esas dudas. Algo parecido sucedía en Portugal. Caetano se proclamó vencedor de las elecciones legislativas de 1969, persiguió a los opositores, forzó a la mayoría al exilio o a la clandestinidad y mantuvo todos los instrumentos de represión de su predecesor, incluida la policía política y la censura previa a la prensa. Estas medidas no lograron evitar el movimiento de renovación que caracterizó al periodismo portugués en los sesenta y setenta. Se abrieron vías de escape en la relación de control impuesta por el régimen entre el poder político y el de los medios. Fueron especialmente visibles en los periódicos privados y vespertinos, dirigidos por líderes progresistas que animaron a sus redactores a escribir de manera más autónoma. Diário Popular constituye uno de esos ejemplos.
La cobertura periodística del viaje de Estado de Caetano a España evidencia estas tensiones, y las noticias se moverán entre la censura y la propaganda. Los diarios realizarán un gran despliegue y mantendrán presente este acontecimiento en sus páginas durante varias jornadas, más los portugueses, y especialmente Diário de Notícias, que se posicionará como el adalid de la política del presidente del Consejo. Su papel como prensa ideológica es muy notorio. Sus contenidos están más controlados que los de Diário Popular, que sortea las ataduras de la censura y mantiene una postura claramente diferente. Son los diarios de referencia sobre quienes recae el peso de estas informaciones, y en menor medida sobre los populares, que le prestan menos atención.
El género noticia fue el más utilizado, sobre todo por la prensa portuguesa, mientras que la española apostó por el artículo y la crónica. El uso del reportaje y la entrevista fue residual. La noticia es predominante en los dos modelos, y mientras que por la crónica apostaron los periódicos de referencia, el artículo acapara mayor presencia en los populares. Es significativa la aparente neutralidad de la que hicieron gala tres de los cuatro diarios en los textos informativos -Diário de Notícias fue la excepción-. Achacamos esta circunstancia a la autocensura sobrevenida como estrategia para evitar represalias. Los periodistas habían de andarse con pies de plomo para no ser sancionados. Por esto, no se atacan a fondo las cuestiones que rodean la visita de Caetano; se facilitan informaciones anodinas que contienen poco más que la transcripción textual de discursos o comunicados de prensa, o no se valora si la concurrencia a un acto es mucha o poca. Simplemente, se cifra buscando no contrariar a las autoridades. Diário de Notícias, en su papel de “diario oficioso”, mantendrá una línea propagandística en todos los géneros.
Los contenidos de las crónicas -más editorializantes que interpretativas- y de los artículos dejan al descubierto la intencionalidad de cada cabecera. Mientras que Diário de Notícias, Pueblo y ABC mantendrán prietas las filas en apoyo a Caetano, Diário Popular se desmarca de esta uniformidad. Pone en práctica un periodismo más interpretativo y, entre líneas, es posible atisbar críticas a la dictadura portuguesa. Las diferencias entre Pueblo y ABC son insignificantes y el tratamiento editorial es muy coincidente. Si acaso, el dirigido por Emilio Romero, por su carácter oficial, se mostrará más triunfalista valorando la acción del Gobierno español. También, por su pertenencia al modelo de prensa popular, el uso del lenguaje será menos protocolario que el de ABC, al tiempo que más directo e incisivo.
Mientras que en la prensa española predominan las informaciones sin firma, los despachos de agencia son sobresalientes en la portuguesa. El “No dice” que caracteriza a ABC y Pueblo se explica por la publicación de notas de inserción obligatoria, previstas en la Ley Fraga como sucedáneo a las consignas de la Ley de Prensa de 1938. Distribuidas por la Dirección General de Prensa, se reproducían literalmente y, por tanto, no se firmaban. Por lo que se refiere al papel que adoptaron las agencias, principalmente Efe en el caso español y ANI en el portugués, se constata su importancia en la uniformización de los mensajes y como caja de resonancia para reforzar la propaganda oficial de ambos regímenes.
Si bien los cuatro rotativos se decantan por la parte superior de las páginas para enfatizar sus noticias, la prensa portuguesa las subrayará llevándolas a primera y utilizando un mayor número de imágenes. Destacamos aquí las impactantes portadas de Pueblo, que despuntan por encima de las demás por el uso de grandes titulares y fotografías y el color rojo. Diário Popular, cuyas portadas responden igualmente a las características de la prensa popular, y que coincide con Pueblo en la gama cromática, presenta, sin embargo, una disposición más tradicional de sus elementos textuales y gráficos.

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Fuentes
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Archivo General de la Administración, AGA. Alcalá de Henares. Madrid.
Archivo Histórico Diplomático do Ministério dos Negócios Estrangeiros. Lisboa.
Diário de Notícias. Lisboa.
Diário Popular. Lisboa.
Pueblo. Madrid.

Autoras

Clara Sanz-Hernando
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y doctora en Periodismo con mención de Premio Extraordinario. Profesora Ayudante Doctora en la Facultad de Ciencias de la Documentación y la Comunicación de la Universidad de Extremadura (UEx). Ha ejercido la profesión periodística durante 30 años, tanto en medios de comunicación privados como en la Administración Pública, donde ha desempeñado tareas de responsable de comunicación. Como docente, imparte asignaturas relacionadas con la prensa y la radio. Pertenece al Grupo de Investigación ARDOPA de la UEx. Sus principales líneas de investigación se centran en los medios de comunicación durante la Guerra Civil y el franquismo; el estudio comparado de la censura en las dictaduras española y portuguesa, y la configuración del ecosistema informativo tras los cambios sobrevenidos como consecuencia de la implantación del periodismo digital. 
clarasanz@unex.es
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Orcid ID: https://orcid.org/0000-0003-3127-8876
Google Scholar: https://scholar.google.es/citations?hl=es&user=kwMiJ58AAAAJ

Ana Cabrera
Licenciada en Historia por la Universidad de Lisboa, Máster en Ciencias de Comunicación y doctora en Historia Política Contemporánea por la Universidad Nova de Lisboa. Investigadora del Instituto de Historia Contemporánea de la Universidad Nova de Lisboa. Como investigadora, posee una larga trayectoria en comunicación política. Sus trabajos se desarrollan en estudios de la representación mediática de la política y de la mujer política en la prensa y televisión. Además, ha liderado diversos proyectos financiados por la FCT (Fundación para la Ciencia e Tecnología) en el área de las representaciones mediáticas y en estudios de la censura y libertad de prensa en consonancia con los grandes cambios en la sociedad contemporánea. En la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nova de Lisboa impartió la asignatura de Historia de los Medios.
anacabrera@fcsh.unl.pt
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Orcid ID: http://orcid.org/0000-0002-2372-5165
Google Scholar: https://scholar.google.es/citations?user=Z8H69h8AAAAJ&hl=es&oi=ao

Carla Baptista
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nova de Lisboa, Máster en Estudios Africanos por el ISCTE-UL y doctora en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nova. Es periodista freelance, colabora con la revista Jornais e Jornalistas y con la edición portuguesa del periódico Le Monde Diplomatique. Desde 2004 es profesora en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nova de Lisboa, donde imparte las asignaturas de Géneros Periodísticos e Historia de los Medios en la licenciatura y los seminarios de Cuestiones Éticas y Deontológicas del Periodismo e Historia y Teorías del Periodismo en el Máster en Periodismo. Sus intereses de investigación se centran en la historia de los medios y del periodismo durante los periodos de la transición del régimen, así como en las áreas del periodismo cultural y el papel de los medios en las construcciones identitarias y de género.
carlamariabaptista@gmail.com
Índice h: 6.
Orcid ID: https://orcid.org/0000-0002-8188-3567
Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=QJ1F3LsAAAAJ&hl=es&oi=ao